La Organización Socialista Internacional (ISO, por su sigla en inglés) está colapsando poco más de un mes después de su convención nacional, en medio de denuncias de agresión sexual y encubrimiento instigadas de modo faccioso.
En medio de una purga feroz de líderes de larga trayectoria, se apuró a los miembros de la ISO a votar una resolución, propuesta por la dirección sobreviviente, “para construir un modelo nuevo de socialismo revolucionario” que comienza con “el desarrollo de un proceso para disolver la ISO”. Los afiliados también votaron para cerrar, en las próximas dos semanas, la publicación principal de la organización, SocialistWorker.org. Estas decisiones liquidan efectivamente a la Organización Socialista Internacional.
El colapso de la ISO se ha producido a una velocidad extraordinaria. La cronología de la crisis no deja dudas de que el colapso fue instigado por una conspiración facciosa organizada por una sección de la dirección, que se implementó en dos etapas.
La operación comenzó hace apenas un mes. A fines de febrero, la ISO celebró su convención anual. Una declaración publicada el 15 de marzo en SocialistWorker.org describe al evento como “el más doloroso” en la historia de la organización. La convención, según la declaración, se “dedicó a considerar los efectos dañinos de nuestras prácticas pasadas y nuestra cultura política interna”.
La convención votó a favor de un cambio drástico en la composición del Comité Nacional y el Steering Committee (Comité Directivo, CD) de la ISO. Este último funciona como la dirección diaria de la organización. Seleccionado según un sistema de cuotas raciales, dos tercios del CD eran nuevos en la dirección. La mitad de estos miembros políticamente inexpertos y fáciles de manipular eran “camaradas de color”.
La segunda etapa de la operación facciosa empezó el lunes 11 de marzo. Un documento, escrito por un exmiembro (identificado como FM), llegó por correo electrónico a las oficinas de la ISO. Según la declaración del 15 de marzo, el documento de FM también se envió a “aliados fuera de la ISO, con quienes hemos trabajado en el activismo socialista-feminista y homosexual”. El momento oportuno del documento y los hechos acontecidos inmediatamente después de su llegada no dejan dudas de que fue solicitado, si no fue escrito completamente, por una facción dentro de la dirección de la ISO.
El documento de FM revivió un cargo de agresión sexual en 2013 contra un miembro de la ISO, que había sido elegido para el nuevo CD. Según la declaración del 15 de marzo de la ISO, FM había sido miembro del Comité Nacional de Disciplina (CND) que originalmente escuchó el caso de 2013.
El documento de FM, que no contenía información o pruebas nuevas que respaldaran las acusaciones hechas en 2013, fue inmediatamente tomado como pretexto para una purga masiva de miembros antiguos de la dirección de la ISO. En medio de la histeria desenfrenada, el CD suspendió, expulsó y forzó la renuncia de miembros destacados.
La línea cronológica de los hechos revela la naturaleza inescrupulosa, antidemocrática y sórdida de los procedimientos.
En la noche del martes 12 de marzo, solo 24 horas después de la llegada del documento de FM, el CD de la ISO celebró una reunión de emergencia en la que “se solicitó al demandado [es decir, el acusado] que se identificara y renunciara”, según la declaración del 15 de marzo. El individuo renunció al CD y “dijo que tomaría un permiso de ausencia”. El CD “votó para suspenderlo y estipuló que luego se tomaría una decisión sobre su calidad de afiliado”.
Dos días después, el jueves 14 de marzo, una “reunión conjunta del CN, CD y otros miembros acordaron por unanimidad expulsar al demandado de acuerdo a la decisión original del CND”. Se tomó la decisión, también sin debido proceso o investigación, “de suspender de su calidad de afiliado a tres miembros del CD de 2013 directamente involucrados en el resultado del caso, mientras se hace una investigación completa de lo que pasó en 2013”.
Asimismo, la ISO votó a favor de “suspender de una posición en cualquier órgano de dirección a todo miembro del CD de 2013, junto con un miembro recién elegido del CN, que había jugado un papel en socavar el trabajo del CND durante la investigación”.
Entre los suspendidos estaba Joel Geier, de 80 años, uno de los miembros fundadores de los Socialistas Independientes, el antecesor de la ISO. Desde entonces, Geier ha renunciado. Ocho exmiembros principales de la ISO también anunciaron su renuncia. Estos incluyen a Sharon Smith, exorganizadora nacional, Paul D’Amato, Lance Selfa y Ahmed Shawki.
