178. Durante los años 1960 y a principios de los 1970, el movimiento trotskista británico había ejercido una influencia inmensamente positiva sobre la Workers League. La aparición y desarrollo de la Workers League durante su período inicial habría sido imposible sin la experiencia invaluable de la Socialist Labour League y de Gerry Healy. No obstante, sobre todo luego de la escisión con Wohlforth, la evolución de la Workers League procedió de una manera muy diferente a la del Workers Revolutionary Party. La diferencia fundamental tenía que ver con la atención que la Workers League le prestaba a la historia del movimiento trotskista y a las lecciones de la lucha en contra del pablismo.
179. Luego de la escisión con Wohlforth, la Workers League firmemente dirigió sus labores hacia la clase trabajadora. Comenzando con los años 1970, desarrolló una presencia bastante importante en las luchas de los sectores más militantes, sobre todo entre las minas de carbón bajo el dominio del UMWA (Trabajadores Mineros Unidos de Estados Unidos; siglas en inglés). En 1978, la Workers League decidió mudar sus oficinas centrales a Detroit. El objetivo de esta movida era establecer lazos más íntimos entre el partido y la vida y luchas cotidianas de la clase trabajadora. Durante los años que siguieron la Workers League y El Boletín —su periódico en aquel entonces— jugaron un papel significante en las huelgas de los controladores aéreos, los mineros de Phelps Dodge Copper, los chóferes de Greyhound, los trabajadores de Hormel, y numerosas huelgas en las minas de carbón en los estados de Virginia Occidental y Kentucky. No obstante, a todas estas luchas no se les consideró como ocasiones para celebrar el sindicalismo, sino como luchas esencialmente políticas que requerían el desarrollo de la conciencia socialista y el establecimiento de una dirigencia marxista en la clase trabajadora. Esta labor hizo a la Workers League más consciente de la importancia de desarrollar una estrategia revolucionaria clara, amplia e internacionalista.
180. Las diferencias entre el WRP y la Workers League salieron a la luz en el otoño de 1982. En un ensayo publicado para conmemorar el quinto aniversario del asesinato de Tom Henehan, David North, secretario nacional de la Workers League en ese entonces, le hizo hincapié al significado de la historia en la capacitación de los cuadros del movimiento marxista. North escribió:
“Lo primordial de la capacitación de los cuadros es la subordinación consciente de todo el que se una al partido a los principios revolucionarios por medio de los cuales la continuidad histórica del movimiento marxista se expresa. Por ‘la continuidad histórica’ significamos la cadena ininterrumpida de la lucha política e ideológica de nuestro movimiento en contra del estalinismo, la social democracia, el revisionismo y todos los demás enemigos de la clase trabajadora...
Los revisionistas y charlatanes políticos de todo tipo invariablemente basan su política y sus programas en las necesidades prácticas e inmediatas que el momento impone. Las consideraciones basadas en los principios son totalmente desconocidas para estos pragmáticos. Es decir, aquellas consideraciones que resultan de un estudio serio de la historia del movimiento obrero internacional y del conocimiento de su desarrollo como resultado de leyes objetivas, lo cual resulta en revisiones críticas y constantes de sus experiencias objetivas...
Una dirigencia que no se esmera en asimilar colectivamente la totalidad de su historia en lo total no puede adecuadamente cumplir con sus responsabilidades revolucionarias a la clase trabajadora. Sin un verdadero conocimiento de la evolución histórica del movimiento trotskista, las alusiones al materialismo dialéctico no sólo parecen carentes de significado, sino que le abren paso a la verdadera distorsión del método dialéctico. La fuente de la teoría no yace en el pensamiento sino en el mundo objetivo. La evolución del trotskismo, por ende, procede de la nuevas experiencias de la lucha de clases, las cuales entonces se integran a todo el conocimiento que nuestro movimiento ha derivado de la historia”. [104]
181. North le presentó al Workers Revolutionary Party una crítica bien detallada de un panfleto escrito por Healy bajo el título de Estudios sobre el materialismo dialéctico. Esta crítica estableció que el concepto de Healy de la dialéctica consistía de una repudiación del materialismo y un retorno al tipo de filosofía idealista y subjetiva que Marx había vencido en su crítica de los hegelianos de izquierda a principios de los años 1840. North escribió:
“Los estudios sobre el materialismo dialéctico del camarada Healy sufren de un efecto decisivo: esencialmente ignora el éxito de Marx y Lenín cuando reelaboraron la dialéctica de Hegel desde el punto de vista materialista. A Hegel, pues, se le enfoca sin crítica
alguna, fundamentalmente como hacían los hegelianos de izquierda contra quienes Marx luchó...
