El jueves, la gerencia de Amazon reveló discretamente en una publicación de blog que 19,816 empleados en los EE. UU., incluidos los trabajadores de almacenes y de Whole Foods, dieron positivo por COVID-19 desde el comienzo de la pandemia.
Esta revelación sigue a meses durante los cuales la gerencia eludió, ignoró y se negó a cumplir con las demandas de los trabajadores de base para la divulgación de esta información.
En un comunicado el 23 de abril, la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon del World Socialist Web Site instó a los trabajadores a formar comités de base para exigir la publicación de estadísticas de contagios en Amazon como una cuestión de seguridad básica, señalando que la empresa “se niega sistemáticamente a informar a los trabajadores sobre el número de casos” de trabajadores que se han enfermado.
En los meses desde entonces, se les dijo a los trabajadores que exigieron esta información que la gerencia no mantenía un registro de la información en absoluto, que la gerencia no podía responder las preguntas de los trabajadores debido a la HIPAA (Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico) u otras leyes, y que la gerencia estaba supuestamente preocupada por la privacidad de los trabajadores. A los trabajadores se les dijo que el número total de infecciones no era “particularmente útil”, pero que las precauciones de seguridad de Amazon en los almacenes estaban “funcionando” y “dando frutos”.
En mayo, el vicepresidente senior de operaciones globales de Amazon, Dave Clark, afirmó, a pesar de trabajar para una empresa que rastrea cada segundo del día de cada trabajador en cada almacén, que no conocía la cantidad total de infecciones. En una entrevista en el programa “60 Minutes” de CBS, Clark también dijo: “No tengo el número correcto en este momento porque no es un número particularmente útil”.
En mayo, una docena de fiscales generales estatales exigieron que Amazon revelara el número total de infecciones, pero Amazon se negó a hacer pública esa información.
Mientras ocultaba el verdadero número de infecciones, Amazon afirmó que sus contramedidas al virus estaban “funcionando” en los almacenes. La portavoz de Amazon, Lisa Levandowski, dijo a CNN Business en mayo que “nuestro arduo trabajo en torno al distanciamiento social está dando sus frutos”, lo que implica que los trabajadores estaban a salvo de infecciones.
Ahora que le conviene a la empresa dar a conocer la información en sus propios términos y en el momento de su elección, resulta que todas las excusas que les dieron a los trabajadores fueron mentiras.
Dado que la administración de la empresa se negó a divulgar los datos básicos necesarios para la seguridad de los empleados, los trabajadores intentaron recopilar los datos ellos mismos en las redes sociales, y un recuento llegó a los 2000 casos. La extrabajadora de Amazon Jana Jumpp, que fue entrevistada en junio en el World Socialist Web Site sobre sus esfuerzos para compilar estas estadísticas, reconoció en ese momento que la información disponible era “solo la punta del iceberg”.
Al publicar los datos el jueves en forma de una publicación de blog, Amazon fingió que las demandas de los trabajadores no tenían nada que ver con la divulgación de la información, presentándose absurdamente como defensora de la transparencia e instando a otras empresas a divulgar datos similares. “La amplia disponibilidad de datos nos permitiría comparar nuestro progreso y compartir las mejores prácticas entre empresas e industrias”, afirmó la compañía.
Amazon se ha beneficiado espectacularmente de su decisión de mantener a los trabajadores en sus puestos durante la pandemia. Mientras sus competidores fracasaban y Amazon expandía su dominio sobre secciones significativas de la infraestructura logística global, la capitalización de mercado de la compañía aumentó de aproximadamente $920 mil millones a principios del año a $1,6 billones el viernes. Esto equivale a $ 4 millones por cada trabajador que se enfermó.
El director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, vio su riqueza subir a más de $200 mil millones en septiembre, un aumento de aproximadamente $87 mil millones desde el comienzo del año. Esto se traduce en aproximadamente $4,35 millones por cada trabajador que se enfermó.
Amazon acompañó la publicación del número total de casos con tablas que pretendían mostrar que la tasa de infección entre los trabajadores de Amazon era menor que los promedios estatales, felicitándose por mantener a los trabajadores seguros. Esto es una tontería digna de una conferencia de prensa de Trump, ya que es obvio que trabajar en un almacén junto a cientos de otros trabajadores representa un mayor riesgo de infección que quedarse en casa. En cualquier caso, es un cálculo dudoso, en condiciones en las que no se realizan pruebas sistemáticas.
En el caso de Minnesota, las propias estadísticas de Amazon muestran que la tasa promedio de infección entre los trabajadores de Amazon fue de aproximadamente 32 por cada mil trabajadores, muy por encima del promedio estatal de 19.
