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Resolución del Octavo Congreso Nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)

Las elecciones estadounidenses de 2024 y las tareas del Partido Socialista por la Igualdad

Publicamos la resolución principal adoptada por el Octavo Congreso Nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.), celebrado del 4 al 9 de agosto de 2024. El WSWS publicará las resoluciones, informes y contribuciones al Congreso en las próximas semanas.

1. El Partido Socialista por la Igualdad (PSI, o SEP en inglés) y sus candidatos, Joseph Kishore y Jerry White, articipan en las elecciones presidenciales de 2024 para promover una perspectiva socialista, internacionalista y revolucionaria para la clase trabajadora. El PSI no tiene un programa electoral separado. Utiliza la campaña electoral para desarrollar y popularizar el programa del partido, que tiene sus raíces y se basa en la perspectiva del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI).

2. Al anunciar la campaña electoral del PSI en febrero, el presidente nacional del PSI, David North, declaró que su propósito es “elevar la conciencia política de la clase obrera, desarrollar su comprensión de que no se puede encontrar solución a ninguno de los problemas que enfrenta el pueblo trabajador excepto mediante el fin del sistema capitalista y su reemplazo por el socialismo, y que esta gran tarea histórica solo se puede lograr adoptando una estrategia global dirigida a la movilización del poder de la clase obrera estadounidense e internacional en una lucha unificada contra el sistema capitalista mundial”.

3. En la situación mundial actual, la teoría de la revolución permanente—originalmente formulada por León Trotsky después de la Revolución de 1905 en Rusia y desarrollada posteriormente en el curso de la lucha iniciada en 1923-24 contra la burocracia estalinista y su repudio nacionalista al internacionalismo marxista—sigue siendo la base teórica esencial de la estrategia revolucionaria. Trotsky insistió en 1) que en todos los países la lucha por la democracia y su defensa no pueden separarse de la lucha por establecer el poder obrero y la implementación de políticas socialistas; y 2) la lucha por el socialismo se lleve a cabo en base de una estrategia internacional dirigida a la movilización global de la clase obrera contra el sistema capitalista mundial.

4. Por intensa que sea la manifestación de las contradicciones fundamentales del capitalismo en una u otra crisis y por grandes que sean las presiones del trabajo en el entorno nacional, la lucha por el socialismo sólo puede avanzar en la medida en que el trabajo del partido revolucionario esté arraigado en la estrategia internacionalista elaborada en la teoría de la revolución permanente.

5. Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 se desarrollan en medio de una crisis mundial y nacional sin precedentes. Los elementos básicos de esta crisis se describen en la declaración del Consejo Editorial Internacional del World Socialist Web Site, “ La clase obrera, la lucha contra la barbarie capitalista y la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista ”, publicada entre el 3 y el 6 de enero de 2024. El PSI respalda esta declaración como fundamento político crítico de su campaña electoral.

6. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la amenaza de una tercera guerra mundial catastrófica no había sido tan inminente como lo es hoy. Las potencias imperialistas de Estados Unidos y la OTAN están intensificando agresivamente la guerra contra Rusia en Ucrania, que ya va por su tercer año. El régimen fascista israelí, plenamente respaldado por la Casa Blanca y sus aliados europeos, continúa su incesante matanza del pueblo de Gaza, que amenaza con convertirse en una guerra regional que abarque todo Oriente Medio. La pandemia de COVID-19, que ya va por su quinto año, ha cobrado la vida de más de 1,4 millones de estadounidenses y 27 millones de personas en todo el mundo. En medio de una desigualdad social extrema y una explotación despiadada, las élites gobernantes capitalistas están virando bruscamente hacia el fascismo y la dictadura a nivel mundial.

7. La crisis del capitalismo global encuentra su expresión más concentrada en los Estados Unidos. La democracia burguesa en Estados Unidos está en sus últimas. Uno de los principales partidos de la clase dominante, el Partido Republicano, ha adquirido un carácter fascista cada vez más abierto, encabezado por el expresidente Donald Trump, quien hace menos de cuatro años instigó un golpe de Estado destinado a anular el resultado de las elecciones presidenciales y todo el orden constitucional. La prioridad central del Partido Demócrata es encubrir esta transformación política para obtener el apoyo bipartidista de los republicanos para la vasta escalada de la guerra imperialista.

8. Al mismo tiempo, la crisis de las formas democráticas de gobierno en los Estados Unidos tiene consecuencias globales. En la manifestación del Primero de Mayo de 2018, celebrada dos años después de la elección de Trump, el WSWS afirmó:

A pesar de toda su riqueza y poder, las élites gobernantes se tambalean de crisis en crisis. El ascenso de Trump en los Estados Unidos es la expresión más visible y macabra de la degeneración universal de la clase capitalista. Pero el ascenso de Trump no sólo tiene un significado simbólico. A lo largo del siglo XX, y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos funcionó como el máximo garante de la estabilidad y la supervivencia del sistema capitalista mundial. Ya no es capaz de desempeñar ese papel.

