La semana pasada, el Movimiento No Comprometido, respaldado por los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, sigla en inglés) y secciones del Partido Demócrata, emitió una declaración tibia que, aunque no respalda formalmente a la vicepresidenta Kamala Harris, instó a sus seguidores a “votar contra” el ex presidente Donald Trump y “evitar candidatos de terceros partidos”.

En la declaración del 19 de septiembre, el grupo No Comprometido se vio obligado a reconocer que la campaña Harris-Walz ha rechazado sus solicitudes de un alto el fuego en Gaza o cualquier cambio de política.

El grupo escribió: “La falta de disposición de Harris para cambiar la política incondicional de armas o siquiera hacer una clara declaración de campaña en apoyo al cumplimiento de la ley de derechos humanos existente en EE.UU. e internacional ha hecho imposible para nosotros respaldarla”.

No solo Harris ha rechazado todas las propuestas de políticas avanzadas por el Movimiento No Comprometido, sino que también su campaña se negó a permitir que la representante estatal de Georgia Ruwa Romman, una partidaria palestino-americana de Harris y del Movimiento No Comprometido, diera un breve discurso en la DNC en apoyo a Harris y un alto el fuego.

Tras la publicación de la declaración, en una entrevista el 20 de septiembre en Democracy Now! con Amy Goodman, Lexis Zeidan, cofundadora de No Comprometido, explicó que incluso después de que la administración Biden-Harris supervisara 11 meses de limpieza étnica que oficialmente ha matado a más de 42.000 palestinos, una cifra subestimada, el grupo estaba dispuesto a “movilizar” votantes para una candidatura Harris-Walz si recibían garantías.

“Lo que ofrecimos a la vicepresidenta Harris,” explicó Zeidan, “es que Harris pueda hacer dos cosas, cambiar la política, en cuanto a la política actual de EE.UU. que respalda bombas, o simplemente asegurarse y defender las leyes internacionales y de derechos humanos actuales, en lo que respecta a crímenes de guerra israelíes”.

Si Harris aceptaba esto, explicó Zeidan que No Comprometido estaba preparado para movilizar “1,5 millones de contactos con votantes” y “repetir lo que hicimos en Michigan para movilizar nuestra base para ir a las urnas y votar por ella en noviembre. Era una oferta que pusimos sobre la mesa y que fue rechazada por la vicepresidenta Kamala Harris y su equipo de campaña”.

A pesar de que Harris “rechazó” la oferta y prometió continuar el genocidio en Gaza, que ahora se está expandiendo a una guerra regional con Líbano y posiblemente Irán, Zeidan enfatizó que el movimiento continuaría apoyando la candidatura demócrata.

“Tenemos que ser muy claros de que hay dos opciones en noviembre en la parte superior de la boleta. Va a ser la vicepresidenta Kamala Harris o el ex presidente Donald Trump. Así que teniendo en cuenta ese contexto, tuvimos que tomar una decisión sobre lo que eso significa para crecer el poder que ya hemos construido dentro de nuestro movimiento antiguerra”.

Utilizando el mismo lenguaje que los demócratas y sus simpatizantes han empleado durante décadas para coaccionar a los votantes a apoyar el “mal menor”, Zeidan dejó claro que no estaban “recomendando un voto de terceros partidos” porque “sabemos que, lamentablemente, un voto de terceros partidos no es viable en este sistema electoral roto y así, involuntariamente, un voto de terceros partidos apoyaría una victoria de Donald Trump”.

Zeidan añadió: “Nuestro poder radica en continuar creciendo el movimiento anti-guerra que tenemos para presionar verdaderamente al Partido Demócrata, la coalición demócrata, la administración demócrata para cambiar de política…”.

Lejos de hacer crecer el movimiento anti-guerra, Zeidan dijo que el grupo se enfocaría en trabajar para elegir demócratas “educando a los votantes de todo el país” sobre el peligro de una presidencia de Trump y para “seguir presionando a la administración Biden-Harris”.

Estas declaraciones confirman completamente el análisis del “Movimiento No Comprometido” hecho por el World Socialist Web Site a principios de este año. Tan pronto como surgió el “Movimiento No Comprometido” en febrero, el WSWS advirtió que era una ” treta pseudoizquierdista para engañar a los opositores del genocidio a votar por Biden en noviembre “.

El WSWS advirtió que el propósito del Movimiento No Comprometido era:

… promover la ilusión de que Biden y el Partido Demócrata como un todo pueden ser presionados desde abajo para cambiar sus políticas de guerra global y muerte masiva: en Europa, en la guerra por delegación contra Rusia por Ucrania, en el Medio Oriente en el asalto genocida contra los palestinos y preparaciones de guerra contra Irán, y en el sur de Asia en las preparaciones militares contra China, y los ataques concomitantes a los derechos democráticos y a los empleos y condiciones sociales de la clase trabajadora en el país.

La última declaración del Movimiento No Comprometido, que ha sido respaldada por demócratas prominentes, como la representante de Michigan Rashida Tlaib, valida completamente este análisis. Su promoción por parte del DSA y otros grupos pseudoizquierdistas ha estado destinada a canalizar la amplia oposición popular detrás del Partido Demócrata.

Si los últimos 11 meses de protestas han demostrado algo, es que la administración Biden-Harris no será influenciada por “presiones” de activistas de clase media para cesar la masacre. La lucha contra el genocidio—y la guerra imperialista más amplia de la cual forma parte—debe desarrollarse como un movimiento de la clase trabajadora, en oposición a todo el sistema capitalista y a ambos partidos, los demócratas y republicanos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 25 de septiembre de 2024)