El Partido Socialista por la Igualdad (PSI o SEP en inglés) hace un llamamiento a los trabajadores de California para que voten 'no' en las elecciones para destituir al gobernador Gavin Newsom, y luego emitan un voto de sustitución por nuestro candidato, el educador David Moore, el único socialista que se presenta a estas elecciones.

Un voto 'no' es necesario para derrotar la campaña de la ultraderecha destinada a anular los resultados de las elecciones de 2018 y reemplazar a Newsom con un republicano de derecha, muy probablemente el fascistoide locutor de radio Larry Elder. Pero el PSI aboga por el 'no' sin ofrecer el más mínimo apoyo político a Newsom o a los demócratas.

En todas las cuestiones importantes que enfrenta la clase obrera —la pandemia de coronavirus, la crisis ambiental, los ataques corporativos contra el empleo y el nivel de vida, la defensa de los derechos democráticos y los derechos de los inmigrantes— los demócratas y los republicanos defienden los intereses de lucro de la élite gobernante.

La cuestión prioritaria es la necesidad de movilizar a la clase obrera como una fuerza política independiente, contra los dos partidos controlados por las empresas, sobre la base de un programa socialista. Sólo el candidato del PSI, David Moore, avanza ese programa.

California está en medio de una oleada mortal de COVID-19 con miles de infecciones, hospitalizaciones y muertes evitables. Más de una docena de condados de todo el estado han alcanzado el 100% de la capacidad de la UCI y tienen que redirigir a los pacientes.

Las hospitalizaciones pediátricas son más altas que hace un año, y con la reapertura de las escuelas a la enseñanza presencial, el número de infecciones y muertes entre los niños está destinado a dispararse. Más allá de las muertes, los niños pueden sufrir largos síntomas de COVID durante meses, como fatiga y niebla cerebral, deterioro cognitivo, trastornos del estado de ánimo y de la ansiedad, y disfunción renal.

Los demócratas han intentado enmarcar la elección de destitución como una contienda en la que Newsom está 'protegiendo California' y 'siguiendo la ciencia', mientras que los republicanos rechazan la ciencia y las medidas de protección.

La verdad es que ambos partidos de las grandes empresas rechazan las medidas basadas en la ciencia para erradicar el virus y renuncian a las medidas básicas de salud pública, como el cierre de las escuelas. En su afán por mantener los beneficios empresariales, insisten en que los niños deben volver a la escuela para que sus padres puedan ser obligados a volver a sus puestos de trabajo.

La disputa dentro de la clase dominante es entre aquellos que, como Newsom y el presidente Biden, venden la ficción de la 'mitigación', de que las vacunas con uso ocasional de mascarillas pueden contener la pandemia, y los republicanos como Larry Elder y el expresidente Trump, que exigen abiertamente el fin de cualquier pretensión de que la pandemia pueda ser contenida y buscan eliminar incluso las medidas de salud pública más básicas.

Sin ningún plan para eliminar la transmisión, las medidas de mitigación como las mascarillas y las vacunas se limitan a reducir el ritmo de contagio. El plan bipartidista es que el COVID-19 se convierta en endémico, con brotes mortales durante generaciones a medida que surjan nuevas variantes y la inmunidad disminuya.

En las elecciones de este martes sólo hay un partido, el Partido Socialista por la Igualdad, que se opone a la infección masiva de trabajadores y niños con el SARS-CoV-2. Exigimos una política basada en la ciencia para erradicar el virus y eliminar su amenaza para la salud pública.

Llamamos a la formación de comités de seguridad de base, independientes de los sindicatos corporativistas y de los grandes partidos empresariales, en cada lugar de trabajo y en cada barrio, para imponer los cierres y las medidas de seguridad necesarias para contener la pandemia. Existe la riqueza para compensar plenamente a los trabajadores y a las pequeñas empresas durante un nuevo cierre, para financiar totalmente la educación y para invertir masivamente en infraestructuras sanitarias. El problema es que esa riqueza está actualmente en manos de un puñado de milmillonarios.

Desde el comienzo de la pandemia, el gobierno ha proporcionado billones de dólares en rescates a los bancos para apuntalar el mercado de valores. El Dow Jones está alcanzando máximos históricos, y los milmillonarios del país han visto crecer su riqueza en $1,8 billones en el transcurso de la pandemia, mientras que los estadounidenses de a pie se enfrentan a la falta de vivienda y al hambre.

Todos los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad -la pandemia, la falta de vivienda, la guerra, el auge del fascismo y el autoritarismo, el cambio climático- plantean a la clase obrera la necesidad de tomar el poder político en sus propias manos y de reestructurar la vida social y económica sobre la base de las necesidades sociales, no del beneficio privado.

La base objetiva de un movimiento socialista es el crecimiento de la lucha de la clase obrera. La pandemia ha intensificado enormemente el conflicto de clases en EEUU y a nivel internacional. Los trabajadores están empezando a luchar, desde los trabajadores de Volvo en Virginia, los trabajadores de Frito-Lay en Kansas, los trabajadores de las minas en Alabama, los trabajadores de autopartes de Dana, los maestros y los trabajadores de la salud en todo el país.

Estas luchas forman parte de un movimiento creciente de trabajadores en todo el mundo. El desarrollo de la lucha de clases debe estar armado con un programa socialista y dirigido por un partido revolucionario, el Partido Socialista por la Igualdad y sus partidos hermanas en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

En las elecciones a gobernador de California, vote por David Moore del Partido Socialista por la Igualdad. ¡Únase al SEP y emprenda la lucha por el socialismo!

(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de septiembre 2021)