El arresto del periodista independiente Richard Medhurst en virtud de leyes antiterroristas es una intensificación dramática de la ofensiva contra los derechos democráticos en Reino Unido e internacionalmente.
El arresto de Medhurst es parte de una campaña más amplia del Gobierno laborista para arrestar e intimidar la oposición al genocidio en Gaza, que ha provocado manifestaciones masivas en Reino Unido y el resto del mundo.
Medhurst fue arrestado en el aeropuerto londinense de Heathrow el 15 de agosto, cuando desembarcaba de su avión, en virtud de la Sección 12 de la Ley de Terrorismo (2000). Fue retenido durante casi 24 horas, interrogado y le confiscaron todos sus dispositivos electrónicos y equipos periodísticos.
Medhurst dijo en su cuenta X: “Creo que soy el primer periodista en ser arrestado bajo esta disposición de la Ley de Terrorismo”.
Después de haber reservado su boleto de avión de regreso a Londres ese mismo día, el arresto confirma que estaba bajo vigilancia estatal. Ese mismo día había criticado en su cuenta X el “la fascista 'ley de terrorismo’ utilizada para detener a activistas sin cargos ni juicio porque intentaron poner fin al terrorismo y el genocidio reales por parte de las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel]”.
Medhurst fue arrestado bajo disposiciones draconianas de esta ley promulgada en 2000 y enmendada en 2019, que permite que una persona sea encarcelada por hasta 14 años por lo que equivale a un delito de pensamiento: “expresar una opinión o creencia que apoye a una organización proscrita” y, al hacerlo, ser “imprudente en cuanto a si se alentará a una persona a quien se dirige la expresión a apoyar a una organización proscrita”.
El periodismo de Medhurst se centra en exponer los crímenes de guerra estadounidenses, británicos e israelíes en Gaza y en todo Oriente Próximo. Fue arrestado por un Estado cuyos principales políticos, tanto laboristas como conservadores, han denunciado durante los últimos 10 meses las protestas contra el genocidio perpetrado por Israel como antisemitas y “marchas de odio”.
La represión de los derechos democráticos es requerida por la agenda de guerra y austeridad de la élite gobernante, con todas las grandes potencias imperialistas respaldando la masacre de los palestinos por parte del régimen fascista israelí y apoyando la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.
Frente a la oposición popular masiva y la necesidad de una ofensiva intensificada contra los empleos, los salarios y los servicios esenciales para pagar la guerra, el Gobierno laborista y la clase dominante en todas partes se ven obligados a recurrir cada vez más decididamente a la represión estatal, incluso contra aquellos periodistas y activistas políticos que se oponen y buscan desenmascarar la guerra, los crímenes de guerra y el genocidio.
La clase dominante británica ha intensificado sus ataques contra periodistas de izquierda como parte de una ofensiva más amplia contra los derechos democráticos, desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Esta invasión fue provocada deliberadamente por la OTAN al cercar por décadas las fronteras de Rusia e impulsar la operación de cambio de régimen de 2014 que llevó al poder a un régimen derechista proestadounidense.
· El 17 de abril de 2023, el editor francés Ernest Moret fue arrestado cuando llegaba a la estación St Pancras de Londres bajo las leyes antiterroristas, justificadas por su participación en protestas masivas en Francia contra los recortes de pensiones de Macron. Moret fue detenido bajo el Anexo 7 de la Ley de Terrorismo de 2000, que permite a los “oficiales examinadores” en puertos y aeropuertos detener, interrogar y/o detener a personas para investigar presuntos actos de terrorismo.
· El 17 de mayo de 2023, el periodista británico Kit Klarenberg fue arrestado en el aeropuerto de Luton después de llegar de Belgrado, Serbia. Klarenberg, escritor de The Grayzone, fue interrogado, se le confiscaron sus tarjetas bancarias, dispositivos electrónicos y tarjetas SD y se le tomaron sus huellas dactilares, fotos y ADN, en virtud del Anexo 3 de la Ley de Lucha contra el Terrorismo y Seguridad Fronteriza de 2019.
· El 16 de octubre de 2023, Craig Murray, activista de derechos humanos, exdiplomático británico y destacado defensor del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien se encontraba encarcelado en ese momento en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en Londres, fue detenido en virtud de la Sección 7 de la Ley de Terrorismo (2000) en el Aeropuerto de Glasgow. Murray regresaba de Islandia, donde se reunió con figuras de alto rango en la campaña de defensa de Julian Assange.
El precedente de Assange
Medhurst también se opuso tajantemente al encarcelamiento de Assange. Informó desde el interior del Tribunal Superior de Londres en junio, cuando Assange buscaba evitar su extradición a los Estados Unidos por exponer los crímenes de guerra de las potencias imperialistas.
