Los trabajadores de General Motors en Corea del Sur están luchando contra el fabricante mundial de automóviles en defensa de sus trabajos y por mejores salarios. Se unen a los trabajadores de todo el mundo, incluidos los 48.000 en huelga en los Estados Unidos y trabajadores en México, Brasil y otros países que enfrentan ataques similares contra sus medios de vida.
Los más de 10.000 trabajadores en GM Corea han estado en huelga esta semana durante seis horas cada día de martes a viernes. El viernes pasado, también hicieron huelga durante cuatro horas. Y esto, a su vez, sucedió después de tres días completos de huelga del 9 al 11 de septiembre. GM Corea opera tres plantas en el país, dos instalaciones en Bupyeong, Incheon, y otra en Changwon, provincia de Gyeongsang del Sur. La huelga parcial es una herramienta común que usan los sindicatos para limitar el impacto en la empresa mientras se presentan como combativos por sus miembros.
Los trabajadores exigen un aumento del 5,7 por ciento en su salario mensual básico, un mes y medio adicional en salario basado en el rendimiento y una bonificación única de 6,5 millones wones (US$ 5,415) por cada trabajador. Los trabajadores de GM Corea y la mayoría de los otros trabajadores automotores en todo el país son miembros del Sindicato Coreano de Trabajadores Metalúrgicos (KMWU, siglas en inglés), uno de los sindicatos más influyentes dentro de la organización paraguas, la Confederación de Sindicatos de Corea (KCTU).
Al igual que en los EUA, el tema de los trabajadores temporales, o lo que los trabajadores coreanos llaman trabajadores "precarios", es primordial. GM ya ha cerrado una planta en Gunsan y está decidiendo si "asignar" o no más modelos a las plantas coreanas en función de las concesiones salariales de los sindicatos y aumentar el número de trabajadores temporales que puedan ser despedidos fácilmente en caso de una recesión. Una serie de trabajadores temporales están en huelga de hambre exigiendo que los trabajadores precarios sean reintegrados y sean permanentes
Una publicación de Facebook desde Seúl, Corea, señaló: "Como el comportamiento desvergonzado de GM es consistente en todo el mundo, compartimos muchos de los problemas que tiene el UAW en su lucha en los Estados Unidos. Ambos sindicatos han enfrentado cierres de plantas, rescates financieros resueltos, están luchando contra el trato injusto de trabajadores temporales/precarios. La huelga de los Estados Unidos ha detenido las plantas en los Estados Unidos e incluso en Canadá, así como las plantas no organizadas en los Estados Unidos, y nuestra huelga ha detenido las plantas aquí en Corea.
¡Qué los trabajadores prevalezcan!".
Entre los trabajadores coreanos existe una gran simpatía por los trabajadores de GM en huelga en los Estados Unidos y por unir la lucha a través de todas las fronteras. Esto es similar a la posición heroica de los trabajadores mexicanos de GM en la planta de Silao, que se han negado a aumentar la producción de las altamente rentables camionetas Silverado y Sierra de la compañía durante la huelga estadounidense. Debido a esto, GM ha despedido a ocho trabajadores, incluidos aquellos con más de 20 años de antigüedad.
Sin embargo, los mayores obstáculos para unir a los trabajadores a través de las fronteras son el KMWU, el UAW y los otros sindicatos, que se basan completamente en el marco nacional y aceptan el sistema de ganancias capitalistas. Si bien utiliza todo tipo de retórica sobre la "solidaridad internacional", el KMWU ha rechazado una lucha común con trabajadores en huelga de GM en los Estados Unidos. Cuando un periodista de Donga Ilbo le preguntó el martes si el KMWU haría campaña con el United Auto Workers (UAW) en los Estados Unidos, un funcionario sindical anónimo declaró: "Si bien sabemos que el UAW ha sugerido una lucha de solidaridad con el sindicato en GM Corea a través del KMWU, si consideramos la competencia para asignar modelos de vehículos, es una decisión difícil".
Cualquier propuesta de "solidaridad" del UAW no es menos hueca. El UAW ha pasado las últimas cuatro décadas haciendo todo lo posible para sembrar el odio contra los trabajadores automotores asiáticos y otros internacionales. A finales de la década de 1970, los dirigentes sindicales organizaban eventos para destruir automóviles japoneses con mazos, imprimir calcomanías de parachoques que decían: "Recuerden Pearl Harbor" y pedir boicots a todos los automóviles fabricados en el extranjero. La agitación racista contra los asiáticos condujo al asesinato en 1982 de Vincent Chin, un ingeniero chino-estadounidense de 27 años, quien fue asesinado a golpes por un capataz de Chrysler y su hijastro desempleado. En la huelga actual, el UAW ha tratado de inyectar el chovinismo antimexicano en la lucha, diciendo que la huelga se trata de traer varios modelos "de vuelta a casa".
