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Soldados mexicanos masacran a seis migrantes horas después de inauguración de presidenta Sheinbaum

La Guardia Nacional en México masacró a seis migrantes el martes en el estado sureño de Chiapas a tan solo horas de la inauguración de la presidenta nominalmente de “izquierda”, Claudia Sheinbaum, quien reemplazó a su mentor Andrés Manuel López Obrador.

Soldados de la Guardia Nacional de México reprimen una caravana de migrantes, 29 de octubre de 2020 [Photo: Comisión Nacional de Derechos Humanos]

Los soldados hicieron llover balas sobre una camioneta que transportaba a 33 migrantes. El conductor perdió el control y el vehículo se volcó. Los que murieron habían recibido disparos en la cabeza y la espalda, y 10 supervivientes resultaron heridos, varios de ellos con lesiones graves.

Tres de los muertos eran de Egipto, y los otros de Perú, Honduras y El Salvador. Entre los sobrevivientes había migrantes de Nepal, Cuba, India y Pakistán.

El Ministerio de Defensa afirma que tres camionetas esquivaron un puesto de control a gran velocidad a las 8:50 p.m., lo que llevó a una breve persecución. Luego, los soldados dispararon a una camioneta después de escuchar “dos detonaciones”. Los migrantes estaban desarmados.

La declaración dice que las camionetas se parecían a las utilizadas por bandas criminales, pero son precisamente los tipos de camionetas con rediles para ganado en la parte posterior, que se utilizan para transportar a los migrantes, así como a trabajadores agrícolas y otros trabajos.

La masacre tuvo lugar a lo largo de la carretera Villa Comaltitlán-Huixtla, comúnmente utilizada por los migrantes saliendo de la ciudad de Tapachula, que se encuentra en la frontera con Guatemala.

En una conferencia de prensa el jueves, Sheinbaum dijo fríamente: “Primero, es un hecho lamentable y tiene que ser investigado y sancionado”. Los dos soldados involucrados fueron puestos bajo custodia, añadió.

El único punto que destacó fue que la Fiscalía General de la República investigará el caso y no lo dejará en manos de los militares. Sin embargo, unas horas más tarde, la fiscalía emitió su propia declaración respaldando el relato de los militares, añadiendo que los soldados estaban respondiendo a una alerta sobre “personas armadas”, y que los soldados no solo dijeron haber escuchado detonaciones, sino que “repelieron el ataque, deteniendo una camioneta de redilas verde, mientras los otros dos vehículos se daban a la fuga”.

En ningún momento Sheinbaum ha puesto en cuestión el uso de soldados entrenados para matar y con un largo y generalizado historial de ejecuciones extrajudiciales, tortura y otros abusos contra los derechos humanos para tareas de “contención de migrantes” y “seguridad pública”.

Hasta ahí llegaron sus promesas de campaña de un enfoque de la migración basado en los derechos humanos, que se ha convertido en la primera baja en términos de su credibilidad.

La presidenta también defendió el último gran acto de López Obrador en el cargo: utilizar la supermayoría ganada por su coalición en el Congreso para aprobar una reforma constitucional que coloca a la Guardia Nacional bajo el control de los militares y el Ministerio de Defensa.

Desde que López Obrador creó la Guardia Nacional en 2019, su función principal ha sido hostigar y detener a los migrantes, actuando como un brazo de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, en conjunto con decenas de miles de tropas de otras ramas del ejército mexicano y el Instituto Nacional de Migración (INM).

En los primeros cinco meses de 2024, el Gobierno mexicano detuvo a 590.401 migrantes y se espera que supere el récord de 782.176 detenciones registrado en todo 2023.

El Gobierno mantiene un extenso sistema de 198 puestos de control migratorio, 54 campamentos permanentes de detención de migrantes y 348 “provisionales”. Si bien inicialmente está dirigido contra los trabajadores migrantes, esto representa el andamiaje para un régimen de Estado policial destinado a reprimir las próximas luchas de masas de los trabajadores mexicanos.

