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“Con 568 pesos uno no come sus tres comidas al día”

Trabajador de General Motors en México se pronuncia en apoyo a huelga automotriz de EE.UU. y Canadá

En vísperas de que expire el emplazamiento a huelga en las plantas automotrices de EE.UU. y Canadá, el Boletín Informativo de los Trabajadores Automotores del WSWS conversó con Luis, un trabajador de ensamble del Complejo Silao de General Motors, en el centro de México.

Describió sus condiciones de vida y varios casos de abuso corporativo que hizo valer el sindicato “independiente” instalado el año pasado en la planta con el apoyo de los Gobiernos y las burocracias sindicales de EE.UU., Canadá y México.

Entrevistador : El presidente mexicano AMLO (Andrés Manuel López Obrador) dijo en un evento reciente que la industria automotriz “trata bien a sus trabajadores, que son los sueldos justos y prestaciones” que “merecen”. ¿Cómo le responderías?

Luis: Si para él ganar poco es un salario justo. Los que llevamos toda la joda somos los trabajadores. Para mí no es un salario justo. No nos alcanza el dinero.

Mi salario es de 568 pesos [$33] diarios en [el equivalente a] una jornada de 8 horas, para cuando uno se enferma, para gastos de la escuela de mis hijos, principalmente para comer. Con 568 pesos uno no come sus tres comidas al día como debe de ser. De la casa, tengo un préstamo con Infonavit y me quitan 785 pesos semanales. A otros compañeros les he preguntado y les andan quitando 1.150 semanales. También cuando hay paro o descansamos los tres días seguidos, la mayoría con los que he platicado tenemos otros oficios. En mi caso yo hago trabajos de carpintería en mis tiempos libres. Cuando me llega un trabajo, pues lo hago. Otros compañeros son mecánicos, albañiles, etc. Yo les he preguntado a otros, “¿Con lo que ganas aquí te alcanza?”. Y me contestan, “No. Mi esposa trabaja. Yo hago trabajos en tiempos libres. Y ahora habiendo tanto paro, pues menos”.

Complejo de GM en Silao, México [Photo by General Motors / CC BY-NC 3.0]

Yo ahora compré un carrito, un Matiz Pontiac y a veces se nos descompone y no podemos ni costear una reparación. A veces tengo yo que meterle mano y sí es lo que les comentó a mis compañeros. ¡Qué ironías de la vida! Ensamblamos vehículos carísimos que nosotros no podemos tenerlos, costearlos. Los trabajadores somos los que movemos a la empresa.

Hay una película mexicana que se llama Los albañiles [1976], muy bonita, y dice un albañil la mera verdad un 3 de mayo, el Día de la Santa Cruz, de los albañiles. Está tomando y hace un grito, “¡Hago casas y no son mías!”. Y pues acá estamos igual. Son ironías de la vida. Lo dijo aquí en México Emiliano Zapata, “La tierra es de quien la trabaja”. Es algo parecido, desgraciadamente las cosas no son así ni aquí en México ni en todo el mundo.

E: Varios trabajadores automotores de EE.UU. dijeron en una reunión el domingo que “los trabajan hasta la muerte” por las jornadas largas y las condiciones inseguras. ¿Esto resuena contigo?

L: Trabajamos 12 horas, pero son cuatro días, que son 48 horas. O sea, trabajamos entre comillas “lo normal” que marca la ley. Pero, sí, en mi caso, como comentan pues el trabajo está muy pesado.

Yo estoy donde se comienza a ensamblar la unidad, ponemos el escape, los discos donde va la llanta, el tanque de gasolina, las llantas, el eje delantero, el canister y varias cosas más.

Son 12 horas de estar parados, prácticamente no nos sentamos. A mí ya me están saliendo hasta varices en mis pies por estar todo el día parado. Cuando llego a mi casa, me duelen muchísimo mis pies. Me bajo del camión y prácticamente los pies no me quieren responder. Aparte, uno se enferma en este tipo de trabajos. Son 12 horas y no nos quieren enviar al baño.

Un compañero que lo mandaron del área de vestiduras porque salió mal con el supervisor y me comentó que les dice, “Échame la mano en que no vayan al baño”. ¡Ah caray, dile a él que no vaya al baño todo el tiempo que está aquí! Deben ser un poco éticos, un poco humanos. Son obreros pero como están detrás de una computadora, quieren tener autoridad sobre uno y en realidad no es así. Todos tenemos la necesidad de ir al baño y son largas jornadas de trabajo que va a llegar a afectar en un futuro.

Va a ser un año desde que tembló en México y se sintió acá en Guanajuato, [un terremoto de 7,7 grados el 19 de septiembre de 2022]. No hicieron el protocolo de sacar a la gente, pero a los de oficina sí los sacaron y a los del sindicato SINTTIA. Para ellos sí sonó la alarma, pero para los trabajadores no. Empezó a temblar y, como estaban en movimiento, algunos sí lo alcanzaron a percibir, pero la mayoría no. Se dieron cuenta por redes sociales que tembló. Fue una injusticia no sacar a los trabajadores. Gracias Dios que no pasó a mayores pero no sé por qué hacen sus simulacros, si a la hora de la hora, a la empresa no les interesan los trabajadores.

En la pandemia, mi esposa trabajó ahí en General Motors. Resulta que a mi esposa le dio [COVID-19] en septiembre de 2020. Cuando me dijeron [en la entrada] “quién convive con una persona que tenga COVID, dé el dedo hacia abajo,” mi esposa estaba en cama con oxígeno, aquí en mi casa. Yo llevaba la copia de la receta [nota] porque la llevé a un médico de afuera. Me dijeron que pasara a servicio médico y tienen una forma muy mala de tratarte ahí. Les da una risita muy burlona.

