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Perspectiva

¡Por una movilización masiva de los trabajadores para detener el genocidio en Gaza!

Israel, con el apoyo de todas las potencias imperialistas del eje EE.UU.-OTAN, está intensificando su genocidio contra el pueblo palestino en Gaza. Se está desarrollando un movimiento de masas auténtico en respuesta. Este fin de semana, millones marcharán en todos los continentes habitados, incluyendo en una manifestación masiva en la cabina de control de los planes de guerra imperialistas, Washington D.C.

Miles se manifiestan en Detroit contra el genocidio de Israel el 28 de octubre de 2023

Es necesario esclarecer cuáles son las cuestiones políticas suscitadas por este movimiento. ¿Qué combate y qué estrategia debe adoptar?

Las atrocidades israelíes están siendo llevadas a cabo con el apoyo político y logístico pleno del Gobierno de Biden y todos los Gobiernos imperialistas de Europa. El propósito político es enviar el mensaje de que no conocen límites y el colonialismo ha vuelto.

El viernes, mientras el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken se reunía con el primer ministro Benjamín Netanyahu, Israel llevó a cabo ataques aéreos contra ambulancias, una escuela de la ONU y familias que huían del norte de Gaza, matando a docenas de personas. Mientras llovían bombas sobre niños heridos y doctores, Blinken declaró que “Estados Unidos apoya firmemente el derecho de Israel a defenderse”.

Estos eventos buscaban enviar un mensaje premeditado al mundo entero: Estados Unidos e Israel seguirán masacrando al pueblo de Gaza. El imperialismo estadounidense, haciendo caso omiso a la opinión pública mundial, harán lo que les plazca.

El apoyo rotundo de EE.UU. al Gobierno de Netanyahu y la fuerza militar masiva de ataque que ha reunido en el Mediterráneo, también buscan enviar un mensaje a Irán: interpónganse en nuestro camino y les haremos lo mismo. Si se nos oponen, va a haber bombas nucleares en su dirección.

El imperialismo estadounidense ve la guerra en Oriente Próximo como parte de su conflicto global con Rusia y China. Cuando Blinken partió de Tel Aviv, tuiteó: “Las armas y el equipo anunciados hoy como parte de la asistencia continua de EE.UU. ayudarán a aprovisionar lo que Ucrania necesita en el campo de batalla”. Tras haber sufrido el fracaso de la “ofensiva de primavera” ucraniana, Estados Unidos ha decidido abrir un nuevo frente de esta guerra global.

EE.UU. y las potencias de la OTAN, que enfrentan una crisis social, política y económica, acosadas por el crecimiento de la oposición en la clase obrera, ven en el empleo ilimitado de la brutalidad militar una solución a sus problemas.

Las acciones para detener la guerra no deben subordinarse a ningún sector de la élite política. En toda Europa, los partidos de la clase dominante han respondido a las protestas masivas intentando prohibir las manifestaciones y criminalizando la oposición al genocidio. Estados Unidos está controlado por dos partidos proimperialistas de la clase dominante, los demócratas y los republicanos.

Mientras Israel intensificaba sus acciones genocidas, la Cámara de Representantes de EE.UU. votó 412-10 a favor de una resolución que declaraba que “apoya la defensa de Israel”. El Senado de EE.UU. aprobó, por unanimidad, una resolución propuesta por el senador republicano fascista Josh Hawley que calumnia a los opositores a las acciones de Israel, acusándolos de “solidarizarse con los terroristas” y promover el “antisemitismo”.

La afirmación de que la oposición al genocidio estadounidense-israelí constituye “antisemitismo” es una calumnia contra el pueblo judío, cuyas masas tanto dentro de Israel como en todo el mundo se oponen a los crímenes del régimen de Netanyahu. Los verdaderos antisemitas son los que afirman que el Gobierno de Netanyahu y el Estado israelí actúan en nombre del pueblo judío.

