La 'catástrofe humanitaria en Gaza empeora día a día', declaró el lunes el secretario general de la ONU, António Guterres, mientras el asediado enclave de 2,2 millones de habitantes sigue sin electricidad, alimentos ni agua. Israel está aprovechando una 'pausa' de cuatro días en su ataque —que al parecer se va a prorrogar otros dos— para hacer preparativos para una embestida aún más despiadada contra el sur de Gaza.
'Tienen unos días. Cuando volvamos a combatir, aplicaremos la misma fuerza y más... y combatiremos en toda la Franja [de Gaza]', dijo el lunes el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, a los soldados, según la CNN.
El lunes, la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno de Gaza informó de que el número de víctimas mortales del genocidio había aumentado a 15.000, después de que se encontraran decenas de personas sepultadas bajo los escombros durante la 'pausa' en los combates. La cifra de muertos incluye 6.160 niños y 4.000 mujeres, mientras que otras 33.000 personas están heridas. Además, otras 7.000 personas siguen desaparecidas, probablemente sepultadas en edificios derrumbados, entre ellas 4.700 niños. Sumando los desaparecidos a los muertos, el número de víctimas asciende a 22.000, entre ellas 10.860 niños.
Desde el comienzo de la ofensiva israelí han muerto 207 médicos, enfermeros y otro personal sanitario, según la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno. En este tiempo han muerto 70 periodistas y 266 escuelas han quedado destruidas, 67 de ellas completamente fuera de servicio.
Las Naciones Unidas señalaron que 'se calcula que más de 1,8 millones de personas en Gaza, o casi el 80% de la población, son desplazados internos'. En una estadística asombrosa, un informe del Grupo Sectorial de Refugios afirma que 'en toda la Franja de Gaza, más de 234.000 viviendas han sufrido daños y más de 46.000 han quedado completamente destruidas, lo que supone más del 60% del parque total de viviendas.' El informe añade que 'una pausa de unos días es inadecuada para hacer frente al catastrófico impacto de los ataques contra viviendas e infraestructuras civiles en Gaza. La pérdida de vidas y la destrucción de propiedades han sido devastadoras. Hay que proteger los barrios residenciales, las viviendas y las infraestructuras civiles'.
Además afirma:
En la ciudad de Gaza y en el norte de Gaza, los intensos bombardeos han provocado daños en más del 50% de todos los edificios, junto con daños generalizados en carreteras e infraestructuras esenciales, como sistemas eléctricos y redes de distribución, y tanques de almacenamiento de agua, tuberías, redes de suministro y canales de desagüe. El efecto acumulativo de los ataques impide el acceso a servicios e infraestructuras funcionales, lo que compromete gravemente la capacidad de satisfacer las necesidades básicas para mantener la vida.
Las autoridades israelíes no hacen más que intensificar su retórica genocida. El lunes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recibió a Elon Musk, el hombre más rico del mundo y notorio defensor del racismo y el antisemitismo, para promover su arremetida contra los palestinos.
'No hay más remedio que matar a quienes insisten en asesinar a civiles. No hay otra opción. No van a cambiar de opinión', dijo Musk durante la visita.
La visita de Musk fue ampliamente condenada incluso dentro de Israel. 'Elon Musk debería ser persona non grata en Israel', escribió Esther Solomon, redactora jefa del periódico israelí Haaretz. 'En lugar de ello, Netanyahu, hundiendo nuevas profundidades de adulancia amoral, le regala una visita de relaciones públicas a los kibutzim devastados por Hamás. Profanos, venales, biliosos, los dos'.
Antes de la visita, Musk apoyó públicamente un post en Twitter que defendía la 'teoría del gran reemplazo', que declaraba que 'las comunidades judías han estado impulsando el tipo exacto de odio dialéctico contra los blancos que dicen querer que la gente deje de usar contra ellos'.
La 'pausa' sólo se aplica a Gaza. En Cisjordania, el ejército israelí y los colonos de extrema derecha continúan sus ataques contra los palestinos. Desde el 7 de octubre, unos 231 palestinos, entre ellos 59 niños, han muerto en Cisjordania.
El portavoz del Ministerio de Sanidad palestino, Ashraf Al-Qudra, señaló en una entrevista con Al Jazeera que más de 60 ambulancias y 160 instalaciones sanitarias han sido destruidas durante los ataques de Israel contra Gaza. 'Fuimos objeto de una operación de ataque directo por parte de las fuerzas israelíes tras estrangular el sistema sanitario el primer día de la agresión cortando los suministros médicos, el combustible y la electricidad', afirmó.
Mientras tanto, el gobierno de Biden se prepara para las consecuencias políticas de la reanudación de la ofensiva israelí contra Gaza. En un artículo titulado 'White House Grapples with Internal Divisions on Israel-Gaza' ('La Casa Blanca se enfrenta a las divisiones internas sobre Israel-Gaza'), el Washington Post concluye con la siguiente contundente admisión: 'Aún así, los funcionarios de Biden se encuentran en un aprieto cada vez más enojoso. El problema que tienen, que es el problema que han tenido desde el primer día, es que los israelíes no tienen una estrategia para hacer lo que quieren hacer sin dañar, matar y expulsar a muchos palestinos de Gaza', dijo un asesor externo. Tienen que ir al sur y hacer lo mismo. No sé cómo lo hacen con más de dos millones de personas en el sur''.
Por supuesto, esto es un 'problema' sólo desde el punto de vista de las relaciones públicas. Los funcionarios israelíes han dejado claro que buscan el asesinato o la expulsión de la población de Gaza de su tierra, mientras que la Casa Blanca ha insistido repetidamente en que no hay 'líneas rojas' sobre el número de civiles que el ejército israelí puede masacrar.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de noviembre de 2023)