Desde que el coronavirus se detectó por primera vez en China en diciembre de 2019, casi 20 millones de personas en todo el mundo se han infectado y más de 700.000 han muerto, incluidas 160.000 en los Estados Unidos. Más de 32 millones de personas en los Estados Unidos están ahora desempleadas, superando los récords que se han mantenido desde la Gran Depresión.
Durante ese mismo tiempo, el valor de Amazon en el mercado de valores casi se ha duplicado de $867 mil millones de dólares a $1,61 billones. El patrimonio neto personal del CEO de Amazon, Jeff Bezos, se ha disparado a $192 mil millones, incluido un aumento de $13 mil millones durante un solo día el mes pasado. Esto apunta a dos procesos interconectados: el impacto devastador del virus en la vida humana, por un lado, y la voracidad de los superricos, con el aumento desmesurado del valor de las acciones impulsado por un rescate gubernamental masivo, por el otro.
Los primeros casos reportados de COVID-19 en Amazon fueron los de dos trabajadores en Milán, Italia, el 1 de marzo. Dos días después, trabajadores en Seattle, Washington, resultaron positivos para el virus. Con el paso del tiempo, el virus se propagó, infectando cada vez a más trabajadores de Amazon, con casos confirmados en Alemania, España, Francia, Polonia, Estados Unidos, etc.
Amazon, que utiliza lo último en tecnología para vigilancia y robots de almacén de la más reciente generación, les dio a sus trabajadores máscaras y guantes quirúrgicos que a menudo se reciclaban como “protección” contra COVID-19. Los almacenes no se desinfectaban adecuadamente, se enviaban artículos no esenciales, los trabajadores laboraban en condiciones de hacinamiento; inevitablemente, muchos empezaron a aparecer enfermos.
La ira que bullía entre los trabajadores de Amazon ya no pudo ser contenida y una ola de huelgas se apoderó de los almacenes y estaciones de entrega de todo el mundo a fines de marzo y abril. Aquí hay una lista incompleta:
• 17 de marzo: Los trabajadores comienzan la huelga en el almacén de Castel San Giovanni de Amazon en Italia
• 18 de marzo: Los trabajadores comienzan la huelga en el almacén de Amazon Piacenza en Milán, Italia
• 18 de marzo: 250-300 trabajadores en Saran, Francia
• 30 de marzo: 300 trabajadores cerca de Florencia, Italia
• 30 de marzo: Huelga en JFK8 en la ciudad de Nueva York y estación de entrega en Chicago
• 1 de abril: almacén DTW1 en Romulus, Michigan
• 20 de abril - 26 de abril: 300 trabajadores fueron llamados a huelga en las instalaciones de Amazon en todo Estados Unidos
En marzo y abril también hubo huelgas de trabajadores de Amazon en España, pero las fechas exactas no pudieron ser verificadas. Los trabajadores polacos planearon una huelga, pero los sindicatos la detuvieron. Los sindicatos de trabajadores alemanes comenzaron negociaciones cerradas con Amazon, ya que las tensiones empezaron a hervir entre las bases y, a fines de junio, más de 2.000 trabajadores de Amazon en Alemania iniciaron una huelga de dos días en seis instalaciones.
Para todos los trabajadores de Amazon, desde los trabajadores estadounidenses hasta los trabajadores en Alemania, el papel de los sindicatos ha sido contener su espíritu de lucha, alimentar las ilusiones de reforma y, en última instancia, cansar a los trabajadores para que acepten los términos y condiciones de empleo de Amazon. Este hecho encuentra una clara expresión en la “Huelga del Primero de Mayo”, un truco de protesta fabricado por el Partido Demócrata, los sindicatos y los medios de comunicación corporativos como Business Insider, propiedad de Bezos.
La supresión de la resistencia por parte de los sindicatos le ha permitido a Amazon seguir engullendo empresas más pequeñas y expandir sus tentáculos por todo el mundo.
El virus ha demostrado ser una gran ayuda para la corporación transnacional, acelerando el aumento de las compras en línea. Amazon domina este mercado, representando más de la mitad de las ventas de comercio electrónico en los Estados Unidos y el 13 por ciento a nivel mundial en 2019.
COVID-19 obligó a sus competidores en el comercio minorista físico a cerrar sus establecimientos, disparando las ventas en línea, con lo cual la compañía registró un aumento del 26 por ciento en los ingresos durante el primer trimestre.
Amazon utilizó el aumento de ingresos y de la demanda para contratar a más de 175.000 trabajadores y aumentar sus inversiones en la creación de capacidad, herramientas y servicios en el transcurso de 2019 y 2020 a más de $30 mil millones.
