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Pelosi se compromete a una guerra “hasta obtener la victoria”

Durante el fin de semana, Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU. y la segunda sucesora a la presidencia, viajó en secreto a la zona de guerra en Kiev, Ucrania, y comprometió a EE.UU. a garantizar una “victoria” contra Rusia.

Repitiendo la falsa premisa de que la participación estadounidense en la guerra con Rusia se trata de ayudar a Ucrania, un aliado asediado, Pelosi le dijo al presidente ucraniano Volodímir Zelenski: “Nuestro compromiso es apoyarlos hasta que la lucha se acabe”. Añadió: “Apoyaremos a Ucrania hasta obtener la victoria”.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, visita la División 82ª Aerotransportada, estacionada en Rzeszów, Polonia (@SpeakerPelosi)

El legislador Jason Crow, quien acompañó a Pelosi en su viaje a Ucrania, fue aún más enfático en afirmar que EE.UU. es un participante de la guerra, declarando en una rueda de prensa en Polonia: “Estados Unidos de América está involucrado para ganar y apoyaremos a Ucrania hasta obtener la victoria”.

La promesa de Pelosi, que se produce tan solo una semana después de que el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, y el secretario de Estado, Anthony Blinken, hicieran compromisos similares, garantiza dinero y sangre indefinidos para avanzar objetivos militares generales e ilimitados que amenazan con arrastrar a EE.UU. a lo que el presidente Joe Biden llamó una “guerra mundial”

¿Qué significa una “victoria” en Ucrania? En tan solo una semana, Biden, Austin y varios líderes del partido político del mandatario han dado respuestas contradictorias e irreconciliables sobre los objetivos de EE.UU. en Europa del este.

Por un lado, Biden afirmó que “no es cierto” que EE.UU. esté involucrado en una guerra por delegación con Rusia. Por el otro, Austin dijo en una rueda de prensa en Polonia la semana pasada de que EE.UU. está buscando “debilitar” Rusia. El New York Times planteó la posibilidad de “poner de rodillas a Rusia”, mientras que el excomandante Ben Hodges del Ejército de EE.UU. en Europa llamó a “quebrantar” Rusia.

¿A cuáles de estos objetivos compromete Pelosi a EE.UU.?

Si uno tomara las declaraciones de Pelosi en el sentido más limitado y literal, significarían que EE.UU. ofrecerá asistencia a Ucrania hasta que alcance sus objetivos militares en relación con Rusia. Pero los objetivos militares de la propia Ucrania, que fueron elaborados en cooperación con los planificadores militares estadounidenses, son vastos.

El 24 de marzo de 2021, Zelenski firmó un documento prometiendo “implementar medidas para garantizar la desocupación y reintegración de la península [de Crimea]”. Esto significa que Ucrania está comprometida formalmente a tomar militarmente Crimea, un territorio que Rusia reclama como propio.

Si Ucrania consigue romper la ofensiva rusa en el Dombás, desplaza a las fuerzas rusas atacantes y se adentra en territorio ruso, ¿se “comprometería” Estados Unidos a apoyar a Ucrania en esta “lucha”?

En otro escenario, ¿qué haría Estados Unidos si las fuerzas rusas continúan su avance hacia el oeste de Ucrania, rodeando a secciones del ejército ucraniano y conduciendo a su desintegración? ¿Qué significa el compromiso abierto de Pelosi con la “victoria” contra Rusia si Ucrania se ve amenazada por una derrota estratégica?

La declaración de Pelosi deja claro que, si se ve obligado a elegir entre renegar de su “compromiso” y el despliegue de tropas –o incluso el uso de armas nucleares—, Estados Unidos elegirá lo segundo.

La semana pasada, el senador demócrata Chris Coons pidió una “conversación” sobre el envío de tropas estadounidenses para luchar contra Rusia en Ucrania.

Cuando le preguntaron sobre las declaraciones de Coons, el senador Tim Kaine, compañero de fórmula de Hillary Clinton en 2016, se limitó a calificar la medida de “prematura”, admitiendo de hecho que los planes ya están en marcha. El domingo, el congresista republicano Adam Kinzinger anunció que ha presentado una Autorización para el Uso de la Fuerza Militar que permitiría a Biden desplegar tropas estadounidenses en una guerra a gran escala con Rusia.