Los últimos seis años, incluidos los cuatro años de la administración Biden, no han hecho más que profundizar la crisis de dominio de clase en Estados Unidos.

9. La misma crisis que produce la guerra imperialista y el autoritarismo también crea el impulso para la revolución social. En los dos últimos años se han visto muchas expresiones de oposición masiva a la guerra imperialista, incluidas las protestas mundiales contra el genocidio en Gaza y las huelgas y protestas contra el asalto de la clase dominante a los empleos, los salarios y los programas sociales. En la amplia masa de la clase trabajadora, hay un creciente enojo y descontento social. Sin embargo, la transformación de este proceso objetivo en un movimiento consciente por el socialismo no es automática. La construcción de la dirección revolucionaria, en Estados Unidos y a nivel internacional, es la cuestión estratégica decisiva de la que depende el destino de la humanidad.

10. El PSI utilizará, por tanto, la campaña electoral para explicar las cuestiones políticas críticas que enfrenta la clase obrera, alentar la organización independiente de la clase obrera mediante el desarrollo de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB), construir la Juventud y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS) en los campus universitarios y en las escuelas secundarias, y reclutar a trabajadores y jóvenes para el Partido Socialista por la Igualdad.

La erupción global del imperialismo estadounidense

11. La crisis global del sistema capitalista se concentra en la erupción de la guerra imperialista, impulsada por el imperialismo estadounidense. Con el pleno apoyo de los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, Israel lleva 10 meses involucrado en una brutal campaña de genocidio y exterminio del pueblo palestino en Gaza. El número oficial de muertos se acerca a los 40.000, mientras que el número real, según la revista médica The Lancet, es de 186.000 o más.

12. El genocidio de Gaza es un componente de una guerra regional y global más amplia. El asesinato por parte de Israel a fines de julio del principal líder militar de Hezbolá en Beirut y del principal líder político de Hamás mientras estaba en Teherán elevó a un nuevo nivel el peligro de una guerra directa de Estados Unidos e Israel contra Irán. Desde el comienzo del genocidio, los funcionarios militares y políticos estadounidenses dejaron en claro que su apoyo a las acciones de Israel estaba relacionado con los preparativos avanzados para un conflicto con Irán, un aliado principal de Rusia y China en Oriente Medio.

13. Como explica la Declaración del Consejo Editorial Internacional del WSWS del 3 de enero de 2024: “El genocidio de Gaza no es un episodio único. Se entiende mejor como producto de circunstancias excepcionales relacionadas con el conflicto israelí-palestino y el carácter inherentemente reaccionario del proyecto sionista y su ideología racista y xenófoba-nacionalista. Estos últimos elementos juegan, por supuesto, un papel significativo en las acciones del régimen israelí. Pero la ferocidad desenfrenada de la guerra actual, llevada a cabo con el pleno apoyo de sus amos imperialistas y proveedores de armas, puede entenderse y explicarse sólo en el contexto del colapso del sistema imperialista y de estados nacionales mundial.

14. El genocidio de Gaza se desarrolla en medio de la sangrienta guerra de poder de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. Mientras la guerra en Gaza ha normalizado el genocidio como un instrumento aceptable de la política imperialista, la profundización de la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia ha estado acompañada por la aceptación de facto de un alto nivel de posibilidad, incluso probabilidad, de que el conflicto pueda conducir al uso de armas nucleares tácticas y estratégicas. La guerra ha sido intensificada implacablemente por Estados Unidos y las potencias de la OTAN desde que comenzó en febrero de 2022, incluso mediante el suministro de armas de largo alcance a Ucrania para atacar a Rusia y las discusiones avanzadas sobre el despliegue directo de tropas de la OTAN. La instigación de la guerra de poder en Ucrania por parte de Estados Unidos y la OTAN está vinculada a los preparativos para una guerra de Estados Unidos contra China, que se considera el principal rival geopolítico de Estados Unidos.

15. La crisis actual es el resultado de tres décadas de guerra interminable que siguieron a la disolución de la Unión Soviética. El imperialismo estadounidense interpretó la disolución de su competidor de la Guerra Fría como una oportunidad para utilizar su fuerza militar sin parangón para contrarrestar la decadencia a largo plazo del capitalismo estadounidense. A la primera guerra contra Irak en 1990-91 le siguieron la guerra contra Serbia en 1999 y, en el marco de la “guerra contra el terrorismo”, la invasión de Afganistán en 2001, la segunda invasión de Irak en 2003 y el bombardeo de Libia y la guerra civil instigada por la CIA en Siria en 2011. La guerra contra Rusia fue precedida, en 2014, por la operación de cambio de régimen en Kiev, encabezada por fuerzas fascistas y apoyada por Estados Unidos, para derrocar a un gobierno prorruso.

