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Perspectiva

La Unión Europea adopta la política sobre refugiados de la extrema derecha

“El 20 de diciembre de 2023 pasará a la historia”, dijo la presidenta del Parlamento de la Unión Europea, Roberta Metsola, después de que los representantes de los miembros Estados y el Parlamento Europeo finalmente acordaran a una reforma del Sistema Europeo Común de Asilo (SECA), pocos días antes de la Navidad. Se sentía “muy orgullosa de haber encontrado e implementado soluciones al Pacto de Migración y Asilo”.

La primera ministra ultraderechista de Italia, Giorgia Meloni, da la bienvenida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando llega a una conferencia internacional sobre migración en Roma, 23 de julio de 2023 [AP Photo/Gregorio Borgia]

El día sin duda pasara a la historia como el día en que la UE y sus Gobiernos nacionales adoptaron abiertamente el programa de la ultraderecha contra los refugiados. La implementación de “soluciones” aprobadas por la UE significa la abolición del derecho al asilo, la expansión de la Fortaleza Europa, las deportaciones masivas y la detención de mujeres y niños en campos de deportación.

Inmediatamente después de que Metsola anunciara el acuerdo, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) celebró en X/Twitter:

El Parlamento y el Consejo Europeo han acordado a acciones más decisivas contra los migrantes ilegales. Controles, el registro de todos los ciudadanos de países fuera de la UE sin pasaportes, sin excepción, y centros de asilo directamente en las fronteras exteriores para deportar a inmigrantes de países seguros lo antes posible. La AfD ha estado exigiendo todo esto por mucho tiempo.

Las medidas planificadas son una barbarie y recuerdan los tiempos más oscuros de la historia europea. Mediante este acuerdo, “la visión distópica de los centros de detención europeos… se vuelve realidad”, como señaló la organización Pro Asyl. La directora de la Oficina para Instituciones Europeas de Amnistía Internacional, Eve Geddie, advirtió:

Este acuerdo significará un retroceso de décadas para el derecho de asilo europeo. El resultado probable es un aumento en el sufrimiento, a cada etapa del camino, de una persona que busca asilo en la UE.

Entre otras cosas, el acuerdo prevé que en el futuro los refugiados sean detenidos directamente en las fronteras exteriores de la UE. El comunicado de prensa emitido por el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo el 21 de diciembre afirma que el llamado Reglamento de Procedimientos de Asilo (RPA) introducirá un “procedimiento fronterizo obligatorio” destinado a “evaluar rápidamente en las fronteras exteriores de la UE si las solicitudes de asilo son infundadas o inadmisibles”.

Las personas sujetas a estos procedimientos fronterizos de asilo “no están autorizadas a entrar en el territorio del Estado miembro”. En su lugar, deben “permanecer a disposición de las autoridades en el lugar de control” y “pueden ser internadas”.

Lo que esto significa en términos concretos está claro. Los refugiados serán encerrados en centros de detención rodeados de alambre de espino, como ya ocurre en las fronteras exteriores de Europa, donde pueden esperar ser deportados en cualquier momento.

En el comunicado de prensa, la UE pide a sus Estados miembros que creen “una capacidad adecuada, en términos de acogida y recursos humanos” –en concreto, 30.000 plazas de detención— para “permitirles en cualquier momento llevar a cabo el procedimiento fronterizo y ejecutar las decisiones de retorno para un número determinado de solicitudes”.

Prácticamente todos los refugiados que sobrevivan a su mortal travesía por el Mediterráneo se verán afectados por las medidas. El procedimiento fronterizo se aplicará cuando un refugiado “presente una solicitud en un puesto fronterizo exterior tras su detención en relación con un cruce ilegal de fronteras y tras su desembarco después de una operación de búsqueda y rescate en el mar”, según el comunicado de prensa de la UE.

La aplicación de estos procedimientos fronterizos es “obligatoria” para tres grupos de personas que buscan protección:

  • ·Personas procedentes de países de origen con una “tasa de reconocimiento inferior al 20 por ciento”.
  • Personas, incluidos los menores no acompañados, consideradas “una amenaza para la seguridad nacional o el orden público”.
  • Personas solicitantes de protección acusadas de haber “engañado a las autoridades con información falsa u ocultando información”.

Pro Asyl califica de “especialmente dramático” el hecho de que no haya excepciones ni siquiera para los menores y sus familias. Esto “significa en última instancia la detención de menores durante meses, lo que es incompatible con la Convención de la ONU sobre los Derechos de la Niñez”.

Para la UE, los refugiados no son personas con derechos, que necesitan protección, sino enemigos potenciales a los que hay que vigilar, deportar y erradicar.

“Otro pilar del pacto es el reglamento de control”, presume la UE. Su objetivo es “reforzar los controles de personas en las fronteras exteriores”. También “garantiza que se inicie el procedimiento adecuado, como la repatriación al país de origen...”. Los controles incluyen “la identificación y los controles sanitarios y de seguridad, así como la toma de huellas dactilares y el registro en la base de datos Eurodac”.

Además, la nueva ley incluye normas que se aplican cuando “se instrumentaliza a los migrantes con fines políticos, es decir, cuando actores estatales extranjeros utilizan los flujos migratorios para intentar desestabilizar la UE y sus Estados miembros”. En este caso, los Estados miembros podrán detener a todos los solicitantes de asilo en sus fronteras.

