¿Trabajas en Boeing? Cuéntanos qué estás exigiendo en el próximo contrato llenando el formulario a continuación. Todas las respuestas serán anónimas.
A medida que se acerca la fecha de expiración de su contrato el 12 de septiembre, los maquinistas de Boeing están decididos a luchar y hacer huelga para asegurarse de que se cumplan sus demandas. Los más de 33.000 miembros del Local 751 del sindicato Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM, sigla en inglés), que ensamblan los aviones 737 y 777 de Boeing, votaron en julio con un 99,9 por ciento a favor de hacer huelga.
Entre las principales demandas de los trabajadores está un aumento salarial de al menos 40 por ciento, mejoras en el seguro médico y la seguridad laboral y la reinstauración de las pensiones.
Más sectores de la clase trabajadora también están exigiendo demandas similares y se están preparando para enfrentamientos importantes, incluidos los trabajadores portuarios de la costa este, los maestros, los ferroviarios, entre otros. El escenario está preparado para un poderoso movimiento unificado de todos estos trabajadores y más.
Al mismo tiempo, los trabajadores de Boeing también están enfrentando a la burocracia corporativista d IAM. Si bien afirman que siguen “muy lejos” de un acuerdo con la empresa sobre puntos clave como los salarios, el sindicato ha programado una votación para el 12 de septiembre sobre un contrato que oficialmente no existe.
El IAM también está sentando las bases para imponer el contrato incluso con una mayoría de votos en contra. Están haciendo que los trabajadores vuelvan a votar sobre la huelga junto a la votación del contrato, con la disposición de que cualquier voto de huelga por debajo de una mayoría de dos tercios resulta en la ratificación automática del contrato.
Varios trabajadores de Boeing han recurrido a las redes sociales para expresar su apoyo a una huelga. Uno comentó: “¡Siempre voten sí para reafirmar la huelga! Para aquellos que fueron testigos de todos los eventos pasados, todavía está fresco en nuestras mentes”.
“Lo lograremos si nos mantenemos unidos y no nos rendimos demasiado pronto. ¡Esperen propaganda en masa! No lo hacemos por la empresa, los políticos, la comunidad ni incluso por el sindicato. Lo hacemos por nosotros y nuestras familias”.
Otro dijo: “Crecí en South Everett a finales de los 70 y en los 80, así que sé que Boeing solía ser una buena empresa para trabajar. En estos días, Boeing es una empresa de porquería, con un producto terrible e inseguro. La dirección está compuesta por sinvergüenzas de arriba abajo, con solo unas pocas excepciones. La seguridad es una conveniencia cuando es necesario, y la capacitación es ridícula. Las únicas personas por las que Boeing se preocupa son sus accionistas y las ganancias son el único objetivo. Solo quiero que la gente piense en todo esto cuando vayamos a votar el día 12”.
Y otro habló sobre el papel del IAM en desmantelar las pensiones para los trabajadores de Boeing: “Tanto el IAM como el SPEEA permitieron contratos que detuvieron las pensiones para los nuevos empleados. Era desconcertante cuán pocos se preocupaban o podían prever la obvia división que esto causaría entre los nuevos y los antiguos miembros. Y, como era de esperar, avanza unos años y la pensión se congela para todos. Después de todo, ¿por qué a un nuevo empleado, que ni siquiera recibe una pensión, le importaría?”.
El trabajador se refería a la extensión del contrato de 10 años que fue ratificada por un voto reñido en 2014, bajo circunstancias dudosas. En ese momento, Boeing amenazó con trasladar la producción del avión 777 fuera del estado de Washington para no tener que pagar pensiones.
En lugar de movilizar a sus miembros para una huelga, reuniendo a las decenas de miles en el Local 751 y a los cientos de miles en el sindicato en su conjunto, el IAM traicionó los intereses de sus miembros y dejó que fueran eliminadas las pensiones sin una pelea, todo a fin de mantener la rentabilidad de Boeing.
Está en marcha una maniobra similar. Escondiéndose detrás de las normas establecidas por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) burguesa, el IAM no ha revelado ningún detalle de las discusiones con la empresa, ni siquiera sobre las demandas más críticas de salarios y pensiones.
En su actualización del 3 de septiembre, el IAM señaló: “Seguimos en desacuerdo sobre varios puntos: salarios, seguro médico, jubilación, tiempo libre adicional y seguridad laboral”. Sin embargo, se espera que los trabajadores voten en menos de dos semanas sobre un contrato que oficialmente no existe, uno que esencialmente no tendrán tiempo de estudiar.
En realidad, la votación muestra que un acuerdo ha existido todo el tiempo, y que la verdadera sustancia de las conversaciones entre la gerencia y los burócratas sindicales es cómo imponerlo a pesar de una oposición generalizada de las bases.
Si ocurre una huelga, los trabajadores no recibirán un sueldo de huelga del IAM hasta la tercera semana de la huelga. Y el pago en sí será de solo $250 por semana, no lo suficiente para sobrevivir en la región de Puget Sound. El IAM también llamó a los trabajadores a donar a su propio “Fondo de Huelga Individual,” forzando aún más cargas sobre las espaldas de las bases.
Los trabajadores también deben estar atentos a la reunión entre el presidente del Local 751 del IAM, Jon Holden y la secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, en la que le dio “una imagen clara de dónde estamos”. Su ha protagonizado la imposición de varios acuerdos propatronales, incluyendo a los trabajadores portuarios de la costa oeste y los trabajadores culinarios de Nevada el año pasado. Los trabajadores portuarios habían comenzado huelgas salvajes después de ser dejados en el trabajo sin contrato durante 12 meses, y Su intervino para sofocar la rebelión de las bases.
Su también habló en la 41ª Convención de Gran Lodge del IAM, afirmando falsamente que el Gobierno de Biden está a favor de los trabajadores. Afirmó demagógicamente: “Estamos construyendo una economía donde los trabajadores son lo primero y donde ningún trabajador queda atrás”.
En realidad, el Gobierno de Biden está aliado con los burócratas contra los trabajadores. Esto se mostró en la Convención Nacional Demócrata, donde habló el presidente sindicato automotriz UAW, Shawn Fain. A través de un nuevo contrato que fue personalmente apoyado por Biden, las empresas automotrices están eliminando miles de empleos, mientras que el aparato del UAW no ha movido un dedo para defenderlos.
El hecho de que la Administración de Biden esté en conversaciones directas con la dirigencia del IAM debe ser tomado como una advertencia seria por parte de los trabajadores de base. Se está preparando una traición a favor de la empresa. En cada industria, pero especialmente en una gigantesca empresa de la aeronáutica como Boeing, una huelga interrumpiría críticamente las metas de guerra del Gobierno estadounidense y sus intentos de conquistas geopolíticas. Una huelga en Boeing tendría serias consecuencias para el funcionamiento de la maquinaria de guerra estadounidense.
Por lo tanto, es imperativo que los trabajadores comiencen a preparar la huelga por su cuenta. Deben exigir que se respete la votación de julio si los miembros no han aprobado un acuerdo para el 12 de septiembre, que tengan tiempo adecuado para leer y estudiar el contrato propuesto y que el contrato pueda ser rechazado por mayoría simple. Los trabajadores de base también deben supervisar el proceso de votación para asegurar que no haya “irregularidades”.
Sobre todo, esto significa construir nuevas secciones de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) en Boeing e industrias relacionadas. Deben conectarse con comités de todo el mundo que luchan contra las traiciones de las empresas y las burocracias sindicales y convertirse en centros de oposición internacional de la clase trabajadora contra el capitalismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 05 de septiembre de 2024)