El director de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Department of Homeland Security, DHS), Alejandro Mayorkas, llegó al Valle del Río Grande de Texas el jueves para reforzar los planes de la administración Biden de ampliar el asalto a los derechos de los inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos antes del levantamiento del Título 42 el 11 de mayo.

Las normas de inmigración del Título 42 que finalizan el 11 de mayo fueron instituidas originalmente por la administración Trump en marzo de 2020. El presidente fascista trató descaradamente de explotar la pandemia de coronavirus para declarar que los migrantes que solicitaban asilo en Estados Unidos no podían entrar porque suponían un riesgo para la salud pública. En virtud del Título 42, todos los solicitantes de asilo estaban sujetos a expulsión sumaria. Trump lo hizo mientras decía a la opinión pública estadounidense que la pandemia no suponía ninguna amenaza y que desaparecería por sí sola.

El miércoles, la oficina de Mayorkas emitió un comunicado diciendo que el propósito de su viaje era 'revisar las operaciones de planificación y respuesta de CBP [Aduanas y Protección Fronteriza] e ICE [Inmigración y Control de Aduanas] antes del levantamiento de la orden de salud pública del Título 42'.

El hecho de que Mayorkas estableciera como su principal prioridad el fortalecimiento de las dos agencias de Seguridad Nacional que son notorias por su trato brutal a los inmigrantes es un indicio de lo que se está preparando en la frontera con México. El mensaje de Mayorkas fue claro, y lo repitió una y otra vez durante su viaje: 'La frontera no está abierta. No ha estado abierta y no lo estará después del 11 de mayo'.

La administración también anunció el miércoles un nuevo acuerdo de inmigración con México destinado a disuadir los cruces fronterizos cuando finalice el Título 42. Un elemento central del nuevo acuerdo es que México seguirá aceptando a los inmigrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua que sean rechazados en la frontera estadounidense.

Otra parte del acuerdo es que hasta 100.000 personas de Honduras, Guatemala y El Salvador a las que se deniegue la entrada en Estados Unidos pero que tengan familia allí podrán vivir y trabajar en México.

En virtud de las normas del Título 42, en los últimos tres años se han llevado a cabo expulsiones masivas de migrantes, y el presidente Biden ha superado al expresidente Trump en el número de personas devueltas a su país de origen o a México. Ha habido un total de 2,5 millones de deportaciones del Título 42 llevadas a cabo por ambas administraciones en los últimos 38 meses.

Las normas antiinmigración fueron declaradas inconstitucionales por un juez federal el pasado mes de noviembre y, tras numerosas impugnaciones legales e intentos de mantenerlas en vigor, incluso por parte de la Casa Blanca de Biden, ahora se están levantando. La expectativa del gobierno de Biden es que esto provoque una oleada de inmigrantes que intenten entrar en EE.UU., por lo que deben ponerse en marcha medidas nuevas y más eficaces en sustitución del Título 42.

El viaje de dos días de Mayorkas a la frontera tenía por objeto, en parte, comunicar cuáles son esas políticas antiinmigración más eficaces. El jueves visitó McAllen, Texas, donde se reunió con agentes de la Patrulla Fronteriza y montó en bicicleta con ellos, y se encontró con migrantes con escaleras improvisadas para escalar el muro fronterizo. También visitó un centro de procesamiento, donde se detiene a los migrantes, y mantuvo reuniones con personal del DHS y con las fuerzas de seguridad locales.

En la región del Valle del Río Grande, en el sureste de Texas, que visitó Mayorkas, hay más de 2.000 migrantes detenidos cada día, según funcionarios del CPB. Las noticias sobre las condiciones a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México revelan una crisis humanitaria extrema y calamitosa. En El Paso, por ejemplo, las autoridades locales afirman que más de 1.000 migrantes duermen en la calle porque no tienen dónde ir ni comida.

No es a este desastre social al que la administración Biden está dirigiendo su atención, sino que se está centrando en sus operaciones de control y aplicación de la ley en las fronteras. El martes, la Casa Blanca anunció planes para enviar 1.500 soldados en servicio activo a la frontera para respaldar a la patrulla fronteriza y a las fuerzas del orden, incluyendo lo que el Departamento de Defensa denominó 'tareas de detección y vigilancia desde tierra.'

El viernes por la tarde, Mayorkas viajó a Brownsville (Texas), donde ofreció una rueda de prensa. El director del DHS se explayó sobre otro aspecto de la estrategia de control fronterizo, la puesta en marcha de centros regionales de procesamiento. Dijo que estos centros se estaban estableciendo en América Central y del Sur, y añadió: 'Un desafío regional requiere una solución regional'.

Siguió haciendo hincapié en las denominadas 'vías legales', que proporcionarán una vía para que las personas 'que reúnan los requisitos para acogerse a la ayuda de la legislación estadounidense lleguen a Estados Unidos de forma segura'. En otras palabras, las autoridades de inmigración calificarán quién entrará en EE.UU. y quién no.

Y continuó: 'Al mismo tiempo, aplicaremos consecuencias a las personas que lleguen a nuestra frontera sur de forma irregular'. A continuación, Mayorkas intentó encubrir la política antiasilo con una falsa simpatía por los inmigrantes y afirmando que el gobierno de EE.UU. se ha comprometido a 'acabar con el contrabandista'.

A continuación, Mayorkas explicó cómo el DHS va a utilizar las leyes estadounidenses para continuar con las expulsiones masivas. 'En un entorno posterior al Título 42', dijo, 'utilizaremos nuestras autoridades de expulsión acelerada en virtud del Título 8 del código de Estados Unidos. Esto nos permite expulsar a personas con gran rapidez. Antes del 11 de mayo finalizaremos la norma que publicamos en forma de propuesta que establece que las personas que no accedan a nuestras vías legales se presumirá que no reúnen los requisitos para el asilo y tendrán una mayor carga de la prueba para superar esa inelegibilidad.'

Cuando se le preguntó cómo va a hacer frente la administración a la oleada de inmigrantes, Mayorkas se jactó de cómo la administración ha seguido expulsando a cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos, y añadió que 'en un entorno posterior al Título 42, esas expulsiones continuarán'.

Los acontecimientos de la última semana demuestran que la política fronteriza del presidente Biden es tan despiadada como la de la administración Trump en 2017-2020. En lugar de construir un muro fronterizo de hierro, el programa de Biden consiste en utilizar tecnologías avanzadas para encontrar, detener y procesar a los migrantes. Desde 2022, la administración Biden ha añadido 81 torres de vigilancia autónomas que utilizan tecnología de inteligencia artificial para rastrear individuos y saber la diferencia entre una persona y un ciervo que cruza entre la maleza.

Durante las reuniones mantenidas con Biden el pasado mes de julio, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, acordó adquirir 1.500 millones de dólares en tecnología de 'frontera inteligente'. Se trata de un enfoque más sofisticado de la misma política seguida por Trump en su empeño por construir un muro y obligar a México a pagarlo. Entre las tecnologías que se están implementando se encuentran cámaras de torre que pueden ver a siete millas de distancia por la noche y un radar de barrido terrestre que opera en un radio de 13 millas, considerado más eficaz que docenas de agentes fronterizos.

(Publicado originalmente en inglés el 5 de mayo 2023)