En una serie de apariciones de campaña durante la última semana, el expresidente Donald Trump ha virado aún más en la dirección de un llamamiento abiertamente fascista, dirigiendo su fuego principal contra los 'comunistas', 'socialistas' y 'marxistas', que según él son una poderosa fuerza que se le opone.
No se trata de simple retórica histérica, sino de la fuerza motriz de su campaña presidencial, que lanzó el pasado otoño. Desde entonces sólo ha hecho apariciones esporádicas, a menudo interrumpidas por las batallas legales a las que se enfrenta en una serie de demandas civiles y procesos penales.
En su discurso de 90 minutos ante la Conferencia Fe y Libertad, celebrada el sábado por la noche en Washington DC, Trump dio la máxima expresión al anticomunismo que aprendió de las rodillas de su padre (el millonario Fred Trump fue miembro del Ku Klux Klan y más tarde admirador de Hitler).
Esta orientación política fue reforzada por el asesor político más cercano de Trump en los años setenta y ochenta, el abogado Roy Cohn, el odioso ex ayudante principal del senador Joseph McCarthy, que encabezó las campañas de provocación roja de principios de los años cincuenta.
Trump dijo a su audiencia de fundamentalistas cristianos que sus oponentes del Partido Demócrata estaban 'intentando imponer su comunismo woke a todo hombre, mujer y niño'.
Justificó sus propios problemas legales declarando: 'Cada vez que los demócratas de izquierda radical, los marxistas, los comunistas y los fascistas me acusan, lo considero una gran insignia de valentía. Me acusan por ti, y creo que el tú son más de 200 millones de personas que aman a su país'.
Afirmó que los cristianos estaban siendo perseguidos bajo Biden, y que 'quieren quitarme mi libertad porque no dejaré que os quiten la vuestra'. Se jactó de su éxito en el nombramiento de tres nuevos jueces para la Corte Suprema que el año pasado revocaron la decisión Roe contra Wade que establecía el derecho constitucional de la mujer al aborto.
'Ningún presidente ha luchado por los cristianos tanto como yo', dijo Trump, y añadió: 'Lo conseguí, y nadie pensaba que fuera siquiera una posibilidad'.
Luego hizo un llamamiento a la audiencia: 'Juntos, somos guerreros en una cruzada justa para detener a los pirómanos, los ateos, los globalistas [palabra clave de la derecha para referirse a los judíos] y los marxistas'.
Trump combinó esta diatriba anticomunista con el fanatismo antiinmigrante que ha sido su especialidad desde que entró por primera vez en la carrera presidencial en el verano de 2015, tachando a los migrantes mexicanos de 'violadores' y 'asesinos.'
Prometió restaurar todas las políticas fronterizas iniciadas durante su primer mandato, incluida la separación de niños y padres y obligar a los solicitantes de asilo a 'permanecer en México' mientras se tramitan sus solicitudes en Estados Unidos, así como ampliar y completar el muro fronterizo.
Trump describió a los inmigrantes que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México como la escoria de la sociedad, seleccionados deliberadamente por los gobiernos de sus países de origen y enviados a Estados Unidos por ser delincuentes, deficientes mentales o portadores de enfermedades terribles. Su lenguaje era tan soez que habría sido abrazado por Josef Goebbels.
Pero Trump añadió un nuevo y siniestro giro político: 'Hoy anuncio un nuevo plan para proteger la integridad de nuestro sistema de inmigración. La ley federal prohíbe la entrada de comunistas y totalitarios en Estados Unidos. Pero mi pregunta es, ¿qué vamos a hacer con los que ya están aquí, que crecieron aquí?'.
Esto fue recibido por gritos del público de 'deportadlos'.
Trump continuó: 'Creo que tenemos que aprobar una nueva ley para ellos. Usando la ley federal, la sección 212 (f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, ordenaré a mi gobierno que niegue la entrada a todos los comunistas y a todos los marxistas. Los que vengan a unirse a nuestro país deben amar a nuestro país. No los queremos si quieren destruir nuestro país... Así que vamos a mantener fuera de América a los comunistas, socialistas y marxistas extranjeros que odian a los cristianos. Vamos a mantenerlos fuera de Estados Unidos'.
