Mientras los gobiernos de todo el mundo rechazaban el año pasado las medidas para contener el COVID-19 alegando que no había dinero para pagarlas, el mundo gastó sumas sin precedentes en armas nucleares, tanques y misiles.
Estados Unidos, que gasta más en su ejército que los 10 países siguientes juntos, aumentó su gasto militar en un 4,4% en comparación con el año anterior. El país desembolsó unos $778.000 millones en su ejército sólo el año pasado.
Los datos proceden de un informe anual del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), que hace un seguimiento del gasto militar mundial desde hace más de 30 años.
El gasto militar mundial total ascendió a casi $2 billones el año pasado, un 2,6% más que hace un año, después de ajustar la inflación.
Sorprendentemente, este crecimiento se produjo incluso cuando la producción económica mundial se redujo en un 4,4%. Como resultado, el gasto militar como parte de la economía mundial aumentó al nivel más alto en una década.
El SIPRI señaló que el aumento masivo del gasto militar de EE.UU. se atribuye a la política —que ahora abarca a tres presidentes— de aumentar masivamente sus fuerzas militares y convencionales en preparación para los "conflictos de grandes potencias" con Rusia y China.
"El reciente aumento del gasto militar estadounidense puede atribuirse principalmente a la fuerte inversión en investigación y desarrollo y a varios proyectos a largo plazo, como la modernización del arsenal nuclear estadounidense y la adquisición de armas a gran escala", dijo Alexandra Marksteiner, investigadora del SIPRI.
"Esto refleja la creciente preocupación por las amenazas percibidas de competidores estratégicos como China y Rusia", añadió.
Esta tendencia no hace más que continuar. A principios de este mes, el gobierno de Biden solicitó el mayor presupuesto militar de la historia de Estados Unidos, exigiendo $753 mil millones en gasto militar anual. El presupuesto exige un gasto adicional en armas nucleares, la mejora de la flota de submarinos balísticos con capacidad nuclear del país y el desarrollo de toda una nueva gama de armas de largo alcance dirigidas a Rusia y China.
Después de llegar al cargo prometiendo restringir las armas nucleares, la administración Obama inició un programa de múltiples de billones de dólares de "modernización nuclear", que sólo se aceleró bajo Trump y ahora Biden. Se trata de desarrollar toda una gama de armas nucleares y los sistemas de lanzamiento —desde misiles de crucero a misiles balísticos, pasando por bombarderos y submarinos de alta tecnología— que los lazarían en caso de guerra mundial.
Sin embargo, el aumento del gasto se ha extendido a todas las potencias imperialistas. "Casi todos los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) vieron aumentar su carga militar en 2020. Como resultado, 12 miembros de la OTAN gastaron el 2 por ciento o más de su PIB en sus ejércitos, el objetivo de gasto orientativo de la Alianza, en comparación con 9 miembros en 2019".
El informe señaló que Francia, cuyo presidente Emmanuel Macron declaró que la población debe "aprender a vivir con" COVID-19, "superó el umbral del 2 por ciento [de gasto militar] por primera vez desde 2009." El gasto militar del país aumentó un 2,9% en 2020.
En el Reino Unido, donde el primer ministro Boris Johnson declaró el pasado mes de noviembre: "¡No más malditos cierres, dejemos que los cadáveres se amontonen por miles!", el gasto militar también aumentó un 2,9 por ciento, situando al país en la lista de los cinco que más gastan.
Alemania, que se está rearmando rápidamente al declarar que debe volver a ser una "gran potencia", tuvo un aumento del gasto militar del 5,2%, lo que sitúa la cifra un 28% más alta que en 2011.
Después de que Estados Unidos abandonara el año pasado el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, el mundo se ha visto inmerso en una carrera armamentística global, con Rusia y China, los objetivos de la acumulación militar de Estados Unidos y la OTAN. Estos países han respondido aumentando su propio gasto militar, aunque a un ritmo más lento que la media mundial.
Y la India, que ha demostrado no estar en absoluto preparada para la pandemia del COVID-19 mientras miles de personas mueren en las calles sin acceso a la atención médica, aumentó su gasto militar en un dos por ciento.
El hecho de que los mismos gobiernos, que afirmaron que "no había dinero" para pagar los cierres para salvar vidas en la pandemia de COVID-19, encontraran billones para desembolsar a los fabricantes de armas deja claro cuáles son las verdaderas prioridades del sistema capitalista.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de abril de 2021)