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¡Por una huelga general contra la reapertura de las escuelas!

El Parti de l’égalité socialiste (PES, Partido Socialista por la Igualdad) llama a los maestros, jóvenes y trabajadores a oponerse a la reapertura de las escuelas. A pesar del resurgimiento del coronavirus, el Gobierno de Macron está presidiendo la reanudación de las clases en persona. Solo la movilización independiente de todos los trabajadores y jóvenes en una huelga general detendrá esta política asesina.

Millones de jóvenes y maestros estarán expuestos al riesgo de contagiarse en aulas superpobladas, baños deteriorados y el transporte público. Cada día se registran al menos 5.000 casos nuevos y la tasa de reproducción del virus aumenta a diario. El Ministerio de Salud ha calificado la propagación “exponencial” del virus como “muy preocupante”. La decisión de reanudar las clases en estas condiciones atestigua la flagrante irresponsabilidad del Gobierno.

Las normas sanitarias anunciadas por el Ministerio de Educación son irrisorias y peligrosas. Afirman que el distanciamiento físico no es necesario si “no permite que todos los estudiantes asistan a la escuela”. No se requiere que los estudiantes menores de once años usen mascarillas. El órgano educativo local de Bretaña, en el oeste de Francia, ha anunciado que la detección de un caso de coronavirus en una clase no es suficiente para ordenar la cuarentena de los otros estudiantes, sino que son necesarios tres casos.

Sin embargo, los estudios científicos han establecido que los niños transmiten el virus y pueden llevar hasta cien veces la carga viral en sus vías respiratorias que los adultos. Las reaperturas de escuelas en Estados Unidos y Brasil ya han causado miles de nuevas infecciones y cierres de escuelas en muchas regiones. Más de 70 escuelas francesas tuvieron que cerrarse cuando su apertura parcial en mayo provocó una ola de infecciones.

En abril, dos tercios de los padres se opusieron al reinicio de las clases después del cierre. El sesenta por ciento afirmó que el regreso a clases fue dictado por consideraciones económicas. De hecho, la Unión Europea y sus Estados miembros han otorgado colectivamente 2 billones de euros en créditos a los bancos y corporaciones, y las ganancias que se obtengan de este capital deben extraerse del trabajo de la clase trabajadora. Pero para que los padres regresen al trabajo, sus hijos deben estar en la escuela, cueste lo que cueste en vidas.

Macron, el presidente de los ricos, está impulsando esta política de la UE. “No podemos detener el país”, declaró. Respondiendo a los temores de la población ante la pandemia, Macron agregó: “Debemos abordar esta ansiedad sin caer en la doctrina de cero riesgos”.

Para sofocar el miedo de la población francesa sin combatir el peligro, el Estado recurre a las mentiras y la desinformación. Con miles de casos nuevos cada día, el presidente del Consejo Científico, Jean-François Delfraissy, declaró descaradamente: “Ciertamente no se trata de una segunda ola”. Otros comentaristas especulan infundadamente que, si el número de ingresos hospitalarios aumenta a menor velocidad que el número de infecciones, el virus debió haberse mutado y vuelto menos peligroso.

Los aparatos sindicales y sus aliados políticos sirven como correa de transmisión de esta campaña de propaganda al declarar que las políticas para tratar la pandemia requieren solo modificaciones menores. El sindicato de docentes SNUipp-FSU propuso posponer la reapertura de la escuela una semana, mientras que la Confederación General de Trabajo (CGT) ha convocado una protesta para el 17 de septiembre, dos semanas después del reinicio de clases. En cuanto a Jean-Luc Mélenchon, exige “cohesión social”. Su partido Francia Insumisa ha declarado que busca inspiración para obtener la “cohesión social” estudiando la Primera Guerra Mundial, cuando los partidos socialdemócratas utilizaron la demagogia patriótica y la “Unión Sagrada” con la extrema derecha para reprimir la oposición de los trabajadores a la guerra.

De hecho, los datos científicos refutan estas afirmaciones irresponsables de que el virus se ha vuelto menos peligroso. El número de ingresos hospitalarios, que siempre va por detrás de las infecciones, ya está aumentando lo suficientemente rápido como para saturar los hospitales en octubre. Los virólogos han negado que las mutaciones hayan hecho que el virus sea menos virulento o que el peligro de una respuesta inmunitaria potencialmente mortal sea menos probable. El profesor Bruno Lina le dijo a Le Figaro: “Todos los virus son 'antigénicamente' idénticos” y, por lo tanto, también lo es la “respuesta inmune humana que causan en el organismo [humano]”.