La denuncia de agresión sexual de 2013
El CD de la ISO no ha publicado el documento de FM, y tampoco ha puesto a disposición la evidencia específica que corroboró las denuncias de agresión sexual de 2013. Sin embargo, la carta de renuncia de Joel Geier, con fecha 21 de marzo, proporciona información que refuta la afirmación de que había existido un encubrimiento.
Geier señala que él había participado en la elaboración de directrices para un nuevo CND, establecido por la ISO en 2013, y que él se declaró a favor de que el comité incorporara derechos democráticos elementales para los acusados.
El caso en cuestión involucraba a una no afiliada que afirmaba haber sido violada por un afiliado. El CND votó a favor de la expulsión del acusado. El CD anuló la decisión, por motivos explicados por Geier.
“Se les señaló”, escribe Geier, “que habían llegado a su conclusión sin que el demandado tuviera la oportunidad de presentar su propia defensa en una audiencia, sin la capacidad de cuestionar la evidencia y a los testigos en su contra, sin la oportunidad de hacerle preguntas al demandante, incluso a través de un defensor”.
Asimismo, la persona que hizo la acusación se negó a participar en los procedimientos internos de la ISO.
Tras la intervención del CD de la ISO, que trató de preservar cierta apariencia del debido proceso, el CND revocó su decisión. Posteriormente, un Comité de Apelaciones decidió que no había “pruebas suficientes para tomar una determinación” en el caso. No se recomendaron medidas disciplinarias.
En la convención de la ISO de 2014 se informó a los afiliados sobre los procedimientos y el resultado del caso.
En declaraciones no impugnadas que respaldan la purga de la dirección, publicadas en SocialistWorker.org durante las últimas dos semanas, se denuncia la revocación de la decisión del CND de 2013 sobre la base de que hay que presumir que todo hombre acusado de una agresión es culpable. No es necesario hacer ningún procedimiento de investigación ni presentar evidencia corroborativa. Hay que creer al acusador.
Un texto de Elizabeth Wrigley-Field del 20 de marzo, titulado “Lo que los socialistas pueden aprender de #MeToo”, expone la psicología histérica, propia de una pandilla de linchamiento, que prevalece entre los miembros de la ISO reclutados sobre la base de políticas de identidad de clase media. Ella escribe que “porque creo en la acusación y estoy escribiendo desde mi propia perspectiva, voy a usar un lenguaje directo en lugar de uno legalista: violación en lugar de supuesta violación, sobreviviente en lugar de denunciante y violador en lugar de demandado”.
Aunque Wrigley-Field admite que “nunca leyó” ningún documento sobre la acusación de 2013, se queja de que la investigación “estaba obsesionada con el procedimiento y no con la verdad y el daño atenuante”. Para Wrigley-Field “la verdad” está determinada por, y es equivalente a, la afirmación del acusador. No se debe permitir que ninguna regla de procedimiento que exija la presentación y el examen de la evidencia ponga a prueba, y mucho menos cuestione directamente, “la verdad” del acusador. Resumiendo la filosofía del cazador de brujas, Wrigley-Field proclama: “Cuando creemos honestamente que nuestras reglas son una barrera para descubrir la verdad, al diablo con las reglas”.
Las cuestiones políticas ocultas
En las declaraciones realizadas por la ISO, no hay referencias explícitas a, o discusión de, las diferencias políticas dentro de la dirección de la organización que expliquen la crisis que estalló durante la semana del 11 de marzo de 2019. Se espera que los lectores crean que el supuesto mal manejo de una acusación de agresión sexual, ocurrida hace seis años, ha provocado el colapso político de la Organización Socialista Internacional.
Esto es absurdo y será creído solo por quienes sean irremediablemente ingenuos o irremediablemente estúpidos. El desencadenamiento de un escándalo sexual en una organización política apunta invariablemente a generar histeria, apurando a la membresía y evitando una discusión abierta y racional del programa, perspectiva, estrategia e intereses de facciones internas y fuerzas sociales en conflicto. Solo después de la masacre organizacional, cuando el humo se despeja, empiezan a aparecer los intereses y objetivos políticos que precipitaron la crisis.
En base a las declaraciones publicadas en SocialistWorker.org, así como un examen de la alineación de varios individuos clave, es evidente que el resultado de la crisis ha sido un movimiento extremadamente brusco hacia la derecha.
