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Perspectiva

¡Exijan nuevas elecciones en el UAW! ¡Todo el poder a las bases!

Los últimos acontecimientos han dejado claro que los miembros de base del sindicato automotor United Auto Workers (UAW) de Estados Unidos necesitan llamar a una nueva elección para deshacerse de la dirección desacreditada de Shawn Fain y llevar a cabo un giro radical para defender sus empleos, niveles de vida y derechos democráticos básicos.

Trabajadores en huelga en la planta de General Motors en Bowling Green, Kentucky, 16 de septiembre de 2019 [AP Photo/AP/Bryan Woolston]

El 25 de junio, un juez federal en Míchigan presentó un fallo que reconoce esencialmente que las elecciones del UAW que instalaron a Fain como presidente del sindicato tras recibir el voto de apenas el 6 por ciento de las bases, fueron completamente ilegítimas.

El juez David Lawson del Distrito Este de Michigan denunció al Departamento de Trabajo de Biden por actuar de manera “arbitraria y caprichosa” cuando descartó las quejas del trabajador automotor Will Lehman sobre la supresión del voto y otras irregularidades durante las primeras elecciones para la dirigencia del UAW en 2022.

El fallo fue aún más significativo porque el mismo juez había negado la solicitud de Lehman en noviembre de 2022 de una prórroga de un mes antes de la entrega de papeletas para garantizar el derecho al voto de todos los miembros. En ese momento, Lehman presentó pruebas detalladas de cómo la burocracia del UAW se negó a actualizar las direcciones postales y a tomar medidas significativas para asegurarse de que todos sus miembros estuvieran informados sobre las elecciones.

Esta supresión deliberada de votos resultó en la participación de solo el 9 por ciento de los 1.1 millones de miembros activos y jubilados que eran elegibles para votar, el porcentaje más bajo de cualquier elección sindical nacional en la historia de los Estados Unidos.

El fallo del juez demuestra que Lehman y la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) estaban completamente en lo cierto. Los miembros del UAW fueron víctimas de un fraude masivo, aprobado por la Administración de Biden, que estaba decidida a poner a su hombre en el cargo de presidente del UAW, independientemente de lo que quisieran las bases. Desde que fue coronado, Fain ha actuado como lacayo de Biden, respaldando contratos propatronales y las políticas belicistas del presidente.

También se ha revelado que todas las afirmaciones de Fain y su planilla “Unite All Workers for Democracy” sobre poner fin a la corrupción que envió a la cárcel a una docena de oficiales del UAW, incluidos dos presidentes anteriores, son falsas. El 9 de junio, el monitor del UAW designado por los tribunales anunció que estaba investigando un caso de corrupción en curso en la dirección del sindicato que incluye acusaciones de malversación de fondos sindicales por parte de Fain personalmente y un director regional no identificado.

Los líderes sindicales, según el monitor, estaban obstruyendo la investigación al negarse a divulgar decenas de miles de documentos solicitados. Si esto persistiera, el Detroit Free Press comentó: “no está más allá de toda posibilidad de que el monitor pueda exigir la destitución de Fain”.

Ocho meses después de que la dirección del UAW impusiera contratos laborales que supuestamente contenían mejoras “récord”, los trabajadores automotores están pagando un precio devastador por la falsa huelga “stand-up” o “de pie” y la traición a su lucha contractual. Miles de trabajadores a tiempo parcial, a quienes Fain y compañía prometieron puestos a tiempo completo una vez que se ratificara el contrato, fueron despedidos sumariamente.

Miles más han sido despedidos en Michigan, Ohio e Indiana y los recortes de empleos continúan aumentando. Mientras tanto, los que quedan se ven obligados a trabajar de 10 a 12 horas al día, seis y siete días a la semana, y son castigados por tomarse un día libra para citas médicas y emergencias familiares.

La exposición del fraude electoral, combinada con la continua traición de los intereses de los trabajadores y la corrupción, presentan un caso indiscutible a favor de celebrar nuevas elecciones del UAW.

Pero los trabajadores no pueden confiar en el Departamento de Trabajo, el monitor del UAW ni los tribunales para defender sus derechos. Si se va a celebrar una elección genuinamente democrática, los trabajadores de base deben luchar por ella y supervisarla ellos mismos.

La Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base hace un llamado a los trabajadores de todas las fábricas y lugares de trabajo para que formen comités electorales de base para luchar por la demanda de nuevas elecciones y establecer las estructuras para garantizar su legitimidad. Esto significa celebrar asambleas masivas para nominar a los trabajadores más militantes y que cuenten con la mayor confianza de las bases, la organización de comités electorales para garantizar la difusión de información y garantizar el derecho de voto de todos los miembros del UAW, y la supervisión de recuento de votos por parte de miembros de base.

Durante su campaña electoral, Will Lehman advirtió que el reemplazo de un burócrata por otro no haría nada para empoderar a las bases. En lugar de reformar la burocracia, dijo Lehman, los trabajadores tienen que abolirla y transferir el poder y la toma de decisiones del aparato UAW a los trabajadores de base.

La única forma en que una nueva votación no producirá otro títere de la patronal y el Gobierno es si este proceso está conectado a la lucha por construir nuevos órganos de autodeterminación independiente de los propios trabajadores.

La demanda de nuevas elecciones debe estar conectada con la lucha por anular los contratos propatronales y luchar contra todos los despidos y cierres de plantas. Los comités de base deben luchar por la recontratación de todos los trabajadores a tiempo parcial y tiempo completo despedidos, el fin de las horas extra obligatorias y el trabajo los fines de semana, la expansión de días libres remunerados y el fin de las políticas de asistencia punitivas.

En oposición a las amenazas de la patronal automotriz, incluyendo del director ejecutivo de Stellantis, Carlos Tavares, de enviar la producción a los “países con mejores costos” y enfrentar a los trabajadores entre sí en una carrera hacia el fondo, la red de comités de base de trabajadores automotrices en los EE.UU., facilitada por la AIO-CB, debe coordinar la lucha por defender los empleos y los niveles de vida con los trabajadores de todo el mundo.

Existe un gran apoyo a esta lucha. Esto lo demostró la campaña del propio Will Lehman. Tras postularse como socialista y luchador por la unidad internacional de la clase trabajadora, Lehman ganó casi 5.000 votos en fábricas, universidades y lugares de trabajo en todo el país, a pesar de que el 90 por ciento de los miembros del UAW se vio privado de su derecho a votar.

En los últimos años, ha comenzado un poderoso movimiento desde abajo en el que los trabajadores con mayor conciencia de clase y que luchan por construir este movimiento de base están desempeñando un papel decisivo. Esto incluye las acciones conjuntas de los trabajadores de GM de EE.UU. y México en 2019, la ola de huelgas salvajes contra la propagación del COVID-19 que paralizó la industria automotriz en marzo de 2020, la huelga de Volvo Trucks en 2021 y la construcción de comités de base en Caterpillar, Dana, Clarios, GM, Ford y Stellantis desde 2022.

La huelga de decenas de miles de trabajadores académicos en la Universidad de California a principios de este año fue testigo de la irrupción de la clase trabajadora como la fuerza política central en oposición a la guerra y la represión estatal. La huelga, que se oponía al genocidio en Gaza y a la represión de las protestas universitarias, despertó el temor en los círculos gobernantes de que la burocracia del UAW no es capaz de contener la amplia oposición a la guerra en la clase trabajadora.

La demanda de nuevas elecciones del UAW fortalecerá el movimiento por que las bases tomer el poder y proporcionará un impulso a la construcción de estructuras alternativas a las burocracias procapitalistas y belicistas.

Como se refleja en la contienda presidencial de Estados Unidos y el respaldo del Gobierno a las elecciones amañadas del UAW, la clase dominante es totalmente hostil a los derechos democráticos de la clase trabajadora. La creciente brecha entre ricos y pobres y la escalada de guerras imperialistas profundamente impopulares requieren el establecimiento de formas de gobierno más autoritarias, como lo demuestra el reciente fallo de la Corte Suprema que estableció una dictadura presidencial. Es por eso por lo que la lucha por los derechos más fundamentales hoy está inseparablemente ligada a la extensión de la democracia obrera y la lucha por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de julio de 2024)

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