'El nacionalismo en materia de vacunas, en el que un puñado de naciones se ha llevado el grueso, es moralmente indefendible', director general Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Organización Mundial de la Salud

Los comentarios del director general de esta semana, sin citar nombres, se dirigen contra la deletérea respuesta de EE.UU., junto con otras naciones ricas, a la actual iteración de la pandemia. Ningún otro país ha enfatizado tanto el nacionalismo vacunal en su respuesta a la pandemia, en detrimento del resto de las naciones más pobres que se enfrentan a sus catástrofes con el coronavirus.

Sin embargo, a medida que la variante Delta domina todas las versiones anteriores en Estados Unidos, junto con una campaña de vacunación que se ha ralentizado, el propio país se encuentra en una posición precaria a pesar del optimismo profesado por Biden.

'Hoy estamos más cerca que nunca de declarar nuestra independencia de un virus mortal... podemos vivir nuestras vidas, nuestros hijos pueden volver a la escuela, nuestra economía está volviendo a rugir', comentó descaradamente el presidente Joe Biden durante la celebración del Día de la Independencia en el Jardín Sur de la Casa Blanca, que marcó el abandono total de todas las medidas de salud pública para frenar la creciente ola de infecciones por COVID-19. [énfasis añadido]

Mientras tanto, la media de siete días de vacunaciones ha disminuido por debajo de los 733.000 pinchazos diarios. Ayer, sólo se administraron 437.117 dosis de las vacunas contra el COVID-19. Sólo el 47,6% de la población ha sido vacunada en su totalidad.

En todo el país, hay tendencias que muestran un aumento de nuevos casos. Según el rastreador del New York Times, en dos semanas se ha producido un aumento del 35% hasta alcanzar una media de 15.259 casos diarios de COVID-19. A estas nefastas estadísticas se suma el informe publicado esta semana por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), según el cual la variante altamente contagiosa es ahora la dominante en Estados Unidos, representando el 51,7% de todos los casos que fueron secuenciados genéticamente, frente al 30% de hace sólo dos semanas.

A pesar de estas preocupantes tendencias, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló que la administración no impondría nuevas medidas nacionales de mitigación, ni los CDC han cambiado sus directrices.

Mientras Biden y sus más de 1.000 invitados se alegraban de la vuelta a la normalidad, el personal del hospital Mercy de Springfield en Missouri anunció el 4 de julio que se habían quedado sin respiradores para sus pacientes. El director administrativo del hospital, Erik Frederick, tuiteó que sus empleados 'pasaron la noche buscando ventiladores porque se nos acabaron'.

De los 47 pacientes con respiradores, 'muchos de ellos' se debían a infecciones por COVID-19. Con la apertura de una segunda unidad de UCI de COVID-19, se piden más terapeutas respiratorios para aliviar a los que trabajan en agotadores turnos largos cuidando a pacientes extremadamente enfermos.

Teniendo en cuenta la rápida propagación de la cepa Delta, la red de hospitales de Mercy en todo Missouri ha ordenado que todos los empleados se vacunen a finales de septiembre. La media de siete días de casos ha superado ya los 1.000 contagios diarios, después de haber alcanzado mínimos de 400 al día en la primera semana de junio, lo que supone un aumento del 150%.

El estado estaba a la cabeza de EE.UU. en la sombría categoría de nuevos casos de coronavirus per cápita (17,1 por 100.000) en la última semana. Ayer informaron de más de 1.660 casos de COVID-19. La variante Delta causó el 96% de todos los casos recientes. Mientras tanto, Missouri ocupa el 43º lugar a nivel nacional en cuanto a vacunación, con apenas un 40% totalmente inoculado. La tasa de positividad de siete días en las pruebas de COVID-19 ha superado el diez por ciento. El vecino Arkansas tiene ahora la tasa per cápita más alta, con 18 por cada 100.000.

El actual aumento de casos se atribuye a los recientes grupos de personas no vacunadas, principalmente en los estados del sur con bajas tasas de vacunación. Un análisis realizado por investigadores de la Universidad de Georgetown identificó 30 grupos de condados, de los cuales cinco de los más significativos se extienden por el sureste y las partes bajas del medio oeste, extendiéndose desde Georgia hasta Texas, por todo Missouri y partes de Alabama, Arkansas, Luisiana, Oklahoma y Tennessee.