Incluso antes de la pandemia, el brazo de logística de la compañía estaba configurado para superar el volumen de entrega combinado de United Parcel Service y FedEx para 2022. COVID-19 ha acelerado este proceso al proveer a Amazon la oportunidad de comprar flotas logísticas a precios de liquidación. Adquirió 2.300 camiones para lanzar una nueva flota de transportistas más grandes con el fin de expandir sus operaciones de entrega, para un total de más de 20.000 camiones que prestan servicio en América del Norte. La compañía anunció el arrendamiento de 12 Boeing 767-300 convertidos en aviones de carga con los cuales su flota total asciende a 82. Ha construido docenas de nuevas estaciones de entrega en los Estados Unidos, que cuentan con personal asignado de Amazon “Flex-Drivers”, contratistas independientes similares a los conductores de Uber, que son responsables de la “entrega de última milla”, lo cual le permite a la empresa cumplir y expandir su envío gratuito de dos días para miembros de Amazon Prime.
Además, este año agregará 33 nuevos centros logísticos en Estados Unidos, lo cual aumentará la capacidad de almacenamiento en más de 991.081 metros cúbicos. Un centro logístico promedio ocupa alrededor de 28.320 metros cúbicos, lo cual es el equivalente al espacio ocupado físicamente por 600.000 personas. Se producirá una expansión similar en todo el mundo y la empresa está avanzando rápidamente con el ensanchamiento de su negocio de abarrotes.
A medida que su negocio se expande, Amazon aumenta la inversión en tecnologías de reducción la mano de obra. El centro logístico planeado en Sydney, Australia, será el más grande del mundo y estará a cargo de 2.000 robots, el cual requerirá solamente 800 trabajadores para su mantenimiento. En un almacén promedio en América del Norte, se necesitan alrededor de 1.600 trabajadores. Amazon también adquirió la empresa de tecnología de conducción autónoma Zoox por más de 1.200 millones de dólares en junio. Esto se produce después de la inversión de la compañía en la puesta en marcha de vehículos eléctricos Rivian y las inversiones en Aurora Innovation, una puesta en marcha centrada en el desarrollo de camiones autónomos.
La inmensa experiencia técnica de Amazon la ha llevado a integrarse aún más en el aparato de vigilancia militar y doméstico de Estados Unidos, el cual está ofreciendo contratos lucrativos a empresas de tecnología mientras se prepara para una guerra a gran escala, principalmente contra China y Rusia, y se vuelve hacia formas autoritarias de gobierno para controlar su población doméstica.
Según un informe publicado por la organización sin fines de lucro Tech Inquiry, desde 2016 Amazon ha suscrito más de 350 subcontratos con agencias militares y federales de ejecución como FBI y ICE.
La compañía anunció recientemente el establecimiento de una unidad espacial llamada Soluciones Aeroespaciales y Satelitales, dirigida por el ex Mayor General de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos Clint Crosier. La unidad es responsable del desarrollo de lanzamientos de cohetes, soporte de vuelos espaciales tripulados, sistemas robóticos, operaciones de control de misiones, estaciones espaciales, redes de satélites y más. La compañía Blue Origin de Bezos también tiene un contrato con la NASA por valor de $579 millones de dólares.
Después que el Contrato Jedi de 10 años, cuyo objetivo es revisar y modernizar la infraestructura de Internet del ejército estadounidense fuera otorgado a Microsoft sobre el favorito, Amazon, un juez federal ordenó la suspensión de este trabajo en febrero, lo cual le dio tiempo a Amazon para presentar su caso y potencialmente ganar el contrato.
Mientras decenas de millones de estadounidenses quedaron desempleados debido al COVID-19, con innumerables desalojos e inseguridad alimentaria, el gobierno de Estados Unidos ha bombeado billones de dólares en Wall Street a través de la Reserva Federal. El crecimiento de Amazon ha permitido que la riqueza de Bezos se disparare de alrededor de $120 mil millones a principios de febrero a $190 mil millones en la actualidad.
Los propietarios de Amazon se han beneficiado inmensamente durante la pandemia de la explotación de sus trabajadores de Amazon que arriesgan sus vidas. La empresa ha estado ocultando infecciones, eliminando aumentos temporales de los trabajadores y utilizando a decenas de millones de trabajadores desempleados como justificación para salirse con la suya.
Si usted es un trabajador de Amazon y desea compartir sus comentarios y ponerse en contacto con nosotros, comuníquese con International Amazon Workers Voice hoy mismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de agosto de 2020)