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China crecimiento desecelera y mientras aumenta el desempleo juvenil

Sigue creciendo la preocupación por la ralentización de la economía china, ya que las expectativas de que 'se recuperaría' con el levantamiento de las medidas “cero-COVID” a finales del año pasado no se han materializado. Se dice que la supuesta recuperación económica está perdiendo fuelle.

Trabajadores automotores instalan ventanas en una fábrica de minibuses en la ciudad de Shiyan, en la provincia central china de Hubei, el 10 de mayo de 2023 [AP Photo/Andy Wong]

Al mismo tiempo, se está desarrollando una nueva oleada de infecciones con predicciones, probablemente subestimadas, de 65 millones de infecciones a la semana. Tras el levantamiento de las restricciones, las autoridades preveían un repunte inicial que luego remitiría, pero las nuevas variantes se están afianzando en centros importantes como Shanghái.

Los últimos datos mensuales muestran un declive en áreas clave de la economía, con la producción industrial y los beneficios, las ventas inmobiliarias y el crecimiento del crédito por debajo de las previsiones.

El gasto de los consumidores se disparó inicialmente tras el levantamiento de las medidas anti-COVID y se esperaba que diera un impulso continuado a la economía en medio de una desaceleración mundial, sin embargo, como informaba el Financial Times (FT), 'también ha retrocedido ante unas perspectivas económicas sombrías'.

El artículo citaba las declaraciones de Hui Shan, economista jefe para China de Goldman Sachs, que resumía la situación general.

'La confianza es un gran problema', afirmó. 'A los consumidores les preocupa el futuro: no tienen muchas ganas de gastar. La inversión privada también es muy débil. Si hablas con empresarios, sigue habiendo reticencia a emprender'.

En el primer trimestre del año, el producto interior bruto creció un 4,5% gracias al aumento de las ventas al por menor y las exportaciones. El impulso no duró. Las ventas inmobiliarias, que en marzo estaban al 95 por ciento de sus niveles de 2019, han caído ahora a sólo el 63 por ciento.

Una de las consecuencias sociales más significativas de la desaceleración económica, con consecuencias políticas potencialmente explosivas, es el aumento del desempleo juvenil. La tasa de desempleo entre los jóvenes de 16 a 24 años alcanzó el mes pasado un máximo histórico del 20,4%.

Hace cinco años, un título universitario era el billete para un trabajo generalmente mejor pagado. Ya no es así, pues los licenciados tienen dificultades para encontrar un puesto de trabajo y los que lo consiguen a menudo reciben una remuneración inferior a la que esperaban.

El FT citaba el caso de una titulada de 25 años que decía llevar medio año solicitando trabajo. Todavía no había recibido ninguna oferta y señalaba que, incluso si conseguía un empleo, los salarios de los puestos de oficina eran inasumibles.

La tasa récord de desempleo se ha alcanzado antes de que una nueva cohorte de licenciados se incorpore al mercado laboral a finales de este año.

Según un reciente informe de Goldman Sachs, el desempleo urbano juvenil chino es ahora aproximadamente el doble de la tasa del 10 por ciento anterior a la COVID y esto bien podría ser una subestimación. Esta tasa podría aumentar rápidamente en los próximos meses y, con el inicio de la temporada de graduaciones, durante la cual una cifra récord de 11,6 millones de jóvenes se incorporarán a la población activa, podría dispararse hasta 3-4 puntos porcentuales.

El informe Goldman señala que parece existir un desequilibrio estructural.

'A pesar de que una proporción cada vez mayor de desempleados de entre 16 y 24 años tiene estudios superiores, parece haber un desajuste entre las disciplinas académicas y las necesidades de las empresas'.

Citaba el caso del deporte y la educación. El número de graduados en esta área aumentó un 20 por ciento en el período de 2018 a 2021, pero la 'demanda de contratación de [la] industria de la educación se debilitó significativamente en el mismo período'.

También se debilitó la demanda en los campos de la tecnología de la información y la propiedad, que tienden a contratar a trabajadores más jóvenes.

'Podríamos ver cómo el desempleo juvenil continúa su tendencia al alza en los próximos meses debido a la fuerte estacionalidad de la oferta, a pesar de las políticas gubernamentales de creación de más puestos de trabajo para licenciados'.

El Partido Comunista Chino sabe que el fundamento central de su legitimidad política, tras haber establecido un régimen capitalista en toda regla, es la promesa de que, a pesar de la creciente desigualdad social y la corrupción, sus políticas económicas ofrecen una vía de progreso a la población, y no en menor medida a los jóvenes.

Pero hay indicios de un conflicto creciente.

El pasado mes de marzo, reflejo sin duda de un giro en la política oficial, un artículo publicado por la Liga de la Juventud Comunista atacaba a los licenciados por aferrarse a sus aspiraciones y negarse a 'apretar tuercas' en las fábricas, denunciaba sus actitudes 'negativas' y les decía que 'se quitaran los trajes y entraran en las fábricas y las tierras de labranza'.

La declaración produjo indignación en las redes sociales, y un comentario preguntaba si el autor 'estaría dispuesto a dejar su trabajo actual para convertirse en barrendero o trabajador de fábrica'.

Un usuario de Weibo señaló que, según algunas estadísticas, 'más de un millón de licenciados trabajan ya como repartidores de comida a domicilio y otros empleos temporales'.

Esta situación no se limita en absoluto a China. Existe una cohorte significativa y creciente de jóvenes en la misma situación en todas las grandes economías capitalistas.

Las autoridades chinas son especialmente sensibles a los peligros políticos que entraña el crecimiento de una generación joven con un alto nivel educativo y sin perspectivas de futuro, ya que anteriormente han insistido en que la educación y el estudio son el camino hacia el ascenso social en una economía capitalista.

En los últimos tiempos, los medios de comunicación estatales han publicado historias sobre cómo los licenciados universitarios han podido obtener altos ingresos creando empresas que no requieren cualificaciones académicas.

Estas afirmaciones han sido denunciadas y expuestas en las redes sociales y, como informaba el FT en un artículo reciente, han ido acompañadas de críticas a la falta de leyes laborales eficaces.

Según el informe 'Los trabajadores de cuello blanco trabajan habitualmente muchas horas, como el famoso horario '996' de las empresas tecnológicas, en el que los empleados trabajan de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana, o están de guardia 24 horas al día, siete días a la semana, sin horas extra ni tiempo libre remunerado'.

Un comentarista de WeChat escribió: 'Deberían aplicar la legislación laboral y abordar la verdadera preocupación de los trabajadores'.

Esta oposición rumorosa aún no ha adoptado una forma política abierta.

La oligarquía gobernante, encabezada por Xi Jinping, teme que esto ocurra, ya que la realidad china entra en conflicto con la ideología dominante, según la cual la restauración del capitalismo representa el camino a seguir para la clase obrera y las masas.

La dirección del Partido Comunista Chino es muy consciente de que fue un movimiento de jóvenes dirigido contra la desigualdad social, que comenzó en la plaza de Tiananmen, el que desempeñó un papel importante en el estallido de la clase obrera en 1989.

(Publicado originalmente en inglés el 30 de mayo de 2023)

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