164. Las primeras etapas de la investigación descubrieron documentos recientemente desclasificados, los cuales revelaron la conspiración que preparó el asesinato de Trotsky y el papel fatal que jugaron agentes que lograron infiltrar todos los centros políticos principales de la Cuarta Internacional. El CICI descubrió documentos relacionados con las actividades de agentes tales como Mark Zborowski, quien fue asistente principal del hijo de Trotsky, Lev Sedov. Zborowski jugó un papel clave en el asesinato de Sedov y otros militantes dirigentes de la Cuarta Internacional en Europa. Otro agente estalinista importante, que le facilitó al Kremlin valiosa información acerca de las actividades de Trotsky, fue Sylvia Caldwell (apellido de soltera Callen), secretaria personal de James P. Cannon. Pero la información de mayor importancia que el CICI descubrió se relacionaba con las actividades de Joseph Hansen. Documentos descubiertos en los Archivos Nacionales de Estados Unidos, así como también otros obtenidos por una petición bajo el Freedom of Information Act [Acta de la Libertad de la Información], revelaron que Hansen, justamente después del asesinato de Trotsky, intentó establecer —y terminó por establecer— relaciones secretas con agentes estadounidenses de alto nivel. Uno de los documentos, fechado 25 de septiembre de 1940, es una carta del cónsul de Estados Unidos en Ciudad de México a un funcionario del Departamento de Estado. Dice la carta que Hansen “desea comunicarse con alguien de su confianza ubicado en Nueva York a quien información confidencial se le pudiera ofrecer con impunidad”. [100]
165. El CICI descubrió pruebas concluyentes de que Joseph Hansen había funcionado como agente dentro del movimiento trotskista. Una demanda interpuesta por Alan Gelfand contra el gobierno de Estados Unidos, la cual alegaba que el gobierno controlaba al SWP, obligó a que se divulgaran documentos oficiales que corroboraron las conclusiones de la investigación llevada a cabo por la Cuarta Internacional. Uno de los hechos esenciales que se descubrió como consecuencia de la demanda fue que el FBI sabía, por los menos desde mediados de los años 1940, que Joseph Hansen había funcionado como agente del GPU dentro del SWP. Louis Budenz, antiguo dirigente del Partido Comunista y el mismo hombre que previamente había desenmascarado públicamente a Sylvia Caldwell, lo había identificado como agente estalinista. La revelación dejó bien claro las razones por las cuales Hansen y los dirigentes del SWP criticaron apasionadamente a Budenz y defendieron a Caldwell. Si hubieran admitido que Budenz había dicho la verdad acerca de Caldwell, le habrían dado considerable credibilidad a su identificación de Hansen como agente. Por consiguiente, el SWP la defendió como camarada “ejemplar” hasta que el momento en que el tribunal ordenó la divulgación del testimonio que ella había prestado ante el Gran Jurado, donde admitió que había funcionado en el SWP como agente de la GPU. Reba Hansen, esposa de Joseph Hansen, mintió públicamente acerca de las razones por las cuales Caldwell había abandonado el partido bruscamente en 1947 (año en que las revelaciones de Budenz se hicieron públicas). Reba Hansen describió a Caldwell como “ser humano cálido” y afirmó que “Sylvia se había ido de Nueva York en 1947 por obligaciones familiares” [101] Jack Barnes, secretario nacional del SWP, en testimonio que prestara durante el juicio de la demanda de Gelfand, declaró que Caldwell “es una de mis heroínas luego del acoso y de lo que ha vivido en los dos últimos años.” [102]