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Lutte Ouvrière de Francia desmoviliza la oposición de los trabajadores al peligro de guerra entre la OTAN y Rusia

Un soldado ucraniano corre para entregar municiones a un vehículo de combate blindado durante un ejercicio con fuego real en un área controlada por la Operación de Fuerzas Conjuntas en la región de Donetsk, este de Ucrania, el jueves 10 de febrero de 2022. (Foto AP/Vadim Ghirda)

La invasión rusa de Ucrania y la agresiva estrategia de las potencias de la OTAN amenazan al mundo con una guerra mundial catastrófica. La prensa francesa está discutiendo los efectos de un bombardeo nuclear de París mientras transmite incesantemente propaganda antirrusa. Esta crisis plantea directamente la cuestión del papel y el carácter de los partidos pequeñoburgueses que los medios franceses describen de 'extrema izquierda', como el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) y Lutte Ouvrière (LO, Lucha Obrera).

La oposición de la mayoría de los trabajadores a la participación militar de la OTAN en esta guerra es abrumadora. La semana pasada, el 69 por ciento de los estadounidenses se opuso a una intervención estadounidense según una encuesta de Rasmussen, y el 70 por ciento de los franceses se oponen a la intervención francesa según una encuesta de CNews. El NPA y la LO, sin embargo, buscan canalizar esta oposición detrás de los sindicatos procapitalistas, que apoyan el belicismo de la OTAN, y así bloquear una lucha contra el peligro de una guerra mundial.

El NPA, que apoyó la intervención de la OTAN en Libia y Siria contra sus regímenes prorrusos, llama a ampliar el conflicto. Aboga por 'la entrega de armas defensivas sin ninguna condición' por parte de la OTAN, mientras demoniza a Rusia y Putin. Rusia es, para el NPA, el país más agresivo del mundo que debe ser detenido a toda costa, según los análisis que ha publicado el profesor Gilbert Achcar, quien también se desempeña como asesor a sueldo del Ejército británico. De hecho, Achcar insiste:

El destino de la invasión rusa de Ucrania determinará la propensión a la agresión de todos los demás países. Si fracasa, el efecto sobre todas las potencias mundiales y regionales será de una fuerte disuasión. Si tiene éxito, es decir, si Rusia logra 'pacificar' Ucrania bajo sus botas militares, el efecto será el de un gran desplazamiento en la situación mundial hacia la ley de la selva.

Si bien superficialmente LO parece desempeñar un papel diferente, está orientado hacia diversas capas de la misma burocracia sindical y la máquina estatal capitalista a la que está unido el NPA. Al igual que el NPA, LO logró obtener millones de votos para sus candidatos electorales gracias a la cobertura de los medios a principios de la década del 2000. Pero se limita a hacer ciertas críticas a la política exterior francesa, sin movilizar a sus votantes contra la guerra, mientras colabora con partidos abiertamente proguerra como el NPA.

En la televisión France 5, la candidata presidencial de LO, Nathalie Arthaud, se quejó de que las potencias de la OTAN reforzaron sus posiciones en torno a Rusia y corrían el riesgo de provocar una guerra.

Afirmó que 'ha existido durante años una guerra por la influencia' en la región, y acusó a la OTAN de ser la principal responsable: 'Debemos condenar las maniobras llevadas a cabo por las potencias imperialistas occidentales, por la OTAN y, por supuesto, los Estados Unidos, porque hoy se nos dice, por supuesto, que Putin es el agresor. La realidad es que ha existido durante años una guerra por la influencia. Es esta presión militar en la región desde 2014 la que está degenerando hoy en un conflicto armado'.

Arthaud señaló “el cerco de Rusia por parte de la OTAN, que ha ejercido presión militar sobre Rusia y finalmente condujo a esta confrontación armada. Por supuesto, condeno estas rivalidades, esta lucha de poder”.

Añadió: 'Esta relación de fuerzas, esta lucha de poder existe desde hace muchos años y tengo la impresión de que estamos presenciando una especie de manipulación grosera que se asemeja a lo que sucedió en Irak en 2003. Nos dijeron que Saddam Hussein era un monstruo y que buscaba reventar el planeta. Además, los estadounidenses inventaron las armas de destrucción masiva en Irak para lanzar la guerra e invadirlo'.

Sobre la guerra lanzada por Moscú, Arthaud dijo: 'No tengo ninguna simpatía por el régimen de Putin. Por supuesto que creo que esta guerra debe detenerse, la primera víctima es la población. Pero debemos poner nuestra propia casa en orden, afrontar la responsabilidad de las potencias occidentales, de Francia, que está alineada en realidad con los Estados Unidos'.

En cuanto al papel agresivo de la OTAN en la región en las últimas décadas, y el papel reaccionario de Putin, los comentarios de Arthaud son bastante precisos. También fue capaz de contrarrestar ciertas trampas que le tendió el entrevistador de France 5, quien la presionó para que adoptara la posición belicista pro-OTAN del NPA sobre la guerra.

