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AMLO se compromete a “reforzar las medidas” contra migrantes, cuando caravana enfrenta represión

En un encuentro de alto nivel el miércoles, el Gobierno estadounidense de Joe Biden solicitó al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) intensificar las medidas represivas para prevenir que los migrantes y refugiados lleguen a la frontera de EE.UU. con México.

Secretario de Estado Antony Blinken y la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, se reúnen en las afueras del Palacio Nacional de México, 27 de diciembre [Photo: @SRE_mx]

En la reunión, que se celebró en Ciudad de México y fue convocada por AMLO, el secretario de Estado, Antony Blinken, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall presuntamente solicitaron al Gobierno mexicano colocar más controles en las principales rutas y las líneas férreas, trasladar forzosamente a los migrantes al sur de México y ofrecer más visas para que permanezcan en México.

El mandatario mexicano dijo que estaba ansioso por “ayudar” a Washington y dijo que en una llamada anterior con Biden se había comprometido a “reforzar las medidas de contención en el sur del país”. Aparecerán más detalles sobre lo acordado en los próximos días.

AMLO, su canciller Alicia Bárcena y otros funcionarios acogieron amistosamente e intercambiaron bromas con Blinken, quien ha encabezado en las últimas semanas los esfuerzos de EE.UU. para garantizar el apoyo económico y político al régimen israelí fascistizante de Benjamín Netanyahu mientras masacra y mata de hambre a los palestinos en Gaza.

De hecho, el encuentro deriva de las negociaciones para obtener la aprobación en el Congreso estadounidense de un paquete de $110 mil millones que ofrece a los republicanos una mayor represión de los migrantes a cambio de que el grueso del dinero vaya a intensificar la guerra contra Rusia en Ucrania y el genocidio de EE.UU. e Israel en Gaza.

Del mismo modo que el Gobierno de Biden insiste en que no tiene “líneas rojas” para Netanyahu, no está comprometida con ningún principio sobre el trato que da a los inmigrantes y refugiados. El único obstáculo real e importante que impide emplear la violencia abierta y masiva como “solución” a la persistente migración es la clase trabajadora estadounidense. Las hipócritas lamentaciones de AMLO reflejan temores similares sobre la clase trabajadora mexicana.

Según se informa, el Gobierno de Biden también planea dificultar más las pruebas de nivel de miedo creíble para que los solicitantes de asilo puedan siquiera presentar su caso ante un juez. Además planea permitir el cierre de la frontera a todas las solicitudes de asilo y la expulsión por vía rápida una vez que se alcance un nivel arbitrario de cruces fronterizos. Estas políticas agravarían aún más la situación de aquellos atascados en México.

Mientras se celebraba la cumbre, casi 10.000 migrantes de más de 20 nacionalidades de todo el mundo marchaban detrás de una gran manta con las palabras “Éxodo de la pobreza”.

Forman parte de los cientos de miles de personas atrapadas durante meses en el sur de México, incapaces de obtener visas de viaje para tomar autobuses u otros medios de transporte o un permiso de trabajo formal para pagar el viaje. Mientras tanto, Biden exige medidas para dificultar aún más su viaje hacia el norte.

El miércoles, los manifestantes llevaron a cabo una protesta, arrodillándose y rezando frente a las oficinas de migración de Huixtla, Chiapas, cuando los soldados de la Guardia Nacional les bloquearon temporalmente el paso.

Un migrante pronunció entonces un discurso: “Se nos han cerrado las puertas, este movimiento es un movimiento pacífico y no vamos a caer en provocación. Nosotros somos pobres y por eso no tenemos los documentos porque los documentos se les dan a los que tienen dinero, la corrupción es la madre del Instituto Nacional de Migración”.

Después de caminar unos 45 kilómetros desde la mañana del domingo, la caravana llegaba a Escuintla, Chiapas, en el sur de México, con reportes ya de deshidratación y llagas.

La caravana del “Éxodo de la Pobreza” demuestra que las supuestas “vías legales” establecidas por la Administración de Biden, entre ellas obligar a los migrantes a solicitar asilo desde terceros países y cumplir requisitos económicos, no eran más que una tapadera para desmantelar ilegalmente el derecho de asilo.

