Una investigación del Wall Street Journal ha confirmado muchas de las acusaciones centrales hechas en 2017 por el World Socialist Web Site sobre la censura en línea de Google.
En un extenso artículo publicado el viernes, el Journal concluye que, a diferencia de las repetidas afirmaciones de Google, la empresa mantiene una lista negra de sitios web e interviene directamente para manipular ciertos resultados de búsqueda.
El 27 de julio de 2017, el World Socialist Web Site reportó que los cambios en los algoritmos de Google llamados internamente “Proyecto Búho” habían recortado drásticamente el tráfico a sitios web izquierdistas, contra la guerra y progresistas.
Estas afirmaciones estuvieron basadas en las declaraciones públicas de Google de que buscaría “promover contenido de mayor autoridad” y relegar “puntos de vista alternativos”. El WSWS también utilizó datos más detallados de los sistemas analíticos propios y datos provistos por otros sitios web, así como estimadores públicos en línea de tráfico y búsquedas.
Con base en estos datos, el WSWS concluyó que Google estaba utilizando una lista negra de medios noticiosos de oposición, cuyo principal impacto fue restringir el acceso a páginas web de izquierda y contra la guerra.
El WSWS fue el blanco central de esta iniciativa. Como explicamos, “Google ha cortado los lazos entre el World Socialist Web Site y los 45 términos más populares de búsqueda que previamente dirigían a sus lectores al WSWS. La censura física implementada por Google es tan extensa que, de los 150 términos de búsqueda que, tan tarde como abril de 2017, conectaban al WSWS con lectores, 145 ya no lo hacen del todo”.
El 25 de agosto de 2017, David North, el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, publicó una carta abierta a Google afirmando:
Una censura de esta magnitud equivale a construir una lista negra política. La obvia intensión del algoritmo empleado por Google es bloquear las noticias que la compañía no quiere reportadas y suprimir las opiniones con las que no concuerda. El manejo de listas negras políticas no es una práctica legítima dentro de las prerrogativas de Google como una empresa comercial. Es además un abuso flagrante de un poder monopólico y un ataque contra el derecho a la libre expresión.
Estas afirmaciones se han visto dramáticamente confirmadas por la investigación del Wall Street Journal, cuyo reporte concluye:
A pesar de negarlo públicamente, Google mantiene listas negras para eliminar ciertos sitios web y prevenir que otros aparezcan en ciertos resultados. Estos pasos son distintos a aquellos que bloquean los sitios de acuerdo con leyes estadounidenses y extranjeras, como aquellas que muestran abuso infantil o que infrinjan derechos de autor, y a los cambios diseñados para relegar spam, los cuales intentan engañar el sistema para aparecer en los resultados más altos.
El reporte procede a corroborar su acusación de que las acciones de la empresa contradicen sus declaraciones públicas:
Google ha dicho rindiendo testimonio ante el Congreso que no utiliza listas negras. Cuando le preguntaron en una audiencia en 2018 si Google ha puesto en una lista negra a una “compañía, grupo, individuo o medio… por razones políticas”, Karan Bhatia, el vicepresidente de Google para políticas públicas, respondió: “No, señora, no utilizamos ni listas negras ni blancas para influenciar nuestros resultados de búsqueda”, según el transcrito.
Pero la investigación del diario concluyó que Google acepta “lo que la empresa llama ‘acciones manuales’ contra sitios web específicos” añadiendo, “La empresa también podría colocar a un sitio web en una lista negra o eliminarlo completamente”.
El reporte del Journal argumenta que Ben Gomes, “uno de los primeros ejecutivos de búsquedas de Google” fue uno de los primeros en abogar por una intervención directa y manual en los términos de búsqueda. Fue Gomes que anunció lo que se conocería como el “Proyecto Búho” en una publicación de blog del 25 de abril de 2017 bajo el título, “Nuestras últimas mejoras de calidad para Búsquedas”.
En esa publicación de blog, Google afirmó que sus esfuerzos para promover sitios noticieros “de autoridad” eran una extensión de sus intentos previos para combatir los intentos para “engañar nuestros sistemas para aparecer más alto en los resultados de búsqueda”. Pero la investigación del Wall Street Journal revela que esto fue un fraude total.
“Existe esta idea de que los algoritmos de búsqueda son todos neutrales y salen y exploran la web y vuelven y muestran lo que encontraron, y todo eso es una total mentira”, cita el diario a un exejecutivo anónimo. “Google trata con casos especiales todo el tiempo”.
