El World Socialist Web Site llama a la inmediata reinstalación de los 28 trabajadores de Google despedidos el miércoles por su participación en protestas en Nueva York y California para exigir el fin de la complicidad del gigante tecnológico en el genocidio israelí en Gaza y su ocupación del territorio palestino. Los cargos contra los nueve trabajadores arrestados la noche del martes después de ocupar las oficinas de Google de manera pacífica también deben ser retirados.
Los despidos fueron seguidos por una represión aún mayor de protestas propalestinas y contra el genocidio en la ciudad de Nueva York. La Universidad de Columbia llamó a la policía para que arrestara a más de 100 estudiantes que habían colocado un acampe en el campus para oponerse a la matanza de palestinos en Gaza.
Joseph Kishore, candidato presidencial del Partido Socialista por la Igualdad, emitió una declaración el jueves en apoyo a la reinstalación de los trabajadores de Google y a su demanda de que poner fin a la colaboración de la empresa con la máquina militar israelí.
Señaló que Google “tiene lazos estrechos con el aparato estatal estadounidense y el complejo militar-industrial'. Dijo:
La empresa ha protagonizado la campaña apoyada por el Estado de censurar el internet, concentrándose en la oposición de izquierda a la guerra y la desigualdad.
La conexión de Google con el Estado israelí subraya el hecho de que el genocidio no podría llevarse a cabo sin el respaldo de la clase dominante estadounidense y sus dos partidos, el demócrata y el republicano.
Los empleados de Google exigían que la empresa abandonara su trabajo en el Proyecto Nimbus, un contrato de computación en nube de 1.000 millones de dólares que proporciona al Gobierno israelí, incluido el Ministerio de Defensa israelí, servicios de computación en nube, incluyendo inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático. Un contrato filtrado muestra que Google facturó al Ministerio de Defensa israelí 1 millón de dólares por servicios de consultoría.
Los empleados que protestaron portaban pancartas que exigían: “No más genocidio por lucro” y “No a la nube para el apartheid”. Su valiente postura fue recibida con una rápida represión: la empresa llamó a la policía para que los sacara de las oficinas por allanamiento y los empleados fueron despedidos.
Chris Rackow, jefe de seguridad global de Google, envió un memorando a todos los empleados amenazando a cualquiera que se planteara protestar contra la participación de Google en el genocidio. “Tras una investigación, hoy hemos despedido a veintiocho empleados implicados. Seguiremos investigando y tomando las medidas que sean necesarias”, declaró Rackow, y añadió: “Si eres de los pocos que se sienten tentados a pensar que vamos a pasar por alto conductas que violan nuestras políticas, piénsalo otra vez”.
Una declaración de los trabajadores de Google con la campaña No Tech for Apartheid en respuesta a los despidos sumarios señaló que los que tomaron medidas estaban en su derecho: “Los trabajadores de Google tienen derecho a protestar pacíficamente según los términos y condiciones de nuestro trabajo. Estos despidos fueron claramente represalias”. La declaración denunció al CEO de la empresa matriz Alphabet, Sundar Pichai, y al jefe de Google Cloud, Thomas Kurian, como “personas que lucran con el genocidio”.
Bajo su empresa matriz Alphabet, Google se encuentra entre las mayores empresas informáticas del mundo. Los más de 130.000 trabajadores de Google supervisan las operaciones desde oficinas en unos 50 países que abarcan una serie de sectores que son fundamentales para el funcionamiento de la economía mundial, incluyendo su omnipresente motor de búsqueda, la computación en nube y la electrónica de consumo. La empresa también está a la vanguardia de desarrollos que prometen ser cruciales en el futuro, como la inteligencia artificial y la computación cuántica.
A medida que se ha convertido en un gigante mundial de un billón de dólares durante el último cuarto de siglo, Google también se ha convertido en un puntal clave para el funcionamiento del imperialismo estadounidense y sus aliados, proporcionando servicios tecnológicos críticos al complejo militar-industrial estadounidense y a otros militares de todo el mundo. A finales de 2022, el Pentágono adjudicó a Google un contrato de computación en nube de 9.000 millones de dólares junto con Amazon, Oracle y Microsoft.
Se ha demostrado que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han estado utilizando otras herramientas de inteligencia artificial, en particular un programa conocido como Lavender desarrollado por la Unidad 8200 de espionaje de las FDI, para sus operaciones de limpieza étnica en Gaza. En seis meses, las FDI han dañado o destruido más de la mitad de las viviendas del estrecho territorio y han matado al menos a 40.000 palestinos, la mitad de ellos niños. Al menos 99 veteranos de la Unidad 8200 trabajaban para Google en 2022.
Mientras tanto, la oposición activa al interior de la empresa a su implicación en las operaciones del imperialismo estadounidense ha ido en aumento:
- Más de 3.000 empleados de Google firmaron una carta dirigida a los ejecutivos de la compañía en 2018 exigiendo el fin de su participación en las operaciones ilegales de asesinato con drones del ejército estadounidense a través del Proyecto Maven, que utilizaba inteligencia artificial para determinar los objetivos de los ataques con drones.
- En 2019, casi 1.600 empleados de Google firmaron una petición a los directivos de la empresa exigiendo que se comprometieran a no apoyar las operaciones de la Oficina de Aduanas y Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP, sigla en inglés) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, sigla en inglés), responsables de la represión de los migrantes, “hasta que dejen de cometer abusos contra los derechos humanos”. En respuesta, Google despidió a cuatro de los trabajadores que ayudaron a organizar la protesta.
- En marzo de este año, Google despidió al ingeniero informático Eddie Hatfield por protestar contra el Proyecto Nimrod durante Mind the Tech, una conferencia anual israelí celebrada en Nueva York. Una carta firmada por más de 600 empleados denunciaba el patrocinio de la conferencia por parte de la empresa bajo el titular: “Dejen de lucrarse con el apartheid israelí y la violencia contra los palestinos”.
Los trabajadores de Estados Unidos y de todo el mundo deben movilizarse en defensa de los 28 trabajadores de Google despedidos. Desde que Israel lanzó su ataque en octubre con el pleno respaldo de la Administración de Biden y los demás Gobiernos imperialistas, millones de personas han protestado en todo el mundo exigiendo un alto el fuego. Los llamamientos a aquellos en el poder han sido respondidos con represión policial y la grotesca calumnia de que los que se oponen a las operaciones genocidas de las FDI son “antisemitas”. El ataque a los trabajadores de Google organizados en No Tech for Apartheid es parte de esta campaña para suprimir y silenciar la oposición continua al genocidio.
La lucha contra la complicidad de Google en el genocidio de Gaza y para poner fin a las sangrientas operaciones de las FDI, que, con el pleno apoyo del presidente Joe Biden, amenazan con expandirse a una guerra regional más amplia con Irán, requiere que los trabajadores tecnológicos se orienten a sus hermanos y hermanas de la clase obrera en general para impulsar un poderoso movimiento contra la guerra imperialista y su causa, el sistema capitalista global.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 18 de abril de 2024)
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