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Chelsea Manning liberada ante posible reencarcelación por no testificar contra Assange

Tras 62 días tras las rejas en Virginia, la denunciante Chelsea Manning fue liberada de su detención el jueves por la mañana. Sin embargo, incluso antes de salir, recibió otra citación para exigirle que rinda testimonio ante otro gran jurado el 17 de mayo, por lo que podría volver a la cárcel tan pronto como la semana siguiente.

Manning fue encarcelada por rehusarse a testificar contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ante un gran jurado en el distrito del Este de Virginia, cuyo término expiró ayer. La conformación de otro gran jurado pone a Manning en la misma posición, simplemente devolviéndola al principio de su cruel trato en manos del Gobierno de Trump.

“Chelsea seguirá rehusándose a responder preguntas”, dijeron sus abogados en una declaración, “y utilizará toda defensa legal para probar al juez distrital [Anthony] Trenga que tiene causas justas para rehusarse a rendir testimonio”.

Assange actualmente se enfrenta a una sentencia de cinco años en EUA por presuntamente querer ayudarle a Manning a descifrar una contraseña que le hubiera permitido proteger su anonimato en las computadoras del Pentágono. Sin embargo, el emplazamiento de otro gran jurado deja en claro que se están preparando otros cargos contra el editor de WikiLeaks, incluso bajo la Ley de Espionaje que conllevaría una posible pena capital.

Manning emitió una poderosa declaración de principios políticos a la corte federal el lunes apelando por su liberación, explicando de que nunca daría testimonio ante este o ningún otro gran jurado, sin importar el daño a su propio bienestar.

“La idea de que yo tengo las llaves de mi propia celda es absurda, ya que me enfrento a la posibilidad de sufrir de una u otra forma por esta citación innecesaria y punitiva: puedo o bien ir a prisión o traicionar mis principios”, explicó Manning. “Lo último constituye una prisión mucho peor de la que el Gobierno podría construir”.

Manning no ha sido acusada o sentenciada por ningún delito, en cambio está siendo sometida a una farsa judicial que busca obligarla a entregar material que se pueda utilizar en contra de Assange, quien se encuentra en una prisión de máxima seguridad en Reino Unido, sentenciado por un cargo fraudulento de infringir su fianza, mientras espera una posible rendición a Estados Unidos.

Durante el primer mes de su encarcelamiento, Manning estuvo en confinamiento solitario, sujeta al trauma psicológico y sin acceso a una atención médica adecuada.

La especialista del ejército de 31 años fue procesada en una corte marcial en 2013 y estuvo siete años encarcelada —incluyendo un año entero en confinamiento solitario— de un término de 35 años en una prisión militar por filtrar documentos a WikiLeaks que expusieron los crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak y Afganistán. En enero de 2017, su sentencia fue conmutada cuando se acabó el Gobierno de Obama.

La persecución sin cuartel de Manning y Assange ha sido un esfuerzo bipartidista que comenzó bajo el Gobierno de Obama y continúa bajo Trump, quien tuiteó en 2017 que Manning es una “traidora ingrata” que no debió haber sido liberada.

Según se intensifican los preparativos estadounidenses de nuevas guerras en todo el mundo —desde Venezuela e Irán a China y el Árctico—, también se está escalado la campaña para silenciar a todos los que busquen exponer los crímenes de guerra pasados. El jueves, un exanalista de inteligencia de la Agencia de Seguridad Nacional, Daniel Everette Hale, de 31 años, fue arrestado tras ser acusado de filtrar información secreta sobre el programa ilegal de asesinatos con drones a la prensa.

La disposición de Manning a soportar el trato inhumano y resistirse a demandas del Estado se contrasta con todos los cobardes dentro y en torno al Partido Demócrata que han abandonado a Manning en las garras del Gobierno de Trump.

Su poderosa apelación a ser liberada fue en gran parte ignorada por los medios tradicionales. El maltrato al que ha sido sujeta no ha sido abordado en ningún editorial de los principales periódicos, ni tampoco han derramado lágrimas los moralizadores y cruzados del imperialismo de los “derechos humanos” en sus columnas de opinión.

Obama, quien utilizó cínicamente la conmutación de la sentencia de Manning (sin concederle un indulto presidencial total) para barnizar su propio legado, no ha dicho ni una palabra sobre su persecución.

El candidato presidencial demócrata, el Senador Bernie Sanders, quien tuiteó en el Día Mundial de la Libertad de Prensa que “No puede haber una sociedad libre sin medios libres”, se ha rehusado a responder a preguntas sobre Assange o Manning. La legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, miembro de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) ha guardado silencio después de un solo tuit hace más de un mes pidiendo que Manning sea liberada bajo fianza.

La condena especial va dirigida a esas capas de la clase media en la pseudoizquierda que pretenden ser socialistas y que, obsesionados con la política de identidades de género y orientación sexual, han utilizado las acusaciones inventadas de abuso sexual contra Assange para justificar su apoyo a su persecución y su abandono a Manning.

Ni DSA ni Alternativa Socialista han publicado declaraciones oficiales en sus sitios web. La Organización Internacional Socialista (ISO, por sus siglas en inglés), antes de autoliquidarse más temprano este año, no publicó ni un solo reporte sobre los arrestos de Manning en el Socialist Worker. A pesar de que la revista Jacobin ha publicado esporádicamente sobre el encarcelamiento de Manning, lo han hecho sin defender a Assange.

Mientras que la élite política y la pseudoizquierda la han abandonado, existe un amplio apoyo popular para Manning en Estados Unidos y por todo el mundo. En su declaración del lunes, ella señala que su correo electrónico ha estado lleno de cartas de “colegas, educadores, abogados, diplomáticos, activistas, trabajadores de fábricas, veteranos, líderes sindicales, tenderos, jardineros, chefs, pilotos de aviones y políticos…”.

Cuanto más se sepa sobre la situación de Manning y Assange, mayor será la defensa que recibirán y es precisamente por eso que la prensa ha buscado restarles importancia a sus arrestos o, en el caso de Assange, calumniar su carácter.

La lucha por su libertad debe intensificarse. El Comité Internacional de la Cuarta Internacional y sus secciones en todo el mundo han asumido estaba batalla en la clase obrera, organizando reuniones y protestas por todo el mundo. Las protestas se realizarán el sábado a la 1 p.m. en Melbourne, Australia, a las 3:30 p.m. en Chennai, India. Se realizará una reunión pública el domingo a las 2 p.m. en Londres.

(Publicado originalmente en inglés el 10 de mayo de 2019)

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