El viernes, General Motors, despidió sumariamente a cinco trabajadores en su Complejo Silao en México porque se habían resistido a los esfuerzos de la empresa de aumentar producción en la planta para minar la huelga de los 47.000 trabajadores de GM en Estados Unidos. La victimización ocurrió poco después de que los trabajadores enviaran un llamado público a unir a los trabajadores de GM en ambos lados de la frontera.
La acción expone el temor de GM y todas las empresas transnacionales a que los trabajadores rompan las cadenas de los sindicatos, los cuales son organizaciones nacionalistas y procapitalistas, y unan sus luchas en defensa de sus empleos y niveles de vida.
El 15 de septiembre, en vísperas de la huelga de GM en Estados Unidos, docenas de trabajadores de Silao decidieron en una asamblea resistir las presiones de la empresa para aumentar la producción y debilitar a sus hermanos y hermanas en Estados Unidos.
Los más de 6.000 trabajadores en el Complejo Silao ensamblan dos pickups sumamente rentables, el Chevrolet Silverado y el GMC Sierra, los cuales también se producen en Flint, Michigan, y Fort Wayne, Indiana. Hay 16.000 trabajadores asalariados de GM en México que obtienen en promedio poco más de $2 por hora y trabajan jornadas de 12 horas.
En sus preparativos para la posible huelga, GM emprendió una campaña de hostigamiento contra los trabajadores en Silao y San Luis Potosí, con la ayuda de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
El 28 de agosto, Israel Cervantes, con 13 años en GM, fue despedido por denunciar al sindicato patronal o “charro”. Cervantes y otro trabajador opositor al sindicato, Pedro Masías, con 15 años en la planta, fueron despedidos sin la indemnización debida con base en cargos fabricados de que fallaron pruebas de drogas. La empresa nunca publicó los resultados y un examen tomado independientemente por Cervantes no mostró rastros de drogas.
El hostigamiento se intensificó después de que comenzara la huelga en EUA y que la gerencia viera resistencia a sus esfuerzos de aumentar la producción, presuntamente al menos 25 pickups por día. En respuesta, los trabajadores decidieron apelar directamente a los trabajadores de GM en EUA.
Los trabajadores despedidos el viernes son Carlos Marquez, quien trabajó ocho años y medio en la planta; Fernando Moreno Moya, 23 años; Arturo, 23 años; Juan Carlos Mendoza, 25 años; y Ramón Rodríguez, 23 años. Estos trabajadores acumulan 102 años de sangre, sudor y lágrimas pisoteados en un instante por una empresa que obtuvo $27,5 mil millones en ganancias en los últimos cuatro años.
En cuatro mensajes de voz, los cuales fueron compartidos y aprobados por el grupo, los trabajadores de Silao apelaron a los trabajadores en EUA a llevar a cabo una lucha común contra GM. Uno indicaba: “Estamos dispuestos a reforzar su lucha no permitiendo que nos presionen para una mayor productividad. Nos seguiremos organizando en pequeños grupos como los que ustedes llaman comités de base para detener los excesos, pero sobre todo para respaldar su lucha y defender nuestros intereses”.
Las declaraciones fueron escuchadas por cientos de trabajadores automotores en la conferencia en línea el jueves pasado, organizada por el Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS. Los trabajadores también urgieron a los trabajadores de GM en EUA que adoptaran los siguientes puntos en su lista de demandas de huelga: “(1) Que la empresa reinstale inmediatamente a todos los trabajadores injustamente despedidos, (2) Que GM deje de hostigar a los trabajadores en las plantas en México, (3) Que la empresa deje de utilizar argumentos prefabricados y no legales para los despidos, y (4) la creación de una comisión de trabajadores en las empresas con asesores legales para supervisar la aplicación de los puntos previos”.
El viernes al mediodía, cinco líderes del grupo militante —conocido como “Generando Movimiento”— fueron llamados a la oficina de la gerencia y les dijeron que sus contratos estaban siendo finalizados. Como supuesta justificación, los gerentes presuntamente citaron la recolección de firmas de los trabajadores para sacar el sindicato patronal.
Pero su verdadero "crimen" fue apoyar a los trabajadores en huelga de EUA y apelar a sus contrapartes estadounidenses para que se opusieran a las victimizaciones.
Todos los cinco trabajadores participaron en la asamblea del 15 de septiembre donde se aprobó respaldar a los trabajadores de GM en huelga en Estados Unidos. Varios trabajadores en la asamblea reportaron ver personas desconocidas que pudieron ser espías o “halcones”, como se les conoce en México, de la empresa o el sindicato.
Mientras los trabajadores estaban siendo mantenidos en las oficinas administrativas, el enojo hervía en la planta. Un trabajador dijo, “De hecho, mi gente, en su mayoría mujeres, me decían, ‘güero, ¿qué hacemos, vamos a parar la línea? Te queremos de regreso, ¿qué hacemos?’, pero era cuando yo estaba negociando”.
