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Los partidos alemanes llegan a un acuerdo sobre una gran coalición proguerra y proausteridad

La Unión Demócrata Cristiana/Unión Social Cristiana de Baviera (CDU/CSU, siglas en alemán) y el Partido Socialdemócrata (SPD) anunciaron el miércoles que llegaron a un acuerdo para formar una nueva gran coalición para gobernar Alemania.

Esta tercera entrega de la gran coalición será el Gobierno más derechista del país desde la caída del régimen nazi. Intentará iniciar una acumulación militar masiva, imponer una nueva ronda de ataques sociales, adoptar la política de refugiados del partido ultraderechista, Alternativa para Alemania (AfD), y establecer un Estado policial para una represión interna.

Un repaso cuidadoso del acuerdo de coalición de 177 páginas deja esto en claro. Las vacías promesas de los dirigentes socialdemócratas, como la insistencia del actual líder del SPD, Martin Schulz, y su sucesora designada, Andrea Nahles, de que habrá más dinero disponible para la educación, la vivienda y el gasto social, solo sirven para ocultar los planes reaccionarios que han puesto en papel y que ahora procederán a poner en la práctica.

Dando una pista de las políticas que aplicará el nuevo Gobierno, el anuncio de su formación produjo apenas un día después de que el sindicato IG Metall, el cual está estrechamente ligado al SPD, cancelara una huelga de cientos de miles de trabajadores industriales e impusiera la congelación efectiva de sus salarios y la severa deterioración de sus condiciones de trabajo.

El enfoque central del acuerdo de coalición es el regreso de Alemania a una política exterior de “gran potencia”, que fue anunciada por la gran coalición previa en la Conferencia de Seguridad de Múnich en el 2014. El capítulo de 20 páginas sobre “La responsabilidad de Alemania para la paz, la libertad y la seguridad en todo el mundo” es el más largo en todo el acuerdo y debe leerse como un plan para una expansión masiva del militarismo alemán.

El capítulo identifica países, regiones y continentes enteros nuevamente vistos por el imperialismo alemán como sus esferas de influencia: los Balcanes occidentales, Rusia, Ucrania, Turquía, Oriente Próximo, África, América Latina, Asia y Afganistán.

En la sección titulada “Un ejército moderno”, el SPD y los partidos conservadores se comprometen a “poner a disposición el mejor equipamiento posible” y “entrenamiento” del ejército para que pueda “cumplir con las tareas asignadas en todas sus dimensiones”.

Los militares comprarán “lo que se requiera, y no lo que se ofrece”. Es necesario contar con una máquina militar “que sea efectiva”. Para ello, “la renovación, modernización y expansión del ejército del último periodo legislativo” será “continuada, mientras que la aceleración de los distintos procesos, en particular las compras de armamento”, será garantizada.

En términos monetarios, esto significa un aumento anual en el presupuesto militar de Alemania de al menos €35 mil millones en los próximos años. A partir de su formulación, “queremos alcanzar los objetivos de capacidad acordados por la OTAN y cerrar las brechas de capacidad”, los partidos conservadores y el SPD se comprometieron a aumentar el presupuesto de defensa al 2 por ciento del PIB para el 2024.

En comparación con estas enormes sumas que se gastarán en el ejército, los €46 mil millones de euros supuestamente destinados a gastos sociales adicionales en los próximos cuatro años son minúsculos. Sin embargo, parece probable que esto se sacrificará por el gasto militar, especialmente dado que el acuerdo de la coalición se apega a un presupuesto equilibrado y evita cualquier aumento de impuestos para los ricos o la introducción de un impuesto a la riqueza.

El documento también llama a avanzar en los planes para que Alemania desarrolle armas nucleares. “Mientras las armas nucleares desempeñen un papel como instrumento de disuasión en el concepto estratégico de la OTAN, Alemania tiene interés en participar en las discusiones estratégicas y los procedimientos de planificación”, afirma el documento en la sección “Desarme y una política restrictiva de exportación de armas”.

En la sección sobre “las intervenciones extranjeras actuales del ejército”, los partidos de la coalición piden la extensión y expansión de las intervenciones militares alemanas. Quieren “afianzar aún más ... el mandato para la estabilización integral y el combate sostenido del terrorismo de Estado Islámico”, “aumentar el número de soldados” en el norte de Afganistán, “continuar” la intervención militar en Malí y “elevar” el “límite superior” de tropas allí.