Una publicación de la investigadora de la Universidad de Oxford, Guadalupe Chávez, resume las políticas migratorias de López Obrador y concluye que su Gobierno “aprovechó la frontera norte como moneda de cambio”. El resultado ha sido un registro de “mayores detenciones, violencia y muertes de migrantes”.

Chávez añade:

El INM y la Guardia Nacional han sido acusados de allanar albergues y hostigar a los migrantes. En 2023, ambas organizaciones allanaron el Centro de Crisis de la Línea Fronteriza, un refugio en Tijuana para mujeres y niños. En 2021, la Guardia Nacional mató a un migrante cubano después de abrir fuego contra una camioneta que transportaba migrantes. Ese mismo año, un migrante guatemalteco fue asesinado por soldados mexicanos en un puesto de control migratorio. Los migrantes en tránsito se enfrentan a diversas formas de violencia por parte del INM, la Guardia Nacional y los organismos policiales, lo que los obliga a utilizar rutas peligrosas controladas por organizaciones criminales.

Se podría añadir a este historial el incendio de 2023 en un centro de detención en Ciudad Juárez, donde los funcionarios dejaron quemar vivos a 40 migrantes, y la masacre de 2021 en Camargo de 17 migrantes guatemaltecos y dos mexicanos a manos de la policía.

La Organización Internacional para las Migraciones de la ONU declaró la frontera entre Estados Unidos y México como la más mortífera del mundo, habiendo registrado más de 2.980 muertes desde 2014, que sin duda una mera fracción de la cifra real.

Una escalada masiva de la represión en México fue la principal responsable de reducir a la mitad el número de encuentros de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. con migrantes en la frontera suroeste después de que alcanzaran un pico histórico en diciembre de 2023. Después de que Biden cerrara la frontera a los solicitantes de asilo en junio, los encuentros cayeron más del 50 por ciento.

Sheinbaum ha dicho que trabajará con quien gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos, incluso cuando tanto demócratas como republicanos han utilizado a los migrantes como chivo expiatorio en el centro de sus campañas presidenciales.

Trump ha prometido actuar como “dictador desde el primer día” y desplegar a los militares para arrestar y deportar a millones de migrantes, incluidos aquellos bajo libertad condicional humanitaria y Estatus de Protección Temporal. Su campaña ha difundido la mentira hitleriana de que los migrantes haitianos en Springfield, Ohio, se están comiendo a los perros y gatos de la gente y que multitudes de “no ciudadanos” están votando en las elecciones. Trump ha amenazado con imponer aranceles masivos a los automóviles ensamblados en México e invadir a su vecino oprimido por el imperialismo supuestamente para combatir los cárteles en contra de la voluntad del Gobierno mexicano.

La vicepresidenta y candidata presidencial demócrata Kamala Harris respondió a la campaña fascista republicana contra los migrantes visitando la frontera en Arizona el viernes pasado para prometer que intentará impulsar nuevamente lo que llamó “el proyecto de ley de seguridad fronteriza más estricto jamás”, que aumenta los fondos para la Patrulla Fronteriza, limita aún más el acceso a las solicitudes de asilo y otorga efectivamente autoridad para cerrar la frontera.

Las vidas de los trabajadores migrantes, incluidos los millones de migrantes mexicanos y sus familias en los Estados Unidos, se consideran simplemente una “moneda de cambio” para Sheinbaum en su negociación con el imperialismo estadounidense a la hora de buscar que una mayor tajada de las ganancias provenientes de la superexplotación de la clase trabajadora en México quede en manos de los capitalistas mexicanos. Ni siquiera la amenaza de una dictadura fascistizante en Washington que emprendería la detención masiva de migrantes y cosas peores ha provocado un cambio en el curso de Sheinbaum.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de octubre de 2024)

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