16. El prefacio de Un cuarto de siglo de guerra: la campaña estadounidense por la hegemonía global 1990-2016, publicado en julio de 2016, afirma: “La lógica estratégica de la campaña estadounidense por la hegemonía global se extiende más allá de las operaciones neocoloniales en Oriente Medio y África. Las guerras regionales en curso son elementos componentes de la confrontación en rápida escalada de los Estados Unidos con Rusia y China”. Esto está sucediendo ahora.

17. La lucha contra el genocidio en Gaza no puede separarse de una lucha contra el imperialismo y el sistema capitalista. El PSI afirma los principios esbozados como base de su manifestación del 24 de julio de 2024 en Washington D.C.:

  • La causa esencial de la guerra radica en el sistema de estados nacionales capitalistas, los intereses financieros globales de las corporaciones gigantes y el despiadado impulso de la clase dominante estadounidense por la hegemonía mundial.
  • La lucha contra la guerra exige la movilización del inmenso poder de la clase obrera estadounidense y su independencia política respecto de los demócratas y republicanos, los partidos de la clase dominante de la guerra imperialista.
  • El movimiento contra el genocidio y la guerra debe ser internacional, uniendo a los trabajadores de todo el mundo en función de sus intereses de clase comunes.

18. Como afirmó David North en su intervención en la manifestación, “Quienes quieran hablar de acabar con la guerra sin hablar de acabar con el capitalismo harían mejor en guardar silencio y mantener su ignorancia alejada del resto del mundo”.

Trump, el fascismo y la crisis de la democracia estadounidense

19. La campaña electoral de 2024 se desarrolla en medio de una crisis sin precedentes de las formas democráticas de gobierno en Estados Unidos y a nivel internacional. Las causas objetivas fundamentales del giro de la clase dominante hacia el fascismo y la dictadura son: 1) la escalada de la guerra imperialista global; y 2) el crecimiento extremo de la desigualdad social.

20. Las actuales elecciones se desarrollan a la sombra del golpe fascista del 6 de enero de 2021, durante el cual Donald Trump intentó detener la certificación del Congreso de su derrota electoral ante Biden, abolir la Constitución y establecer una dictadura personalista. Trump ha utilizado los últimos tres años y medio para fortalecer el dominio de su movimiento “MAGA” sobre el Partido Republicano.

21. En su declaración del 21 de julio, “Tras el colapso de la campaña de Biden”, el Consejo Editorial del WSWS escribió:

Hace menos de cuatro años, Trump dejó el cargo en desgracia tras su fallido intento de derrocar la Constitución y bloquear la transferencia de poder a Biden y Harris. Pero hoy, Trump cuenta con el respaldo de un sector sustancial de la clase capitalista estadounidense, incluidos multimillonarios como Elon Musk. La posibilidad de un régimen fascista no es una cuestión de especulación descabellada. Es una realidad política.

22. Trump ha dicho que si regresa al poder, actuará como un dictador desde el “primer día”, y si es reelegido, “ya no tendrán que [votar] más”. Ha situado en el centro de su campaña electoral un ataque fascista a los inmigrantes, de quienes ha dicho que están “envenenando la sangre de nuestro país”, una frase fascista sacada directamente del Mein Kampf de Hitler. Trump ha prometido movilizar a la Guardia Nacional para llevar a cabo arrestos masivos, construir “enormes centros de detención” para detener a millones de inmigrantes y poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, lo que convertiría en apátridas a decenas de miles de niños nacidos en Estados Unidos.

23. El programa del Partido Republicano articula los intereses de la oligarquía corporativa y financiera, que ve en la combinación de autoritarismo y pseudopopulismo de Trump un instrumento para escalar una contrarrevolución social masiva. Al mismo tiempo, Trump es capaz de capitalizar el descontento de base amplia que no encuentra expresión dentro del establishment político.

24. Como explicó la declaración del Consejo Editorial del WSWS del 21 de julio, “El Partido Demócrata abandonó hace mucho tiempo cualquier conexión significativa con medidas de reforma social que harían avanzar los niveles de vida y los derechos democráticos de los trabajadores. Es un partido de Wall Street y de las agencias militares e inteligencia, centrado sobre todo en la afirmación de los intereses globales del imperialismo estadounidense. Esto se combina con la promoción de una política de identidades destinada a dividir a la clase trabajadora y promover los intereses de sectores privilegiados de la clase media alta”.

