El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) realizó una reunión pública en línea que era políticamente fuerte con participación grande el miércoles para discutir cómo seguir adelante con la lucha por liberar a fundador de WikiLeaks Julian Assange.
Más de 250 personas participaron en la reunión desde al menos 26 países, desde Brasil hasta varios países europeos y surasiáticos, un hecho que refleja el apoyo global a Assange y la lucha por liberarlo.
Un rasgo de la reunión, que duró más de dos horas, era la ola constante de más de 650 comentarios y preguntas publicados por participantes, y las respuestas apreciativas a las contestaciones y clarificaciones proveídas por los oradores.
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El PSI declaró la reunión de emergencia en respuesta al fallo del tribunal superior británico el 10 de diciembre que ordenaba la extradición de Assange a los Estados Unidos. Si trasladan a él a EUA, lo enjuiciarán sobre cargos de espionaje y potencialmente enfrentará la cadena perpetua o la pena capital por publicar documentos que exponían crímenes de guerra, vigilancia masiva y las intrigas diplomáticas del EUA y sus aliados.
En la reunión se oyeron reportes de dos escritores prominentes del World Socialist Web Site sobre la persecución de Assange: Thomas Scripps, el secretario nacional asistente del PSI (Reino Unido) y Oscar Grenfell, miembro del Comité Nacional del PSI (Australia) y coordinador nacional de la organización Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social. La secretaria nacional del PSI (Australia) Cheryl Crisp encabezó la reunión.
Al iniciar la reunión, Crisp explicó la conexión crítica entre la defensa de Assange y la decisión del WSWS de lanzar la Investigación Global de los Trabajadores sobre la pandemia de COVID-19.
Durante casi dos años, los gobiernos capitalistas por todo el mundo, con el apoyo de los sindicatos y los medios de comunicación corporativos, han llevado a cabo una campaña de mentiras y desinformación para justificar sus políticas pandémicas mortales con fines de asegurar las ganancias. Los millones de infecciones y muertes enteramente prevenibles de COVID-19 son un recordatorio claro que, como dijo Crisp, “la verdad es una cuestión de vida o muerte”.
“Sin la verdad”, continuó Crisp, “gente ordinaria, la clase obrera, las masas de la población son completamente desarmados, pero eso es lo que ha sucedido durante los últimos dos años”. Ella dijo que la investigación de los trabajadores expondría y abordaría las falsificaciones y los encubrimientos, exactamente como el WSWS seguiría haciendo sobre los montajes y difamaciones contra Assange.
Scripps habló primero y caracterizó los procedimientos jurídicos contra Assange como “una travesía de la justicia”. Explicó: “El sistema judicial consistentemente ha iniciado con los resultados deseados por el imperialismo estadounidense y británico y con esos en mente ha trabajado para crear fallos que cumplan con esos resultados”.
Scripps describió el “desdén hacia la ley” exhibido por las cortes y el sistema carcelario británicos. “Durante todo su tiempo en Belmarsh, han interrumpido el acceso de Assange a sus abogados y le han denegado el tiempo o material necesarios para preparar su defensa –en contra de todos los derechos de proceso debido”, dijo él.
“Absurdamente”, en la audiencia de octubre de Assange, el juez aceptó el argumento del fiscal de que “su caso no tenía nada que ver con los crímenes de guerra, guerras de agresión y asesinato colateral, la entrega extraordinaria y la tortura expuestos por WikiLeaks”.
Los jueces habían aceptado las “garantías” falsas de que Assange recibiría tratamiento justo en las cárceles estadounidenses, ofrecidas por el mismo gobierno y sus agencias que planeaban el asesinato de Assange.
Scripps hizo el punto clave que “La salvación de Assange nunca ha dependido del sistema judicial británico. Su libertad y defensa siempre han dependido de un movimiento masivo de la clase obrera internacional”.
Scripps continuó: “El verdadero daño a la lucha por la libertad de Assange por eso ha sido realizado por los que se han opuesto a esta orientación y que han dirigido la campaña no hacia la clase obrera, sino hacia las cortes, los gobiernos derechistas, las ONG liberales y organizaciones mediáticas y los supuestos izquierdistas cobardes y dóciles”.
Por ejemplo, Scripps describió la promoción de exlíder del Partido Laborista británico Jeremy Corbyn como un campeón de la causa de Assange hecha por la campaña Don’t Extradite Assange (no extraditen a Assange). Scripps notó: “Corbyn tiene el deshonor de ser el hombre en una posición en que puede hacer lo más por la causa de Assange quien en realidad hizo lo menos”.
