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Los líderes del G7 planean una escalada de la guerra mundial y la promoción de la extrema derecha en un lujoso complejo turístico italiano

Por invitación de la fascista primera ministra italiana Giorgia Meloni, los líderes de las siete principales 'democracias' del mundo están reunidos actualmente en el complejo turístico de Borgo Egnazia, en el sur de Italia, donde se puede conseguir una suite por entre 2.500 y 11.000 euros la noche. La agenda de la reunión de dos días está dominada por los planes para una escalada dramática de la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia e incluirá debates sobre una mayor integración de la extrema derecha europea en la política burguesa establecida.

De derecha a izquierda, el presidente francés Emmanuel Macron, el primer ministro japonés Fumio Kishida, el presidente estadounidense Joe Biden, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, el primer ministro canadiense Justin Trudeau, el primer ministro británico Rishi Sunak, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, el canciller alemán Olaf Scholz y la primera ministra italiana Giorgia Meloni observan una demostración de paracaidismo durante la cumbre de líderes mundiales del G7 en Borgo Egnazia, Italia, el jueves 13 de junio de 2024. (Luca Bruno/Domenico Stinellis) [AP Photo]

El acontecimiento describe gráficamente el podrido estado de la democracia burguesa y expone la desnuda dictadura del capital financiero en todos los principales centros imperialistas. Escudados por más de 8.000 militares y personal de seguridad y a 80 kilómetros del centro mediático de la cumbre, una banda de criminales de guerra conspira para intensificar las medidas de guerra comercial contra sus rivales y expandir la guerra imperialista por todo el mundo. Los siete líderes encabezan gobiernos que son odiados por sus electorados y han respaldado el genocidio de Israel contra los palestinos y han intensificado la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia con el riesgo de un intercambio nuclear catastrófico.

Subrayando su recurso a los métodos de robo y saqueo sin ley, los líderes pasaron una parte considerable del primer día negociando un acuerdo para financiar la sangrienta matanza en Ucrania con fondos ilegalmente incautados del Banco Central ruso tras la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, incitada por Estados Unidos. La decisión de entregar 47.000 millones de euros (50.000 millones de dólares) al régimen ultraderechista de Kiev financiados con los intereses devengados por los activos, en lugar de €260.000 millones exigidos por el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, tenía como objetivo seguir financiando la guerra sin socavar la ya precaria posición del dólar como moneda de reserva mundial.

Los siete líderes presentes en Borgo Egnazia son políticos en quiebra. Es probable que el presidente estadounidense Joe Biden pierda el poder en noviembre frente al fascista Donald Trump. El canciller alemán Olaf Scholz, cuyos socialdemócratas obtuvieron su peor resultado electoral desde 1887 en las elecciones europeas del pasado domingo, encabeza un gobierno que carece de cualquier base de apoyo popular para su programa de guerra imperialista y austeridad.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, dejará el poder en cuestión de semanas. Su homólogo francés, el presidente Emmanuel Macron, convocó unas elecciones parlamentarias anticipadas tras sufrir una humillante derrota en las elecciones europeas ante el fascista Rassemblement National, que obtuvo el doble de votos que el partido de Macron. Mientras posaba como opositor 'democrático' de la líder de RN, Marine Le Pen, Macron se instalaba días después en un complejo turístico de lujo invitado por la fascista Meloni.

En medio de esta crisis generalizada, que incluso los comentaristas burgueses se ven obligados a reconocer, se está llevando a cabo una campaña concertada para presentar a Meloni, una admiradora de 'Il Duce' Benito Mussolini, como la principal fuente de 'estabilidad'. La primera ministra italiana, de 47 años, ha descrito a Mussolini como una 'personalidad compleja', que debe considerarse 'en su contexto histórico'.

Comenzó su carrera política en el Movimento Sociale Italiano, una organización neofascista que preservó el legado del dictador fascista italiano. Ahora lidera los Fratelli d'Italia, un partido que ha designado a descendientes de Mussolini como candidatos electorales y cuyos miembros interpretan regularmente el Saludo Romano en reuniones públicas.

El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung afirmaba que Meloni tiene un 'papel clave' tanto para garantizar la continuidad de la financiación del régimen de Kiev como para la selección de altos cargos de la Unión Europea (UE) tras las elecciones del domingo. El Corriere della Sera italiano, al evaluar a los tres jefes de gobierno de la UE que participan en la cumbre, calificó a Scholz y Macron de 'patos cojos', que se reúnen con un 'antiguo patito feo soberanista convertido en cisne, Giorgia Meloni'.

Como anfitriona de la reunión, Meloni ha invitado a 'demócratas' tan conocidos a participar en sesiones de trabajo como los despóticos gobernantes de Arabia Saudí, Jordania y Emiratos Árabes Unidos, el ultraderechista primer ministro de la India, Narendra Modi, y el fascista presidente de Argentina, Javier Milei. El Papa Francisco dará su bendición a esta reunión de belicistas y dictadores, siendo la primera vez que el jefe de la Iglesia católica participa en una cumbre del G7 en sus 50 años de historia.

