Casi 3.000 trabajadores en Dublin, Virginia, están entrando en la segunda semana de su huelga contra Volvo Trucks North America. La huelga comenzó el 7 de junio después de que el 90 por ciento de los trabajadores rechazara un segundo contrato favorable a la empresa y respaldado por el sindicato United Auto Workers (UAW).
En la primera semana, se volvió cada vez más evidente que los trabajadores se enfrentan a una guerra de dos frentes. Por un lado, la corporación cortó el seguro de salud de los trabajadores y sus familias, intentó continuar la producción con rompehuelgas protegidos por policías estatales de Virginia y envió cartas de despido para intimidar a los huelguistas. Por otro lado, el UAW continuó haciendo todo lo posible para aislar a los trabajadores en huelga. No ha hecho nada para informar a los trabajadores automotores y de otros sectores sobre la huelga. Aunque el UAW cuenta con un fondo de huelga de casi $800 millones, planea hambrear a los trabajadores con un sueldo de huelga de apenas $275 a la semana.
La oposición a esta traición ha sido liderada por el Comité de Base de Trabajadores de Volvo (VWRFC, por sus siglas en inglés), que ha insistido en que los trabajadores necesitan una estrategia para ganar, incluido el pago total de salarios del fondo de huelga del UAW y una lucha para unificar a todos los trabajadores de Volvo. En un comunicado el 8 de junio, el VWRFC declaró: “3. Unificación con otros trabajadores de Volvo. La estrategia deliberada del UAW de separarnos de otros trabajadores de Volvo, particularmente Volvo-Mack, termina ahora. Los trabajadores quieren unirse. Si el enemigo quiere hacernos la guerra, debemos estar preparados para abrir nuevos frentes en su retaguardia, incluso en las operaciones de Volvo en Hagerstown, Macungie y Roanoke, así como en Suecia, Francia, Bélgica, Rusia, Brasil, India y Tailandia”.
El gigante de Volvo
Para luchar por esto, es necesario que los trabajadores tengan la imagen más clara de a quien se enfrentan. Volvo Group, la empresa matriz de Volvo Trucks North America, es un enemigo formidable. Es una corporación multinacional masiva con más de $61 mil millones en activos, operaciones en más de una docena de países y recursos sustanciales para comprar e influenciar a los políticos en todos los países.
Volvo se ha reestructurado durante los últimos 20 años para convertirse en el segundo mayor productor de camiones pesados del mundo. Como saben los trabajadores, la empresa absorbió Mack (una parte de Renault Trucks) en 2001 para expandirse en los EE. UU. Volvo luego se hizo cargo de Nissan Diesel en 2007 para penetrar en Asia. A esto le siguió una propiedad conjunta en 2013 de los camiones pesados de Dongfeng, un importante fabricante de automóviles en China, y un acuerdo similar en India, con Eicher, en 2008.
Este agresivo desarrollo internacional ha hecho que la empresa sea fabulosamente rica y rentable. La compañía obtuvo $51 mil millones en ventas solo en 2019, con $4.3 mil millones en ganancias netas.
Según informes de la compañía, Martin Lundstedt , el director ejecutivo, ganó $5,272,760 USD en 2020 (calculado a partir de SEK), mientras que los trabajadores y sus familias sufrían por COVID-19. ¡El salario de Lundstedt por sí solo sería suficiente para darles a los trabajadores en huelga un aumento anual permanente de $1,800!
Pero el grueso del dinero está en las acciones de la empresa. La riqueza de los propietarios de Volvo casi se ha triplicado durante el último año.
En marzo de 2020, la capitalización de mercado, el valor total de la empresa, era de $22,000 millones. ¡En marzo de 2021, se situó en $57,000 millones! Incluso si compara las acciones con antes de COVID, los propietarios de Volvo casi han duplicado su riqueza.
De hecho, en solo unos días, el 1 de julio de 2021, la compañía se prepara para entregar un cheque de dividendos masivo a sus accionistas en su Junta General. Se está distribuyendo un total de $2,318,135,376, dinero obtenido del trabajo que se está realizando en la línea de producción. Esto se suma a los $3,680 millones de principios de año. Calculamos que este total combinado de casi $6 mil millones equivaldría a un bono de $116,954 para los 51,131 trabajadores manuales de Volvo en todo el mundo, no solo en la planta de New River Valley.
Cabe destacar que el dinero de Volvo no crece en los árboles. Viene de los trabajadores. Todos los días, en las líneas de producción de todo el mundo, los grandes bancos y los fondos financieros propietarios de Volvo utilizan la empresa para extraer ganancias de los trabajadores. Ya sea en India o Francia, México, Canadá o Suecia, en todas sus operaciones, las ganancias de Volvo provienen de exprimir a los trabajadores en la línea de producción.
Bancos, sindicatos propietarios de la empresa
Este dinero se canaliza a los principales bancos y empresas de inversión: BlackRock, Vanguard, Industrivärden (administrador de activos sueco), SEB, Nordea, JP Morgan, solo por nombrar algunos, que poseen la mayoría de las acciones de la empresa.