25. La prioridad central del Partido Demócrata y de la administración Biden después de asumir el cargo fue la instigación y luego la prosecución de la guerra contra Rusia. Fue para continuar la guerra que los demócratas buscaron y siguen buscando un acuerdo bipartidista con los republicanos. En su primer discurso tras el intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021, Biden pidió un Partido Republicano “fuerte”. La administración ha buscado la unidad con Trump para aprobar una legislación antiinmigrante y los demócratas del Congreso respaldaron al ultraderechista presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, para obtener decenas de miles de millones de dólares en fondos para la guerra contra Rusia en Ucrania.

26. El Partido Demócrata se apoya cada vez más directamente en una alianza corporativista con el aparato sindical para reprimir la lucha de clases en el país y subordinar a los trabajadores a la política de guerra del imperialismo estadounidense. Esto es lo que Biden quiso decir cuando se refirió a la burocracia de la AFL-CIO como su “OTAN interna”. Un papel central lo desempeña el aparato del sindicato United Auto Workers (UAW; Trabajadores Automotores Unidos), encabezados por Shawn Fain, promovido por los Socialistas Demócratas de Estados Unidos y otras organizaciones pseudoizquierdistas. Bajo el liderazgo de Fain, el UAW apoyó a Biden y luego a Harris. El UAW ha promovido los sindicatos como un “arsenal de la democracia”, lo que en realidad significa un arsenal del imperialismo y la guerra.

27. El Partido Socialista por la Igualdad rechaza la afirmación de que se puede contrarrestar el crecimiento de la extrema derecha apoyando al Partido Demócrata. Incluso si Trump es derrotado en las elecciones de noviembre—y no logra llevar a cabo otro golpe de Estado—las contradicciones económicas y sociales objetivas del imperialismo estadounidense conducen a las élites gobernantes, con o sin Trump, a la dictadura. El trumpismo es un síntoma de una crisis sistémica que no se puede resolver democráticamente en el marco del capitalismo. Como escribió Lenin en octubre de 1916, en medio de la Primera Guerra Mundial y solo cuatro meses antes del estallido de la Revolución de Febrero en Rusia: “La reacción política en toda la línea es un rasgo característico del imperialismo”. [El imperialismo y la división en el socialismo, Obras completas, Volumen 23 ]

28. El PSI advertirá durante toda nuestra campaña electoral que es imposible luchar contra el fascismo excepto mediante la movilización independiente de la clase trabajadora. Los partidarios pseudoizquierdistas del Partido Demócrata, incluidas figuras como Alexandria Ocasio-Cortez y Bernie Sanders, desempeñan un papel particularmente vil en el mantenimiento del dominio del sistema bipartidista y, por lo tanto, en el fortalecimiento de la derecha fascista.

29. El surgimiento del trumpismo es el resultado de un proceso político prolongado. En el momento del robo de las elecciones de 2000, el PSI explicó que la decisión de la Corte Suprema de entregar las elecciones a George W. Bush, y la aceptación de este resultado por parte del Partido Demócrata, demostraban que no existía un electorado significativo a favor de la democracia burguesa en la clase dominante.

30. El 1 de julio, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó, en el caso Trump v. Estados Unidos, que el presidente tiene poderes ilimitados para violar la Constitución y quebrantar cualquier ley. Al analizar las raíces históricas de la concentración de poder en la presidencia, el WSWS escribió (en “La Corte Suprema y la contrarrevolución del 1 de julio de 2024”):

El presidente Reagan no enfrentó ningún castigo por el escándalo Irán-Contra, en el que se llevó a cabo una operación secreta de financiación de escuadrones de la muerte centroamericanos desde la Casa Blanca en de desobediencia de una ley del Congreso. El presidente George W. Bush invocó la “teoría del ejecutivo unitario” para librar la llamada Guerra contra el Terror, que, según su administración, le permitió organizar la desaparición forzada de sospechosos en un gulag internacional de prisiones de tortura, incluidas las de Abu Ghraib en Irak y la bahía de Guantánamo en Cuba. En 2010, el presidente Obama afirmó que el jefe del Ejecutivo tiene la prerrogativa de llevar a cabo asesinatos de ciudadanos que declare combatientes enemigos (un precedente citado favorablemente por la jueza de la Corte Suprema Amy Coney Barrett en su opinión concurrente en el caso Trump). En 2020, el presidente Trump se jactó abiertamente de haber ordenado el asesinato de un manifestante estadounidense, Michael Reinoehl, en el estado de Washington.

31. A pesar de toda la retórica política sobre la “libertad y la democracia”, el sistema político estadounidense está estructurado para asegurar el dominio absoluto de la oligarquía financiera y corporativa. Leyes de acceso al voto enormemente restrictivas; instituciones antidemocráticas como el Colegio Electoral; el poder desproporcionado otorgado a los estados pequeños en el Senado de Estados Unidos; el dominio del dinero en el sistema electoral, incluso a través de la financiación ilimitada de los super-PACS; el nombramiento vitalicio de los jueces de la Corte Suprema sin voto popular: todo está estructurado para excluir de la expresión política los intereses de la gran mayoría de la población.