Se trata de una jerga orwelliana que pone la realidad de cabeza. De hecho, es la UE la que está “instrumentalizando” a los refugiados de varias maneras y con consecuencias asesinas. Tras la destrucción de países enteros con sus guerras neocoloniales en África y Oriente Próximo, las principales potencias europeas de la OTAN y Estados Unidos han decidido dejar morir a los refugiados para disuadir a otros y mantenerlos alejados de la “Fortaleza Europa”. Según cifras oficiales, más de 28.000 personas se han ahogado en el Mediterráneo solo desde 2014. Este año ha sido el más mortífero desde 2020, con más de 2.500 muertos.

Ahora, los mismos Gobiernos europeos que justificaron cínicamente guerras pasadas como intervenciones “humanitarias” están organizando un baño de sangre aún mayor. Están intensificando la ofensiva bélica de la OTAN contra Rusia en Ucrania, que ya se ha cobrado cientos de miles de vidas. En Oriente Próximo, apoyan abiertamente el genocidio israelí de los palestinos y están preparando una guerra más amplia contra Irán y sus aliados, que convertirá toda la región en un infierno.

El uso del terror contra los refugiados y la escalada bélica están directamente relacionados. Cuanto más agresivamente persiguen las clases dominantes sus objetivos bélicos imperialistas e impulsan la austeridad social asociada, más se apoyan en la dictadura y el fascismo para reprimir la creciente oposición social y política en casa. A través de su incesante agitación, los políticos y los medios de comunicación pretenden utilizar a los refugiados y los inmigrantes como chivos expiatorios de la profunda crisis social, al tiempo que fortalecen a la extrema derecha.

Los ataques contra los refugiados son solo la punta de lanza de un ataque global contra los derechos democráticos de toda la clase trabajadora. En las últimas semanas, por toda Europa, se ha intentado reprimir las protestas masivas contra el genocidio en Gaza. En Alemania, en particular, este proceso está muy avanzado: las prohibiciones de manifestaciones, los ataques a artistas críticos, las brutales operaciones policiales contra estudiantes en las universidades y las redadas contra grupos de izquierda forman ya parte de la rutina diaria.

Esta ofensiva reaccionaria está siendo impulsada, en particular, por los partidos nominalmente de “izquierda” y liberales.

En Alemania, el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes en el Gobierno están organizando la ofensiva proguerra y autoritaria y celebran cuando vuelven más estrictas las leyes de asilo. “Limitamos así la inmigración irregular y aliviamos la carga de los países más afectados, entre ellos Alemania”, escribió el canciller Olaf Scholz (SPD) en X/Twitter. El acuerdo fue una “decisión muy importante”, dijo.

La ministra de Asuntos Exteriores de Los Verdes, Annalena Baerbock, también aplaudió el acuerdo, describiéndolo como “urgentemente necesario y largamente esperado”.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron ha formado de hecho una coalición con el partido ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen para impulsar en el Parlamento una de las leyes de inmigración más rígidas de la UE. La ley bloquea el acceso de los inmigrantes a las prestaciones sociales durante cinco años, e incluso los jóvenes nacidos y criados en Francia ya no recibirán automáticamente la nacionalidad francesa a los 18 años.

La pseudoizquierda europea está preparando el terreno para esta política. Por ejemplo, la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo (SECA) se elaboró bajo el liderazgo de la coalición española PSOE/Sumar, que actualmente ostenta la presidencia del Consejo Europeo y sigue contando con el apoyo del partido pseudoizquierdista Podemos.

En muchos aspectos, Madrid, Berlín y Bruselas utilizaron como modelo al Gobierno pseudoizquierdista de Syriza en Grecia. Syriza endureció drásticamente la política de inmigración entre 2015 y 2019 en alianza con el partido ultraderechista Griegos Independientes (Anel), e introdujo medidas similares a las que ahora aplica la UE. Entre ellas, el hacinamiento de los refugiados en “puntos críticos” similares a campos de concentración, como Moria, las expulsiones ilegales y el uso del ejército contra los migrantes en el mar Egeo.

El acuerdo europeo sobre asilo, que será aprobado definitivamente antes de las elecciones europeas, que se celebrarán del 6 al 9 de junio de 2024, amenaza a millones de personas, pero también arroja luz. El hecho de que todos los sectores de la clase dominante apoyen una política de terror contra los refugiados demuestra que los trabajadores y los jóvenes no se enfrentan simplemente a uno u otro Gobierno, sino a toda la clase dominante y a su sistema social.

El capitalismo europeo no puede reformarse. Debe ser abolido por un movimiento revolucionario de la clase obrera europea y sustituido por los Estados Socialistas Unidos de Europa.

El Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad) de Alemania y sus organizaciones hermanas de toda Europa utilizarán la campaña electoral europea para armar las crecientes protestas y huelgas de los trabajadores europeos con un programa socialista internacional, y convertir la Cuarta Internacional en la nueva dirección política en todo el continente y en todo el mundo. Solo así se podrán defender los derechos democráticos, detener la guerra y el genocidio y acabar con la barbarie capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de diciembre de 2023)

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