El reporte documenta cómo es que la empresa mantiene sus listas negras:
Los ingenieros conocidos como “mantenedores” están autorizados para hacer y aprobar cambios en las listas negras. Se necesitan al menos dos personas para hacer esto; una persona hace el cambio, mientras la segunda lo aprueba, según una persona familiarizada con el tema.
El Journal revisó un borrador de un documento de política de agosto de 2018 que resume cómo los empleados de Google deben implementar una lista negra “antidesinformación” para bloquear que aparezcan ciertos publicadores en las Noticias de Google y otros productos de búsqueda.
El reporte continúa:
La cultura de Google de rehusarse públicamente a las demandas de cambiar los resultados se ha disminuido, según empleados actuales y antiguos. Hace pocos años, la empresa desmanteló un equipo global enfocado en cuestiones de libre expresión que, entre otras cosas, publicitaba las batallas legales de la empresa para combatir los cambios a sus resultados de búsqueda, en parte porque Google ha perdido varias de esas batallas en la corte, según una persona familiarizada con el cambio… “La libertad de expresión ya no era la ganadora”, dijo esta persona.
La investigación del Wall Street Journal suscita serias interrogantes sobre la cobertura de la censura de Google en el New York Times. Después de publicar un reporte el 27 de septiembre de 2017 en la primera plana de su sección de negocios sobre la carta abierta del WSWS oponiéndose a la censura de Google, incluyendo una entrevista con David North, el Times intentó desacreditar las acusaciones de que Google estaba llevando a cabo una censura política.
En un artículo posterior, Daisuke Wakabayashi, quien entrevistó a North, buscó restarle importancia al régimen de censura de Google, haciendo eco de las negaciones parciales de la empresa sin realizar ninguna evaluación seria de los hechos. Wakabayashi escribió: “Google dijo que la ideología política no era un factor en ningún aspecto de sus resultados de búsqueda. Google dijo que, si un usuario es conservador o liberal, eso no forma parte de la información recolectada por la empresa y que no categoriza páginas web según inclinaciones políticas”.
Esto también era un fraude. La naturaleza de la definición de Google de sitios web “de autoridad” claramente era política.
En 2018, Google estableció su “iniciativa de noticias” para “Limpiar noticias falsas”, como lo reportó el New York Times. Sus socios eran el New York Times, el Washington Post y el Guardian, todos los cuales publicaron las falsedades del Gobierno de Bush sobre las supuestas “armas de destrucción masiva” en Irak, en medio de un sinfín de otras mentiras.
Las declaraciones de Google sobre promover medios noticieros “de autoridad” se refieren a la promoción de medios noticiosos que apoyan la política exterior estadounidense y las mentiras que la apuntalan. Esto es porque, como lo indica el Journal, “las búsquedas son un juego de suma cero: un cambio que ayude a promover un resultado inevitablemente degrada otro”.
Aparte del reporte inicial del New York Times y el reporte de Matt Taibbi del Rolling Stone, la vasta mayoría de medios noticieros corporativos simplemente ignoraron el reportaje del WSWS.
Cabe notar que, antes de ser silenciado y arrestado, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, escribió una carta a un evento en línea organizado por el WSWS advirtiendo sobre los peligros de la censura en línea. Declaró:
Si bien el Internet ha provocado una revolución en la capacidad de las personas para educarse a sí mismas y a los demás, el fenómeno democrático resultante ha sacudido a las élites políticas existentes hasta su núcleo. Google, Facebook y sus equivalentes chinos, integrados social, logística y financieramente en las élites existentes, han procedido a establecer el control del discurso… Aplaudo al WSWS por generar consciencia sobre este fenómeno.
En los tres años desde que Google anunció sus esfuerzos para enterrar los “puntos de vista alternativos”, la campaña de censura de las principales corporaciones tecnológicas tan solo se ha intensificado. En múltiples depuraciones masivas, Facebook y Twitter han eliminado cuentas y páginas izquierdistas con millones de seguidores.
El mes pasado, Twitter anunció que prohibiría todos los anuncios políticos en su plataforma, mientras que Facebook, pese a las declaraciones de Mark Zuckerberg de que no emprendería censura política, anunció que eliminaría cualquier publicación que incluya el nombre del “denunciante” de la CIA en el juicio político de Trump.
El motivo para estos esfuerzos intransigentes de censura política promovidos por todas las facciones de la élite política es su temor al crecimiento de la oposición en la clase obrera de todo el mundo, lo cual está vinculado a una audiencia cada vez más grande para el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de noviembre de 2019)