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Medio millón de trabajadores metalúrgicos participan en huelgas en Alemania

El viernes concluyeron los paros de advertencia de un día en las industrias del metal y la electricidad. Según el sindicato IG Metall, las líneas de ensamblaje se cerraron en 97 compañías, con alrededor de 304.000 empleados. En general, más de 500.000 trabajadores participaron en los paros de 24 horas que comenzaron el miércoles.

Tanto en Baviera como en Baden-Wurttemberg, toda la industria automotriz fue cerrada el viernes. Los trabajadores se declararon en huelga en numerosos astilleros y en las plantas de Airbus en Hamburgo, Bremen y Baja Sajonia. Además, más de 56.000 empleados en los sitios de Volkswagen en Wolfsburg, Salzgitter, Braunschweig, Kassel, Emden y Hanover dejaron de trabajar temporalmente.

La determinación de los trabajadores para luchar contra las empresas es enorme. IG Metall limitó los votos de la huelga a poco menos de 280 compañías seleccionadas, pero en todas partes la convocatoria de la huelga alcanzó un apoyo del 95 al 100 por ciento. Los trabajadores se resisten a años de recortes salariales y mayores cargas de trabajo mientras los ejecutivos y accionistas han ganado miles de millones. Por ejemplo, el Grupo Daimler reportó ventas récord e ingresos netos el 1 de febrero. A los accionistas solos se les prometieron dividendos de hasta €4 trillones.

Apuntándose a la huelga en el pabellón de Leipzig

Sin embargo, IG Metall está igualmente decidido a llegar a un acuerdo totalmente entreguista con las compañías. El viernes, el líder sindical Jörg Hofmann declaró: “Ahora depende de los empleadores entender esta señal y ponerla en un lugar claro. Si los empleadores muestran esta disposición, las negociaciones pueden continuar el lunes”.

Según una noticia del Stuttgarter Nachrichten, los sindicatos y los empleadores ya han acordado continuar las negociaciones el lunes para concluir rápidamente el contrato piloto para Baden-Württemberg. “Detrás de escena, el hilo de la conversación nunca se había roto de todos modos”, escribe el periódico.

IG Metall convocó los paros para controlar la ira de los trabajadores. Especialmente en vista de los ataques sociales y los planes de rearme de un futuro gobierno alemán, los sindicatos esperan una resistencia feroz.

El hecho de que los sindicatos apoyen plenamente la agenda derechista de otro gobierno de Gran Coalición entre el Partido Social Demócrata (SPD) y los partidos conservadores se expresó en el reciente Consejo Sindical. Según una noticia de Der Spiegel, varios representantes sindicales presionaron al líder del SPD Martin Schulz para que retuviera a Sigmar Gabriel como ministro de Asuntos Exteriores. En los últimos meses, Gabriel ha estado impulsando el regreso de Alemania a una agresiva política exterior y de gran potencia, que exige, entre otras cosas, que Alemania vuelva a actuar como un “carnívoro” en la arena mundial.

IG Metall apoya la política militarista y antiobrera de la Gran Coalición y está haciendo todo lo posible para desmovilizar a los trabajadores. Ha separado sistemáticamente las huelgas y ha evitado cualquier huelga o manifestación conjunta importante. En los piquetes y en los innumerables mítines fuera de las puertas de la fábrica, uno se encuentra casi exclusivamente con funcionarios del sindicato y del comité de empresa.

En Leipzig, IG Metall trasladó el registro de los trabajadores en huelga de los piquetes al recinto ferial. Allí, los empleados de la planta de Porsche fueron llamados el jueves y por lo tanto se mantuvieron completamente separados de los trabajadores de la planta de BMW que llegaron al día siguiente. El paisaje era más una reminiscencia de una oficina de correos que una huelga.

Piquete en la planta de Mercedes en Sindelfingen

Dilakshan, que trabaja en Daimler Axis Mettingen, dijo que los trabajadores no participaron en los piquetes porque sabían que estaban dominados por funcionarios del sindicato y del comité de empresa. A los trabajadores se les dijo que no tendrían que protestar para obtener dinero de la huelga, dijo Dilakshan.

Luigi, un trabajador de la planta de Mercedes en Sindelfingen, dijo que los trabajadores quieren ir a la huelga, pero no están interesados en las protestas vacías del sindicato. “Los trabajadores saben que IG Metall no busca un salario del seis por ciento más y una semana de 28 horas. Ya han acordado un asqueroso compromiso. Eso es solo un fraude”.

