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El parasitismo financiero y el impulso bélico contra China

Una reciente publicación en el sitio web del Institute for New Economic Thinking ha proporcionado información importante sobre cómo el parasitismo financiero en el sector de la alta tecnología de la economía estadounidense es una fuerza motriz clave para el desarrollo de la guerra del imperialismo estadounidense contra China.

Un trabajador ensambla dispositivos electrónicos en una fábrica de Alco Electronics en Houjie Town, ciudad de Dongguan, en la provincia china de Guangdong. [AP Photo/Ng Han Guan]

El establishment político, tanto el partido demócrata como el republicano, así como las agencias de inteligencia estatales y numerosos think tanks imperialistas han dejado claro que el desarrollo de la alta tecnología en China es una amenaza existencial para la posición de EEUU y debe ser contrarrestado por todos los medios necesarios, incluida la guerra.

La pregunta que surge inmediatamente es ¿por qué Estados Unidos corre el peligro de quedarse atrás?

El artículo de Marie Carpenter y William Lazonik sobre la historia de la gran empresa estadounidense Cisco Systems, descrita por los autores como 'el que fuera líder mundial en sistemas de telecomunicaciones e Internet', ofrece algunas respuestas a esta pregunta.

Señalan que Estados Unidos se ha quedado rezagado frente a sus competidores mundiales en infraestructura de comunicaciones móviles y lo que denominan este 'fracaso nacional' ha creado tensiones socioeconómicas y geopolíticas.

Lazonick lleva mucho tiempo investigando el modo en que las grandes empresas estadounidenses han realizado operaciones financieras para aumentar los beneficios de accionistas e inversores, privando a sus industrias de los fondos necesarios para la investigación y el desarrollo.

Su perspectiva básica es que si este proceso puede ralentizarse o incluso invertirse, la industria estadounidense podrá recuperar la posición económica dominante que tuvo en el pasado. Sin embargo, a pesar de esta perspectiva, basada en la concepción de que la rueda del desarrollo del capitalismo puede dar marcha atrás para que EE.UU. recupere sus días de gloria, el artículo porta información significativa.

Los autores sostienen que la razón clave por la que EE.UU. se ha quedado atrás es la 'negligencia de las principales empresas con sede en EE.UU. a la hora de liderar las inversiones en aprendizaje organizativo necesarias para generar productos de vanguardia en infraestructuras de comunicación'.

Ninguna empresa de EE.UU. 'ejemplifica mejor esta deficiencia que Cisco Systems, fundada en 1984 y que tuvo un crecimiento explosivo en los años 90' hasta convertirse en 'el principal proveedor mundial de redes empresariales en la revolución de Internet'.

En los últimos 20 años, sin embargo, el modus operandi de la empresa ha cambiado significativamente.

'Desde 2001, la alta dirección de Cisco ha optado por destinar el efectivo corporativo a la recompra de acciones en el mercado abierto —aka recompra de acciones— con el propósito de dar impulsos manipuladores al precio de las acciones de la compañía en lugar de realizar las inversiones en aprendizaje organizativo necesarias para convertirse en un líder mundial en equipos de comunicación para la era del 5G y el IoT (Internet de las cosas)'.

Entre octubre de 2001 y octubre de 2022, Cisco gastó $152.000 millones, alrededor del 95% de sus ingresos netos durante ese periodo, en recompras de acciones para apuntalar el precio de sus acciones.

Además de los fondos gastados en 'maximizar el valor para el accionista', Cisco pagó $55.500 millones en dividendos a los accionistas, lo que representa otro 35% de los ingresos netos. Tal fue el alcance de estas operaciones que la empresa tuvo que endeudarse en ocasiones para financiarlas.

El aumento del precio de las acciones de la empresa a partir de 2001 se convirtió en un importante medio a través del cual podía adquirir otras empresas y pagar a sus principales empleados y ejecutivos.

