El lunes, la caridad británica Oxfam publicó un reporte que documenta el crecimiento extremo de la desigualdad durante los últimos dos años de pandemia de COVID-19.
Descubrió que los ingresos del 99 por ciento al fondo de la sociedad cayeron, mientras que el patrimonio de los 10 hombres más ricos del mundo se duplicó, incluso cuando millones de personas morían innecesariamente por la enfermedad infecciosa.
Los hallazgos de la caridad fueron resumidos en el título del reporte: “La desigualdad mata”.
El reporte pone de manifiesto una realidad innegable: la pandemia de COVID-19 es un producto maligno del orden social capitalista y el dominio de la sociedad por parte de la oligarquía financiera. El documento conecta las muertes sufridas por millones internacionalmente con las políticas gubernamentales que han “permitido las condiciones para que el virus del COVID-19 mute peligrosamente”.
Al mismo tiempo, el reporte concluye que los Gobiernos han “creado las condiciones para una variante completamente nueva de riqueza de los milmillonarios. Esta variante, la variante milmillonaria, es profundamente peligrosa para nuestro mundo”.
Oxfam escribe: “Se ha creado un nuevo milmillonario cada 26 horas desde que comenzó la pandemia. Los 10 hombres más ricos han duplicado sus fortunas mientras que se estima que más de 160 millones de personas fueron sumidas en la pobreza. Asimismo, se estima que 17 millones de personas han muerto por COVID-19, una escala de pérdida de vidas no vista desde la Segunda Guerra Mundial”.
Continúa, “La pequeña élite del mundo de 2.755 milmillonarios ha visto sus fortunas aumentar más durante el periodo de COVID-19 que en todos los catorce años anteriores… catorce años que en sí fueron un periodo de bonanza para la riqueza de los milmillonarios”.
Oxfam luego contextualiza históricamente la magnitud y el alcance sin precedentes de la acumulación de riqueza de los milmillonarios. “Este es el aumento anual más grande en la riqueza de los milmillonarios desde que comenzó a registrarse. Se produce en todos los continentes. Es posible gracias al ascenso meteórico de los precios de las bolsas de valores, un auge en entidades no reguladas, un aumento en el poder de los monopolios y la privatización, junto con la erosión de las tasas de impuestos a empresas, de las regulaciones, los derechos de los trabajadores y los salarios”.
Añade, “Nuevas cifras y análisis publicados en diciembre de 2021 por el Laboratorio Mundial de Desigualdad revelan que desde 1995, el 1% superior ha captado 19 veces más del crecimiento de la riqueza mundial que todo el 50% inferior de la humanidad. La desigualdad es ahora tan grande como lo fue en la cúspide del imperialismo occidental a principios del siglo veinte. Se ha superado a la Edad Dorada de finales del siglo diecinueve”.
La pandemia ha conducido a un aumento fuerte en la pobreza en todo el mundo, reporta Oxfam: “Se calcula que ahora hay 163 millones más de personas que viven con menos de 5,50 dólares al día que cuando empezó la pandemia. La crisis ha demostrado que, para la mayor parte de la humanidad, no ha habido una salida permanente de la pobreza y la inseguridad”.
Oxfam informa de que las proyecciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y Credit Suisse muestran que “los niveles de pobreza no volverán a sus niveles anteriores a la crisis ni siquiera en 2030. La pobreza no solo crea un inmenso sufrimiento. La pobreza mata. Es en gran medida una forma de violencia económica, perpetrada contra miles de millones de personas corrientes en todo el mundo cada día. En todos los países, las personas más pobres viven menos y mueren antes que las que no son pobres”.
Una vez más, el informe afirma que la actual catástrofe a la que se enfrentan las masas a escala mundial no es un accidente, sino el producto de una política gubernamental consciente. “Enormes cantidades de dinero público, vertidas en nuestras economías, han inflado los precios de las acciones de forma espectacular y, a su vez, han aumentado las cuentas bancarias de los milmillonarios más que nunca”.