32. Los derechos democráticos básicos no pueden garantizarse sin un ataque frontal a la riqueza y los privilegios de la oligarquía corporativa y financiera. Un puñado de multimillonarios en los Estados Unidos controla una riqueza récord de 5,2 billones de dólares. El 10 por ciento más rico posee dos tercios de la riqueza total, mientras que la mitad más pobre posee sólo el 2,6 por ciento.

33. Como explica la declaración del Consejo Editorial Internacional del WSWS del 5 de enero, “La acumulación de riqueza personal, aunque inmensamente significativa en sí misma, es secundaria y está conectada con la inmensa concentración de poder económico en un pequeño número de megaconglomerados propiedad de las élites gobernantes capitalistas”. Los gigantescos bancos, fondos de cobertura y firmas de capital privado controlan billones de dólares, mientras que las grandes corporaciones ejercen un control monopolístico sobre toda la economía.

34. El crecimiento de la desigualdad social es incompatible con la democracia:

Todo discurso sobre la defensa de la democracia y la lucha contra el fascismo mientras se ignora la cuestión fundamental de la clase y el poder económico —y, por lo tanto, se reconoce la necesidad de la movilización de la clase trabajadora a escala global para el derrocamiento del capitalismo— es demagogia cínica y políticamente impotente.

El programa del Partido Socialista por la Igualdad en las elecciones de 2024

35. La campaña electoral de Kishore y White plantea una perspectiva socialista y revolucionaria para los trabajadores y la juventud. Este Congreso reafirma las posiciones fundamentales detalladas en el documento “El colapso del capitalismo mundial y la lucha por el socialismo en los Estados Unidos”, adoptado en el Primer Congreso Nacional del PSI en 2010. Esto incluye:

36. Los derechos sociales básicos de la clase trabajadora. El Partido Socialista por la Igualdad propone que la clase trabajadora adopte el concepto de que existen derechos sociales que son esenciales para la vida en una sociedad moderna compleja y son, por lo tanto, “inalienables”. Estos derechos incluyen: el derecho al trabajo, el derecho a un ingreso digno, el derecho al ocio, el derecho a una vivienda decente y asequible, el derecho a los servicios públicos y al transporte, el derecho a una atención sanitaria de alta calidad, el derecho a una jubilación segura, el derecho a la educación, el derecho al acceso a la tecnología y las comunicaciones, el derecho a un medio ambiente sano y seguro y el derecho a la cultura.

Estos derechos, esenciales para la vida moderna, sólo pueden lograrse mediante una reorganización fundamental del poder económico y la redistribución de la riqueza dentro de los Estados Unidos.

La enorme riqueza creada por el trabajo de generaciones de trabajadores debe ser sacada de las manos de unos pocos privilegiados y puesta a disposición del pueblo en su conjunto.

37. La expropiación de los bancos y las instituciones financieras. Los bancos y otras grandes instituciones financieras deben ser expropiados, con plena protección para los pequeños depositantes, colocados bajo propiedad pública y operados bajo el control democrático de la clase trabajadora. Esto pondrá a disposición enormes recursos para un programa de obras públicas para eliminar la pobreza y satisfacer las necesidades sociales en los Estados Unidos y en todo el mundo.

38. La nacionalización de las grandes corporaciones. Un puñado de corporaciones gigantescas controla amplios sectores de la economía, que está subordinada al lucro privado y a las demandas de los inversores de Wall Street. Todas las corporaciones industriales, manufactureras y de tecnología de la información de propiedad privada valoradas en 10.000 millones de dólares o más deben transformarse en empresas de propiedad pública, con compensación total para los pequeños accionistas y garantías para todas las inversiones en fondos de pensiones y de salud. Las industrias críticas para el funcionamiento básico de la sociedad, incluidas las telecomunicaciones, las redes sociales, la agricultura, la educación, la atención médica y el transporte, también deben estar sujetas a la propiedad pública y al control democrático.

Esto no significa la nacionalización de todo. Las pequeñas y medianas empresas, que emplean a millones de trabajadores, necesitan desesperadamente fuentes confiables de crédito y alivio de las prácticas monopolísticas injustas de las grandes corporaciones.

39. Por el control de los trabajadores. La expropiación de los bancos y las corporaciones debe ir acompañada del establecimiento de un verdadero control democrático sobre la producción. Esta es la base necesaria para el desarrollo de un plan racional de producción y distribución global que reemplace la anarquía del mercado capitalista y asegure que todas las decisiones se basen en las necesidades sociales. Las decisiones que afectan las condiciones de trabajo, la seguridad, los salarios, la contratación y los horarios deben estar sujetas a la voz democrática de la fuerza laboral.