“El camarada Healy no toma en cuenta las advertencias que Marx y Engels frecuentemente repitieron en cuanto a la dialéctica de Hegel: que ésta era inútil de la manera en que se había dejado. Por lo tanto, el camarada Healy trata de explicar el proceso de cómo el conocimiento se adquiere directamente de la lógica de Hegel.
Ese enfoque es falso. El proceso del pensamiento no se puede explicar partiendo de la lógica, como tampoco se puede explicar la índole del estado de la misma lógica...
“La frase ‘poner a Hegel de pie’ no debería emplearse para denigrar el profundo éxito científico que esta misión integra. Lo que sucedió no fue menos que el establecimiento de la perspectiva global científica y materialista por medio de la cual se llegan a conocer las leyes de la naturaleza, de la sociedad y de la conciencia. Ya la filosofía no se interesaba principalmente en la ‘materia de la lógica’ sino en ‘la lógica de la materia’.
“Marx nos dejó un descubrimiento muy claro: el modelo de la lógica de Hegel, cuando se emplea tal como él lo formuló, inevitablemente conduce a la sofistería por medio de la manipulación de categorías de la lógica y la manipulación adicional de hechos empíricos para comprobar categorías ya en existencia”. [105]
182. La conclusión de North hace un resumen de su crítica a la evolución política del CICI bajo la dirigencia del WRP: “Los estudios sobre la dialéctica ha sacado a la luz una crisis que se ha estado desarrollando dentro del Comité Internacional por un período de tiempo considerable. Por varios años (en mi opinión esto comenzó en 1976 y sólo llegó a dominar en 1978), en nombre de la lucha por el materialismo dialéctico y en contra del propagandismo, el Comité Internacional se ha alejado, con paso seguro, de la lucha por el trotskismo”. La crítica del método teórico de Healy fue vinculado a un análisis de las relaciones que el WRP tenía con varios regímenes nacionales en el Medio Oriente. North continuó:
“Una vulgarización del marxismo que se ha hecho pasar por ‘la lucha dialéctica’ ha ido de mano en mano con un distanciamiento inconfundiblemente oportunista dentro del Comité Internacional, especialmente en el WRP. La defensa marxista de movimientos de liberación nacional y la lucha contra el imperialismo se ha interpretado de manera oportunista al darle apoyo carente de sentido crítico a varios regímenes nacionalistas burgueses”. [106]
183. La Workers League presentó un análisis más amplio de la degeneración del WRP entre enero y febrero de 1984. En una carta fechada el 23 de enero de 1984, a Michael Banda, secretario general del WRP, North declaró que la Workers League se encontraba “profundamente turbada por indicios que indicaban cada vez más un alejamiento político hacia posturas políticas bastante similares —en sus conclusiones tanto como en su metodología— a aquella que históricamente hemos asociado con el pablismo”. North señaló que el Comité Internacional:
“Por cierto tiempo ha estado llevando a cabo sus labores sin una perspectiva clara y unificada políticamente para guiar su práctica. Más bien que una perspectiva para fortalecer las secciones del Comité Internacional en todos los países, el foco central de la labor del CI durante varios años ha sido la promoción de alianzas con varios regímenes nacionalistas burgueses y movimientos de liberación. El contenido de estas alianzas refleja cada vez menos la primordial de una orientación clara hacia el desarrollo de nuestras propias fuerzas para establecer el papel principal del proletariado en la lucha anti imperialista en los países semi coloniales. Los mismos conceptos que el SWP avanzara en relación a Cuba y Argelia y que nosotros atacamos con tanto vigor a principios de los años 1960, con frecuencia creciente aparecen en nuestra propia prensa”. [107]
