Siete importantes sindicatos del transporte de Argentina, reunidos en la Mesa Nacional de Transporte, decidieron convocar una huelga de 24 horas contra las políticas del Gobierno de Javier Milei que, en menos de un año, han hundido a millones de argentinos en el desempleo, el hambre y la pobreza extrema.
En la conferencia de la semana pasada participaron dirigentes de los camioneros, pilotos, tripulaciones de vuelo, así como trabajadores ferroviarios, portuarios, marítimos y de tránsito.
La huelga de protesta tendrá lugar el 17 de octubre, un aniversario importante en la historia del peronismo argentino. El 17 de octubre de 1945, más de 100.000 trabajadores se concentraron en Buenos Aires exigiendo que la secretaria de Trabajo, Juan Perón, y su esposa Eva fueran liberados de su arresto militar. Nueve días antes, la Junta Militar, de la que el propio Perón había formado parte —alarmada por su política demagógica prosindical y corporativista— lo había puesto bajo arresto.
Aunque los delegados de la conferencia declararon que la elección de la fecha no tenía nada que ver con el aniversario del 17 de octubre, lo hicieron con grandes fotografías de Juan y Eva Perón a sus espaldas, simbolizando la subordinación de los sindicatos a un partido burgués que proporciona al fascistizante Milei un apoyo indispensable.
El llamamiento a la huelga de protesta fue desencadenado por el proyecto de privatización de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas.
Aerolíneas, una aerolínea de éxito establecida como aerolínea gubernamental bajo el gobierno de Perón en 1949, fue privatizada en 1990 bajo el Gobierno de Menem (también peronista) como parte de una oleada neoliberal de privatizaciones, que convirtió a la aerolínea libre de deudas en una corporación privada gestionada por Iberia Airlines (España). Dos años después, como consecuencia de la mala gestión y la corrupción, la aerolínea había acumulado deudas por valor de 530 millones de dólares y tuvo que ser rescatada por el gobierno argentino mediante la compra de acciones. En 2008, fuertemente endeudada y al borde de la quiebra, la aerolínea fue renacionalizada bajo el gGobierno (peronista) de Cristina Kirchner, para ser gestionada como empresa de utilidad pública y, en gran parte, sobre la base de los sacrificios de sus trabajadores.
La privatización de Aerolíneas Argentinas formaba parte de la política del gobierno de privatizar todas las empresas públicas posibles. Esto fue secundado por el secretario de Transporte, Franco Mogetta, quien pidió al Congreso que aprobara un decreto que se formalizaría esta semana, con el fin de “obligar a Aerolíneas Argentinas a someterse a los dictados del mercado, y funcionar como todas las demás compañías aéreas”.
El 27 de septiembre, el gobierno de Milei declaró sus intenciones de privatizar una vez más la aerolínea, transformándola en una sociedad anónima de propiedad privada. La privatización de la aerolínea se había incluido originalmente en la Ley de Bases (también conocida como “Ley Ómnibus”) aprobada por el Congreso a principios de este año, y luego se retiró de la misma.
En el mensaje que motivó el decreto, Milei indicó que en una nación con una tasa de pobreza del 52,9%, “es irresponsable e inadmisible que el Estado siga financiando el déficit [de la aerolínea] y los privilegios de unos pocos con impuestos a los que no pueden llegar a fin de mes”.
En concreto, el Gobierno de Milei identifica a los “pocos privilegiados” con los pilotos de la aerolínea, supuestamente sobrepagados.
El mensaje del presidente contrastaba los salarios de hambre y las pensiones de la clase trabajadora del país con los sueldos y prestaciones de los pilotos. “El salario mensual de los pilotos oscila entre 2.400 y 8.000 dólares... los familiares y amigos disfrutan de billetes gratuitos”.
De este modo, el gobierno, que ha roto las negociaciones con el sindicato de pilotos, intenta enfrentar a los sectores más oprimidos de la clase trabajadora con los pilotos.
Manuel Adorni, secretario de prensa de Milei, denunció que la aerolínea emplea a 15 pilotos por avión, lo que considera “absolutamente innecesario”.
Actualmente, la aerolínea transporta 11 millones de pasajeros al año en 95.000 vuelos. Es la única compañía aérea que presta servicio a 22 ciudades del interior del país.
Nada en el mensaje del Decreto reconoce que las condiciones de pobreza que afectan hoy a millones de trabajadores y jubilados en Argentina son consecuencia directa de las brutales políticas de austeridad de Milei. Estas políticas han incluido la eliminación de los derechos alimentarios y la cancelación de los aumentos salariales y de las pensiones para mantenerse al día con el aumento del coste de la vida, incluidos los alimentos, el combustible, la atención médica, el cuidado de los niños y la vivienda (la Canasta Básica Total, CBT).
Estadísticas recientes indican que la tasa de pobreza de Argentina entre los hogares que viven por debajo de la CBT en el primer semestre de 2024 alcanzó el 52,9 por ciento, la más alta en 20 años, un aumento del 13 por ciento desde que Milei asumió el poder. El nivel de indigencia, aquellos hogares que no pueden pagar la Canasta Básica Alimentaria (CBA), se ubica en 18,1 por ciento, por encima del 6,2 por ciento del primer semestre de 2023. En el caso de los niños menores de 14 años, las cifras son aún más alarmantes: el 66%, es decir, 6,9 millones, viven ahora en la pobreza y el 27% son indigentes, es decir, más de 3 millones de niños, que no pueden permitirse cubrir las necesidades más básicas de la vida, condenados a una vida de hambre, con poca o ninguna educación.
Este mes, los inspectores municipales de la ciudad industrial y portuaria de Rosario (1,4 millones de habitantes) informaron de un aumento del 40% en el número de cartoneros en el centro de la ciudad. A nivel nacional, más de 150.000 trabajadores viven de la recogida de cartón y otros materiales, una ocupación que no existía antes de 2001, una marca de pobreza que aumenta cada año. Los trabajadores cartoneros, muchos de los cuales carecen de hogar, denuncian que las empresas de reciclaje que les compran la basura reciclable han reducido la cantidad que les pagan. Actualmente, cada recolector gana menos de la mitad del salario medio diario mínimo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de septiembre de 2024)