En una ronda rápida de nombramientos y anuncios, el presidente electo fascista de Estados Unidos, Donald Trump, está conformando un Gobierno a su propia imagen. Solo hay dos criterios para los nominados anunciados hasta la fecha: su alineamiento total con las políticas fascistas que Trump buscará implementar y una lealtad personal incondicional al dictador en potencia.
Por lo tanto, el 20 de enero de 2025 no solo significará el reingreso del expresidente a la Casa Blanca, sino la instalación de un régimen en el que sus asistentes y títeres estarán a cargo de todas las palancas del poder, comprometidos a usar estas facultades contra toda oposición interna del pueblo estadounidense y contra cualquier país que Trump ponga en la mira de operaciones de subversión, bloqueos o guerras abiertas.
Mientras Trump se prepara para implementar rápidamente sus planes, el Gobierno de Biden, que está en el poder por otros dos meses, no está haciendo absolutamente nada para alertar a la población, ni hablar de medidas para detener el asalto masivo a los derechos democráticos. Biden, quien dará la bienvenida a Trump a la Casa Blanca el miércoles, está actuando como si fuera su responsabilidad no solo garantizar la sucesión de Trump, sino también ayudar a implementar sus políticas.
Los contornos del nuevo régimen liderado por Trump ya se vislumbran con las nominaciones anunciadas o filtradas a los medios en los últimos tres días. Casi todos los principales nombramientos de seguridad nacional de Trump se han hecho públicos:
- Para el secretario de Estado, el senador estadounidense Marco Rubio de Florida
- Para el asesor de seguridad nacional, el diputado Michael Waltz, también de Florida
- Para la embajadora ante las Naciones Unidas, la diputada Elise Stefanik de Nueva York
- Para el director de la CIA, el exdirector de Inteligencia Nacional John Ratcliffe, un congresista republicano de Texas antes de unirse al primer Gobierno de Trump
- Para el secretario de Defensa, Pete Hegseth, exjefe de la organización ultraderechista Concerned Veterans of America (financiada por los hermanos Koch) y antiguo coanfitrión del programa de Fox News “Fox & Friends”
Desde un punto de vista político, todos son fervientes defensores de la confrontación con China y de dar al ejército estadounidense una “mano libre” en cualquier conflicto abierto, oponiéndose a cualquier restricción al uso de la violencia contra poblaciones específicas, incluidos civiles y niños.
Esto es particularmente evidente en la sorpresiva selección de Hegseth, quien no fue mencionado por los medios entre los posibles nominados por Trump para dirigir el Pentágono. Hegseth, un mayor en la Reserva del Ejército, estuvo desplegado en la base militar estadounidense en la bahía de Guantánamo, Cuba, durante la “guerra contra el terrorismo” de la Administración de Bush, y luego se ofreció como voluntario para la guerra en Irak, donde comandó pelotones en Bagdad y Samarra. Más tarde se desempeñó como instructor de contrainsurgencia para el Ejército en Kabul, Afganistán.
Después de haber liderado grupos de 50 a 100 soldados, Hegseth ahora tiene la tarea de dirigir el Pentágono, la organización militar más grande del mundo, con 3,5 millones de personas, incluidos 2,1 millones de soldados en servicio activo y de reserva, 750.000 empleados civiles y 650.000 contratistas. Sin embargo, su cualificación es ser un defensor de los criminales de guerra.
En 2019, cuando estaba en el programa de entrevistas “Fox & Friends”, el programa de ultraderecha del que Trump es fanático, Hegseth dirigió una campaña a favor de exonerar a tres soldados condenados o en espera de juicio ante tribunales militares por crímenes de guerra en Irak y Afganistán. Los crímenes incluían la ejecución sumaria de prisioneros desarmados y el asesinato de niños y ancianos.
Después de reunirse con Trump, Hegseth resumió el enfoque del presidente de la siguiente manera: “El beneficio de la duda debe ir a los muchachos que aprietan el gatillo”. Trump concedió perdones y llamó personalmente a cada asesino para que se compadeciera de la “injusticia” cometida contra ellos. Además, se jactó públicamente de anular las decisiones de los comandantes militares que habían considerado necesario organizar algunos juicios simbólicos para compensar las revelaciones de la avalancha de atrocidades cometidas por las fuerzas estadounidenses en ambas guerras.
Este será el enfoque del Gobierno, no solo con respecto a los soldados individuales que cometan crímenes de guerra, sino también en cuanto a las políticas que requieren crímenes de guerra. El presidente entrante indicó esto al anunciar el nombramiento del exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, como embajador de Estados Unidos en Israel. Huckabee es un fundamentalista cristiano, que ha proporcionado una justificación religiosa para los crímenes cometidos por el Estado de Israel, declarando en el pasado que, “Realmente no hay tal cosa como un palestino”. Es un partidario total de las políticas genocidas del Gobierno de Netanyahu, que busca hacer brutalmente la realidad que “no haya tal cosa como un palestino”.
El otro grupo de nominados anunciado esta semana tendrá la tarea de llevar a cabo la guerra planeada por Trump en casa, que implica redadas y el encarcelamiento y deportación de millones de inmigrantes indocumentados, de la manera más rápida posible. Estos serán los principales perpetradores de esta política dictatorial:
- Como “zar de la frontera”, una nueva posición de la Casa Blanca, Thomas Homan, exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en la primera Administración de Trump y un defensor y defensor de las deportaciones masivas desde hace mucho tiempo
- Como subjefe de personal para políticas de la Casa Blanca, Stephen Miller, quien fue responsable de la política de inmigración en la primera Administración de Trump. Miller encabezó medidas como la separación de niños y familias, la detención masiva de inmigrantes y el “programa Permanecer en México”, que bloqueó efectivamente a los solicitantes de asilo
- Como secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem. La gobernadora republicana, quien era una posible compañera de fórmula de Trump, es una vehemente defensora de la violencia contra los migrantes que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México, y una vez envió docenas de tropas de la Guardia Nacional de Dakota del Sur a Texas a petición del gobernador de ese estado. Estará a cargo de las agencias represivas, como la Patrulla Fronteriza, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y el Servicio Secreto.