Los trabajadores comunes que participaron en los piquetes y mítines expresaron escepticismo hacia los sindicatos y hostilidad hacia la Gran Coalición.

En la concentración en la sede central de Bosch en Stuttgart-Feuerbach, Peter, que comenzó como aprendiz en la planta hace cuarenta años, dijo: “He visto muchas negociaciones similares”. Dijo que IG Metall debería ser más agresivo, pero que a la luz de la experiencia pasada no cree que suceda. “El papel de los sindicatos es, en última instancia, llevar la paz a las fábricas y salvaguardar la producción”.

Piquete en la planta de la BMW en Berlín

Peter calificó los planes para una Gran Coalición renovada como una desgracia. Incluso el último gobierno restringió la entrada de refugiados, dijo. Ahora quieren cerrar completamente las fronteras y, al mismo tiempo, proporcionar nuevas razones para el escape de millones de sus hogares. “Puedes ver en la televisión las imágenes de las ciudades bombardeadas. Y Alemania continúa proporcionando armas a todo el mundo y causa más destrucción”.

En el piquete de la planta de la BMW en Berlín, un joven trabajador permanente declaró su solidaridad con los muchos trabajadores temporales que, por culpa de los sindicatos, reciben salarios mucho más bajos y no se ven afectados por las demandas salariales actuales. “Creo que las demandas del sindicato relacionadas con los trabajadores temporales no son suficientemente consideradas. Tenemos tantos trabajadores contratados aquí en BMW cuyos trabajos son inciertos. Apenas se los representa aquí en el mitin”.

Cuando se le preguntó sobre el gobierno de coalición, dijo: “El SPD ya no es un partido obrero. Ya no tiene nada que ver con nosotros. Debido a que la dirección de IG Metall también está organizada en su mayoría en el SPD, no se puede esperar que amplíe la huelga”. La perspectiva internacional del Sozialistische Gleichheitspartei (SGP, Partido Socialista por la Igualdad) le impresionó. “Es lógico que tengamos que enfrentar a las empresas internacionales como una fuerza de trabajo internacional”.

Axel, que trabaja en la planta de BMW en Leipzig, habló extensamente sobre la creciente carga de trabajo. “Están exigiendo más y más, cada vez menos personas pueden hacer más y más”. Al mismo tiempo, dijo, su salario dista de ser suficiente para mantener a su familia, y por eso su esposa también tiene que trabajar.

También atacó las políticas reaccionarias de la Gran Coalición. “Hemos visto en los últimos años que se ha vuelto amargo para muchas personas. Uno de cada cinco niños en Alemania se ve afectado por la pobreza. El 20 ó el 25 por ciento de los empleados alemanes están en el sector de salarios bajos”.

Axel dijo que ve una conexión directa entre las condiciones de los trabajadores y el impulso a la guerra. “La industria armamentista alemana gana enormes sumas de dinero y por lo tanto impulsa el desarrollo bélico internacional”. Axel dijo que los problemas del mundo podrían resolverse mediante la expropiación de la riqueza de individuos como el fundador de Amazon Jeff Bezos (patrimonio neto de 84 mil millones de euros). “Entonces podemos dejarlo con la guerra”.

Los trabajadores también hablaron en contra de la guerra y el militarismo en la gran planta de la Ford en Colonia. “Las guerras como en Siria, el militarismo en Alemania, las exportaciones de armas de la industria armamentista alemana. Estoy viendo esto con preocupación”, dijo Yussuf.

Dijo que también sospecha de los sindicatos, debido a su estrecha relación con el SPD. “IG Metall dice que apoya a los partidos que apoyan a los trabajadores. Yo no lo creo”. IG Metall apoya una nueva Gran Coalición, dijo, pero estos partidos no apoyan a los trabajadores. “La CDU [Unión Demócrata Cristiana] no lo hizo en absoluto y el SPD no por muchos años. Por eso recibieron una reprimenda en las últimas elecciones generales, y esa no será la última vez”, dijo.

Un trabajador de mayor edad expresó su desconfianza hacia los sindicatos y denunció sus negociaciones con los empleadores. “Esto es todo solo espectáculo. El resultado ya está establecido”, dijo.

“Esto es solo lo que se pierde, lo que nuestros padres y abuelos han construido. La distribución de la riqueza y los ingresos es absolutamente injusta”, dijo. Se quejaba de que “con salarios de 1200 euros, eso es lo que ganan los trabajadores temporales, no se puede planificar un futuro”. Puso todas sus esperanzas en los trabajadores más jóvenes. “Los jóvenes deben actuar contra las medidas de austeridad en su conjunto”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de febrero de 2018)

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