184. North amplió la crítica emprendida por la Workers League en un informe al CICI el 11 de febrero de 1984, que colocó la adaptación del WRP al nacionalismo burgués dentro del contexto de la lucha que el CI había llevado a cabo contra el pablismo durante décadas. El informe también señalaba las relaciones oportunistas del WRP con tendencias reformistas en la Gran Bretaña. North lo explicó así:
“El Comité Internacional se basa en las tradiciones y principios establecidos por medio de las luchas políticas, organizacionales y teóricas de todas las generaciones de marxistas anteriores, y en la manera en que esta continuidad del CI con estas generaciones anteriores se ha desarrollado a través de la lucha contra toda variedad de anti marxismo que ha surgido en el movimiento obrero, especialmente dentro del movimiento trotskista mismo”. [108]
185. North hizo notar que el PST de Estados Unidos explícitamente había repudiado la Teoría de la Revolución Permanente, lo cual Barnes proclamó a principios de 1982 y vindicó la lucha del CICI en contra del revisionismo pablista. En lugar de luchar por la independencia política de la clase trabajadora, el SWP promovió movimientos nacionalistas burgueses y pequeñoburgueses, tales como el movimiento la Nueva Joya en Granada, los sandinistas en Nicaragua y el Farabundo Martí de El Salvador. Fue dentro de este contexto que North enfatizó la necesidad de analizar las experiencias políticas del CICI. Haciendo notar las relaciones de éste con movimientos nacionales en el Medio Oriente, North declaró lo siguiente:
“Está claro que ya para mediados de 1978 se desarrollaba una orientación general hacia regímenes nacionalistas y movimientos de liberación sin una perspectiva correspondiente para desarrollar nuestras propias fuerzas dentro de la clase trabajadora. Un asesoramiento
completamente incorrecto y carente de crítica comenzó a aparecer más y más explícitamente en nuestra prensa, con el resultado que invitaba a nuestros cuadros y a la clase trabajadora a considerar a estos nacionalistas burgueses como ‘dirigentes anti imperialistas’ a quienes se les debe dar apoyo político”. [109]
186. North criticó al WRP por apoyar a Hussein cuando éste suprimió al Partido Comunista e inclusive fusiló a 21 de sus militantes en 1979 por la manera en que alabó al régimen iraní del Ayatola Khomeini luego de inicialmente haber hecho un análisis correcto de la revolución de febrero de 1979 y, entre 1977 y 1983, por el apoyo carente de toda crítica al líder del Jamahiriya de Libia, Muammar al-Gaddafi. North también mencionó las relaciones que el WRP había establecido con ciertos sectores del Partido Laborista, inclusive con Ken Livingstone y Ted Knight, y el Concilio Mayor de Londres.
187. El Workers Revolutionary Party rehusó participar en un intercambio de estas diferencias. Más bien amenazó con ponerle fin a sus relaciones con la Workers League si ésta se empeñaba en seguir con sus críticas. Esta trayectoria tan oportunista y carente de principios tuvo, a fin de cuentas, consecuencias devastadoras para el WRP. En menos de un año, durante el otoño de 1985, una crisis organizacional, consecuencia de más de una década de alejamiento de los principios sobre los cuales la fundación de la Cuarta Internacional y el Comité Internacional se había basado, el WRP se había desbaratado. Su negativa en aceptar los consejos políticos del CICI y su búsqueda de intereses políticos concebidos totalmente en términos nacionales condujo a la escisión en febrero de 1986.