Cuando su interlocutor objetó, 'pero no es la OTAN la que está librando la guerra', Arthaud respondió: 'Pues sí, la OTAN está librando una guerra. ... ¿Sabes cuántas armas han enviado los estadounidenses a Polonia, Rumania, también Ucrania? Nunca ha habido tantas bases militares rodeando a Rusia'.

De hecho, Washington y sus aliados europeos interpretaron la disolución de la Unión Soviética en 1991 como la ocasión para tratar de imponer su dominio indiscutible del planeta. Desde entonces, las intervenciones dirigidas por el imperialismo han devastado Afganistán, Irak, Libia y Siria. La OTAN está llevando a cabo actualmente un amplio programa de rearme cuyo objetivo es Rusia. Después de haber rodeado a Rusia con bases militares y rechazado los llamamientos de Moscú para obtener garantías sobre su seguridad, la OTAN intentó, con éxito, provocar una invasión rusa de Ucrania.

Pero LO no se preocupa por movilizar a los trabajadores contra el peligro de guerra que se deriva de las políticas de todas las grandes potencias y, sobre todo, de las potencias imperialistas. Al igual que el resto del entorno pseudoizquierdista pequeñoburgués que surgió del movimiento estudiantil de clase media de 1968, LO tiene como objetivo más bien bloquear un movimiento internacional contra la guerra en la clase trabajadora.

Aunque obtuvo millones de votos en las elecciones y tiene varios miles de miembros, este partido no hace ningún llamamiento a una movilización contra la guerra.

De hecho, LO intenta simplemente reforzar el aparato sindical en todos los países. Esta política fue claramente expresada en una reunión el mes pasado por Jean-Pierre Mercier, el principal delegado sindical de la estalinista Confederación General del Trabajo (CGT) en la empresa automotriz Stellantis (PSA) y portavoz de Nathalie Arthaud en la campaña presidencial de 2022.

Si bien admitió que los 'sindicatos han desempeñado el papel de correa de transmisión en la clase obrera' para la clase dominante, Mercier afirmó que el primer deber de un revolucionario es participar en la burocracia sindical: '¡Deben ser los elementos más activos, los más decididos, los más militantes! Los comunistas revolucionarios deben estar allí donde están los trabajadores, luchando a su lado y tratando de organizar a los que no son miembros del sindicato: ese es el punto de partida básico para el trabajo de un militante comunista'.

En primer lugar, este argumento es falso, porque los trabajadores ya no participan en los sindicatos en Francia y en zonas cada vez más amplias del mundo. El porcentaje de trabajadores que son miembros de sindicatos en Francia es de alrededor del 7 por ciento. La mayoría de los trabajadores desconfían de la burocracia sindical, como se vio en el movimiento de los 'chalecos amarillos' que se organizó independientemente de los sindicatos en las redes sociales.

Además, y sobre todo, la estrategia de LO de encauzar a los trabajadores detrás de las burocracias sindicales nacionales divide a la clase obrera e impide una lucha común contra la guerra. Solo pasaron unos días para que las críticas hipócritas de LO con respecto a la OTAN fueran desenmascaradas. De hecho, los sindicatos promovidos por LO se están uniendo a las potencias imperialistas para apoyar la campaña para una intervención militar de la OTAN contra Rusia.

El 9 de marzo, el sindicato CGT, del que Mercier es un alto dirigente, publicó una declaración denunciando a Rusia como un agresor y exigiendo que las potencias de la OTAN la castiguen severamente. Afirman que únicamente la derrota de Rusia por la OTAN y la caída del régimen de Putin serán suficientes para restablecer la paz y evitar una guerra mundial.

'El retorno a la paz tendrá lugar a través de la caída de Putin', escribe la CGT, y agrega: 'Una paz duradera solo se puede obtener con su marcha y esto solo se logrará a través de la convergencia de tres factores: sanciones internacionales fuertes y realmente efectivas, una resistencia ucraniana esperemos victoriosa; y el apoyo a la oposición rusa democrática y progresista'.

La CGT se complace de que las severas sanciones económicas puedan destruir los niveles de vida de las masas trabajadoras en Rusia, y también a nivel internacional debido a las devastadoras sanciones impuestas a las exportaciones rusas de petróleo y granos. La CGT también blanquea el papel de las fuerzas ucranianas de extrema derecha que la CGT espera que salgan victoriosas gracias al apoyo de la OTAN contra Moscú. Estas declaraciones confirman que la burocracia de la CGT, como LO, representa los intereses de las capas acomodadas de las clases medias que apoyan conscientemente al imperialismo.

Contra la pasividad de LO, el Parti de l'égalité socialiste, (PSE, Partido Socialista por la Igualdad), la sección francesa del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), llama a construir un movimiento contra la guerra en la clase obrera, independiente de la burocracia sindical y sus defensores en los partidos pseudoizquierdistas.

Esta perspectiva para construir un movimiento internacional contra la guerra en la clase obrera separa al PSE y al CICI, el movimiento trotskista mundial, de las tendencias de la clase media representadas por el NPA y la LO. Para combatir el creciente peligro de una Tercera Guerra Mundial, la cuestión urgente es construir la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base en oposición a las burocracias sindicales, y el PES en oposición a LO.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de marzo de 2022)

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