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Biden acoge el esfuerzo de Trump de culpar a China por el COVID-19

La campaña del candidato demócrata a la presidencia Joe Biden ha realizado un anuncio televisivo que se hace eco de las afirmaciones falsas de la administración Trump de que China engañó al mundo sobre el COVID-19, y que Beijing es responsable de la muerte de cientos de miles de personas.

A lo largo de las últimas dos semanas, Trump ha acelerado su campaña de culpar a China por la pandemia. La semana pasada, la llamó un "ataque" por parte de China y el "peor ataque" en la historia estadounidense. "Esto es peor que Pearl Harbor. Esto es peor que el World Trade Center", fanfarroneó Trump.

El anuncio de la campaña de Biden, transmitido el lunes, acoge esta narrativa, y afirma que la respuesta tardía y caótica de los Estados Unidos a la pandemia era el resultado de la amigable relación de Trump con el presidente chino Xi y su aceptación de las declaraciones falsas del gobierno chino.

El anuncio empieza, "Principios de enero. Se advierte a Donald Trump por primera vez del virus. Él lo ignora ... en cambio defiende al gobierno chino".

Prosigue condenando a Trump por ser insuficientemente deferente para con Peter Navarro, su consejero de comercio y su más coherente militarista respecto a China dentro de su administración, que instó a Trump en un memo interno a usar el brote de coronavirus para implementar una prohibición total de viajar desde China.

El anuncio declara: "30 de enero. Secretario del propio gabinete de Trump advierte de una pandemia, planteando preocupaciones de que el gobierno chino no esté siendo transparente. Trump lo llama alarmista".

Continúa: "Desesperado por proteger las bolsas para que no sigan cayendo, Trump sigue negando la amenaza y elogia al gobierno chino".

El anuncio es totalmente incongruente. No hace ningún esfuerzo por explicar las supuestas relaciones entre los esfuerzos de Trump por minimizar la pandemia para promocionar las bolsas —lo que es el caso, sin dudas— y su supuesta disposición a aceptar la supuesta desinformación de China.

El nuevo anuncio sigue a otro anterior publicado por la campaña de Biden el 18 de abril, que declaraba, "Trump se entregó a los chinos. Les aceptó la palabra. ... ¿Y la prohibición de viajar de la que se jacta? Trump dejó que 40.000 personas viajaran de China a Estados Unidos después de firmarla. No muy estricto que digamos".

Estos anuncios marcan un cambio significativo por parte de Biden, quien en marzo y a principios de abril condenaba los esfuerzos de Trump por culpar a China por la pandemia como "racismo trivial y xenofobia regular". En ese momento, Biden declaraba que Trump "solo pretende culpar, en vez de asumir responsabilidades".

Biden añadió que "los intentos de Trump por desviar la responsabilidad de sus propios fracasos al abordar esta pandemia llamando al coronavirus el 'virus chino' durante las ruedas de prensa en la Casa Blanca alimentó sentimientos de odio e ira" hacia los asiáticos estadounidenses.

Trump ha citado repetidamente tales declaraciones de la campaña de Biden. "Hice que Biden me llamara xenófobo", dijo Trump en el programa de Sean Hannity en Fox News en el horario de máxima audiencia el 26 de marzo. "Dijo que yo era racista porque sintió que era racista prohibir que venga gente desde China".

Ahora Biden ha adoptado plenamente no solo la doctrina de Trump de la "competencia como gran potencia con China", sino además la afirmación falsa de que China de alguna manera es responsable de la pandemia. Condenando a Trump por no haber hecho caso al consejo de Navarro contra China, el anuncio constituye un apoyo implícito de la prohibición a viajar de Trump, que fue condenada públicamente por la Organización Mundial de la Salud y, según el propio Trump, fue criticada por el doctor Anthony Fauci.

Las declaraciones de Biden son parte de una orientación que se profundiza de todos los sectores del establishment político estadounidense hacia el conflicto con China, que solo se está intensificando con la pandemia de COVID-19.

Para dar solo un ejemplo, Kathleen Parker, la columnista del Washington Post que en 2016 pidió a los electores del Colegio Electoral que votaran contra Trump, escribió recientemente: "El nuevo coronavirus nos ha ayudado a nosotros y a nuestros socios internacionales a ver por fin los instintos malignos de la nación comunista".

Concluía: "Por ahora, hasta los críticos del presidente Trump pueden estar dispuestos a conceder que tenía razón en esto. Si él fue elegido parcialmente para poner fin a las prácticas comerciales injustas de China, su reelección podría depender del éxito que tenga al navegar por el problema de la pandemia y China".

La aceptación por parte de Biden de la narrativa anti-China de Trump —y su intento de volverla contra el propio Trump— es una variante de la línea política derechista que el Partido Demócrata ha venido siguiendo desde la elección de Trump. En 2016, los demócratas centraron sus críticas a Trump en acusarlo de ser insuficientemente agresivo contra Rusia.

Después de las elecciones, promocionaron la investigación de Mueller sobre la supuesta injerencia rusa en la campaña electoral de 2016 y en la vida política más en general, y la supuesta confabulación entre Trump y el presidente ruso Putin. Después del colapso de la investigación de Mueller, procedieron a impugnar a Trump, argumentando que retuvo armas de Ucrania en medio de su "guerra caliente" con Rusia.

Los demócratas estuvieron siempre preocupados no solo por las diferencias en política exterior, sino también y con la misma importancia por intentar subordinar a la oposición política doméstica a una agenda bélica derechista.

La campaña bipartidista para achacarle a China la pandemia de COVID-19 tiene por objetivo desviar las tensiones sociales crecientes hacia afuera mediante la creación de un enemigo común.

El año pasado, escribiendo en el Financial Times, Janan Ganesh comentó que "un enemigo común podría sanar la división política estadounidense". Concluía: "Por primera vez desde por lo menos los '80, los estadounidenses se enfrentan al tipo de desafío económico, ideológico y militar que puede hacer que el antagonismo doméstico parezca desubicado, si no inconcebible".

Observaba que "el ataque de Japón a Pearl Harbor" apisonó la "guerra de clases" de la era de la Depresión que estaba arrasando en los Estados Unidos, y sugirió que el conflicto entre Estados Unidos y China podría hacer lo mismo hoy.

Aunque los EEUU siguen con su fortalecimiento de misiles en el Asia-Pacífico después de retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias (INF), el senador Tom Cotton ha propuesto otros $43 mil millones en gasto militar teniendo a China en la mira como parte de la siguiente fase del rescate por el COVID-19.

Bajo las condiciones de la crisis social, política y económica más grande desde la Gran Depresión, el esfuerzo bipartidista por desviar las tensiones internas hacia afuera conlleva enormes peligros.

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(Publicado originalmente en inglés el 14 de mayo de 2020)

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