Mientras tanto, las autoridades mexicanas podrían tramitar los permisos de asilo y trabajo enviando a los migrantes a las oficinas de otras regiones, pero están saturando deliberadamente las oficinas de Chiapas, obligando a los migrantes a permanecer en el sur sin comida, albergue, dinero ni acceso a la atención médica.

Las historias de horror sobre los migrantes, que son la consecuencia deliberada de estas políticas, suelen ser la nota más destacada de las noticias en México. El sábado, un día antes de Nochebuena, dos jóvenes se ahogaron en el lodo repleto de basura del río Bravo cuando intentaban cruzar de Matamoros a Brownsville, Texas. El incidente fue grabado en video, y se puede oír a sus familiares llorando y gritando horrorizados desde la orilla.

Sin embargo, esta crueldad oficial no ha impedido que un número récord de migrantes llegue al río Bravo. En la primera semana de diciembre, la Patrulla Fronteriza estadounidense detuvo en promedio a más de 10.000 migrantes al día. Se espera que este año procese a 2,5 millones de migrantes, el tercer récord anual consecutivo.

Poco antes de reunirse con Blinken, López Obrador recitó sus habituales santurronerías sobre los “países pobres” de la región.

“Tenemos que evitar poner en riesgo a las personas, porque son viajes muy peligrosos”, añadió, cuando decenas de miles de militares fuertemente armados a los que ha ordenado “contener” a los migrantes tienen un historial de robar, extorsionar y disparar a los migrantes, así como de vínculos con las pandillas y cárteles.

Los peligros que enfrentan los migrantes no pueden ser exagerados. Biden y AMLO están envalentonando –y el Partido Demócrata, Morena y sus apologistas de pseudoizquierda son los principales responsables políticos— a los fascistas en Estados Unidos que preparan una embestida aún más brutal.

El principal candidato republicano Donald Trump, quien encabezó la insurrección fascista del 6 de enero de 2021 para establecer una dictadura, está prometiendo llevar a cabo un asalto sin precedentes desde “el primer día” para deportar a millones de migrantes anualmente.

Tras haber amenazado con actuar como un “dictador” en su primer día si es reelegido y tras haber utilizado una retórica hitleriana afirmando que los migrantes están “envenenando la sangre de nuestro país”, Trump habría elaborado planes para desplegar cientos de miles de tropas en la frontera entre Estados Unidos y México, presuntamente para construir campos de detención masivos, según Rolling Stone .

Una fuente dijo a la revista: “He oído al presidente Trump, Stephen Miller, y otros hablar de entre 100.000 y 300.000”.

La agenda de guerra imperialista está entrelazada por innumerables hilos con los ataques a los refugiados y migrantes y las luchas de la clase obrera. La embestida contra los derechos democráticos de los migrantes y la expansión asociada del aparato estatal represivo son preparativos para reprimir la oposición masiva de la clase obrera al genocidio, la guerra y los ataques al gasto social, los empleos y los niveles de vida para pagarlos.

Se está discutiendo asignar miles de millones de dólares más para el aparato represivo fronterizo y de deportación de EE.UU., mientras que la Administración de Biden y los gobernadores republicanos y demócratas han invocado la “seguridad fronteriza” para desplegar miles de tropas a lo largo de la frontera. Ambos partidos ya están pisoteando la Ley Posse Comitatus que prohíbe a las tropas en servicio activo llevar a cabo actividades policiales en el país.

Por su parte, AMLO está exigiendo fondos tanto en México como de sus patrocinadores en Washington para su propia militarización. Esto ha incluido utilizar las operaciones de “contención” de migrantes para mantener una presencia permanente de tropas en las fronteras de México y el interior. El presidente mexicano traicionó su antigua promesa de enviar al ejército a los cuarteles y en cambio consagró su despliegue interno en la Constitución

Millones de personas están siendo arrastradas por el torbellino de la descomposición objetiva del capitalismo y su sistema de Estados nación. Los pies que marchan en Chiapas y que cruzan el río Bravo hacen sonar las cadenas de más de un siglo de opresión imperialista. Esta es la misma lucha de todos los trabajadores de Estados Unidos y de todo el continente americano contra la reacción capitalista, la explotación, la guerra y el fascismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de diciembre de 2023)

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