Continuó: “Yo estoy casi 100 por ciento seguro que escucharon los audios los directivos de General Motors. Estoy casi 100 por ciento seguro que después de la llamada que tuvimos fue que decidieron tomar cartas en el asunto y dijeron, ‘sabes qué, es momento que de que este tipo de gente que busca los derechos independientes esté fuera de la empresa’. Imagínate, son muchísimos intereses, pero imagínate parar todas las plantas de General Motors”.
Tras explotar la desesperación económica que estos trabajadores enfrentarían sin un empleo ni un ingreso, la gerencia los presionó para que aceptaran el paquete de indemnización completo en vez de combatir contra los despidos”.
Un trabajador dijo poner a su esposa y tres hijas primero y aceptar el finiquito. “No tengo los recursos para sostener a mi familia y seguir peleando sin un sustento”, añadió. “Por eso, sus compañeros mexicanos nos vemos obligados a agarrar lo que nos ofrecen y lo que nos toca. Estoy 100 por ciento seguro que la gente sigue luchando por sus derechos, los beneficios que la empresa tiene realmente que dar a nivel internacional”.
En su página de Facebook, “Generando Movimiento” declaró, “Hoy nos quitaron 5 guerreros pero esa es la clara evidencia de que tienen miedo y les digo que los que seguimos en el grupo vamos a seguir adelante porque estamos peleando solo nuestros derechos y la empresa y sindicato solo nos están chingando”.
Uno de ellos trabajadores líderes que sigue en la planta le dijo al Boletín de los Trabajadores Automotores, discutirán “emprender una nueva estrategia, pero a la vez ya no podemos seguir permitiendo estar sobajados ante tal situación. Es muy estresante el ambiente de trabajo, de hecho querían que fuera a tiempo extra hoy pero le dije a mi jefe que no iría y me dijo que me haría un ‘aviso de corrección’ y le dije que no firmaré nada, que seguiré con las consecuencias hasta dónde tope pero aquí seguimos en pie de lucha”.
Otros trabajadores previamente victimizados también compartieron sus experiencias con el WSWS. María Guadalupe Ibarra Ramírez dijo que desarrolló lesiones en su espina cordal después de ocho años en la planta y que fue despedida el 5 de junio. “Ya tengo desde junio que no recibo ayuda médica en el IMSS [Instituto Mexicano de Seguro Social] y el sindicato no me ha dado respuesta de mis ahorros y tampoco me apoyó ni en la empresa ni para el seguro”.
Su compañera de trabajo, Hilda, añadió: “Así le hacen a uno cuando lo despiden. Les vale que no traiga uno ni para el camión… Les vale un gorro lo que pase ya uno afuera y es lo que están haciendo corriendo a todos los que se están incapacitando. El sindicato está de su lado. Yo ese día que me corrieron fui a pedir mi cambio de línea porque estoy mal de mi brazo. Yo no me había incapacitado, pero desgraciadamente fui al sindicato, le dijo a RH [recursos humanos] mi problema y me corrieron”.
Los trabajadores de GM estadounidenses tienen el deber de defender a sus valientes hermanos y hermanas de clase en México. La demanda por su reinstalación solo fortalecerá más a los trabajadores estadounidenses.
En todo el mundo, los trabajadores entienden cada vez más que es imposible organizar una huelga efectiva, ni hablar de un movimiento social más amplio contra la desigualdad y la explotación capitalista sin colaborar más allá de las fronteras nacionales.
Más temprano este año, 70.000 trabajadores de autopartes y electrónicos en las maquiladoras en Matamoros, México, se rebelaron contra los sindicatos corruptos, llevaron a cabo huelgas salvajes para exigir mayores salarios, jornadas más cortas, entre otras demandas y marcharon a la frontera con Estados Unidos para llamar a los trabajadores estadounidenses a que se unieran a su lucha.
La batalla por defender a los trabajadores mexicanos y ganar las demandas de los huelguistas de GM de abolir su sistema de dos escalas salariales, contratar a los trabajadores temporales, defender sus beneficios médicos, obtener importantes aumentos salariales y reabrir las plantas cerradas, solo se puede avanzar si los trabajadores toman el control de la huelga y cambian rápido su curso actual.
Esto significa construir comités de base en cada fábrica, independientes del sindicato UAW, que ha colaborado con los empresarios automotores por décadas, mientras culpan a los trabajadores mexicanos, chinos y de otros países por “robar empleos estadounidenses”. Para combatir la estrategia global de las empresas automotrices, los trabajadores necesitan rechazar el nacionalismo del UAW, Trump y los demócratas y adoptar una estrategia internacional para unir a los trabajadores automotores en todo el mundo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de septiembre de 2019)