Debe rechazarse el argumento del Gobierno de que un retorno físico a las clases es esencial para preservar la igualdad social. De hecho, el desprecio de Macron por la vida de la clase trabajadora es una expresión de sus políticas sociales profundamente desiguales: la reducción de las pensiones, la privatización de la red ferroviaria nacional y la destrucción de los estatutos laborales para los trabajadores ferroviarios y del sector público. Las reaperturas escolares tienen como objetivo enriquecer aún más la aristocracia financiera.

Ya está surgiendo la resistencia internacional a la reapertura de escuelas. Cientos de miles de profesores, alumnos y padres se han unido a grupos hostiles a la reapertura de escuelas en las redes sociales en Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y otros lugares. Se están formando comités de salud y seguridad en las fábricas, escuelas y universidades de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, independientemente de los sindicatos, que son los aliados sobornados de las corporaciones y el Estado. En Francia, los grupos de Red Pen en Facebook han atraído a miles de profesores que se oponen a la reapertura.

El PES se solidariza con su lucha y sus acciones. Enfatiza que, para tener éxito, su lucha debe expandirse a toda la clase trabajadora. Es necesario unificar a los trabajadores y preparar una huelga general contra la política criminal de la clase dominante. Instamos a los maestros, trabajadores y jóvenes a discutir las siguientes demandas:

  • ¡Ningún regreso físico a las aulas hasta que la pandemia esté bajo control!El aprendizaje debe llevarse a cabo en línea o en grupos pequeños, divididos físicamente en condiciones seguras.
  • ¡Miles de millones para los profesores, las escuelas y las clases en línea! Para garantizar condiciones seguras, las instalaciones deben ser requisitadas o alquiladas y deben contratarse maestros. Innumerables estudiantes, adultos jóvenes y trabajadores profesionales podrían enseñar bajo la dirección de maestros calificados si se les pagara adecuadamente. Las escuelas y los hogares de los estudiantes deben contar con conexión a Internet de banda ancha y los padres deben recibir el apoyo financiero necesario.
  • ¡Un aumento masivo en las pruebas y el rastreo de contactos! Si bien la Administración de Trump descarta abiertamente hacer pruebas, buscando ocultar la cantidad de casos, el Gobierno de Macron aún no puede hacerle la prueba a un millón de personas por día como prometió. Es necesario un aumento masivo de pruebas.
  • ¡Detengan toda la producción no esencial! Mientras no se controle la pandemia, solo las industrias clave (producción de alimentos, salud, logística) deberían continuar. Los trabajadores de estos sectores tienen derecho a la protección sanitaria más avanzada contra el virus.
  • ¡Ningún despido ni quiebra de las pequeñas empresas! Macron ha declarado que millones de trabajadores serán despedidos y se acelerarán las quiebras de pequeñas empresas. Esto es inaceptable. Los miles de millones que llenan los bolsillos de los ricos e hinchan el índice bursátil CAC-40 deben usarse en cambio para preservar los empleos, proporcionar un salario decente para todos y proteger a los restaurantes, comercios y otras pequeñas empresas de la pandemia.

El PES pide la formación de comités de acción de base, independientes de los sindicatos, para preparar una huelga general y garantizar la seguridad de los lugares de trabajo en todos los sectores. Como en mayo-junio de 1968, una huelga general planteará la cuestión del poder político y la necesidad de traspasar el poder estatal a las propias organizaciones de lucha de los trabajadores. Sería un eslabón importante en la movilización de trabajadores que ahora está surgiendo en Estados Unidos, América Latina, Europa y el mundo.

La única forma de detener el resurgimiento de la pandemia y los ataques sociales que se preparan es combatiendo su causa: el sistema capitalista. Esta es la perspectiva del PES, la sección francesa del Comité Internacional de la Cuarta Internacional. Instamos a los maestros, jóvenes y trabajadores a que se pongan en contacto con nosotros para organizar esta oposición y a que se suscriban al Boletín de Educadores del WSWS.

(Publicado originalmente en inglés el 4 de septiembre de 2020)

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