Las causas profundamente arraigadas y esenciales de una guerra no son reveladas por la forma en que comienza, sino por su desenlace y consecuencias. La guerra civil estadounidense no fue causada por el ataque al fuerte Sumter. El asesinato del archiduque austriaco Francisco Fernando no causó la Primera Guerra Mundial.
El hecho de que la guerra civil se tratara, en última instancia, de la destrucción de la esclavitud (y el crecimiento libre resultante del capitalismo moderno en Estados Unidos) se volvería evidente en retrospectiva histórica. El hecho de que el asesinato de Fernando en Sarajevo no fue más que un detonante para el estallido de conflictos interimperialistas que se venían intensificando por mucho tempo solo les fue claro en 1914 a los marxistas más previsores, especialmente Lenin, Trotsky y Luxemburgo.
Ahora es evidente que la invasión de Ucrania se ha desarrollado en un conflicto entre EE.UU. y la OTAN, por un lado, y Rusia, por el otro. Sin embargo, es imposible encontrar en el conjunto masivo de comentarios histéricos sobre la guerra ruso-ucraniana—fuera del World Socialist Web Site —algún intento de contextualizar geopolítica e históricamente el estallido del conflicto.
En los reportes del conflicto, se ha destruido la diferencia entre el periodismo y la propaganda. Todo se presenta en blanco y negro, y la prensa no ofrece ni una pulgada de espacio para que el cerebro haga su trabajo. Según el relato universal, Rusia invadió Ucrania por un monstruo llamado Putin, así como ocurrió con los monstruos llamados Sadam Huseín, Osama bin Laden y Solobodan Milošević.
Los académicos entrenados, incluso aquellos que han lidiado por décadas con el problema complejo de la causalidad histórica, se encuentran en un estado de colapso intelectual, contentos con dejar que CNN, MSNBC y, por su puesto, el New York Times, piensen por ellos. Ninguno formula interrogantes serias, ni mucho menos las responde.
Estas son algunas de las preguntas necesarias que no están siendo planteadas:
1) ¿Cuál es la relación entre el estallido de la guerra y la crisis interna en cada país (incluyendo Rusia) exacerbada por la pandemia?
Los medios de comunicación presentan la campaña militar como si no tuviera ninguna conexión con el evento predominante de los últimos dos años: la pandemia de COVID-19. Según una estimación de la revista Economist, la pandemia se ha cobrado 20 millones de vidas en todo el mundo. Ha desestabilizado profundamente la vida política en cada país, ante todo en EE.UU. Esto ha conducido a un intento desesperado de la clase gobernante de desviar las tensiones internas hacia el exterior.
2) ¿Cuál es la relación entre las guerras libradas sin tregua por EE.UU. durante los últimos 30 años, frecuentemente con la colaboración de la OTAN, y la rápido intensificación de la confrontación con Rusia?
En 1992, Estados Unidos adoptó un documento estratégico declarando su intención de bloquear “la aparición de cualquier posible competidor global en el futuro”. La guerra del golfo Pérsico de 1990-91 fue seguida por la guerra contra Serbia en 1999, la invasión de Afganistán en 2001, la segunda guerra contra Irak en 2003, la guerra contra Libia en 2011 y la guerra civil patrocinada por la CIA en Siria.
No es posible encontrar ninguna mención del hecho, descrito en los documentos estratégicos, de que EE.UU. ha estado planeando por muchos años un enfrentamiento directo con Rusia y China. A partir de 2016, EE.UU. inició una expansión masiva de varios billones de dólares de su arsenal nuclear, involucrando la creación de armas de menor potencia y más utilizables en el campo de batalla. En 2018, EE.UU. dejó el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) y comenzó a desarrollar y probar misiles capaces de alcanzar las mayores ciudades rusas desde los países de Europa del este.
3) Habiendo expandido enormemente la OTAN y trasladado sus fuerzas cientos de kilómetros hacia el este, ¿considera EE.UU. la guerra como una oportunidad para infligir una derrota masiva para Rusia, desencadenando su eventual desintegración? ¿Cuál es la relación de esta confrontación con el conflicto con China?
¿Quién sabría, si solo viera los noticieros y leyera los principales periódicos, que los estrategas estadounidenses han soñado por mucho tiempo con causar la desintegración de Rusia para poder tener un acceso directo a los recursos naturales del país? Por años, los principales centros de pensamiento estadounidenses han abogado por “desestabilizar el régimen ruso” e implementar, por último, una política de cambio de régimen. Si tienen éxito estos planes, Rusia podría ser transformada en una base de operaciones y fuente de recursos para una guerra mundial contra China, que la clase gobernante estadounidense considera como su principal competidor estratégico.