Le dije al doctor que mi obligación es dar el dedo abajo y comentarles, según el protocolo, que yo estoy conviviendo con una persona que tiene COVID. Me aventó la receta con la mano y me dijo, “No es válida porque no es del seguro social”. Le dije que “No vengo a que si es válida o no, la obligación mía es dar el dedo abajo para ver qué acciones toman”.

“No pues no te puedo mandar a descansar; tú vete a trabajar”, respondió. Yo pensé que me iba a decir que fuera a hacerme la prueba para ver si tengo el COVID o no, pero me mandó a trabajar valiéndole si podía contagiar a mis compañeros o no. Le pregunté sobre mi esposa y me dijo que tiene que ir al seguro social, si no le van a dar de baja. ¿Pero cómo va a ir ella si está en cama con oxígeno?

E: ¿Ha habido algún cambio desde que llegó el nuevo Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA)?

L: Yo no he visto ningún cambio. Tampoco te puedo decir que estamos peor. Muchos compañeros comentan que estamos peor pero ellos se refieren a que no hacen tantos préstamos y la CTM sí nos daban equis cosa que ya SINTTIA comienza a dar, como la mochila con útiles.

Yo veo lo mismo, que el sindicato está a favor de la empresa, por el trabajador no hace nada. Yo me desafilié porque he tenido dos o tres problemas en la empresa, me quise acercar al sindicato y nunca se pusieron a mi favor.

El primero fue que, para el turno de la noche, yo agarro el camión a las 4:40 p.m. y pasó hasta las 5 p.m. Allá llegamos como a las 5:50 p.m. Cuando llegué la supervisora, me paró en el camino y me preguntó “¿Qué pasó, Luis?”. Le dije que mi camión llegó tarde, y no me creyó, preguntándome qué ruta era y de qué ciudad venía. Le expliqué. Cuando llego, el encargado de mi equipo, que nunca quiere hacer nada, estaba en mi lugar porque la línea ya estaba arrancando. Llego y me dice con un tono de voz muy golpeado, “¿Qué pasó Luis?”. Le dije que ya lo había hablado con la líder de grupo. “Ah, entonces ella te va a enviar al baño”. Y en todo el turno no me envió al baño. Les marqué a los del sindicato. Me dijeron muy formalmente que iban a hablar con él. Yo esperaba que llegaran y lo sancionaran pero nunca se arrimaron.

Otro problema fue que falté por la inseguridad aquí en la ciudad. [Hubo tiroteos y ataques a civiles, incluyendo la quema de camiones con trabajadores de fábrica, presuntamente por parte de cárteles.] Estuvo muy feo esa vez y falté y pues querían que les firmara un aviso de corrección por falta injustificada. Les dije que había faltado por la inseguridad, que primero estaba mi vida y la integridad. Y el sindicato se puso del lado de la empresa. Me hicieron firmar el aviso de corrección.

Un compañero que venía del área de chasis. Me dijo que él no se había afiliado al sindicato cuando se hizo el cambio al SINTTIA porque no hace nada por uno. Me dijo, “En el equipo en el que estaba en chasis, el encargado del equipo o LED golpeó a un compañero y los del sindicato se dieron cuenta y no le hicieron nada. Lo golpeó y, de hecho, el chavo ni siquiera las manos metió por miedo a perder su trabajo. Y el encargado ahí está como si nada”.

A parte porque los del sindicato SINTTIA están metiendo a puros [cercanos]. En el caso de [la secretaria general] Alejandra Morales, su novio es Rogelio Moreno y ella lo tiene como su mano derecha, en nivel 5. Si nosotros al tope ganamos 568 pesos, ellos ganan como unos 700 pesos para no estar haciendo nada por la gente. También de las cuotas ellos agarran para pagarse la gasolina de sus carros. Son un desastre ese sindicato.

Ellos tienen una oficina que anteriormente era de la CTM. No más llegan ahí y en las líneas de producción, no están. Están ahí recibiendo documentos como para los préstamos y becas para hijos que están estudiando. Puro papeleo de oficina. En las líneas no están y pienso que también deberían estar en la línea.

E: Los analistas de México dicen que, si hay una huelga del sector automotor de EE.UU., en cuestión de 4 semanas, habría paros en las plantas de autopartes de Coahuila, Guanajuato y otros estados de México. En 2019, el complejo Silao se detuvo apenas 16 días después del inicio de la huelga de GM en EE.UU. La industria automotriz está firmemente vinculada y cuando hay una lucha en un país inmediatamente es una lucha internacional. Pero por mucho tiempo los sindicatos de EE.UU. y las empresas los presentan como enemigos, que si piden mayores salarios se van a ir las empresas a otros países como México. ¿Qué opinas?

L: Lo mismo nos dicen a nosotros en México, que si queremos que nos aumenta, las empresas se van a otros países de Centroamérica, donde la mano de obra es todavía mucho más barata que aquí. Pero en realidad, no somos lo que ellos dicen. No somos enemigos.

El irse a huelga sí nos afectaría mucho, pero sería para algo positivo para todos —aquí en México—. Qué sea a nivel internacional. Al final de cuentas los obreros somos los que movemos todo un país y el mundo porque todos trabajamos en una simbiosis. Este mundo es una simbiosis. Nosotros necesitamos de ellos y ellos necesitan de nosotros. Y si nosotros no ponemos un alto a tantas injusticias y bajos salarios, las empresas van a seguir operando con todos estos problemas.

Tiene que haber esta [lucha] para componer la economía y los intereses de los trabajadores. Está bien que nos unamos porque si vemos que el sindicato no hace nada, nosotros como trabajadores debemos de organizarnos y levantar la voz para componer esta situación.

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