Cerca de 250,000 personas se manifestaron el sábado en Berlín contra el racismo y contra la campaña caza de brujas antiinmigrante del partido Alternativa Alemana (Alternative für Deutschland; AfD), de extrema derecha y contra las políticas reaccionarias del gobierno de la Gran Coalición.
Organizada en torno al lema central "# indivisible: solidaridad en lugar de exclusión", la protesta fue una de las más grandes en la historia reciente de Alemania.
Los organizadores esperaban 40,000 participantes y se sorprendieron cuando más de seis veces ese número apareció para manifestarse. El rally de apertura colmó la plaza Alexanderplatz de Berlín; cuando el frente de la manifestación llegó a la Columna de la Victoria, a unos de tres kilómetros de allí, muchos todavía no habían comenzado desde el punto de partida.
La protesta es la culminación de una creciente movilización contra el gobierno de Gran Coalición (Große Koalition) compuesta de demócrata cristianos (CDU/CSU) y socialdemócratas (SPD), que está implementando las posiciones xenófobas y extremistas de derecha de la AfD en todas las áreas políticas importantes.
En estas últimas semanas, se han realizado manifestaciones en contra de la AfD y las políticas de derecha de la Gran Coalición en varias ciudades. En su mayor parte, los medios de comunicación les han dado poca cobertura. Una de las más recientes congregó a más de 40,000 en Munich y Hamburgo protestando el racismo y repudiando una nueva ley policial de derecha.
La resistencia contra el gobierno sigue en aumento, especialmente desde los eventos en Chemnitz y Dortmund, donde los delincuentes de la extrema derecha y los neofascistas persiguieron a extranjeros, evocando comentarios comprensivos y de apoyo de parte de la policía, del servicio secreto y del ministro del interior federal. El sábado pasado, muchos manifestantes llevaban pancartas y carteles que decían: "No al odio contra los musulmanes", "No hay lugar para los nazis" y "El racismo no es una alternativa". Una pancarta decía: "Solidaridad con las víctimas de la violencia de derecha, racista y antisemita".
Además de la lucha contra el racismo y la xenofobia, los manifestantes repudiaban las políticas antisociales del gobierno y el crecimiento de la desigualdad económica. Ulrich Schneider, director ejecutivo de la Asociación de Bienestar Común (Paritätischen Wohlfahrtsverbands), advirtió sobre los efectos del aumento de la pobreza en Alemania y exigió medidas urgentes por parte del gobierno contra los aumentos incontrolados de los alquileres en muchas ciudades. Además, repudió el intento de encarar el creciente ejército de pobres y necesitados contra los inmigrantes y los solicitantes de asilo.
Un empleado de la aerolínea de salarios de hambre, Ryanair, habló sobre las condiciones brutales que enfrentan los trabajadores y sobre las huelgas de los pilotos y asistentes de vuelo de Ryanair en los últimos meses.
La manifestación fue convocada por la alianza "Indivisible", una coalición de unas 4.500 asociaciones, organizaciones e individuos. A la alianza se unieron organizaciones religiosas, organizaciones benéficas y sindicatos. Mucha gente conocida, como el actor Benno Fürmann, el locutor de televisión Jan Böhmermann y la banda Die Ärzte, apoyaron la protesta. Por la noche actuaron los compositores Konstantin Wecker y Herbert Grönemeyer.
Cuando quedaba claro, en la antesala de la manifestación, que la participación podría ser mayor que la anticipada originalmente, varios partidos políticos intentaron involucrarse. El ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, del Partido Socialdemócrata (SPD) habló de una gran “afirmación de tolerancia y cosmopolitismo”. En lugar de aislar [las fronteras] y promover el nacionalismo, declaró que lo que se necesitaba era más diversidad y solidaridad.
Esto fue dicho por un ministro del SPD cuyo partido apoya el llamado "plan maestro" contra los extranjeros, redactado por el ministro del Interior Horst Seehofer de la Unión Social Cristiana (CSU). El plan es para encerrar a los inmigrantes en los campos concentración, donde pueden ser objeto de abuso y deportación burocrática lo más rápido posible. El año pasado, en el anterior gobierno de Gran Coalición, el entonces ministro de Justicia, Heiko Maas, atacó a los manifestantes anti G20 en Hamburgo, acusándolos de ser "extremistas de izquierda" y pidió la celebración de un concierto de "rock contra la izquierda".