La introducción de nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos (VE) y formas de comunicación nuevas y cada vez más avanzadas, tiene un enorme potencial para mejorar las condiciones de vida de todos. Sin embargo, esto solo es posible si estas tecnologías son controladas e implementadas por los trabajadores y para los trabajadores. Los avances en la producción deben usarse no para aumentar las ganancias corporativas, sino para reducir la semana laboral sin pérdida de salario.

40. Por la igualdad social. El último medio siglo ha sido testigo de un crecimiento impactante de la desigualdad. Se han entregado billones de dólares a Wall Street y a los ricos en los rescates bancarios de 2008-2009 y 2020, el primer año de la pandemia. Esto, combinado con décadas de una guerra de clases unilateral, ha dado como resultado una situación en la que la riqueza del 10 por ciento más rico es ahora de 101,62 billones de dólares, o el 67 por ciento del total nacional, en comparación con la riqueza que posee el 50 por ciento más pobre, de 3,78 billones de dólares, o sólo el 2,5 por ciento.

Los apologistas del capitalismo afirman que la desigualdad no está relacionada con la crisis económica, como si la retirada de billones de dólares del uso productivo no tuviera ningún impacto económico. El continuo e insaciable afán de la aristocracia financiera por obtener más y más dinero ha llevado al país a la bancarrota y ha alimentado desenfreno especulativo tras otro. Los mismos directores ejecutivos corporativos que dicen que no tienen dinero para pagar salarios decentes y que llevan a cabo recortes masivos de empleos se las arreglan para pagarse a sí mismos y a sus altos ejecutivos millones o incluso decenas de millones de dólares cada año.

Se deben tomar medidas inmediatas para promover la igualdad social y una redistribución radical de la riqueza, incluyendo un impuesto progresivo sobre la renta que coloque la carga impositiva sobre los ricos mientras reduce los impuestos para la gran mayoría de la población. Los impuestos sobre las ganancias de todas las grandes corporaciones deben aumentarse drásticamente. La riqueza de los oligarcas capitalistas debe ser confiscada, mientras que se deben tomar medidas inmediatas para aliviar la aplastante carga de la deuda de los trabajadores, incluyendo la cancelación de la deuda de las viviendas y de los estudiantes.

La lucha por la igualdad social incluye la oposición a todas las formas de discriminación basadas en la raza, el género, la etnia, la religión, el origen nacional o la orientación sexual. Sin embargo, la igualdad genuina no significa el racionamiento de las oportunidades educativas y laborales limitadas sobre la base de la raza u otras categorías. El PSI se opone a la política de identidad racial y de género, que se basa en los intereses de sectores de la clase media alta que buscan un mayor acceso a posiciones de poder y privilegio dentro del sistema capitalista y el estado.

41. Oponerse al militarismo y la guerra. El PSI exige la retirada inmediata e incondicional de todas las tropas estadounidenses de Oriente Medio, Europa, África, América Latina y Asia. Toda ayuda militar y financiera a Israel debe detenerse inmediatamente y todos los envíos de armas deben terminar. El vasto aparato militar y de inteligencia de los EE. UU. y el arsenal masivo del imperialismo estadounidense, incluido el arsenal de armas nucleares, deben ser desmantelados junto con el cierre de los cientos de bases militares estadounidenses en el extranjero y la disolución del ejército permanente. Esto liberará inmensos recursos para pagar reparaciones a los países devastados por el militarismo estadounidense y para satisfacer necesidades sociales críticas en el país. El PSI se opone a los planes avanzados de la clase dominante para reintroducir el servicio militar obligatorio en un intento de forzar a millones de trabajadores y jóvenes a luchar y morir en las guerras del imperialismo estadounidense.

42. Defender los derechos democráticos. El Partido Socialista por la Igualdad promueve demandas democráticas, incluyendo la abolición del Colegio Electoral, la eliminación de restricciones irrazonables y antidemocráticas al acceso a las urnas para terceros partidos; la abolición del Senado, que asigna una representación desproporcionada a los estados pequeños; y el establecimiento de elecciones para todos los cargos dentro del estado, incluyendo los jueces de la Corte Suprema. Defendemos todos los derechos democráticos, incluyendo el derecho al aborto, y la igualdad para todos los individuos independientemente de su raza, género u orientación sexual.

La democracia genuina no puede lograrse dentro de las instituciones estatales existentes. Tampoco es posible sin una reestructuración completa de las relaciones sociales y económicas. Las instituciones antidemocráticas y los órganos represivos del Estado capitalista (el ejército profesional, la policía y las agencias de inteligencia) deben ser abolidos y reemplazados por organizaciones de control y poder de los trabajadores, para establecer una economía democrática y planificada a escala mundial.