El analista médico de la CNN, el Dr. Jonathan Reiner, explicó que las vacunas actuales habían evitado enfermedades graves y hospitalizaciones, aunque los datos publicados recientemente tienen a las autoridades de salud pública preocupadas por la capacidad de la variante Delta para evadir el sistema inmunitario. Reiner añadió: 'Hasta ahora hemos tenido suerte con las variantes que han sido relativamente susceptibles a nuestra vacuna, pero cuanto más se tiren los dados, más oportunidades habrá de que aparezca una variante resistente'. Estos grupos en crecimiento son ideales para este tipo de desarrollos.

Aunque en muchos estados el número real de casos sigue siendo pequeño en comparación con las oleadas anteriores, la tasa de cambio de 14 días es alarmante. En Carolina del Sur se ha producido un aumento del 135%. Kansas está registrando un aumento del 120% en las cifras. Nebraska, Luisiana y Tennessee superan el 100%. Arkansas está en el 94 por ciento, y Mississippi, con la tasa de vacunación más baja del país, ha visto aumentar la tasa de casos a los 14 días en un 86 por ciento. De hecho, 32 estados están viendo cómo aumentan las infecciones por COVID-19, incluyendo estados altamente vacunados como California, Nueva York e Illinois. Incluso las hospitalizaciones han vuelto a subir.

Nevada, donde casi el 40% de la población adulta del estado sigue sin vacunarse, tiene la tercera tasa más alta de infecciones per cápita, con 14 por cada 100.000. Sin embargo, ha experimentado el mayor aumento de hospitalizaciones, más del 60% en comparación con hace dos semanas. Actualmente hay más de 440 pacientes con COVID-19 ingresados en los hospitales del estado. El Dr. Fermín Leguen, responsable de salud del distrito del condado de Clark (Las Vegas), informó de que el 95% de los pacientes hospitalizados en los últimos tres meses no se habían vacunado.

En el programa 'Meet the Press' del domingo, el Dr. Anthony Fauci, principal asesor médico de la Casa Blanca, dijo al presentador Chuck Todd: 'En algunos lugares, algunos estados, algunas ciudades, algunas zonas, donde el nivel de vacunación es bajo, y el nivel de diseminación del virus es alto, es donde se van a ver los picos.' Anteriormente había señalado que la inconsistencia en las tasas de vacunación en todo el país vería 'dos Américas'.

El Dr. Mike Ryan, de la OMS, lo dijo más claramente: 'La variante Delta, que es más rápida, está más en forma [y] recogerá a los más vulnerables de forma más eficiente que las variantes anteriores'. Hay que añadir que, según la experiencia real con la cepa Delta y las vacunas COVID-19, incluso las personas totalmente vacunadas corren un mayor riesgo de contraer infecciones y de convertirse en vectores inconscientes del coronavirus, lo que alimentaría aún más las oleadas que se prevén.

Los Estados Unidos sólo deben mirar al Reino Unido para ver lo que ocurre cuando la variante Delta se vuelve totalmente dominante. La media diaria de ingresos hospitalarios por COVID-19 ha aumentado un 47% en la última semana. Incluso con más personas totalmente vacunadas que en EE.UU., estas estadísticas deberían hacer temblar a los funcionarios estatales y federales. El Reino Unido aún no ha puesto fin a los mandatos de mascarilla y distanciamiento social, que terminarán el 19 de julio. Como dijo el recién instalado secretario de Sanidad, Sajid Javid, en el programa Today de Radio 4 de la BBC, los nuevos casos diarios podrían alcanzar los 100.000 en agosto.

Como el Dr. Eric Feigl-Ding había comentado en uno de sus tuits, Estados Unidos está sólo un mes por detrás del Reino Unido. Esto significa que cuando la variante Delta domine por completo todas las regiones del país, los niños en edad escolar, que son 50 millones de menores de 12 años que no están vacunados, volverán a entrar en las aulas totalmente ocupadas para recibir clases presenciales.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de julio de 2021)