El KMWU lanzó un boicot de dos modelos de GM importados a Corea del Sur desde Estados Unidos, el SUV Traverse y la camioneta Colorado, los cuales fueron introducidos en el mercado surcoreano el verano pasado. Esto solo servirá para enfrentar a los trabajadores coreanos contra sus hermanos y hermanas de clase en los Estados Unidos y otros países donde se producen vehículos de GM.
Asimismo, los líderes del KMWU están llevando a cabo una campaña racista contra el CEO de GM Corea, Kaher Kazem, y los miembros extranjeros de la junta directiva, exigiendo que renuncien y "salgan" de Corea del Sur. Dicha demanda está destinada a convencer a los trabajadores de que los no coreanos tienen la culpa de los problemas de los trabajadores, en lugar de la burguesía corporativa, coreana y no coreana, y el capitalismo en general. Un trabajador solo tiene que mirar a compañías de propiedad coreana como Hyundai y Kia para ver un asalto similar a los derechos de los trabajadores de condiciones de trabajo y salarios dignos.
Un boicot impulsa la agenda nacionalista de las secciones de la burguesía surcoreana, incluida la dirigencia del KMWU, esperan que aumenten las ganancias de los llamados productos nacionales, ya sean autopartes, productos de acero u otros bienes. Ya se está produciendo un boicot a los productos japoneses, con el apoyo de los sindicatos, como resultado de disputas comerciales que han estado creciendo en los últimos años. En efecto, la respuesta de la burguesía en todo el mundo al declive económico es cada vez más hacia la guerra comercial.
El KMWU es un agente de la gran patronal, al igual que el UAW en Estados Unidos. El KMWU acordó el cierre en mayo de 2018 de la planta de GM Corea en Gunsan, provincia de Jeolla del Norte, lo que provocó 2.000 despidos. El sindicato estuvo de acuerdo con los despidos, declarando antes del acuerdo: "Si la compañía presenta un plan concreto sobre nuevos modelos y volumen de exportación, el sindicato está listo para ceder".
GM prometió que si recibiera un rescate de $750 millones del Banco de Desarrollo de Corea (KDB), el cual posee el 17 por ciento de GM Corea, invertiría $6,4 mil millones adicionales. GM se comprometió a mantener su participación actual en GM Corea hasta 2023 y mantener al menos una participación del 35 por ciento en la compañía hasta 2028.
Apenas un año después, GM está prescindiendo de sus falsas promesas. Sin nuevos modelos de vehículos planeados para la planta Bupyeong 2, los trabajadores nuevamente temen otra ronda de despidos masivos.
El KMWU también aprobó un acuerdo de reestructuración en las plantas del fabricante Ssangyong Motors, que incluye recortes a numerosos beneficios para los trabajadores, incluida la asistencia educativa para los hijos de los trabajadores y el seguro médico. Posteriormente, Ssangyong elogió al KMWU y dijo: "A diferencia de los incidentes en los que luchan los sindicatos y las empresas, creemos que nuestros pasos serán un buen ejemplo de cooperación laboral y administrativa para abordar las dificultades comerciales".
El KMWU también bloqueó una huelga en el mayor fabricante de automóviles de Corea del Sur, Hyundai Motors, a mediados de agosto, a pesar de que los trabajadores votaron a favor de la huelga. El sindicato justificó esto mencionando la disputa comercial con Japón. Luego logró imponer un acuerdo a favor de la empresa un poco más de dos semanas después.
Una lucha genuina solo es posible si los trabajadores toman la conducción de la lucha de las manos de los sindicatos nacionalistas y procapitalistas y construyen nuevas organizaciones de lucha, comités de base en cada fábrica. Estos comités deben rechazar las demandas de concesiones interminables y lucharán por lo que los trabajadores y sus familias necesitan, no por lo que las corporaciones, los Gobiernos capitalistas y los sindicatos digan que es asequible.
Pero no es posible luchar contra compañías globales como GM, que tienen una estrategia global, sin que los trabajadores automotores desarrollen su propia estrategia internacional. Los trabajadores automotores en Corea del Sur, Estados Unidos, México y en todo el mundo deben comunicarse entre sí para abrir discusiones sobre cómo llevar adelante la lucha contra sus enemigos y explotadores de clase comunes, independientemente de su origen étnico o nacionalidad. Sobre todo, debe ser una lucha contra el capitalismo, y por el internacionalismo y el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de septiembre de 2019)