El tercer propietario más grande de Volvo son en realidad los sindicatos suecos, específicamente AMF, una administradora de seguros y fondos administrada conjuntamente por la Confederación de Sindicatos Suecos y la Confederación de Empresas Suecas. Hace varios años, los líderes de este fondo estuvieron implicados en un escándalo en el que se pagaron a sí mismos bonos masivos y pagos de pensiones, al mismo tiempo en que recortaron las pensiones otorgadas a los trabajadores suecos comunes.
¿Suena familiar?
Así como los representantes sindicales suecos lucran de su asociación con Volvo, el UAW forma parte de los consejos de administración de las principales empresas de camiones y automóviles de EE. UU. Por ejemplo, Ray Curry, quien firmó el pésimo acuerdo con Volvo, forma parte del directivo de Daimler AG, propietario de Freightliner Trucks. Esto permite a los ejecutivos del UAW ganar salarios lucrativos en fondos controlados conjuntamente. Representantes de IF Metall y Unionen (dos de los sindicatos suecos más grandes) están en la junta directiva de Volvo Group, al igual que el ejecutivo del fondo de pensiones VFF. Estos “representantes de los trabajadores” no han dicho una palabra sobre la huelga en New River Valley y no tienen la intención de hacerlo.
Compra de políticos
Dondequiera que tenga sus operaciones, Volvo ejerce una poderosa influencia sobre los primeros ministros, presidentes y gobernadores. El 10 de junio, el CEO Martin Lundstedt fue nombrado Caballero de la Legión de Honor en la residencia del embajador francés en Suecia “por su compromiso con la industria en Francia”. Durante la cumbre de la UE hace cuatro años, celebrada en Gotemburgo, Suecia, Lundstedt recibió al primer ministro francés Emmanuel Macron, conocido como el “presidente de los ricos” en Francia, y al primer ministro sueco en la sede de Volvo Group.
En los Estados Unidos, Volvo y sus afiliadas gastaron $750,000 en 2020 en grupos de presión a políticos y otros $131,646 en contribuciones de campaña en Virginia, Oregón, Carolina del Norte y otros estados. Los republicanos como la senadora estadounidense Shelley Moore Capito de West Virginia recibieron el 51,15 por ciento de las donaciones y los demócratas como el senador Mark Warner de Virginia recibieron el 48,85 por ciento. Esto ha resultado en enormes recortes de impuestos y otros incentivos para sus operaciones en New River Valley, Hagerstown (Maryland) y otros lugares.
La compañía tiene vínculos muy estrechos con el gobernador demócrata de Virginia, Ralph Northam. En abril pasado, Northam nombró a Franky Marchand, vicepresidente y gerente general de la planta de Volvo Trucks en Dublín, para unirse a su Grupo de Trabajo Comercial por COVID-19. El propósito del grupo de trabajo era asesorar al gobernador sobre cómo aliviar las restricciones a las empresas a medida que la pandemia mortal se extendía por los lugares de trabajo y las huelgas salvajes de los trabajadores automotrices en Michigan, Ohio y otros estados, en desafío al UAW, forzaron el cierre de automóviles, camiones y otras instalaciones de fabricación.
El gasto por estudiante en Virginia ha bajado un ocho por ciento desde 2008 y los recortes presupuestarios de Northam han provocado repetidamente huelgas y protestas en los últimos años en la capital del estado en Richmond por parte de los educadores, cuyos salarios están muy por debajo del promedio nacional. Eso no impidió que el gobernador entregara a la compañía $16,5 millones en subvenciones, junto con otros incentivos del Programa Virginia Enterprise Zone, cuando Volvo anunció la expansión de la planta de New River Valley en 2019. En ese momento, el gobernador se entusiasmó con que Volvo sería el “cimiento de esta comunidad” que ha “impulsado la economía regional”.
Northam ahora protege los intereses de Volvo mediante el despliegue de policías estatales de Virginia, a expensas de los contribuyentes, para escoltar a los esquiroles cuando cruzan los piquetes de huelga de los trabajadores de Volvo.
Aliados de los trabajadores
Volvo y sus competidores internacionales como Daimler han utilizado durante mucho tiempo la globalización de la producción para enfrentar a los trabajadores de todo el mundo en una carrera hacia el fondo. El UAW y otros sindicatos, que se basan en una perspectiva nacionalista irremediablemente anticuada, son incapaces de responder a la globalización de manera progresista y, en cambio, han buscado unirse a los esfuerzos de las corporaciones para dividir y debilitar a la clase trabajadora.
Pero la integración global de la producción ha creado condiciones sin precedentes para librar una lucha global por defender los puestos de trabajo, los niveles de vida y las condiciones laborales de todos los trabajadores, sin importar de qué país sean.