En la manifestación del sábado, el Sozialistische Gleichheitspartei (Partido Socialista por la Igualdad - SGP) distribuyó muchos miles de folletos intitulados "La lucha contra el terror de la derecha requiere una perspectiva socialista". En dos puestos de información, también anunció la publicación de su nuevo libro: "¿Por qué han vuelto?, La falsificación de la historia, la conspiración política y el retorno del fascismo en Alemania". El título del libro atrajo gran interés y provocó muchas discusiones.
Una joven del pueblo de Luckenwalde capital del estado de Brandenburgo, quien vino a la manifestación con su madre, expresó gran preocupación por el fortalecimiento de la AfD y el aumento de la violencia derechista. "Creo que es hora de luchar contra las tendencias de derecha y la violencia", dijo. “En verdad se acepta demasiado lo que es inhumano. Ya vimos en la segunda guerra mundial a donde nos lleva eso. En mi opinión, aquí podemos ver los inicios. Tenemos que oponernos a todo eso".
Otra manifestante dijo que estaba participando en la protesta para cumplir la promesa que le había hecho a su abuela de que nunca más volverían a ocurrir acontecimientos tan terribles como los que ella había atravesado.
En muchas discusiones, surgió las política de derecha de la Gran Coalición. Se entiende ampliamente que el establecimiento de un sistema de campamentos de concentración y la deportación brutal de los refugiados significa que el gobierno ha adoptado el eslogan de la AfD, “¡Extranjeros fuera!”
Un joven de Frankfurt am Main, quien no quiso dar su nombre por temor a represalias, expresó indignación ante la política del gobierno. El trato a los refugiados es "completamente inaceptable", dijo. También es "inaceptable que aquellos que querían ayudar a los refugiados son tratados como criminales", agregó. La gente debe reconocer, continuó, que más inmigrantes de África y el Medio Oriente se verán obligados a abandonar a sus países de origen en los próximos años, debido a los efectos del cambio climático y la explotación.
La gente está indignada por el hecho de que más de 1.500 refugiados se hayan ahogado en el Mediterráneo solo este año, y el gobierno alemán y la Unión Europea, bajo tales condiciones, añadan medidas de restricción contra los refugiados. En la manifestación, esto quedó claro en pancartas como "El rescate en el mar no es un crimen". Michael, quien participó en la manifestación, dijo que estaba "consternado y enojado" por la situación. El aislamiento salvaje por parte de Europa, "ahoga a cientos de refugiados en el Mediterráneo, lo que es terrible".
Michael dijo que estaba "consternado y enojado" por la situación. El cierre de las fronteras de Europa significaba que el gobierno estaba permitiendo que "cientos de refugiados se ahogaran en el Mediterráneo, lo que es terrible".
Destacó que la política inhumana del gobierno estaba dirigida no solo contra los refugiados, sino también contra su propia gente. Mientras se gastan "miles de millones de euros" en armar a los militares, "queda tan poco dinero no sólo para los refugiados sino también para la asistencia médica, los jardines de infantes y muchas otras necesidades sociales", dijo Michael.
En el mitin de clausura, cuando se anunció desde la plataforma que también había funcionarios del SPD y líderes del Partido de la Izquierda y de los Verdes presentes, hubo fuertes silbidos y abucheos. Maya, una asistente de ventas del este de Berlín, dijo enojada que "no se había escuchado antes que el SPD se presentara en estas protestas a la vez que implementa en el gobierno exactamente la política contra la que se está protestando".
En general, la protesta se caracteriza por una marcada contradicción. Si bien muchos manifestaban su indignación hacia la AfD, al crecimiento de las fuerzas neofascistas y las políticas de derechas del gobierno, y buscaban una forma de contrarrestarlos, la mayoría de los dirigían al mitin buscaban calmar las cosas y demorar escalar la situación Sus palabras clave fueron de armonía, reconciliación y amor al prójimo.