Para promover las grandes ambiciones de poder del imperialismo alemán en el escenario mundial, los partidos conservadores y el SPD apelan a una política militar conjunta y de gran poder en cooperación con Francia.

El primer capítulo del acuerdo, titulado “Un nuevo comienzo para Europa”, declara: “El equilibrio global de fuerzas ha cambiado fundamentalmente en los últimos años: política, económica y militarmente. Nuevas áreas de interés para Estados Unidos y el fortalecimiento de las políticas de China y Rusia dejan en claro que Europa debe tomar el destino en sus manos más que en el pasado. La UE solo tiene la oportunidad de reafirmarse en el mundo y hacer valer sus intereses comunes de forma unida”.

Los objetivos declarados de la coalición incluyen el desarrollo de “cooperación de seguridad permanente en el ámbito militar”, el uso del “fondo de defensa europeo” y la introducción de una “sede de la UE apropiadamente equipada para dirigir las misiones civiles y militares”. Además, se tomarán más medidas para desarrollar un “ejército de europeos”.

La otra cara de este “nuevo comienzo para Europa” es la intensificación de las políticas de austeridad, que ya han sumido a millones de trabajadores y jóvenes en la pobreza y el desempleo. El objetivo del Gobierno es “fortalecer la competitividad de la UE y el potencial de crecimiento en el contexto de la globalización” y “reformar de manera sostenible a la UE en asociación con Francia”.

A nivel nacional, la CDU/CSU y el SPD planean establecer un Estado policial para reprimir la creciente oposición a la guerra y los recortes sociales. “Estamos fortaleciendo la seguridad en Alemania”, escriben, antes de recurrir a un llamado “pacto por el estado de derecho” que incluye “15.000 nuevos puestos para las fuerzas de seguridad a nivel estatal y federal”.

Hay planes para “equipar mejor a la policía”, la “expansión de análisis de ADN”, el uso de imágenes de vigilancia en áreas de conflicto social y la centralización de las agencias de seguridad e inteligencia. “Además, queremos unificar los poderes de las agencias de inteligencia federales y estatales, particularmente en relación con la recopilación y el almacenamiento de datos”, declara el documento.

Esto también incluye una expansión del control sobre el Internet. “Las fuerzas de seguridad requieren los mismos poderes cuando están en Internet como fuera”. El documento pide la expansión de la Ley de Aplicación de la Red, que busca censurar las opiniones políticas de izquierda y socialistas en el Internet.

En cuanto a la política de refugiados, los partidos conservadores y el SPD han adoptado esencialmente las mismas posiciones de la AfD de extrema derecha. “Se debe” evitar “la repetición de la situación del 2015” y, por lo tanto, es necesario “realizar esfuerzos para gestionar y restringir adecuadamente los movimientos migratorios”, señala el documento.

También hay planes para “crear centros de recepción, toma de decisiones y repatriación para acelerar los procedimientos de asilo” –es decir, campos de concentración de facto para migrantes— la “estricta deportación de personas que tienen una obligación comprobada de irse”, la “protección efectiva de fronteras externas” y “la expansión de la patrulla costera y fronteriza europea (Frontex) para convertirse en una auténtica policía fronteriza europea”.

Mientras que la dirección del SPD está instando a sus miembros a votar por el acuerdo de coalición derechista, el Sozialistische Gleichheitspartei (Partido de Igualdad Socialista, SGP) llama a que en la próxima votación de los miembros sea opuesta. No existe un mandato popular para la instalación de este Gobierno de extrema derecha. Es una conspiración total contra el pueblo, llevada a cabo a espaldas de la población.

En las elecciones federales de septiembre pasado, tanto la CDU/CSU como el SPD obtuvieron sus peores resultados en la historia de la República Federal. Según las últimas encuestas, solo el 32 por ciento de la población apoya otro Gobierno de la gran coalición.

El SGP llama a nuevas elecciones. Al hacerlo, se basa en el crecimiento global de la oposición a los ataques sociales, el militarismo y la dictadura. En el análisis final, las políticas reaccionarias impulsadas por los partidos conservadores y el SPD, que cuentan con el apoyo de todos los partidos parlamentarios y grandes sectores de la burguesía europea, solo pueden ser detenidos por un movimiento independiente de la clase trabajadora sobre la base de un programa socialista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de febrero de 2018)

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