Luego habló Grenfell, quien explicó que la investigación sueca de Assange era “un verdadero montaje” que “proveyó el cemento ideológico por una alianza impía de las agencias de inteligencia estadounidenses, la supuesta prensa liberal, feministas de la clase media alta y la pseudoizquierda”.
Grenfell detalló el papel del gobierno laborista de Gillard, respaldado por el Partido Verde en Australia que “ilegalmente intentó romper su pasaporte y se comprometió a ayudar a las agencias de inteligencia estadounidenses en su campaña para destrozar WikiLeaks”.
Durante las últimas semanas, reportó Grenfell, varios personajes del gobierno australiano han “lamentado el apuro de Assange, fingido tener simpatía por sus problemas médicos y declarado que la saga ha ‘durado demasiado tiempo’”.
Ninguno ha tomado ninguna acción. Típico era el viceprimer ministro [de Australia] Barnaby Joyce, que declaró: “No tengo ningún poder en Bretaña o el EUA sobre estos asuntos. No tengo ningún derecho de intervenir en las cortes británicas”.
Grenfell dijo que ciertas conclusiones deben extraerse de estas experiencias. “El primer paso y tal vez el más crítico es prescindir de estas ilusiones inútiles que en el mejor de los casos son un callejón sin salida, y en el peor son un encubrimiento de las misas fuerzas responsables por el apuro de Assange. La libertad de Assange no se va a conseguir a través de escribir cartas amigables a su miembro de parlamento local, ni por implorar a [líder del partido laborista de Australia] Albanese que tenga coraje”.
En vez, Grenfell instó a defensores de Assange a recurrir a la clase obrera internacional, y traer la lucha por su defensa al resurgimiento global de la lucha de clases que ya está en curso.
Grenfell explicó: “La persecución de Assange tiene, en el nivel más fundamental, el objetivo de intimidar la oposición dentro de la clase obrera y crear un precedente por su supresión”.
Estos reportes generaron una discusión animada en el chat, así como una sesión de preguntas y respuestas. Un tema central de las preguntas fue “¿qué podemos hacer?” y “¿es posible defender a Assange a través de peticiones a políticos u otros personajes del establishment?”
Los panelistas, así como miembros y apoyadores del PSI que contribuían en el chat, explicaron que la lucha por la libertad de Assange depende fundamentalmente del desarrollo de consciencia y entendimiento dentro de la clase obrera.
Scripps dijo: “Una resolución aprobada en un lugar de trabajo, o en una vecindad, vale infinitamente más que una docena de artículos de opinión en el Guardian, o una docena de peticiones puestas en el parlamento”.
Grenfell dijo: “Hay que realizar acciones, pero la pregunta crucial es, ‘¿en qué perspectiva se debe basar estas acciones?’… No ha habido ninguna escasez de peticiones a políticos burgueses y gobiernos capitalistas a intervenir en defensa de Assange.
“Estamos de acuerdo con poner exigencias sobre gobiernos, pero lo que siempre hemos explicado es que sólo van a cumplir con ellas, que los pondrían en contra de la alianza con EUA y contra su propio ataque doméstico a los derechos democráticos, si son forzados a hacerlo por una presión masiva desde abajo. Eso significa movilizar una fuerza social”.
Participantes expresaron su agradecimiento cálido a la reunión y las respuestas a las preguntas.
Iwan escribió: “¡Muchas, muchas gracias a los oradores y organizadores por esta reunión importante y los esfuerzos incansables del PSI por liberar a Julian Assange!”
Ingrid dijo: “La desinformación está por todos lados, no solo en las plataformas tradicionales sino incluso en las alternativas. El WSWS es el único lugar que tiene sentido en una época oscurísima”.
Pietro escribió: “La libertad de Julian es una cuestión revolucionaria. Julian representa el sentimiento antibélico. Por eso su libertad es sinónima con el derrocamiento del sistema capitalista bélico”.
Mitchell, un trabajador de la tecnología informática de Queensland [Australia], dijo: “Los eventos de los últimos años demuestran que recae en la gente hacer el trabajo. Todo cambio vendrá desde abajo hasta arriba, no desde arriba hasta abajo. Ya no me confío en los medios de comunicación. He leído el World Socialist Web Site durante 5 o 6 años; soy lector ávido”.
Él continuó: “¿Barnaby Joyce? No me confío en él. Esos políticos no van a ayudar, nos dictan sobre nosotros. La clase obrera debe hacer valer su independencia para seguir adelante con esta lucha”.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de diciembre de 2021)