En su discurso, Markus Beeko, secretario general de la sección alemana de Amnistía Internacional, se refirió a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se aprobó hace casi 70 años. Esta garantizaba, dijo, "los derechos universales e indivisibles a todo ser humano en esta tierra. El derecho a pensar y decir lo que quieras, a creer lo que quieres, a estar protegido de la tortura o la persecución, a casarse con quien ames” Fue “una gran idea” en la que valió la pena involucrarse.
Ulrike Trautwein, teóloga protestante y Superintendente General en Berlín de la Iglesia Protestante Berlín-Brandeburgo / Oberlausitz de Silesia, declaró que el odio atenta en contra de la convivencia social. Se refirió a las manifestaciones pacíficas en Alemania Oriental en el otoño de 1989. En ese momento, un eslogan común era "no violencia". La pastora exclamó: "¡Eso nos debe conectar hoy! ¡No a la violencia!” Declaró que temía que el racismo y el antisemitismo pudieran hacer que la violencia social sea nuevamente socialmente aceptable.
Jutta Weduwen, directora ejecutiva del Servicio de Reconciliación para la Paz (ASF), también expresó su preocupación por la aceleración de conflictos sociales y cauteló en sobre la "erosión de la solidaridad y los sentimientos fríos".
Esos reclamos a favor de la armonía inquietan y engendraron repudio en muchos de los manifestantes. Este sentimiento fue claro en una conversación con una pareja de Berlín, Hannah y Mathew, quienes marchaban con su hijo en un cochecito. "No estoy tan lleno del amor que pregonan", dijo Mathew, que viene de Escocia y está estudiando en Berlín. "Me enoja ver a el aumento de extremistas de derecha otra vez. Lo que echo de menos en todos los discursos es una lucha, sin violencia, una lucha política ".
"No se trata solo de amor", agregó Hannah, quien ya completó sus estudios de biología. “La causa de los problemas es el capitalismo y la constante intensificación de la explotación. Necesitamos un movimiento de izquierda que luche contra el sistema existente y haga más que predicar amarnos unos a otros, ser amables con los demás. Lo que hace falta es una visión, una idea, política ".
La manifestación del sábado estuvo marcada por el hecho de que existían posiciones muy diferentes en la lucha contra los extremistas de derecha y los neofascistas. Ya se nota que la agravación de los conflictos sociales resultará muy rápidamente en una diferenciación política.
La intervención de la Sozialistische Gleichheitspartei tuvo el objeto de preparar la siguiente etapa de la lucha y dejar en claro que la lucha contra la derecha requiere una lucha contra el capitalismo y, por lo tanto, una perspectiva socialista.
El SGP ha demostrado en los últimos años cómo se preparó ideológicamente el surgimiento de la AfD y los neofascistas. Ha luchado contra la campaña de minimizar los crímenes del imperialismo alemán y el régimen nazi por parte de profesores como Jörg Baberowski y Herfried Münkler en la Universidad Humboldt. Ha advertido y develado el regreso del militarismo alemán. Ha luchado para movilizar a la clase obrera contra esa transformación y ligarla a su origen en el sistema capitalista y en todos sus partidos políticos y apologistas, incluidas las organizaciones supuestamente "de izquierda" como el SPD, el Partido de la Izquierda y los Verdes.
El folleto del SGP hacia los manifestantes dice: “La única fuerza social que puede contrarrestar este desarrollo y detener al ala derecha es la clase obrera internacional. Por esta razón, exigimos la expansión de las luchas de la clase trabajadora en todo el continente. La conspiración de la Gran Coalición, de los servicios de inteligencia y de los extremistas de derecha deben ser derrotada.
“Es hora de revivir las tradiciones socialistas revolucionarias de Marx, Engels, Luxemburgo, Liebknecht, Lenin y Trotsky, defendidas únicamente por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y de todas sus secciones. El SGP hace un llamamiento a los trabajadores y jóvenes para que se unan y emprendan la lucha contra el capitalismo, el fascismo y la guerra ".