En todo el mundo, los epidemiólogos y expertos de salud están sonando la alarma sobre la propagación de la variante Delta del COVID-19, que es hasta 60 por ciento más transmisible que la antigua cepa dominante y ha mostrado ser parcialmente resistente a algunas vacunas.
“La variante Delta es más rápida; es más capaz; hará estragos más eficientemente entre los más vulnerables que las variantes previas”, advirtió el Dr. Michael Ryan en una rueda de prensa el lunes de la Organización Mundial de la Salud. Jennifer Surtees, codirectora del centro de investigaciones genómicas de la Universidad de Búfalo, le dijo al Financial Times que, “La variante podría verdaderamente propagarse como un incendio”.
La cepa Delta, detectada por primera vez en India, es responsable de un rebrote en Reino Unido, donde la cifra de nuevos casos diarios de COVID-19 se quintuplicó en las últimas seis semanas. La variante también está detrás de un dramático incremento en casos y muertes en Portugal y Rusia. El jueves, Rusia reportó su mayor cifra de muertos en la pandemia desde inicios de febrero. Otros países de Europa y el sureste asiático también están viendo un aumento en casos debido a la nueva variante.
Otras partes del mundo, particularmente en África y Latinoamérica, están viendo un marcado aumento en casos incluso antes de que se haya detectado ampliamente la nueva variante más transmisible. En Sudáfrica, los nuevos casos diarios nuevamente superan los 11.000 y se acercan a su previo máximo de 19.000 de inicios de enero. En Brasil, donde han fallecido más de 500.000 personas, los nuevos casos se acercan a niveles récord de 75.000 por día.
La cepa también amenaza con un rebrote en EE.UU., que sigue reportando 12.000 casos nuevos diarios y más de 300 muertes. Tan solo 45,8 por ciento de la población estadounidense está completamente vacunada, pero en algunos estados la tasa es tan baja como 35 por ciento.
En una señal ominosa, el epidemiólogo Eric Feigl-Ding predijo que la variante Delta “se convertirá en la cepa dominante de #COVID-19 en cuestión de semanas” en EE.UU. Apuntó a datos del Financial Times de que casi una tercera parte de los casos en EE.UU. son causados por la variante Delta, lo que significa que la proporción de casos atribuible a la variante podría “¡duplicarse/triplicarse en 1 semana!”.
En Arkansas, donde las tasas de vacunación son las más bajas de EE.UU., la variante Delta ahora representa el 56 por ciento de todos los casos sometidos a secuencias genéticas, según los datos presentados por el Financial Times. El diario añade que la variante “se estima que representa 49 por ciento de los casos nuevos en Utah y el 42 por ciento en Missouri”, donde las tasas de vacunación también son menores al promedio.
A pesar del peligro presentado por la nueva variante, los estados de todo el país están acelerando la eliminación de todas las restricciones que buscan frenar la propagación de la pandemia.
El martes, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, declaró desde la playa en el parque Belle Isle de Detroit que el estado está levantando todas las restricciones anti-COVID-19.
“Este es un anuncio emocionante, que estemos levantando ahora las órdenes de la epi[demia]”, dijo Whitmer. “Entrando en vigor hoy, ya no hay ninguna orden sobre uso de mascarillas ni reuniones. Entrando en vigor hoy, ya no hay límites de aforo, ni en interiores ni exteriores. Entrando en vigor hoy, nuestro verano de Michigan puro ha vuelto”.
El anuncio de Michigan de poner fin a las órdenes de uso de mascarillas y distanciamiento social, junto a anuncios similares en Nueva York y California, es parte de una campaña tanto nacional como global de los Gobiernos para acabar con todas las medidas que buscan contener la expansión del COVID-19 pese al masivo rebrote de la enfermedad del que advierten los científicos.
En toda Europa, los Gobiernos están eliminando igualmente las restricciones a la propagación del COVID-19, incluso cuando las autoridades sanitarias advierten de que acabar con ellas provocará una nueva oleada de casos.