43. Defender a los trabajadores inmigrantes. Los políticos, los medios de comunicación y los funcionarios sindicales controlados por las corporaciones convierten a los inmigrantes en chivos expiatorios y avivan sentimientos racistas y chovinistas. Promueven la mentira despreciable de que este sector oprimido de la clase trabajadora es el culpable del aumento del desempleo, la caída de los salarios y los ataques a las condiciones sociales, producto del ataque impulsado por las corporaciones contra toda la clase trabajadora. Su objetivo es desviar la creciente ira y frustración popular del sistema capitalista y dividir y debilitar a la clase trabajadora en su conjunto.

El PSI lucha por la derogación de todas las leyes antiinmigrantes y la disolución del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Patrulla Fronteriza (CPB) de los Estados Unidos. Exige que se garanticen a todos los trabajadores indocumentados plenos derechos legales, incluido el derecho a trabajar y el derecho a viajar a sus países de origen sin la amenaza de que se les prohíba regresar y se los separe de sus familias. Contra el intento de militarizar las fronteras y perseguir a los inmigrantes, no solo en los Estados Unidos sino en todo el mundo, la clase trabajadora debe defender el principio de fronteras abiertas: el derecho de los trabajadores a vivir y trabajar en el país que elijan con plenos derechos de ciudadanía.

44. Por un programa socialista de salud pública para eliminar globalmente el COVID-19 y otros patógenos. La respuesta de la clase dominante a la pandemia en los EE. UU. y a nivel internacional ha evolucionado hacia una política de “COVID para siempre” de reinfección masiva interminable, debilitamiento con COVID persistente y muerte. Esta política se ha basado en la subordinación de la salud pública al lucro privado y el repudio de las medidas básicas de salud pública para prevenir la propagación de patógenos mortales.

El PSI reafirma su resolución aprobada en el Séptimo Congreso Nacional en 2022, que declaró:

Las dos alternativas que se plantean ante la humanidad son o la infección masiva interminable, el debilitamiento y la muerte, o el derrocamiento revolucionario del capitalismo y la implementación de una política de eliminación global, para poner fin a toda transmisión de persona a persona del SARS-CoV-2. La estrategia de eliminación requiere el despliegue universal de todas las armas en el arsenal de medidas para combatir el virus, incluida la vacunación masiva, las pruebas, el aislamiento y el rastreo de contactos, junto con el cierre temporal de las escuelas y la producción no esencial, con ingresos completos para los trabajadores y apoyo a las pequeñas empresas.

Una respuesta racional a la pandemia de COVID-19 y a la crisis sanitaria en general requiere el establecimiento de una medicina universal y socializada. Hay que poner fin al dominio de las gigantescas compañías de seguros y eliminar el afán de lucro de todo el sistema de atención sanitaria y sustituirlo por una atención sanitaria universal de alta calidad, gratuita y accesible para todos.

45. Por una reorganización racionalmente planificada de la economía mundial para revertir el cambio climático y proteger el medio ambiente. Entre los muchos desastres ambientales que enfrenta la humanidad, tal vez el más peligroso sea el cambio climático causado por el calentamiento global, impulsado por la explotación capitalista de los combustibles fósiles y otros recursos naturales sobre la base del lucro privado. La realidad del cambio climático no solo pone en peligro la vida de cientos de millones de personas a través del aumento del nivel de los océanos, tormentas más severas y el impacto en la producción agrícola, sino que también crea las condiciones para la aparición y propagación de patógenos mortales como el COVID-19.

El capitalismo, arraigado en el sistema de estados-nación, es incapaz de abordar la crisis ambiental mundial. Sólo la intervención de la clase obrera internacional, en colaboración con científicos e ingenieros con principios, puede desarrollar los métodos técnicos y la reestructuración económica necesarios para salvar a la humanidad de la inminente catástrofe global.

46. Para que se cumpla el programa del PSI es necesaria la organización independiente de la clase obrera y su independencia política respecto de todos los partidos capitalistas y de los mecanismos de supresión de la lucha de clases. Por lo tanto, el PSI llama a:

47. ¡Construir la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB)! Para promover sus intereses, la clase obrera debe construir organizaciones de masas genuinas (comités de acción de base en los lugares de trabajo, las fábricas y los barrios) independientes del aparato sindical. Estas organizaciones deben comenzar por las necesidades de la clase obrera y deben ser controladas democráticamente por la clase obrera. Deben asumir una responsabilidad cada vez mayor por unificar a la clase obrera (empleados y desempleados, trabajadores calificados y no calificados, nativos e inmigrantes, en diferentes industrias y lugares de trabajo) y organizar sus luchas comunes en los Estados Unidos y en todo el mundo contra la clase capitalista.

