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La candidata presidencial de MORENA, Claudia Sheinbaum, mantiene una clara ventaja tras el primer debate presidencial mexicano

El 7 de abril, los candidatos a la presidencia de México celebraron el primero de tres debates televisados. Las principales candidatas son Claudia Sheinbaum, del partido gobernante MORENA (Movimiento Regeneración Nacional) del actual presidente Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO), y Bertha Xóchitl Gálvez, de la alianza electoral Fuerza y Corazón por México. La alianza está formada por tres partidos políticos mexicanos de larga tradición, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México durante 70 años hasta el año 2000, el derechista Partido Acción Nacional (PAN) y el nominalmente socialdemócrata Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que AMLO salió en 2012 para formar MORENA.  

Claudia Sheinbaum (izquierda) y Bertha Xóchitl Gálvez (derecha) [Photo by WikiCommons / CC BY 2.0]

La opinión generalizada fue que Gálvez tuvo una actuación mediocre, torpe tanto en la articulación de sus propuestas políticas y sociales como en sus ansiosos, si no estridentes, ataques a Sheinbaum. Tras el debate, Gálvez admitió que su actuación había sido mediocre y lo atribuyó a que no había intentado “ser ella misma”.

Sheinbaum es una científica con un doctorado en Ingeniería Energética que anteriormente fue secretaria de Medio Ambiente en Ciudad de México bajo el mandato de AMLO. Pese a ser vulnerable a críticas por los graves colapsos del metro que ocurrieron cuando ella era jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y por no atender la creciente crisis con la escasez de agua y el hundimiento de la tierra en la Ciudad de México, Gálvez no atacó estos frentes.

Tras el debate, Gálvez no ganó nada en las encuestas, que la sitúan entre el 34 por ciento y el 36 por ciento, frente al 58 por ciento y el 60 por ciento de Sheinbaum, es decir, a un 24 por ciento de la favorita. Están previstos otros dos debates, el 28 de abril y el 19 de mayo, pero la ventaja de Sheinbaum de cara a las elecciones del 2 de junio parece insuperable.

El tercer candidato que participó en el debate, Jorge Álvarez Máynez, del Partido Movimiento Ciudadano, que promueve lo que denomina una “economía social de mercado”, obtuvo un 5-6 por ciento tras el debate, ganando un par de puntos.

En todo caso, el PAN y el PRI han perdido aún más apoyo desde la aplastante victoria de AMLO en 2018, y el PRD está moribundo políticamente.

Los tibios programas sociales de AMLO —modestas transferencias de efectivo y aumentos salariales y de pensiones que llegaron a 130 millones— han sido, no obstante, populares. Así que Gálvez, quien tiene una orientación libertaria y hacia empresas de alta tecnología, insiste en que mantendrá los programas sociales de AMLO. Sheinbaum, como sucesora elegida a dedo por AMLO, puede afirmar de forma más creíble que los mantendrá.

Algunos miembros de la derecha estadounidense, como el Consejo Editorial del Wall Street Journal, son propensos instintivamente a lanzar ataques contra AMLO, por ejemplo, por dar preferencia a la estatal Pemex sobre las empresas petroleras estadounidenses, por prestar ocasionalmente apoyo retórico a Venezuela y Nicaragua, y por negarse a asistir a la Cumbre de las Américas organizada por Estados Unidos en Los Ángeles en 2022. Las capas más sagaces de la oligarquía estadounidense y sus servidores gubernamentales, sin embargo, han apreciado la cooperación de AMLO en varios frentes.

Un ejemplo de ello es que AMLO apoyó a Biden para frenar la migración masiva de oleadas de pobres de América Latina y el Caribe.

Asimismo, EE.UU. ha apreciado lo que AMLO ha denominado “austeridad republicana”, con un gasto a gran escala dirigido en gran medida a unos pocos proyectos simbólicos, como el “Tren Maya” en el sur de México o la refinería de petróleo Dos Bocas de Pemex, y al ejército. Asimismo, ve con buenos ojos la férrea gestión del Banco Central de México, que ha mantenido altos los tipos de interés.

Lo más importante para el imperialismo estadounidense ha sido la promoción por parte de AMLO de un clima favorable a la inversión estadounidense en el país. Washington ve cada vez más a México como su socio menor en la guerra económica contra China, y como una plataforma para relocalizar la producción previamente basada en China.

A modo de ejemplo, Tesla, de Elon Musk, está invirtiendo miles de millones en una planta cerca del centro industrial de Monterrey, en el noreste de México.

AMLO no ha hecho nada para pisarle los talones a la oligarquía mexicana, o a sus 14 milmillonarios en dólares. Varios de ellos siguen eludiendo masivamente sus obligaciones fiscales. Ha mantenido relaciones muy amistosas con Caros Slim Helú, la undécima persona más rica del mundo y la más acaudalada de América Latina, con un patrimonio neto de 105.000 millones de dólares, o alrededor del 7 por ciento del PIB de México.

Sheinbaum, la sucesora elegida por AMLO, no cambiará de rumbo. Se ha comprometido a no aumentar ni crear nuevos impuestos sobre los ricos ni las ganancias empresariales, lo que solo puede significar que los programas sociales serán las primeras víctimas de la turbulenta economía mundial y las demandas de un mayor gasto militar. Una alianza de ONG liderada por Oxfam México estimó que simplemente mantener el acceso existente a los programas de salud, educación, cuidado de ancianos y niños y energía verde requiere un aumento del gasto equivalente al 5,5 por ciento del PIB.

El verdadero papel que ha desempeñado AMLO es sofocar la lucha de clases en México y mantener bajos los salarios.

No obstante, la pseudoizquierda cantará las alabanzas de AMLO. Por ejemplo, los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) celebraron recientemente una conferencia en línea en la que lo alabaron hasta el cielo.

El DSA y sus afines son organizaciones de clase media que ni siquiera pueden imaginarse a la clase trabajadora mexicana librando una lucha por el poder. Pero solo a través de la revolución socialista mundial se pondrá fin al sufrimiento generalizado de las masas mexicanas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de abril de 2024)

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