4) ¿Es más que una respuesta espontánea a la guerra en Ucrania la decisión alemana de triplicar su presupuesto militar y efectivamente librarse de todos los límites colocados después de la Segunda Guerra Mundial sobre sus fuerzas armadas? ¿O la guerra le ha dado un pretexto a Alemania para el rearme que tenía planeado desde hace mucho?
En un cambio histórico, Alemania violó esta semana su política de no enviar armas a zonas de conflicto al despachar armas ofensivas a Ucrania, junto con una expansión masiva del gasto militar alemán. Fue la consumación de una política iniciada en 2014, cuando el presidente Frank-Walter Steinmeier anunció en la Conferencia de Seguridad de Múnich que Alemania era 'demasiado grande como para limitarse a comentar la política mundial desde el margen'. Desde entonces, ha habido un esfuerzo sistemático para remilitarizar a Alemania, que incluye la campaña para trivializar los crímenes de guerra nazis.
Alemania no está sola. En una ruptura con toda la historia de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, el ex primer ministro japonés Shinzo Abe propuso que el país estacionara armas nucleares estadounidenses en su territorio. La semana pasada, Suiza rompió cientos de años de neutralidad e inició sanciones contra Rusia, una medida sin precedentes en medio milenio.
¿Se puede creer que estos cambios masivos en las relaciones geopolíticas, largamente planificados, sean simplemente una respuesta a la invasión rusa de Ucrania?
5) ¿Cuáles son los intereses corporativos y financieros globales que se benefician de la guerra y que se beneficiarían de la desintegración de Rusia y del acceso sin restricciones a sus inmensos recursos en la masa terrestre euroasiática?
Mientras denuncian a los oligarcas rusos, los medios de comunicación no hablan de los intereses que tienen los oligarcas estadounidenses en la desintegración de Rusia y el acceso directo al corredor estratégico entre el mar Negro y el mar Caspio. Rusia es el mayor proveedor de gas natural del mundo, el segundo mayor exportador de petróleo, el mayor exportador de trigo, el tercer exportador de carbón y un importante proveedor de hierro, oro, platino, aluminio, cobre y diamantes, todos ellos esenciales en todo tipo de producción moderna, incluida la producción de material bélico básico.
6) ¿Cómo cuadra el estallido de un conflicto entre Rusia y la OTAN con las afirmaciones que se hicieron sobre el 'fin de la historia' y el triunfo de la paz y la democracia tras la disolución de la URSS?
El estallido de este conflicto ha echado por tierra las falsas afirmaciones de que la disolución de la URSS y el desarrollo capitalista de China conducirían a una nueva era de paz y prosperidad mundial. Por el contrario, las últimas tres décadas han estado dominadas por la guerra y el conflicto global, amenazando con ser el preludio de una tercera guerra mundial nuclear.
7) Pero la pregunta más importante que no se plantea es: ¿Cuáles serán las consecuencias si este enfrentamiento se convierte en una guerra nuclear? ¿Qué quedará del planeta?
En medio de toda la cobertura sin aliento de la guerra en Ucrania, nadie en los medios de comunicación se molesta en preguntar a dónde conduce todo esto. ¿Quieren los trabajadores de Estados Unidos y Europa arriesgarse a una guerra nuclear y a la destrucción de la humanidad para defender el 'principio sagrado' de que se permita a Ucrania unirse a la alianza militar de la OTAN contra Rusia? En medio de todos los problemas sociales a los que se enfrenta la clase trabajadora, ¿es aquí donde debe trazarse la línea?
Ninguna de estas preguntas puede plantearse ni responderse porque apuntan al hecho de que la guerra es fruto de la crisis irresoluble del sistema capitalista mundial. Los socialistas y los trabajadores con conciencia de clase deben oponerse a la invasión rusa de Ucrania, basada en el nacionalismo reaccionario de la oligarquía rusa. Sin embargo, cualquier análisis de la crisis actual que no la sitúe en su contexto histórico y político más amplio solo servirá para encubrir sus raíces más profundas.
El World Socialist Web Site hace un llamado a los trabajadores de Ucrania, Rusia, Estados Unidos, Europa y de todo el mundo para que saquen las lecciones del desastre que se está produciendo frente a sus ojos, y se unan a la lucha por la transformación socialista de la sociedad y el fin del sistema capitalista de Estados nación, que constituye la causa fundamental de la guerra.
(Publicado originalmente en inglés el 4 de marzo de 2022)