Si bien la gerencia ha publicado el número total de infecciones, está lejos de la cantidad total de datos que los trabajadores necesitan para tomar decisiones informadas sobre el peligro de ir a trabajar y la idoneidad de las precauciones de seguridad en sus lugares de trabajo.
En el contexto de una pandemia mortal, no hay absolutamente ninguna razón legítima por la cual la información actualizada al minuto no debería ser accesible instantáneamente a todos los trabajadores en cualquier lugar de trabajo con respecto a casos sospechosos y positivos, síntomas reportados, pruebas pendientes y cuarentenas preventivas. De hecho, los trabajadores necesitan esta información para poder tomar medidas para garantizar que su espacio de trabajo sea seguro. La única razón para suprimir esta información es mitigar la oposición de los trabajadores, hacer que los trabajadores tengan una falsa sensación de seguridad y mantener el flujo de ganancias durante la pandemia.
“Es una vergüenza que acaben de publicar esto”, dijo Jana Jumpp a la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon el viernes. “Me encantaría saber más detalles. ¿Cuántos casos en cada instalación? ¿Cuántas personas fueron puestas en cuarentena por contacto cercano? ¿Quién administra las pruebas en las instalaciones?”. Continuó: “Siento que esta historia recién comienza”.
“No estoy sorprendido por los números”, dijo un trabajador de Amazon en Baltimore a la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon, respondiendo a la noticia, “porque en cierto sentido siempre supe que los números estaban siendo enterrados, algo así como lo ha estado haciendo el presidente. Todo se mantiene como si nada, todo está bien. Aquí estamos”.
“He estado diciendo y pidiendo durante muchas, muchas semanas sobre el rastreo de contactos. Si alguien en mi área de trabajo se va porque tiene COVID-19, esperaría que nos contactaran para hacernos la prueba”, continuó, refiriéndose a su propio almacén. “Nadie me ha contactado ni una sola vez para avisarme, aunque más tarde descubrí que un compañero de trabajo con el que trabajaba cerca había contraído el virus. ¿Siquiera está en funcionamiento este rastreo de contactos?”.
Amazon no ha hecho un reconocimiento formal de la cantidad de trabajadores que han muerto a causa del virus, pero NBC News ha contado 10 muertes de trabajadores hasta la fecha, según un informe publicado el miércoles.
Aterrorizada por la oposición de los trabajadores y recuperándose de la serie de huelgas en abril y mayo, la gerencia de Amazon ha incorporado a agentes veteranos del aparato represivo estatal para supervisar sus esfuerzos por anticipar y reprimir la resistencia de los trabajadores. La empresa también ha sido expuesta por participar en violaciones sistemáticas de la privacidad de los trabajadores, espiándolos en las redes sociales y en los servidores internos.
La actitud de la gerencia hacia la seguridad de los trabajadores durante la pandemia es solo una continuación del abominable historial de Amazon en cuestiones seguridad durante los años anteriores. Tanto en 2018 como en 2019, Amazon fue incluida en la lista “La Docena Sucia” mantenida por el Consejo Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (National COSH, sigla en inglés), que describió a Amazon como una empresa que “pone en riesgo a trabajadores y comunidades debido a prácticas inseguras”.
En 2019, hubo 14.000 heridos graves en Amazon, según un informe publicado el martes por el Center for Investigative Reporting. Esto equivale a la increíble cifra de ocho lesiones graves por cada 100 trabajadores cada año, o el doble del ya atroz promedio de la industria.
Esto es consistente con los datos obtenidos por la Voz Internacional de los Trabajadores de Amazon, que contabilizó 567 lesiones graves en un almacén en Texas durante un período de dos años, incluido el caso de la denunciante de Amazon, Shannon Allen, quien se quedó sin hogar después de su lesión y comenzó a dormir en el estacionamiento de la empresa.
Las labores de los trabajadores de Amazon solo se han vuelto más inseguras durante la pandemia, ya que la peligrosidad del trabajo ahora se ve agravada por el riesgo de contraer el virus mortal.
La revelación de que decenas de miles de trabajadores de Amazon ya se han enfermado solo aumentará la exasperación de los trabajadores con las políticas asesinas de “regreso al trabajo” y “reapertura” que se están implementando en todo el mundo. Para obtener ayuda para establecer un comit é de seguridad de base en su propio lugar de trabajo , comun í quese con la Voz Internacional de Trabajadores de Amazon del World Socialist Web Site .
(Publicado originalmente en inglés el 3 de octubre de 2020)