En el transcurso de la guerra de Vietnam, Estados Unidos se vio arrastrado a una guerra cada vez más sangrienta y brutal que seguía la lógica de los compromisos militares que había adquirido.

Los Papeles del Pentágono, publicados por primera vez en 1971, revelaron que a principios de la década de 1960, bajo la Presidencia de John F. Kennedy, el imperialismo estadounidense transformó su participación en Vietnam, que hasta ese momento había sido calificada como una “apuesta de riesgo limitado”, en un “amplio compromiso”.

Uno de los componentes más condenatorios de los Papeles del Pentágono fue un memorando interno del Departamento de Defensa, redactado en 1965, que concluía que la razón principal de la participación estadounidense era mantener el “compromiso” de Estados Unidos, cuyo incumplimiento llevaría a una “humillante derrota estadounidense”. Los objetivos de Estados Unidos se clasificaron de la siguiente manera

· 70% - Evitar una derrota humillante de Estados Unidos (para nuestra reputación como país garante).

· 20% - Mantener el territorio [de Vietnam del Sur] (y el adyacente) fuera de las manos chinas.

· 10% - Permitir que el pueblo [de Vietnam del Sur] disfrute de un modo de vida mejor y más libre.

· NO - Para ayudar a un amigo

Memorándum publicado como parte de los Papeles del Pentágono

En su afán por reforzar la posición global de Estados Unidos en la posguerra, 58.220 soldados estadounidenses perdieron la vida, cientos de miles quedaron destruidos física y psicológicamente, y más de un millón de hombres, mujeres y niños vietnamitas fueron asesinados.

Los Papeles del Pentágono revelaron hasta qué punto la política exterior estadounidense se hace en secreto. Se presenta al público un conjunto de hechos y argumentos que no guardan relación con los objetivos reales que impulsan el conflicto. El objetivo del debate mediático no es permitir que el pueblo controle democráticamente la conducción de la política exterior, sino condicionar a la opinión pública para que acepte el resultado deseado por el aparato estatal estadounidense.

Lo que está en juego en la guerra actual es mucho más importante que en Vietnam. Desde su inicio como una guerra por delegación de Estados Unidos con el objetivo de “desangrar a Rusia”, el conflicto sobre Ucrania se está convirtiendo rápidamente en una guerra a gran escala entre dos Estados con armas nucleares.

Dentro de toda la élite política estadounidense, no hay ningún intento serio de explicar en qué consiste la guerra. Sencillamente, no existe ninguna oposición a una política temeraria y demente que amenaza con acabar con la civilización humana mediante el estallido de una tercera guerra mundial nuclear.

Los verdaderos objetivos del imperialismo estadounidense en la guerra contra Rusia fueron explicados por el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, David North, en su informe de apertura del Mitin Internacional En Línea del Primero de Mayo de 2022, “La guerra de la OTAN con Rusia y las tareas de la clase obrera internacional”:

Rusia se ha convertido en un blanco del imperialismo estadounidense, no por el carácter autocrático del régimen de Putin, sino porque, en primer lugar, su defensa de los intereses de los capitalistas rusos choca con el afán de hegemonía mundial de Estados Unidos, que se centra en sus preparativos para la guerra con China; y, en segundo lugar, el gran territorio ruso es la fuente de materias primas inmensamente valiosas y estratégicamente críticas, incluyendo metales y minerales como el oro, platino, paladio, zinc, bauxita, níquel, mercurio, manganeso, cromo, uranio, mineral de hierro, cobalto, e iridio, por nombrar solo algunos, que EE.UU. está decidido a tomar bajo su control.

Los funcionarios estadounidenses admiten con cada vez más franqueza que el imperialismo estadounidense quiere “quebrantar” Rusia y “ponerla de rodillas”. Al comprometerse a librar una guerra hasta obtener la “victoria”, Estados Unidos está creando las condiciones para la catástrofe.

La fuerza social que debe ser movilizada para detener el descabellado impulso hacia la guerra mundial es la clase obrera. Como North concluyó su informe, “La clase obrera internacional debe declarar la guerra a la guerra imperialista”.

El Mitin del Primero de Mayo, en el que se pronunciaron los representantes del Comité Internacional de la Cuarta Internacional en todo el mundo, describió en detalle la perspectiva socialista internacional sobre la cual se debe librar esta lucha.

(Publicado originalmente en inglés el 2 de mayo de 2022)

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