Refiriéndose a la distribución desigual de las vacunas a escala mundial como una “mancha en la historia de nuestra especie”, el informe de Oxfam dice: “La pandemia de coronavirus se ha vuelto cada vez más mortífera, más prolongada y más perjudicial para los medios de vida debido a la desigualdad. La desigualdad de ingresos es un indicador más fuerte de si morirás por COVID-19 que la edad”.
El informe de Oxfam también revela el mecanismo por el que la élite financiera ha convertido la pandemia en el mayor aumento de la riqueza de los milmillonarios de la historia: “Mientras el COVID-19 se extendía, los bancos centrales inyectaron billones en las economías de todo el mundo, con el objetivo de mantener la economía mundial a flote. Gran parte de ese estímulo ha ido a parar a los mercados financieros, y de ahí al patrimonio neto de los milmillonarios. Los Gobiernos han inyectado 16 billones de dólares en la economía mundial desde el comienzo de la pandemia y, en gran medida, los milmillonarios han visto aumentar su riqueza en 5 billones, pasando de 8,6 a 13,8 billones de dólares desde marzo de 2021, ya que la intervención gubernamental ha hecho subir los precios de las acciones”.
En julio, el World Socialist Web Sitedenominó el COVID-19 la “pandemia de la desigualdad”. Este análisis ahora es innegable. Las muertes masivas por el COVID-19 han sido, en palabras de Oxfam, “muertes por desigualdad”.
La pandemia es un “evento desencadenante” en la historia y encarna todos estos procesos socioeconómicos subyacentes mientras los intensifica enormemente. La indiferencia de las muertes masivas a la pandemia de parte de los Gobiernos y las élites gobernantes es el resultado de décadas en que se ha disparado la desigualdad y del carácter cada vez más oligárquico de la sociedad.
Desde el inicio de la pandemia a principios de 2020, la respuesta de los Gobiernos de todo el mundo, encabezados por el estadounidense, ha sido anteponer las ganancias privadas ante las vidas. A inicios de 2020, el Gobierno de Trump, junto con ambos partidos políticos, encubrió el peligro presentado por la pandemia.
No bien se volvió imposible seguir ocultándolo y los mercados cayeron bruscamente, el Gobierno de Trump y la Reserva Federal implementaron un programa de rescate de $6 billones, la mayor parte del cual se encaminó a las ganancias corporativas y el mercado bursátil.
De forma completamente bipartidista, los estados reabrieron las escuelas y los negocios, conduciendo a una ola tras otra de la enfermedad, culminando en la ola más masiva hasta la fecha causada por la variante ómicron.
Mientras que Biden ganó las elecciones de 2020 prometiendo que “seguiría la ciencia”, el Gobierno abandonó cualquier pretensión de contener, ni mucho menos eliminar, el virus. En cambio, ha permitido que infecte a casi un millón de personas cada día.
Todas estas decisiones fueron guiadas por un esfuerzo concentrado en enriquecer la oligarquía financiera a expensas de la clase obrera. El reporte de Oxfam deja en claro que la pandemia de hecho ha sido sumamente lucrativa para la clase gobernante. Y esta es la principal razón por la cual no tienen ninguna razón para detenerla.
En el Foro Económico Mundial cuando se le preguntó a Anthony Fauci, el principal asesor médico del presidente estadounidense Biden, si 2022 era “realmente el año en que pasamos de la pandemia a la endemia” dada la capacidad del virus “de propagarse y ofrecer inmunidad a través del contagio”.
Fauci dijo, “Espero que eso suceda…”.
En otras palabras, según el principal funcionario de salud pública de Estados Unidos sobre la pandemia, el “mejor de los casos” es que el COVID19 se vuelva “endémico” en la población, matando a cientos de miles de personas perpetuamente.
La conclusión ineludible es que el problema fundamental es que el orden social capitalista es intrínsecamente hostil a las necesidades de la sociedad. Lo que se necesita es un movimiento de la clase obrera internacional en oposición al orden social, basándose en una lucha por eliminar y erradicar el virus en cada país a través de la política de Cero COVID.
Esta lucha solo se puede llevar a cabo mediante el desarrollo del programa político socialista e internacionalista por el que luchan el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y el World Socialist Web Site.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de enero de 2022)