Mientras Londres y Washington continúan incitando más las tensiones con Rusia por el caso Skripal, aumentan las críticas dentro de la Unión Europea por la posición agresiva hacia Moscú. En Alemania en particular, destacados políticos han hablado durante los días pasados contra las acusaciones hechas por el gobierno británico y advirtieron del peligro de un empeoramiento de la situación, que podría incluir la guerra.
El miércoles, el exvicepresidente de la Comisión Europea, Günter Verheugen (socialdemócrata, SPD), habló durante una entrevista con ZDF del “comienzo de una seria crisis internacional”, una crisis que él no está seguro de que “se pueda mantener bajo control”. Y ello es “de verdad lo último que necesitamos ahora mismo”, añadió.
La crisis no está siendo puesta en movimiento en base a “conocimiento seguro y entendimiento seguro”, sino “más bien en base a una cadena de pruebas que se apoyan en una suposición tras otra”. Eso no son pruebas, añadió, y declaró que piensa que “tal medida no es posible en una sociedad democrática”.
Al preguntarle el periodista de ZDF Mitri Sirin sobre supuestas “malas acciones” rusas, incluyendo “la anexión de Crimea”, la “guerra en Siria”, y los “ciberataques”, Verheugen respondió, “En realidad no hay escasez de acusaciones que se puedan dirigir al bando ruso”. Hay que “ser conscientes del hecho, con todo, de que acusaciones también pueden ser aducidas contra Occidente”.
Es “no hace mucho tiempo que los gobiernos británico y estadounidense mintieron al mundo entero: mintieron a propósito y a sabiendas para justificar el ataque a Irak”. Y el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, quien ahora está “mintiendo tanto... mintió tanto durante la campaña para el brexit en Reino Unido que cuesta estar a su altura”. Verheugen añadió que “esto no es particularmente creíble”.
Verheugen declaró que él habría “querido un mejor comienzo” para el nuevo ministro de Exteriores, Heiko Maas (SPD), quien nada más asumir el cargo le dio su apoyo total a Gran Bretaña. Aunque hay que “sobrellevar la situación por ahora”, también hay que recordar “que antes tuvimos un tipo diferente de cooperación con Rusia”. Como alguien que “habló directamente” con el presidente Putin sobre la expansión de la UE hacia el este, Verheugen comentó que sabía que “el compromiso constructivo y la cooperación son posibles”. Hay que “alejarse de esta confrontación y volver a una situación en la que la cooperación sea posible”.
Destacados representantes de varios partidos en el parlamento hablaron en términos similares y criticaron la posición del gobierno. “La expulsión de cuatro diplomáticos rusos con antecedentes en las agencias de inteligencia fue prematura y no se justifica por los criterios políticos que habría que aplicar en el caso Skripal”, dijo el vicepresidente del grupo parlamentario del SPD, Rolf Mützenich a Die Welt. Evidentemente, no “todos los gobiernos europeos participaron en esta medida”.
El portavoz para política europea del partido La Izquierda Andrej Hunko agradeció en Twitter a “los países de la UE, Bélgica, Bulgaria, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Austria, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría y Chipre”, por “no seguir el rumbo irresponsable de expulsar a los embajadores rusos sin pruebas”.
La líder del grupo parlamentario de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, escribió, “No es solidaridad suspender principios constitucionales e intensificar más la ya tensa situación con Rusia, sino falta de comprensión”.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que goza de vínculos estrechos con nacionalistas rusos, también se enfadó por la medida del gobierno. El dirigente del partido Alexander Gaulland describió como “inapropiado recurrir a tales sanciones serias en ausencia de pruebas y denuncio a los acusados por no desmentir las alegaciones”. Las afirmaciones del gobierno británico de que Rusia fue responsable del ataque “todavía tienen que demostrarse”.
El diputado de AfD Hansjörg Müller, que integra la comisión parlamentaria para economía y energía, describe a Maas como un “diletante de la política exterior”, a quien habría que llevar “a los tribunales” por su decisión.
Las reacciones agudas desde ciertos cuarteles demuestran que, a pesar de las declaraciones de solidaridad con Gran Bretaña y la expulsión de cuatro diplomáticos rusos, existe una facción en la clase dirigente que considera que Rusia es un socio en la persecución de los intereses geoestratégicos y económicos del imperialismo alemán.
El exministro de Exteriores, Sigmar Gabriel (SPD), quien criticó repetidamente la política exterior de Estados Unidos durante su mandato y defendió el levantamiento de las sanciones a Rusia, ha continuado promocionando este abordaje tras entregar su cargo a Maas.
Gabriel pronunció su primer discurso sobre política exterior como exministro en un acto por el 25 aniversario del Foro Germano-Ruso, que desde su fundación en 1993 ha presionado por intercambios políticos, económicos y culturales más estrechos entre los dos países.
Gabriel declaró que “en estos tiempos” hace falta “valentía”, “para promover buenas relaciones entre Alemania y Rusia”. Añadió que sabía que “la interpretación rusa” del conflicto en Ucrania es “enteramente diferente” del “punto de vista alemán y occidental”. Pero tiene que ser “posible superar gradualmente esos conflictos”. No lleva a ningún lado “hacer acusaciones mutuas en la política mundial sin al mismo tiempo buscar maneras de salir adelante”, dijo Gabriel. Rusia es un “socio decisivo” en la resolución del conflicto en Siria. No funcionará sin Rusia, concluyó.
Gabriel no escondió que considera que las provocaciones británicas y estadounidenses contra Rusia son una amenaza a los intereses alemanes. Es “absolutamente inaceptable que la política energética sea llevada según la visión estadounidense, hacia una posición en la que deberíamos renunciar a nuestra sociedad energética con Rusia que tiene décadas de duración para que Alemania y Europa compren gas natural estadounidense caro”, se quejó. En vez de ello, exigió “retener las visiones, tales como la de la zona de libre comercio desde Lisboa hasta Vladivostok”.
Washington y Londres están explotando el asunto Skripal para desbaratar precisamente ese objetivo. Quieren a toda costa impedir que Alemania establezca una alianza militar europea para perseguir sus intereses económicos independientemente de Estados Unidos y que forme un bloque comercial con Rusia. La intensificación constante del régimen de sanciones es parte de los esfuerzos de Washington para subordinar a Rusia para consolidar el dominio imperialista estadounidense sobre las riquezas energéticas de Eurasia.
Gabriel advirtió en su discurso que las medidas de Occidente ya han llevado al mundo al borde de un conflicto nuclear. Dijo que ha estado siguiendo “con gran preocupación que también en el bando ruso está surgiendo la idea de que Occidente y la OTAN son tan superiores con armas convencionales que hacen falta nuevas armas nucleares. Y que, por el otro bando, la OTAN responde volviendo a exigir que se desarrollen nuevas armas nucleares en Europa”.
Por lo tanto, demandó “una posición alemana equilibrada”, porque “todos sabemos que las confrontaciones al final resultan en montar un conflicto en alguna parte. Cuando la confrontación tiene lugar, ocurre en el territorio de la República Federal Alemana y Europa”, advirtió.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de marzo de 2018)