Aquellos calumniando de antisemitas a los que se oponen a la guerra están entregando miles de millones de dólares a las fuerzas neonazis de Ucrania, cuyo héroe es el cómplice del Holocausto, Stepan Bandera. En septiembre, los embajadores de Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y el primer ministro canadiense ovacionaron a un miembro de las Waffen-SS de Adolf Hitler.

La inmensa mayoría de la población mundial se opone al genocidio de Israel en Gaza. Pero las potencias imperialistas, decididas a subyugar al mundo mediante la guerra, no pueden ser persuadidas de cambiar su sangriento rumbo. El creciente movimiento contra la guerra solo puede tener éxito en la medida en que movilice a la clase obrera internacional, que produce toda la riqueza de la sociedad.

El World Socialist Web Site, publicado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional, hace un llamamiento a huelgas y otras acciones de protesta de la clase obrera en todos los países. Instamos a la organización de manifestaciones masivas en todas las ciudades y protestas solidarias de emergencia por parte de los estudiantes universitarios y de secundaria.

Llamamos a la realización de protestas y manifestaciones dentro del propio Israel. Sus soldados, muchos de los cuales son reservistas, deben desafiar las órdenes criminales del régimen de Netanyahu y del Estado Mayor. Hay que recordar que el tribunal de Núremberg sentó el precedente de que “seguir órdenes” no es una defensa.

El WSWS insta a los estibadores, al personal de los aeropuertos y a los trabajadores del transporte de todo el mundo a participar en huelgas para cortar el suministro de cualquier recurso que pueda apoyar el genocidio de Israel. El mes pasado, un grupo de sindicatos palestinos hizo un llamamiento a los trabajadores de todo el mundo a negarse a manipular material bélico. El 31 de octubre, una coalición de sindicatos belgas de personal de tierra de aeropuertos pidió a sus miembros que “dejaran de manipular envíos de armas a Israel”.

En Cisjordania se ha iniciado una huelga general contra la ofensiva contra Gaza. El gran poder social de la clase trabajadora internacional debe ser movilizado en apoyo a los palestinos, incluyendo una huelga general política en todos los países imperialistas.

El movimiento obrero en desarrollo en todo el mundo debe armarse con una perspectiva socialista, internacionalista y revolucionaria.

En Oriente Próximo, el genocidio de Gaza ha puesto de manifiesto el callejón sin salida que representa la ficticia solución de los “dos Estados”, según la cual coexisten un Estado de apartheid y bantustanes similares a guetos en los que se concentra el pueblo palestino. Las décadas de brutal represión y violencia contra el pueblo palestino han culminado en la “solución final” de Netanyahu: Israel planea limpiar étnicamente Gaza. Los que no mueran a causa de los bombardeos y el hambre serán expulsados a ciudades de carpas en el desierto del Sinaí.

Los intereses de los trabajadores árabes y los intereses de los trabajadores judíos solo pueden garantizarse mediante la disolución del actual Estado de Israel y su sustitución por un Estado multinacional, con plenos derechos democráticos y sociales para judíos y árabes, como parte de una federación socialista de Oriente Próximo.

Esto debe ir ligado a la construcción de una dirección socialista en la clase obrera de cada país. El genocidio de Gaza es la barbarie imperialista en su forma más brutal. La respuesta de las élites gobernantes a la crisis del capitalismo consiste en la escalada de la guerra mundial. Esta misma crisis ha producido una oleada de huelgas y protestas de la clase obrera en todo el mundo.

El crecimiento de la lucha de clases representa la base objetiva para poner fin al imperialismo. La lucha contra el genocidio en Gaza debe conectarse con la lucha de los trabajadores en todo el mundo contra la explotación y la desigualdad y debe convertirse en un movimiento político consciente e internacional por el socialismo. Esta es la perspectiva por la que luchan el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y sus Partidos Socialistas por la Igualdad afiliados.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de noviembre de 2023)

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