A pesar de la retórica sobre una guerra global contra el terrorismo islamista, Estados Unidos ha utilizado durante mucho tiempo a grupos islamistas reaccionarios en Oriente Medio y Asia. En Siria, se está asociando con un régimen de HTS que tiene sus raíces directamente en Al Qaeda.
Los tiroteos escolares son una manifestación de la crisis social devastadora del capitalismo estadounidense.
Bajo la rúbrica de "Proyecto 2025", los ayudantes de Trump están elaborando planes para un gobierno autoritario y la persecución legal de sus enemigos.
Sanders publicó un artículo de opinión en The Guardian fingiendo preocupación por las condiciones en Gaza, al tiempo que respaldaba todo el entramado político de apoyo estadounidense a la ocupación ilegal israelí.
El atacante fascista que asesinó a ocho personas en Allen, Texas, era un simpatizante del antisemita Nick Fuentes, a quien Trump invitó a cenar en Mar-a-Lago en el otoño.
Casi 10.000 hombres, mujeres y niños en EE.UU. ya han muerto o sufrido heridas en Estados Unidos por incidentes violentos involucrando armas de fuego en menos de dos meses de 2023.
Independientemente de los motivos y las circunstancias detrás de los últimos tiroteos masivos horrendos en Estados Unidos, su regularidad es un fenómeno social y requiere una explicación social.
En 2022, el capitalismo no ofrece a los trabajadores y sus familias más que tiroteos masivos a diario, una inflación desenfrenada, pandemias interminables y el peligro de una guerra nuclear.
La magnitud del horror y la profundidad de la reacción pública sugiera que se ha alcanzado un tipo de “punto de inflexión”.
En dos discursos distintos durante el fin de semana, Biden y Pelosi dijeron que el "mal" era el culpable de los tiroteos de Buffalo y Uvalde, en un intento de absolver al sistema capitalista y al Partido Republicano.
Trump aprovechó la horrenda masacre para retratar los insulsos llamamientos de los demócratas a favor de medidas suaves de control de armas como una "guerra contra la policía", parte de una conspiración socialista-comunista contra los "patriotas estadounidenses respetuosos de la ley".
La élite gobernante estadounidense, sus políticos y medios de comunicación no tienen nada inteligente ni útil que decir sobre esta última calamidad.
Independientemente de los problemas psicológicos individuales que afligían y posiblemente motivaron a Salvador Ramos a matar, no explican la rutina de estallidos de violencia masiva que atormentan la sociedad estadounidense.
Es necesario declararlo explícitamente: el tiroteo masivo el domingo fue un crimen político. Fue llevado a cabo por un racista y antisemita con base en una ideología política fascista definida.
James y Jennifer Crumbley se declararon no culpables de cuatro cargos para cada uno de homicidio involuntario en una instrucción de cargos en el tribunal del distrito del Condado de Oakland después de que ellos fueran localizados y arrestados en Detroit temprano por la mañana del sábado.
El martes por la tarde, se produjo una escena macabra que es demasiado común en la vida estadounidense cuando el estudiante de segundo año Ethan Crumbley, de 15 años, llevó a cabo un tiroteo masivo en la secundaria Oxford de un suburbio de Detroit, en la región metropolitana de Míchigan.