El artículo señalaba que Cisco no ha sido la única empresa tecnológica basada en las comunicaciones que ha seguido el camino de la financiarización. Lucent Technologies, en su momento líder del sector, siguió ese camino, pero fracasó y fue adquirida por la empresa francesa Alcatel en 2006.

Hubo un incidente significativo en el desarrollo del parasitismo financiero de alta tecnología en marzo de 2018, cuando el presidente Trump emitió una orden ejecutiva por motivos de 'seguridad nacional' que prohibía la adquisición del gigante tecnológico Qualcomm por Broadcom.

La objeción a Broadcom no era que se tratara de una empresa extranjera —había iniciado sus operaciones en Singapur, pero luego se trasladó a Estados Unidos—, sino que sus antecedentes demostraban que 'financiarizaría' aún más las operaciones de Qualcomm y reduciría drásticamente el gasto en investigación y desarrollo.

Los autores concluyen que 'el impacto de la financiarización del sector ha dejado a Estados Unidos sin capacidad para innovar en el desarrollo de una red de infraestructuras de comunicación'. Los responsables políticos estadounidenses 'han optado por responder a la pérdida de competitividad de Estados Unidos con medidas proteccionistas agresivas contra los competidores chinos'.

Estas medidas comenzaron bajo el mandato de Trump, pero se han acelerado considerablemente bajo la administración de Biden La estrategia se centra en la prohibición de tecnologías de chips vitales destinadas a paralizar empresas como Huawei, así como en tratar de imponer normas industriales globales que favorezcan a empresas estadounidenses, japonesas y coreanas.

Los autores sostienen, sin embargo, que este creciente enfrentamiento podría haberse evitado: 'Dada su trayectoria a principios de siglo, Cisco podría haber desempeñado un papel central en una política industrial dirigida a mantener y potenciar la fortaleza global de EE.UU. en este sector crítico'.

Los responsables políticos estadounidenses 'podrían haber reconocido la necesidad de desarrollar estas capacidades innovadoras en una época que ahora podríamos llamar las 'décadas perdidas' de Estados Unidos'. Una empresa como Huawei no impuso esta pérdida de liderazgo mundial a Estados Unidos. Cientos de miles de millones de dólares malgastados en recompras de acciones sí lo hicieron'.

El fallo básico de este análisis, que presenta la cuestión de las recompras de acciones como el resultado de malas 'decisiones' tomadas por altos cargos de las empresas, es que ignora las fuerzas dinámicas que operan en la economía estadounidense y en su sistema financiero en su conjunto.

Como Lazonick en particular sabe bien, porque lo ha documentado, el tipo de operaciones parasitarias llevadas a cabo por Cisco atraviesan amplios sectores del mundo corporativo estadounidense. Esto no puede achacarse a elecciones, del mismo modo que un cúmulo de cáncer en cualquier zona no puede atribuirse a los problemas de salud de los individuos.

El parasitismo es el resultado de la dominación del capital financiero sobre todos los sectores de la economía estadounidense. Las empresas se enfrentan a la 'elección' de que, a menos que satisfagan sus demandas de aumentar el valor para el accionista, serán objeto de adquisiciones hostiles o de operaciones de reestructuración.

Estas actividades parasitarias expresan al más alto nivel la lógica esencial del sistema capitalista que, como señaló Marx, es la transformación de dinero en cantidades aún mayores de dinero, no el desarrollo de las fuerzas productivas o de nuevas tecnologías per se.

Esta actividad depredadora, alojada en el ADN mismo del sistema capitalista y del afán de lucro privado, tiene consecuencias como puede verse en la mayor erosión de la posición económica de EE.UU., un declive que intenta superar por medios militares contra lo que considera potencialmente su mayor rival, China.

Subraya el hecho de que la guerra mundial, lógica esencial de este proceso, sólo puede evitarse mediante la lucha por un programa antibélico basado en un programa socialista dirigido a derrocar el sistema capitalista de beneficios que ahora amenaza con la destrucción misma de la civilización.

(Publicado originalmente en inglés el 5de marzo de 2023)

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