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Matones de sindicato atacan a trabajadores de Matamoros en huelga

La clase gobernante mexicana y estadounidense, y los sindicatos están intensificando sus intimidaciones físicas y represalias contra los trabajadores en Matamoros, México, cuya rebelión contra los sindicatos y las condiciones explotadoras ha desatado una ola huelguística por todo el país.

La mañana del jueves, los mismos trabajadores de la planta de autopartes de Fisher Dynamics en Matamoros que enviaron un video apoyando a manifestación del 9 de febrero en Detroit contra los cierres de planta anunciados por GM en Estados Unidos y Canadá, le señalaron al Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS que matones o “porros” del sindicato habían atacado su línea de piquete.

“Se metieron a la empresa a las 2 a.m. y nosotros hicimos un muro de obreros para no dejar pasar a los del primer turno y detener la producción para presionar. Pero los del sindicato empujaron a los compañeros”, señaló una trabajadora de Fisher. Otra trabajadora añadió: “Sí son gente de Jesús Mendoza, el líder del sindicato. Lo hacen para asustar a la gente”.

Después en la tarde, una de ellos reportó alegremente que la empresa había accedido a sus demandas, un aumento del 20 por ciento y un bono de 32.000 pesos ($1.700), las cuales han sido llamadas el “20-32”. No obstante, los trabajadores están regresando a laborar precavidos respecto a la intensificación de la represión y las represalias por parte de las empresas y los sindicatos por toda la ciudad, con más de 1.500 despidos desde que las huelgas comenzaron el mes pasado.

Michael Fisher, el CEO de Fisher Dynamics, cuya sede está en St. Clair Shores, Michigan, fue contactado por el WSWS y cuestionado sobre la huelga. Se rehusó a comentar sobre la huelga y alegó que no estaba informado sobre ningún ataque físico contra los trabajadores en huelga por parte de matones. “Sí, estoy al tanto de la huelga”, dijo, “pero no me interesa comentar al respecto”, le dijo al reportero antes de colgar.

El Partido Socialista por la Igualdad (Estados Unidos) condena estos ataques contra uno de los sectores más explotados de la clase obrera internacional y llama a los trabajadores en todo Estados Unidos, Canadá e internacionalmente a movilizarse en su defensa. Como lo simboliza la apelación de los trabajadores matamorenses a sus hermanos y hermanas internacionales: ¡un perjuicio contra uno es un perjuicio contra todos!

Las amenazas de las gerencias, la policía y los sindicatos son cada vez más frecuentes por toda la ciudad. El jueves por la tarde, cientos de trabajadores de Schumex, Adient y Tridonex llevaron a cabo lo que algunos llamaron una “marcha del Día de San Valentín”, visitando cada maquiladora en huelga en Matamoros para protestar la represión y mostrar su apoyo. Más de 20 plantas siguen en huelga.

La secretaria de Trabajo de Tamaulipas, María Estela Chavira, afirmó esta semana que podrían perderse hasta 20.000 empleos tan pronto como en seis meses, mientras que la asociación de maquiladoras local amenazó con 25.000 despidos en los próximos 3 años.

Una trabajadora en Kearfott, quien también le envió un poderoso saludo a la manifestación del 9 de febrero en Detroit, reportó al WSWS: “La misma gente sindicalizada que trataron de deshacer la huelga están coludidas con el personal de confianza de la empresa para buscar cualquier error de los que apoyamos la huelga cometemos para que nos corran. Estamos organizando un comité por empresa para ir a apoyar a otros compañeros en huelga y exponer estas cosas que pasan en las empresas.

“El problema es que ahora que decidimos alzar la voz somos señalados por gobierno, sociedad y empresa, entre nosotros nos estamos apoyando porque la represión en Matamoros está a la orden del día y no se diga en las empresas. Somos objeto de burlas y trato hostil por parte de quien esté defendiendo intereses empresariales. En mi empresa hasta una cámara oculta en el baño quieren instalar eso es invasión a la intimidad, creo yo, espero no esto no proceda”, dijo, añadiendo que su planta enviaría una delegación para apoyar a los trabajadores de Parker el viernes cuando reinicien su huelga para protestar los despidos y otras represalias.

El miércoles, el Wall Street Journal advirtió que las huelgas en Matamoros son las mayores que el país ha visto en casi 30 años, siendo “un indicador temprano del resurgimiento de las demandas laborales en México”. La semana pasada, el Buró de Estadísticas Laborales de Estados Unidos anunció que el 2018 fue testigo del mayor número de trabajadores en actividad huelguística desde 1986, impulsada principalmente por la ola de huelgas continua de maestros, al mismo tiempo en que crece la resistencia contra los despidos masivos y concesiones en la industria automotriz en Estados Unidos, Canadá y Europa.

