Aproximadamente 40 soldados invadieron el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) disparando municiones reales y gases lacrimógenos contra una multitud de cientos de estudiantes manifestándose, dejando a 20 heridos. Los cinco impactados por balas están en condición “estable”, según autoridades hospitalarias.
La operación sigue al asesinato a tiros de cuatro manifestantes y docenas más de heridos de bala. Los videos muestran a escuadrones armados secuestrando a manifestantes y el hallazgo del cuerpo de un joven doctor después de haber participado en protestas más temprano este mes.
Docenas más, incluyendo estudiantes universitarios, han sido asesinados por la policía y el ejército hondureños en las protestas masivas después del golpe de Estado militar respaldado por EUA el 28 de junio de 2009, el cual derrocó al presidente electo Manuel Zelaya. La policía antimotines había invadido previamente la UNAH, cuyos estudiantes han estado continuamente al frente de estas manifestaciones, en 2009 y el año pasado.
Sin embargo, la represión militar más reciente no tiene precedentes en las últimas décadas y rememora los métodos utilizados contra los estudiantes y trabajadores radicalizados durante los años ochenta. A pesar de no atravesar el tipo de guerra civil de plena escala en los países vecinos centroamericanos, Honduras vio durante este periodo la “desaparición” de 184 activistas y el asesinato de docenas a manos de escuadrones de la muerte entrenados por EUA.
El lunes por la tarde, los estudiantes en la Ciudad Universitaria de la UNAH de la capital del país, Tegucigalpa, reportaron en redes sociales que más de 300 oficiales armados de la Policía Nacional y la Policía Militar del Orden Público (PMOP) habían asediado el campus, disparando gases lacrimógenos y bloqueándoles la salida.
“Los estudiantes reaccionaron tirando piedras a los agentes y, en respuesta, los efectivos de la PMOP entraron por la calle peatonal de acceso al campus persiguiendo a los estudiantes y disparando con sus fusiles”, reportó la AFP.
Lo que siguió fue una escena caótica, con videos mostrando a los estudiantes atrapados, quienes sumaban más que 2.000, intentando escapar, cargando a los heridos con ellos.
La declaración emitida por las fuerzas armadas, mientras que hace declaraciones infundadas y generalizadas sobre cocteles Molotov lanzados y un rehén detenido por los estudiantes, reconoce que sus disparos dieron en las piernas de los estudiantes que huían de ellos.
Los estudiantes han realizado ocupaciones intermitentes de los campus por todo el país como parte de las manifestaciones encabezadas por docentes y doctores en huelga que comenzaron nacionalmente el 26 de abril. Mientras llaman por la caída del régimen encabezado por el presidente Juan Orlando Hernández (JOH), las manifestaciones más recientes se desencadenaron por dos proyectos de ley que facilitarían aún más el desfinanciamiento, los despidos masivos y las privatizaciones en la educación y salud públicas.
Estas y otras medidas de austeridad fueron dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como parte de negociaciones sobre créditos en abril cuyo objetivo era financiar miles de millones de dólares en intereses para los oligarcas financieros locales e internacionales, así como las exenciones fiscales para las 24 Zonas de Procesamiento para Exportaciones en el país y para multinacionales exportadoras como Dole.
Un programa “estructural” del FMI tras otro, además del saqueo abierto de millones de dólares del Instituto Hondureño de Seguridad Social por parte de la dirección del Partido Nacional, ha resultado en miles de muertes innecesarias y una caída masiva en los niveles de vida. Más allá, la suma del desempleo y subempleo aumentó de 35,6 por ciento en 2008 a 63 por ciento hoy.
A pesar de las políticas implementadas por los Gobiernos de Estados Unidos y México de vigilancia fronteriza militarizada, deportaciones masivas y campos de concentración que buscan deliberadamente hacer sufrir a los migrantes, los primeros ocho meses de este año fiscal vieron aproximadamente 210.000 migrantes hondureños detenidos por las autoridades estadounidenses y mexicanas. Esto representa aproximadamente un 2,3 por ciento de la población que busca escapar la pobreza rampante, la represión asesina estatal y las tasas de homicidios más altas del mundo, las cuales superan los 300 por 100.000 en los departamentos al norte (comparado con 5 en Estados Unidos).
Mientras tanto, la élite gobernante local, compuesta por un puñado de financistas y terratenientes millonarios e incluso milmillonarios que se han asociado principalmente con capital estadounidense y europeo, permanecen en mansiones cerradas en Honduras con sus inversiones y propiedades protegidas por las fuerzas estatales entrenadas y armadas por sus patrones estadounidenses.