* Asunto 1: La ISO y el Partido Demócrata
La liquidación de la ISO ha eliminado efectivamente una barrera organizacional para la integración de su facción dominante en la órbita política del Partido Demócrata.
Antes de la convención de febrero, la ISO participó en una prolongada discusión interna sobre las implicaciones políticas de la elección de Alexandria Ocasio-Cortez para el Congreso. Se está elevando a los Socialistas Democráticos de América (DSA, por su sigla en inglés), de la que Ocasio-Cortez es miembro, a posiciones de poder importantes dentro del Partido Demócrata. Con las elecciones de 2020 acercándose, el Partido Demócrata está ejerciendo una presión enorme para desarmar orgánicamente e integrar a la potencial oposición de izquierda.
El DSA, una facción del Partido Demócrata alineada con la campaña presidencial del senador Bernie Sanders, ha intentado provocar el pliegue político de la ISO. De modo significativo, la declaración del 15 de marzo del CD señala que la ISO (o, probablemente, sus restos) “estudiarán cómo la ISO se puede relacionar con campañas socialistas hechas con papeletas electoras de los demócratas”.
* Asunto 2: La ISO y los sindicatos
En los últimos años, destacados miembros de la ISO han adquirido posiciones influyentes y personalmente lucrativas en la central obrera AFL-CIO. Un ejemplo de este desarrollo es el ascenso de Jesse Sharkey a la presidencia del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por su sigla en inglés). La declaración del 15 de marzo denuncia a la dirección de la ISO previa a la purga por crear condiciones en que “camaradas con décadas de experiencia sindical fueron percibidos con desconfianza por temor a que se alejaran demasiado del curso establecido por el CD”.
Sharkey, que apoyó la purga de la ISO, representa a un estrato de burócratas sindicales afiliados a la ISO que ya no quieren ser restringidos por la disciplina de partido. El deseo de liberarse del control de la ISO se ha intensificado por el hecho de que Sharkey, como presidente del CTU, ahora juega un papel importante en el Partido Demócrata de Chicago. En las recientes elecciones municipales, candidatos vinculados al CTU o el DSA obtuvieron casi una docena de escaños en la Junta de Concejales, otorgando a la pseudoizquierda el rol de socio menor para el próximo alcalde de Chicago.
La CTU de Sharkey, además, respaldó a Toni Preckwinkle, un operador del Partido Demócrata desde hace tiempo, en la segunda vuelta electoral por la alcaldía de Chicago del 2 de abril.
* Asunto 3: La ISO y los recursos financieros
Un factor importante que subyace en los conflictos dentro de la ISO es el control de los recursos. Los activos de la ISO ascienden a millones de dólares.
La organización sin fines de lucro 501(c)(3) de la ISO se llama Centro de Investigación Económica y Cambio Social (CERSC, por su sigla en inglés), cuyos proyectos activos incluyen a la editorial Haymarket Books. En su declaración de impuestos de 2017, el último año disponible al público, el CERSC informó un ingreso neto ajustado de $3,177,938, con $3.6 millones de ingresos por ventas de libros y más de $1 millón en contribuciones y subvenciones de fundaciones.
Entre los principales activos del CERSC hay casi $200,000 en acciones en Oracle, la corporación de tecnología informática estadounidense, y una cantidad similar en CTO (Consolidated-Tomoka Land Co.,), una compañía de bienes raíces con sede en Florida. En 2017 la CERSC pagó casi $900,000 en salarios y beneficios.
El CERSC es un beneficiario importante de subvenciones de fundaciones. En 2017 esto incluyó $225,000 de la Fundación Tides (creada por una heredera de la tabacalera R. J. Reynolds y financiada más recientemente por el multimillonario George Soros) y $240,000 de la Fundación Lannan, que tiene una relación cercana con la ISO y sus miembros.
La Fundación Lannan ha dado becas a varios miembros de la ISO para escribir libros, incluyendo a Keeanga-Yamahtta Taylor, profesor titular en Princeton, especializado en la promoción de políticas de identidad. También le otorgó al CERSC una subvención para comprar un edificio de $2.3 millones en Buena Park, Chicago, con el fin de albergar a Haymarket.