El régimen que Trump y Miller están ideando y que Homan y Noem harán cumplir hará que los campos de detención utilizados contra los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial parezcan un juego de niños. Según Homan, el problema sobre separar a niños de sus padres, que despertó una feroz oposición popular durante el primer mandato de Trump, se resolverá deportando a familias enteras, sean o no ciudadanos estadounidenses.
Según los informes, los asesores de Trump ya están redactando órdenes ejecutivas que firmarán el 20 de enero de 2025, tan pronto asuman el cargo, para establecer un régimen de terror dirigido contra los migrantes. Esto incluirá la revocación del Estatus de Protección Temporal para cientos de miles de inmigrantes de Haití y América Central, muchos de ellos residentes de los Estados Unidos desde hace mucho tiempo con hijos ciudadanos estadounidenses.
La Administración entrante planea utilizar recursos militares en la campaña contra los migrantes, lo que significa que los migrantes podrían ser detenidos por personal militar en bases militares y la aviación del ejército podrían convertirse en un factor importante en el transporte de migrantes a sus países de origen u otros países dispuestos a aceptarlos.
Trump también está tratando de impulsar sus nombramientos sin la confirmación del Senado. El New York Times informó que “Trump insistió en las redes sociales en que los republicanos deben seleccionar a un nuevo líder de la mayoría del Senado dispuesto a convocar recesos para nombrar unilateralmente a personal, un proceso que le permitiría eludir el proceso de confirmación”.
Un informe publicado el martes en el Washington Post, titulado: “Trump está planeando una ofensiva fronteriza. Biden ya inició una”, traza la continuidad entre ambos Gobiernos:
Trump heredará herramientas policiales del Gobierno de Biden que son aún más poderosas que las políticas a su disposición la última vez. Los funcionarios del Gobierno Biden, por ejemplo, han implementado controles fronterizos de emergencia este año que esencialmente prohíben el asilo para los migrantes que entran ilegalmente. Si bien la política de Permanecer en México de Trump proporcionó a los solicitantes de asilo acceso a los tribunales estadounidenses, las restricciones de asilo del presidente Joe Biden no permiten tal proceso, lo que permite a los funcionarios estadounidenses deportar sumariamente a los migrantes y amenazarlos con un proceso penal si regresan.
Hace apenas cuatro años, los republicanos respondieron a la derrota de Trump con feroces denuncias, seguidas de un intento de golpe de Estado. Los demócratas, por el contrario, están haciendo todo lo posible para anestesiar a la población y evitar a toda costa una movilización popular contra la Administración entrante. El martes, un día antes de la visita de Trump a la Casa Blanca, Biden publicó algunos tuits anodinos en el Día de los Veteranos, sin decir nada sobre los fascistas que Trump planea poner a cargo del aparato estatal.
Desde el punto de vista del Partido Demócrata, la llegado el fin incluso de lo que Obama denominó “un partido amistoso entre el mismo equipo” al interior de la clase gobernante, y es tarea de los demócratas garantizar, como dijo la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi en una entrevista con el New York Times, el “éxito” del nuevo presidente.
No hay ninguna sugerencia de que la Administración de Biden deba tomar alguna medida para defender los derechos de los más de 70 millones de personas que votaron en contra de Trump y, si vamos al caso, también de los más de 70 millones de personas que votaron por él. Su única preocupación es garantizar que continúe la política central bajo Biden: la escalada de la guerra contra Rusia en Ucrania.
De hecho, según los asesores de la Casa Blanca, la guerra entre Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania será el único foco de la reunión entre Biden y Trump en la Casa Blanca. Los demócratas quieren asegurarse de que el régimen de Kiev siga recibiendo miles de millones en ayuda militar y económica de Estados Unidos para realizar ataques provocativos con armamento de Estados Unidos y la OTAN contra objetivos al interior de Rusia, incluido Moscú, a pesar del riesgo de que se expanda la guerra e incluso de que involucre armas nucleares.
En las últimas semanas de la fallida campaña presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris, los demócratas hablaban sobre Trump como una amenaza para la democracia y destacaban las amenazas de redadas masivas, la persecución de opositores políticos y las medidas políticas descritas por el Proyecto 2025 respaldado por Trump, un manual de 900 páginas para la contrarrevolución social.
Ahora que Trump implementa rápidamente estos planes y nombra a dos de sus principales asesores, Stephen Miller y Thomas Doman, que en realidad contribuyeron al Proyecto 2025, los demócratas han abandonado tales protestas y han declarado su compromiso con un “traspaso pacífico del poder”. Esta frase realmente significa: no haremos nada para oponernos a la implementación de una dictadura contra el pueblo estadounidense.
Debe haber y habrá una oposición masiva a las políticas que Trump está preparando. Pero esta oposición no puede quedarse dentro de la camisa de fuerza del Partido Demócrata, que al igual que el fascista Partido Republicano, es un instrumento de Wall Street y del imperialismo estadounidense. La oposición a Trump debe ser liderada por la clase trabajadora, basarse en un programa socialista, e impulsarse mediante la construcción de una nueva dirección revolucionaria, el Partido Socialista por la Igualdad.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de octubre de 2024)