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Traición total del sindicato UAW pone fin a huelga de General Motors

Después de un proceso de votación de una semana marcado por intimidación, mentiras y votaciones dudosas, el sindicato United Auto Workers declaró el viernes que su acuerdo entreguista con General Motors había sido ratificado por los trabajadores de GM.

El final de la huelga nacional más larga en la industria automotriz estadounidense en 50 años expone al UAW como un agente de la gerencia corporativa que es orgánicamente hostil a los intereses de los trabajadores automotores.

Presidente del United Auto Workers, Gary Jones, izquierda, y la directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, se dan la mano para abrir las negociaciones en Detroit, martes 16 de julio de 2019. (AP Photo/Paul Sancya)

La traición en General Motors es la mayor advertencia para los trabajadores de Ford y Fiat Chrysler, quienes son los siguientes en el proceso de "negociación por pauta" del UAW. El sindicato anunció el viernes que había seleccionado a Ford como su próxima compañía "objetivo". Ford ya está exigiendo recortes aún más profundos que General Motors, en particular a los beneficios médicos.

La traición del UAW también es una advertencia para los 3.500 trabajadores de Mack-Volvo cuya huelga fue finalizada abruptamente esta semana por el UAW después de anunciar un acuerdo tentativo. El UAW se sintió obligado a mantener a los trabajadores en huelga durante la votación en General Motors, pero, en Mack Truck, acabó la huelga incluso antes de publicar detalles del acuerdo tentativo, dejando en claro que se está moviendo aún más agresivamente para sacar concesiones de los trabajadores en la empresa de camiones pesados.

"Los miembros de General Motors han hablado", dijo el vicepresidente del UAW-GM, Terry Dittes, con cinismo consumado en un comunicado oficial. “Todos estamos increíblemente orgullosos de los miembros del UAW-GM que capturaron los corazones y las mentes de una nación. Su sacrificio y su valiente lucha abordaron la estructura salarial de dos niveles y la clasificación permanente de trabajadores temporales que ha afectado a los estadounidenses de clase trabajadora”.

De hecho, el contrato sienta las bases para el reemplazo sin límites de los trabajadores con mayor antigüedad por trabajadores temporales, quienes se verán enmarañados con falsas promesas de un "camino" hacia un empleo regular, mientras que el UAW apuesta por servir como una agencia de trabajo temporal para las empresas automotrices. Mediante el desarrollo de nuevos organismos de gestión laboral y el mantenimiento de los existentes, el UAW será, incluso más que antes, responsable conjuntamente con GM de una reestructuración total de la fuerza laboral hacia el trabajo informal y a tiempo parcial.

Tal fue la determinación del UAW de forzar la aprobación del contrato y poner fin a la huelga que los trabajadores de la armadora de camionetas en Flint recibieron avisos en línea de regresar al trabajo el sábado, incluso antes de que la votación terminara en todo el país.

Ninguno de los conteos de votos se puede creer tal cual, dado que el UAW ya demostró su voluntad de re llenar votos en 2015 en Ford. La aprobación del contrato por amplios márgenes en varios locales más grandes está en evidente contradicción con la oposición generalizada al contrato, particularmente sobre la explotación prácticamente ilimitada de los temporales y la ratificación de cierres de plantas.

En la armadora en Flint, donde el 30 por ciento de la fuerza laboral es temporal, los trabajadores supuestamente votaron 60-40 a favor del contrato. Sin embargo, a solo una hora hacia el oeste, los trabajadores de Lansing Delta Township rechazaron el contrato por un margen casi igual de grande.

En otras plantas, el margen a favor era absurdamente amplio, como en la planta de ensamble de Arlington, donde el contrato supuestamente se aprobó en un 76 por ciento. Mientras tanto, en Spring Hill, Tennessee, el voto en contra ganó solo por unas pocas docenas de votos, y los rechazos masivos en Lockport, Rochester y otros locales más pequeños no fueron suficientes para superar los votos inflados de "sí".

El UAW también explotó la angustia económica entre los huelguistas causada por el propio sindicato al limitar a los trabajadores a $250 por semana de pago de huelga. Los trabajadores que hablaron con el Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS durante la votación expresaron preocupación de que los trabajadores temporales en particular estaban siendo presionados a aceptar el acuerdo porque incluía un bono de firma de $4.500 para los trabajadores temporales.

Sin embargo, en el análisis final, el sindicato apostó a que, a pesar de la oposición masiva al contrato, los trabajadores automotores no vieron un camino a seguir una vez que quedó claro que el sindicato estaba decidido a cumplir todas las demandas de GM. Sin lugar a duda, muchos trabajadores que se oponían al contrato votaron "sí" o se abstuvieron porque sabían que el UAW castigaría a los trabajadores si rechazaban el acuerdo extendiendo la huelga por varias semanas más antes de volver a presentar el mismo contrato para otro voto.

Al mismo tiempo, la huelga demostró la determinación de los trabajadores automotores de luchar en defensa de los niveles de vida de toda la clase trabajadora.

Fue particularmente significativa la ola de apoyo y solidaridad entre los trabajadores automotores estadounidenses y sus hermanos y hermanas de clase en todo el mundo. Esto se demostró en particular por la valiente postura adoptada por los nueve trabajadores mexicanos de Silao que fueron despedidos por negarse a aumentar la producción durante la huelga.

En las líneas de piquete, hubo un amplio apoyo entre los trabajadores estadounidenses a favor de la reinstalación de sus hermanos y hermanas mexicanos, a pesar de los intentos de los sindicatos de dividirlos promoviendo el proteccionismo de "Estados Unidos primero".

A pesar de que haya terminado la huelga, la lucha de los trabajadores automotores en un sentido muy real apenas está comenzando. Las mismas concesiones que el UAW ha aplicado a la fuerza generarán una oposición masiva. Una generación más joven de trabajadores superexplotados que ingresan a las plantas como temporales se verán empujados a luchar contra las condiciones imposibles que enfrentan.

Y, por supuesto, el UAW ahora comienza el proceso de tratar de imponerles el mismo contrato o algo peor a los trabajadores de Ford y Fiat-Chrysler.

Los trabajadores automotores deben extraer las lecciones de la huelga. El UAW utilizó desde el principio una estrategia para derrotarla. Convocó la huelga para desgastar a los trabajadores y aprobar a la fuerza el acuerdo que había acordado de antemano con GM. Con tal de que la huelga permaneciera bajo el control del corrupto UAW, el único resultado posible era una traición total.

Para contraatacar, los trabajadores automotores deben construir nuevas organizaciones, comités de base en cada fábrica, controlados democráticamente por las filas obreras y construidos en oposición consciente al aparato sindical. Contra la postura nacionalista y procapitalista del UAW, que defiende el "derecho" de las compañías automotrices a obtener ganancias y apoya los recortes salariales para mantener la industria "estadounidense" competitiva contra sus rivales extranjeros, estos comités deben guiarse por un estrategia internacional de unir a los trabajadores de todos los países sobre la base de sus intereses comunes.

Además, los trabajadores en estos comités deben tomar como punto de partida un entendimiento de que su lucha no es simplemente contra una u otra empresa codiciosa, sino contra todo el sistema capitalista en su conjunto, que se basa en la explotación y que es el origen de toda la desigualdad, guerra, pobreza y cualquier otro malestar social.

(Publicado originalmente en inglés el 26 de octubre de 2019)

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