Como declaró el World Socialist Web Site:
Los trabajadores de Volvo en Dublín, Virginia, son muy conscientes del hecho de que la corporación, con sede en Gotemburgo, Suecia, emplea a casi 100.000 trabajadores en instalaciones de producción ubicadas en 18 países diferentes, en todos los continentes. Muchas de estas instalaciones son interdependientes y requieren un flujo de productos de una planta a otra. Contrariamente a las afirmaciones de la burocracia de que la resistencia a las corporaciones es inútil, los trabajadores se dan cuenta de que su poder potencial, si se organizan y movilizan globalmente, es inmenso.
Si los trabajadores de New River Valley quieren luchar contra esta enorme máquina, no pueden hacerlo solos. La ventaja de luchar contra una corporación multinacional es que hay muchos otros trabajadores que están haciendo el mismo trabajo, en condiciones similares, en otras partes del mundo.A continuación, se incluye una lista de los principales centros de las principales operaciones de Volvo Group en todo el mundo. Los trabajadores no pueden luchar aislados. La empresa tiene una operación global; los trabajadores deben darles una huelga global.
Además de comunicarse con sus compañeros de trabajo en Pensilvania, Maryland y otros estados, los trabajadores deben establecer líneas de comunicación con sus hermanos y hermanas en Europa, donde decenas de miles de trabajadores están en la línea de producción todos los días. Asimismo, en India, arteria vital para el mercado asiático. En este momento, la mayoría de estos trabajadores en otros países no saben acerca de su huelga; la empresa, el UAW y los sindicatos de otros países están lo más callados posibles. Díganles a sus compañeros de trabajo lo que está haciendo y busquen aliados en el proceso.
América del Norte (todos los centros)
- Camiones Mack de Lehigh Valley, Macungie, Pensilvania: 2,100 empleados
- Hagerstown, Maryland: 1,700 empleados
- Centro de remanufactura de Middletown, Pensilvania Volvo Construction Equipment en Shippensburg, Pensilvania: 800 empleados
- Empleados de Nova Bus (1,500 trabajadores): Plattsburgh, NY; Saint-Eustache, Quebec; Saint-Francois-du-Lac, Quebec
- Volvo Group México, Ciudad de México: 1,300 empleados
- Volvo Penta, Lexington, Tennessee: 130 empleados
- Centro de distribución de Volvo, Byhalia, Mississippi: 500 empleados
Europa (grandes centros)
- Planta Tuve, Gotemburgo, Suecia: 1,900 empleados
- Planta de Blainville, Lyon, Francia: 1,900 empleados
- Skövde, Suecia: 3,000 empleados
- Umeå, Suecia: 1,600 empleados
- Gante, Países Bajos: 2,300 empleados
- Kaluga, Moscú, Rusia: 700 empleados
- Renault Trucks, Bourg-en-Bresse, Francia: 1,350 empleados
- Planta de motores de Vénissieux, Francia: 700 empleados
Asia (principales centros)
(Volvo tiene 12,000 empleados en India en todas sus empresas. Tres fábricas principales ubicadas cerca unas de otras en Bangalore emplean a 3,500 trabajadores).
- Montaje de camiones Hoskote, Bangalore,
- India Equipo de construcción Peenya, Bangalore,
- India Vehículos comerciales Pithampur, Bangalore, India
- Brisbane, Australia: 600 empleados
Sudamérica (grandes c entros)
- Curitiba, PR, Brazil: 3,700 empleados
África (todos los centros)
- Truck assembly Durban, South Africa: 170 empleados
El camino a seguir
Existen miles de millones de dólares en las arcas de las empresas para satisfacer las demandas de los trabajadores. Asimismo, existen millones de dólares en el fondo de huelga del UAW para financiar una huelga.
Solo expandiendo la huelga, rechazando la mentira de que no hay dinero y expandiendo la red de comités de base para promover genuinamente los intereses de los trabajadores, se ganará esta huelga. Al mismo tiempo, es el deber de todos los trabajadores, especialmente los trabajadores de la industria automotriz, acudir en ayuda de los trabajadores de Volvo y romper el aislamiento de su huelga por parte del UAW corporativista.
Los trabajadores necesitan organizaciones propias que representen sus intereses y luchen, con todo lo que tienen, por ganar la huelga. Los trabajadores de Volvo deben unirse al Comité de Base de los Trabajadores de Volvo y tener un alcance internacional coordinado para difundir la infomación sobre la huelga y encontrar y hacer aliados para esta lucha en el proceso.
Los trabajadores de muchos países ya han enviado declaraciones de apoyo a los trabajadores de Volvo en huelga. El World Socialist Web Site brindará a los trabajadores toda la ayuda posible para establecer líneas de comunicación con los trabajadores de todo el mundo y coordinar sus esfuerzos para ganar esta batalla crítica.
Los trabajadores de Volvo pueden comunicarse con el Comité de Base de Trabajadores de Volvo en volvowrfc@gmail.com o enviar un mensaje de texto al (540) 307-0509.
(Publicado originalmente en inglés el 14 de junio de 2021)