La escalada rápida de las privatizaciones, austeridad social, concesiones de tierras y recursos naturales y ataques contra los trabajos y salarios que siguieron el golpe de 2009 estuvo emparejada con la intensificación de la represión estatal capitalista. Decretos promulgados en noviembre de 2011 y marzo de 2012 siguieron el despliegue militar en el país. En agosto de 2012, la fuerza especial militar “Tigres” fue aprobada, seguida un año después por la creación de la PMOP, ambas entrenadas por el ejército estadounidense.
Estas fuerzas se han expandido a 15.000 soldados y sirven como una fuerza represiva fiable. Fue la PMOP la desplegada por todo el país cuando la policía antidisturbios hizo huelga la semana pasada.
La clase gobernante estadounidense y su élite clientelar en la región ven las manifestaciones en Honduras, junto con las protestas masivas el año pasado en Nicaragua contra los recortes de pensiones del FMI y las olas huelguísticas de este año en México, como preludios de una explosión social masiva que no solo amenaza los regímenes actuales en América Central, sino la regla capitalista y el imperialismo en sí provocando y confluyendo con luchas revolucionarias en todo el hemisferio.
La firma de inteligencia privada Stratfor escribió más temprano este mes: “Las protestas podrían seguir hasta el 28 de junio, el décimo aniversario del golpe hondureño de 2009. Podrían ganar ímpetu y convertirse en una insurrección prolongada contra el presidente. La situación de seguridad en Honduras se deteriorará rápidamente si la ola de protestas continúa ganando ímpetu y podría enviar a más migrantes al norte en cuestión de meses”.
El sábado, el titular del Comando Sur de EUA, el almirante Craig S. Fuller, arribó en la base estadounidense Soto Cano en Honduras para inaugurar un despliegue de “intervención rápida” de marines estadounidenses en el país. El siguiente día, emitió una declaración prácticamente llamando al ejército venezolano a derrocar al Gobierno de Maduro para “ser bienvenido de vuelta a nuestra hermandad de armas profesional del hemisferio… [y] a la familia de democracias en el hemisferio”.
La respuesta cada vez más brutal al estallido de luchas contra la austeridad y la dictadura en Honduras, así como a los abusos contra los migrantes, es una advertencia para los trabajadores en la propia Honduras, el continente americano y más allá. El imperialismo estadounidense está preparado para emplear los métodos militaristas más despiadados en la defensa de sus intereses económicos y geopolíticos, especialmente según se moviliza para contrarrestar el declive de su peso económico globalmente a través de su “hermandad de armas” para apuntalar su hegemonía política.
La decisión de archivar los proyectos de ley en Honduras y escalar la represión —sin hablar de la marcha de clase media-alta organizada el fin de semana pasado por el oficialismo llamando a la “paz social”— no han disuadido a los manifestantes.
Sin embargo, la dirección actual de las protestas, incluyendo el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) y las organizaciones sindicales que formaron la Plataforma en Defensa de la Salud y Educación, están guiando a los trabajadores y jóvenes hacia el mismo callejón sin salida histórico de todos los movimientos pequeñoburgueses y burgueses nacionalistas de “izquierda”: un compromiso podrido con el imperialismo y sus títeres.
Un trabajador comentó correctamente un anuncio en redes sociales sobre las “condiciones para negociaciones” presentadas por la líder del Colegio Médico que ha sido promovida como vocera de las protestas: “USTED, Sra. Suyapa Figueroa y los que la acompañan en la PLATAFORMA se encargaron de desmovilizar el pueblo hondureño cuando se estaba en el punto clave para sacar del poder a la dictadura… no se le da tregua como lo hicieron ustedes aceptando querer ir a un diálogo que el único fin era desmovilizar el pueblo y legitimarse”.
No hay nada que negociar con el régimen de JOH ni ningún otro Gobierno burgués en América Latina, todos los cuales son dependientes del capital financiero extranjero y están comprometidos con perpetrar el empobrecimiento de la clase obrera. La única alternativa posible para los trabajadores es organizarse independientemente de los nacionalistas y procapitalistas sindicatos y toda organización que busca subordinarlos a uno u otro sector de la burguesía, como parte de un movimiento político internacionalista con los trabajadores en toda América contra el imperialismo y por el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de junio de 2019)