La detención de Assange desde 2010 hasta su liberación en junio de este año fue un hito en la ofensiva de la clase dominante contra los derechos democráticos. Durante 14 años, Assange fue la víctima más destacada de la campaña para silenciar a los periodistas involucrados en la exposición de los crímenes de guerra imperialistas, y muchas de las víctimas de la represión estatal participaron en la lucha por su libertad.
Esto incluye al fallecido periodista David Miranda, socio del entonces periodista de The Guardian Glenn Greenwald. En 2013, Miranda fue detenido por el Gobierno británico en el aeropuerto de Heathrow en virtud del Anexo 7 de la Ley de Terrorismo de 2000. Miranda llevaba una memoria USB con material clasificado proporcionado por el denunciante de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Edward Snowden.
En una perspectiva del 24 de junio sobre la liberación de Assange, el consejo editorial del World Socialist Web Site advirtió:
“Aunque Assange es libre, la ofensiva capitalista global contra los derechos democráticos solo se está acelerando. Por cada retirada táctica del imperialismo, hay un contraataque más brutal... De hecho, al torturar efectivamente a un periodista para que admita violaciones de la Ley de Espionaje mediante la difusión de información verdadera y de interés público, la Administración de Biden ha sentado un nuevo precedente peligroso para el ataque a la libertad de prensa”.
La elección del Gobierno laborista de Starmer un mes después confirmó esta advertencia.
Sir Keir Starmer protagonizó la persecución de Assange como director de la Fiscalía Pública en el Servicio de la Fiscalía de la Corona (CPS, sigla en inglés) de 2008 a 2013. En un momento en que el CPS estaba supervisando la extradición de Assange a Suecia para enfrentar interrogatorios por acusaciones falsas de agresión sexual, Starmer realizó cuatro viajes a Washington en 2009, 2011, 2012 y 2013. En 2013, el CPS presionó a los fiscales suecos para que mantuvieran su investigación fraudulenta sobre Assange, como pretexto para su extradición a los EE. UU. Hubo correos electrónicos descubiertos del CPS a sus homólogos suecos advirtiendo: “¡No se atrevan a echarse para atrás!”.
Ahora, en una medida que habría sido acordada por Starmer y la secretaria del Interior, Yvette Cooper, el Partido Laborista ha sido pionero en el uso de una enmienda a la Ley de Terrorismo aprobada por los conservadores para intentar una vez más silenciar y criminalizar a un periodista y activista político.
Los Gobiernos de todo el mundo están siguiendo el mismo camino.
En abril de este año, cientos de agentes de policía disolvieron un Congreso Palestino en Berlín, Alemania. El Ministerio del Interior prohibió la entrada al país al exministro de Finanzas griego y presidente del partido paneuropeo DiEM25, Yanis Varoufakis, junto con el Dr. Ghassan Abu Sittah, médico y rector de la Universidad de Glasgow. Sittah había trabajado con Médicos Sin Fronteras en hospitales de Gaza durante la guerra y testificó ante la Corte Internacional de Justicia, donde Alemania está acusada de ayudar e instigar el genocidio.
En mayo, el historiador israelí antisionista Ilan Pappé, que estaba de visita en Estados Unidos para hablar en reuniones públicas, fue detenido e interrogado en el aeropuerto de Detroit. Agentes del Departamento de Seguridad Nacional confiscaron y copiaron el contenido de su teléfono celular, antes de devolvérselo.
A principios de este mes, el FBI allanó la casa en el norte del estado de Nueva York de Scott Ritter, exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos e inspector de armas de las Naciones Unidas, y opositor declarado de la guerra entre los Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania. La casa de Ritter fue allanada en base a una posible violación de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA, sigla en inglés).
En Reino Unido, Alemania, Francia y muchos otros países, los ataques contra los opositores a la guerra incluso han visto la criminalización de la consigna, “Del río al mar, Palestina será libre”, lo que ha llevado a docenas de arrestos.
Esta guerra contra el periodismo ha llegado horriblemente al asesinato de al menos 116 trabajadores de los medios de comunicación y periodistas por parte de Israel durante su exterminio de los palestinos en Gaza.
La detención de Medhurst es una confirmación del análisis del Partido Socialista por la Igualdad sobre el carácter proimperialista del Partido Laborista y la imposibilidad de luchar contra el genocidio y un régimen de Estado policial presionando o haciendo llamados a los Gobiernos capitalistas. El capitalismo ya no es compatible con un régimen democrático en condiciones de guerra y de reacción social creciente.
La defensa de Medhurst y de los derechos democráticos esenciales, así como la libertad de prensa y el fin del genocidio en Gaza, requiere que la clase obrera se movilice contra el Gobierno laborista en Reino Unido y sus contrapartes a nivel internacional. Significa construir un movimiento de masas contra la guerra imperialista, arraigado en la clase trabajadora y centrado en la lucha por el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de agosto de 2024)