Notablemente, Haymarket Books, el brazo editorial asociado con la ISO, publicó una declaración en Facebook solidarizándose con la purga interna. Llamando a Haymarket “el proyecto insignia” del CERSC, el comunicado declara que “apoyamos a los sobrevivientes y creemos en ellos”. Continúa:
“Cuando se pusieron en nuestro conocimiento las preocupaciones sobre acciones fuera del CERSC por parte de algunos miembros de la junta directiva del CERSC, tomamos medidas inmediatas. Desde entonces, se ha constituido una junta completamente nueva con individuos que cuentan con todo nuestro apoyo y confianza”.
Entre los seis ejecutivos o directivos del CERSC, que aparecen en la última declaración de impuestos de la organización, hay cuatro individuos que han sido purgados de la ISO: Sharon Smith, Ahmed Shawki, Lance Selfa y Paul D’Amato.
Los firmantes de la declaración de Haymarket incluyen a Anthony Arnove, un editor en Haymarket y uno de los directivos que quedan en el CERSC. También firmó la declaración Julie Fain, editora jefa de Haymarket Books y esposa de Jesse Sharkey, presidente del CTU.
Pese a todo lo que se habla de apertura y transparencia, es de esperar que la solución de conflictos relacionados con la disposición de activos entre las facciones directivas en disputa se realice en negociaciones secretas, a puertas cerradas. Las fundaciones y organizaciones sin fines de lucro están sujetas a restricciones legales. Quienes ahora tienen el control de los ingresos y activos estarán ansiosos por evitar juicios por parte de los exlíderes y accionistas de fundaciones que fueron obligados a abandonar sus puestos.
Conclusiones políticas
No está claro si la completa disolución de la Organización Socialista Internacional fue el resultado deseado de la conspiración política armada por una sección de su dirección. Sin embargo, es el resultado lógico de la política derechista, de clase media y totalmente oportunista de la ISO, en la que han participado todas las facciones involucradas.
La ISO era sumamente susceptible a una operación al estilo de #MeToo. La membresía de la ISO fue reclutada sobre la base de políticas de identidad de clase media. Los que se unieron a la organización no recibieron educación en la teoría marxista, y mucho menos en las experiencias históricas centrales de la Cuarta Internacional. Operando de manera perpetua en un ambiente de faccionalismo inescrupuloso, oportunismo rampante, cinismo político y subjetivismo extremo, los miembros están condicionados para rechazar la preocupación por temas de programa y principios políticos. Su única pasión perdurable es el odio al Comité Internacional de la Cuarta Internacional y el World Socialist Web Site. Se condena nuestra lucha por la independencia política de la clase trabajadora, sobre la base del programa trotskista de la Revolución Permanente, como “sectarismo”.
De su entorno oportunista no surgirá una evaluación seria de las causas políticas de la ruptura de la ISO. Por el contrario, se han publicado comentarios en SocialistWorker.org atribuyendo la responsabilidad final por la ruptura a una adhesión equivocada a la “ortodoxia leninista” y, aún peor, a las aspiraciones revolucionarias poco realistas. Aparte del hecho de que la política de la ISO no ha tenido nada que ver, desde su fundación, con la revolución socialista, y mucho menos con el leninismo, la desmoralización política que impregna a su dirección es resumida por Paul LeBlanc. Reflexionando sobre sus seis décadas de actividad política oportunista, él opina que si las organizaciones “aspiran a hacer más de lo que pueden hacer [es decir, movilizar a la clase trabajadora para el derrocamiento revolucionario del capitalismo], los resultados profundamente debilitantes son inevitables” [“Reflexiones sobre la coherencia y la camaradería”, publicado en SocialistWorker.org el 27 de marzo de 2019].
Algunos se jactan de que surgirá un “nuevo modelo de socialismo revolucionario” de los restos de la ISO. Están silbando al pasar por el cementerio. Su búsqueda de un “nuevo modelo” los está llevando directamente al Partido Demócrata.
En el análisis final, la ruptura de la ISO refleja el impacto de la intensificación de la crisis social y las manifestaciones iniciales de la lucha de clases en las organizaciones políticamente corruptas de la pseudoizquierda. La ISO no será la última víctima de este proceso. Como Trotsky dijo una vez sobre las organizaciones oportunistas de su época, “Los grandes acontecimientos que se ciernen sobre la humanidad no dejarán piedra sobre piedra de estas organizaciones que se sobreviven”. Este resultó ser el destino de la ISO.
(Publicado originalmente en inglés el 2 de abril de 2019)