Al iniciar la formación de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base en 2021, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional declaró:

La AIO-CB trabajará para desarrollar el marco para nuevas formas de organizaciones de base independientes, democráticas y militantes de trabajadores en fábricas, escuelas y lugares de trabajo a escala internacional. La clase obrera está lista para luchar. Pero está encadenada por organizaciones burocráticas reaccionarias que reprimen toda expresión de resistencia...

La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base, con la asistencia política de la Cuarta Internacional y los Partidos Socialistas por la Igualdad, se esforzará por unificar a los trabajadores en una lucha mundial común, oponiéndose a todos los esfuerzos de los gobiernos capitalistas y los defensores reaccionarios de las innumerables formas de chovinismo nacional, étnico y racial y de políticas de identidad para dividir a la clase obrera en facciones en guerra.

El papel central de la central sindical AFL-CIO en respaldar al imperialismo estadounidense revela la relación entre el desarrollo de un movimiento independiente de base contra el aparato y la lucha contra la guerra. La posición central del UAW y de su presidente Shawn Fain en la agenda de guerra de la administración Biden subraya la importancia de la campaña electoral de 2022 de Will Lehman para presidente del UAW, sobre la base de un programa socialista e internacionalista que exigía la transferencia de poder a las bases y el desarrollo de la AIO-CB. Lehman recibió 5.000 votos, a pesar de una campaña sistemática de supresión de votantes por parte del aparato sindical en alianza con el Estado, lo que revela la amplia base de apoyo dentro de la clase trabajadora a una rebelión contra las burocracias sindicales y a favor de políticas socialistas.

48. Por la independencia política de la clase trabajadora. La lucha por este programa —por las necesidades sociales de la clase trabajadora, por la defensa de los derechos democráticos, por el fin de la guerra— plantea en cada punto la necesidad de la organización política independiente de la clase trabajadora. Es imposible para la clase trabajadora promover sus intereses en el marco del Partido Demócrata y del sistema bipartidista capitalista en los EE.UU.

El Partido Socialista por la Igualdad se opone a todas las tendencias políticas que trabajan para bloquear la movilización política independiente de la clase obrera. El PSI se opone a todas aquellas organizaciones de clase media, incluyendo grupos nominalmente “socialistas”, que afirman que el Partido Demócrata puede ser empujado hacia la izquierda mediante la presión de las masas. Esta posición está dirigida a impedir que la clase obrera establezca su propio partido político independiente. Las campañas electorales de Jill Stein (Partido Verde) y Cornel West promueven la ficción de que la oposición a la guerra y la desigualdad puede avanzarse sin oponerse al capitalismo. Hablan en nombre de sectores de la clase media alta que están atados al sistema capitalista y al imperialismo.

49. Por un Estado obrero. El objetivo del PSI no es reformar las instituciones existentes del Estado capitalista sino abolir el estado capitalista y establecer nuevas estructuras políticas y un gobierno obrero, es decir, un gobierno de la clase obrera, por la clase obrera y para la clase obrera que implementará las políticas socialistas que se requieren para satisfacer las necesidades de los trabajadores. Un Estado obrero debe basarse en nuevas formas y estructuras de democracia participativa, surgidas en el curso de las luchas revolucionarias de masas y representativas de la clase obrera, la gran mayoría de la población.

¡Por la unidad internacional de la clase obrera y la revolución socialista mundial!

50. El Partido Socialista por la Igualdad afirma que los intereses de la clase obrera en los Estados Unidos sólo pueden promoverse como parte de un movimiento unido de la clase obrera en todo el mundo.

51. Los problemas que enfrentan los trabajadores en Estados Unidos son, en esencia, los mismos que enfrentan los trabajadores en cualquier otra parte del mundo. Una guerra global en aumento, la pandemia de COVID-19 en curso, el cambio climático, la desigualdad y el crecimiento del fascismo y la dictadura: estos no son solo problemas estadounidenses. Son problemas mundiales que requieren soluciones globales.

52. El capitalismo es un sistema económico global. Grandes corporaciones transnacionales recorren la tierra en busca de la mano de obra más barata y de materias primas, produciendo para un mercado mundial. Los mismos bancos y mercados financieros dictan la política en todos los países. Debido a que la producción es global, los problemas de la sociedad de masas solo pueden resolverse sobre la base de un programa socialista internacional.

53. El PSI en Estados Unidos se solidariza políticamente con el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), el Partido Mundial de la Revolución Socialista. La tarea del PSI en los EE.UU. es desarrollar dentro de la clase obrera una dirección socialista, basada en las perspectivas internacionales de la Cuarta Internacional, el movimiento fundado por León Trotsky en 1938 en oposición a la traición estalinista a la Revolución Rusa.

54. La campaña electoral del PSI en 2024 luchará por esta perspectiva, la única salida para la clase obrera en los Estados Unidos y en todo el mundo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de agosto de 2024)

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