Trump no dio más detalles sobre lo que proponía hacer, durante una segunda administración Trump, a los opositores izquierdistas que ya estaban en Estados Unidos. Pero la violencia de su lenguaje tiene claras implicaciones: detenciones masivas, deportaciones, campos de concentración.
Trump también declaró que tan pronto como volviera a entrar en la Casa Blanca emitiría una orden ejecutiva derogando la ciudadanía por derecho de nacimiento. Se trata de la disposición constitucional, establecida en la Decimocuarta Enmienda y desarrollada por la Corte Suprema, según la cual cualquier niño nacido en suelo estadounidense, con solo un puñado de excepciones como los hijos de diplomáticos extranjeros, adquiere automáticamente la ciudadanía estadounidense y tiene derecho a todos los derechos de los ciudadanos estadounidenses.
Llevar a cabo una medida tan claramente ilegal e inconstitucional equivaldría a suspender la Constitución de EE.UU. y establecer una dictadura presidencial.
A la luz de estas amenazas, es importante señalar que el jueves por la noche Trump organizó una recaudación de fondos para los matones fascistas detenidos y procesados por sus acciones durante el ataque en el Capitolio el 6 de enero de 2021. El evento se celebró en su club de golf de Bedminster, Nueva Jersey, y Trump se comprometió a dar dinero a la causa él mismo.
Elogió a los participantes en el ataque, diciendo, según NBC News: 'Tenéis policías, tenéis bomberos, tenéis profesores, tenéis electricistas, tenéis gente estupenda, y se les ha hecho pagar un precio que es muy injusto...' También repitió las mentiras de que Black Lives Matter y Antifa fueron los responsables de la violencia del 6 de enero.
Trump ha elogiado previamente a los atacantes -sus propios partidarios que buscaban bloquear la certificación del Congreso de su derrota electoral- como 'grandes patriotas' y prometió indultar a muchos de ellos si vuelve al poder.
En sus dos apariciones del fin de semana, ante los fundamentalistas cristianos el sábado por la noche y en una reunión del Partido Republicano en el condado de Oakland, Michigan, el domingo por la noche, Trump dedicó gran parte de su tiempo a reeditar una defensa de sus acciones al retener documentos de seguridad nacional después de dejar el cargo, por lo que fue acusado penalmente el mes pasado. Afirmó que tenía autoridad ilimitada, en virtud de la Ley de Archivos Presidenciales, para conservar todo lo que quisiera de su tiempo en el cargo.
El gobierno de Biden y el Partido Demócrata han centrado toda su atención en este asunto, porque tiene que ver con los secretos del aparato de inteligencia militar, en lugar de alertar a la población estadounidense sobre la continua amenaza de dictadura en la orientación cada vez más fascista del Partido Republicano -encabezado por Trump, pero de ninguna manera limitado a él.
Se trata de una continuación de la política de los demócratas desde la campaña electoral de 2016, que ha consistido en señalar a Trump como poco fiable, incluso sospechoso, en política exterior, especialmente en relación con Rusia y su presidente, Vladímir Putin. Esta fue la postura de la campaña de Hillary Clinton en 2016, del apoyo del Partido Demócrata a la investigación de Mueller en 2017-2018 y del primer impeachment de Trump en 2019-2020.
La campaña antirrusa fue el preludio de la provocación deliberada de la guerra con Rusia en Ucrania, que ahora es prácticamente el único objetivo de la administración Biden. Por el contrario, Trump afirma que resolvería la guerra entre Ucrania y Rusia en 24 horas. Este milagro se lograría, no con el propósito de promover la paz, sino de reenfocar el impulso bélico del imperialismo estadounidense hacia otro objetivo, China.
Trump dijo en la Conferencia Fe y Libertad que daría a China 24 horas para retirar todas las instalaciones militares de Cuba, denunciando a la administración Biden por permitir el establecimiento de puestos de escucha y otras instalaciones chinas a sólo 90 millas de Florida.
(Publicado originalmente en inglés el 26 de junio de 2023)