Dinamarca está poniendo fin a las restricciones a pesar del aumento de los casos causados por la variante Delta y ha eliminado los requisitos de mascarilla en lugares cerrados. Y la semana pasada, la Unión Europea eliminó las restricciones a los viajes no esenciales desde 14 países, incluido EE.UU., permitiendo de hecho los viajes turísticos sin restricciones.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades advirtió de que el abandono de las medidas para detener la propagación de la pandemia podría provocar un resurgimiento de los casos de la misma magnitud que el aumento del año pasado, a pesar de la disponibilidad de la vacunación. Declaró:
Los escenarios de modelización indican que cualquier relajación durante los meses de verano del rigor de las medidas no farmacéuticas... podría conducir a un rápido y significativo aumento de los casos diarios en todos los grupos de edad, con un incremento asociado de las hospitalizaciones y las muertes, alcanzando potencialmente los mismos niveles del otoño de 2020 si no se toman medidas adicionales.
Esta es una advertencia extraordinaria. A pesar de la disponibilidad de vacunas, las tasas de mortalidad podrían volver a alcanzar los niveles del pasado otoño como resultado previsible de las políticas que están llevando a cabo los Gobiernos de todo el mundo.
Por su parte, la Administración Biden se muestra intransigente en sus demandas de reanudar las clases presenciales de kínder a doceavo año. El miércoles, la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés), Rochelle Walensky, declaró a la NBC que, a pesar de la rápida propagación de la variante Delta, no habría ningún cambio en el plan de la administración para garantizar la plena reapertura de las escuelas. Todo ello a pesar de las abrumadoras pruebas de que la variante Delta afecta de forma desproporcionada a los niños.
En todo Estados Unidos se han eliminado casi todos los requisitos de enmascaramiento y distanciamiento social desde que los CDC aconsejaron el abandono de los mandatos de enmascaramiento obligatorio. En respuesta al anuncio de los CDC, un lugar de trabajo tras otro está eliminando las restricciones. El fabricante de automóviles Stellantis anunció la semana pasada que abandonaba los controles de temperatura y otras medidas de distanciamiento social.
Mientras tanto, como informó el Wall Street Journal a principios de este mes, “cada vez más estados están reduciendo el ritmo de sus informes sobre datos clave de la pandemia, incluyendo casos, muertes y hospitalizaciones”.
Casi 4 millones de personas han muerto a causa de la pandemia de coronavirus en el último año y medio. Según las cifras oficiales, que son sumamente incompletas, los nuevos casos diarios superan los 360.000 y las muertes diarias se acercan a las 8.000. Solo en Estados Unidos han muerto más de 600.000 personas, según los informes oficiales, aunque las estimaciones de la cifra real de muertos se elevan a casi un millón.
Como ha ocurrido a lo largo de la pandemia, la política está impulsada por las exigencias de la oligarquía financiera para eliminar todos los obstáculos a la extracción de ganancias y proporcionar un suministro ininterrumpido de mano de obra para la explotación capitalista. Como resultado de la política de subordinación de las vidas humanas al lucro privado, se han creado un millón de nuevos millonarios en EEUU en el último año, según un reciente informe de Credit Suisse.
Los trabajadores deben rechazar la campaña de la clase dominante para abandonar las medidas de contención de la pandemia, cuyo objetivo es la “normalización” de la muerte masiva para facilitar el enriquecimiento de la oligarquía financiera. Con la propagación de la variante Delta, es aún más urgente que los trabajadores se opongan al abandono del distanciamiento social y del uso de mascarillas y al desmantelamiento en curso de la infraestructura sanitaria para el seguimiento y aislamiento de los casos de COVID-19.
La propagación de la variante Delta demuestra una vez más que la pandemia es una crisis global que requiere una respuesta global. Solo el 10 por ciento de la población mundial está totalmente vacunada. En los países de bajos ingresos, menos del 1 por ciento de la población ha recibido siquiera una dosis de la vacuna. La continua propagación del virus a nivel mundial aumenta el peligro de que se desarrollen nuevas variantes que inevitablemente infectarán a otros países, provocando nuevos brotes.
La incapacidad de los Gobiernos para contener la pandemia refleja la dinámica social fundamental del capitalismo: la subordinación de las políticas a los intereses de la clase dominante y los conflictos nacionales. Es este orden social el que tiene la responsabilidad del enorme número de víctimas de la pandemia, que en última instancia expresa la incompatibilidad de las necesidades de la sociedad con el sistema de lucro.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de junio de 2021)