En respuesta al crecimiento de la lucha de clases, el Wall Street Journal también reportó que la clase gobernante mexicana está promoviendo una nueva legislación laboral para promover sindicatos “independientes”, requiriéndoles que “comprueben su representación de una mayoría de los trabajadores” a fin de prevenir rebeliones espontáneas o “salvajes” como en Matamoros. El diario añade que esto fue específicamente exigido por el Gobierno de Trump como parte del nuevo acuerdo comercial de EUA, Canadá y México.

Esta legislación se basa en la aplicación del Convenio 98 de 1949 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT-ONU) que ya fue ratificado por el Congreso controlado por Morena en septiembre del año pasado. El apoyo también provino de los ejecutivos sindicales de derecha en México e internacionalmente.

El cabildeo a favor de estos pasos se llevó a cabo por medio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que se autodenominan “independientes”, con el respaldo financiero y político de IndustriALL, la confederación estadounidense AFL-CIO, la OIT y la Fundación Friedrich Ebert del Partido Socialdemócrata actualmente en el poder en Alemania.

En respuesta a un tuit en septiembre del año pasado que reportaba una reunión entre el SME-UNT y el presidente morenista del Senado, Martí Batres, una trabajadora respondió: “Los sindicatos aquí en la frontera, Tamaulipas, están para descontar por semana, pero no están para el obrero. Estamos solos, no entiendo por qué nos imponen sindicatos que en realidad no hacen nada cuando los buscamos”.

El miércoles, el SME, que también encabeza la Nueva Central de Trabajadores (NCT), se asoció con el senador de Morena y líder del Sindicato Mineros, Napoleón Gómez Urrutia, para anunciar el establecimiento de una “Confederación Internacional de los Trabajadores” (CIT).

Pese a que Urrutia ha discutido la idea de una nueva central sindical para embellecer a las confederaciones existentes ya desacreditadas, dejó en claro que el repentino anuncio de la CIT fue una reacción a la ola de huelgas iniciada por Matamoros. “Mientras continúen las condiciones de explotación de los trabajadores, no solo en la frontera, sino en cualquier lugar del país, hay un riesgo de que se vayan a encender estos conflictos. Nosotros estaremos siempre dispuestos a asesorar, a apoyar a estos compañeros”, dijo.

Sin embargo, el carácter antiobrero de esta conspiración encabezada por Morena fue expuesta el día siguiente por el presidente de la asociación nacional de maquiladoras Index, Luis Aguirre Lang, quien pidió la “inmediata intervención del presidente de México (Andrés Manuel López Obrador) y del líder de la Confederación Internacional de Trabajadores, Napoleón Gómez Urrutia” para suprimir la oposición a los despidos masivos en Matamoros.

“Estamos haciendo un llamado a la nueva CIT que se anunció el miércoles en el ánimo de construir y poder dar certidumbre en un marco de derecho a la libertad sindical”, afirmó.

Después de semanas de ignorar la huelga, una delegación de ejecutivos estadounidenses del sindicato automotor UAW y el siderúrgico USW viajaron a Matamoros para montar un ardid publicitario con trabajadores que fue publicado bajo el titular “Sindicatos estadounidenses traen solidaridad a los trabajadores mexicanos en huelga”.

Frente a los crecientes llamados de resistencia internacional por parte de los trabajadores contra sus décadas de traiciones, estos mismos ejecutivos sindicales están presentándose fraudulentamente como simpatizantes de los sindicatos “independientes” en México, mientras promueven el chauvinismo antimexicano en casa, todo para prevenir el desarrollo de un auténtico movimiento internacional de la clase obrera. Después del anuncio de los cierres de planta en GM, el UAW y su contraparte canadiense Unifor produjeron anuncios en video y vallas publicitarias urgiendo a GM que no produjera en México y pidiendo a los consumidores que boicoteen los autos “Hechos en México”.

Más allá, más temprano este mes, el presidente del UAW, Gary Jones, dijo en una declaración: “El presidente [Donald Trump] ha tomado pasos importantes en respetar el concepto de que el Gobierno estadounidense y los consumidores deben comprar los productos hechos en Estados Unidos… Y no solo el Gobierno, sino también empresas como General Motors tienen la obligación de construir donde venden y dejar de exportar trabajos al exterior”.

La clase gobernante está acelerando su promoción de las relaciones corporativistas entre el Estado y el aparato sindical para encadenar a la clase obrera a la política capitalista y nacionalista. Sea en México, Estados Unidos, Canadá o internacionalmente, los sindicatos y sus simpatizantes buscan contener el crecimiento de la lucha de clases en nombre de las corporaciones.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de febrero de 2019)

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