El viernes se celebrará una sesión especial dedicada a la inversión en África y a frenar la emigración a Europa, en la que participarán los gobernantes autoritarios de Argelia, Túnez y Mauritania. A principios de este año, Meloni apoyó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en la finalización de un sucio acuerdo con Túnez que proporcionaba miles de millones de euros en ayudas a cambio de que el régimen se comprometiera a impedir que los migrantes, que en su mayoría huyen de países devastados por las potencias imperialistas mediante la guerra o las 'reformas' económicas dictadas por el Fondo Monetario Internacional, cruzaran el Mediterráneo.

La distinción entre gobiernos nominalmente 'democráticos' y fuerzas fascistas como Meloni, Alternativa para Alemania (AfD) y Le Pen está desapareciendo cada vez más. Von der Leyen pretende aprovechar su presencia en la cumbre para convencer a Meloni, que encabeza una alianza de partidos en el Parlamento Europeo que incluye al fascistoide español Vox y a los ultraderechistas Demócratas Suecos, de que la respalden para un segundo mandato.

Como parte de su remilitarización y de su agresivo papel en la guerra contra Rusia, el gobierno socialdemócrata de Alemania ha implementado el programa antiinmigración de la AfD y ha sentado las bases para la creación de un estado policial con su brutal represión de las protestas contra el genocidio de Gaza apoyado por el imperialismo israelí.

Este proceso encuentra su expresión más aguda en Estados Unidos, que podría ser gobernado en cuestión de meses por un presidente que intentó anular las últimas elecciones presidenciales con la ayuda de una turba fascista y que ha sido condenado penalmente. Tras las reuniones del G7 del jueves, Biden firmó un acuerdo bilateral de seguridad de 10 años con el régimen ultraderechista de Zelensky, que persigue sin piedad a los opositores a la guerra dirigida por Estados Unidos y arrastra a cientos de miles de personas a la matanza en el frente.

El Washington Post informó a primera hora del día de que la Casa Blanca también ha levantado las restricciones al envío de armamento al Batallón Azov, una unidad fascista que se inspira en el colaborador nazi Stepan Bandera y su Organización de Nacionalistas Ucranianos.

La promoción sistemática de la derecha fascistizante por parte de las élites dirigentes de los principales países capitalistas se corresponde con los intereses del imperialismo. En la cumbre del G-7, los debates girarán en torno a una escalada masiva de la guerra contra Rusia, cuyo objetivo es subyugar a este país rico en recursos y geoestratégicamente importante para las potencias imperialistas. Los imperialistas europeos y norteamericanos están inmersos en una redivisión del mundo, que incluye los preparativos para la guerra contra China y el apoyo al genocidio de Israel contra los palestinos como componente de una guerra en Oriente Próximo dirigida contra Irán. Subrayando cómo el imperialismo estadounidense ve estos diversos frentes como parte de un único conflicto mundial, el último paquete de sanciones de Washington contra 300 personas e instituciones a las que acusa de ayudar a Rusia a llevar a cabo la guerra en Ucrania incluía a varias empresas chinas.

Con su temerario giro hacia la guerra mundial, los imperialistas de todos los grandes países pretenden reforzar su posición a expensas de sus rivales, entre los que se incluyen los Estados con los que actualmente están nominalmente aliados. Con este fin, el imperialismo, parafraseando a Lenin, 'no lucha por la democracia sino por la dictadura'. Todos los aspectos de la vida social deben subordinarse al militarismo y a la guerra. La clase dominante de cada país no puede tolerar ninguna disidencia popular, para no socavar su capacidad de hacerse con su parte del botín.

Respondiendo a los propagandistas burgueses de su época que presentaban la Segunda Guerra Mundial como una guerra para defender la 'democracia' contra el fascismo, Trotsky escribió en el 'Manifiesto de la Cuarta Internacional sobre la guerra imperialista' en las primeras fases de la Segunda Guerra Mundial:

La guerra no ha detenido el proceso de transformación de las democracias en dictaduras reaccionarias, sino que, por el contrario, está llevando este proceso a su conclusión ante nuestros propios ojos...

Buscando obtener las ventajas de un régimen totalitario, las democracias imperialistas se lanzan en su propia defensa con una ofensiva redoblada contra la clase obrera y la persecución de las organizaciones revolucionarias. El peligro de guerra y ahora la guerra misma son utilizados por ellos ante todo para aplastar a los enemigos internos. La burguesía sigue invariable e inquebrantablemente la regla: 'El principal enemigo está en el propio país'.

La oposición a la guerra mundial imperialista, al genocidio y a la promoción del fascismo sólo puede ser dirigida por la clase obrera internacional. Las huelgas y protestas masivas que han estallado en todo el mundo contra el genocidio en Gaza y los ataques generalizados contra el nivel de vida de los trabajadores para pagar el rearme militar demuestran la hostilidad de amplios sectores de la población hacia la guerra y el saqueo imperialistas. La tarea urgente es luchar para que los trabajadores y los jóvenes comprendan que el retorno de la guerra mundial y del fascismo tiene sus raíces en el sistema de beneficios capitalista, que debe ser abolido mediante la lucha revolucionaria de la clase obrera por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de junio de 2024)

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