A medida que las sanciones de Estados Unidos contra Irán "regresaron" con vigor, el presidente estadounidense Donald Trump emitió ayer una advertencia contundente a las países y corporaciones de todo el mundo: "Cualquiera que haga negocios con Irán NO hará negocios con Estados Unidos".
Las medidas punitivas siguen la decisión en mayo de la Administración de Trump abrogar el acuerdo nuclear de 2015 con Irán, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto, o JCPOA, por sus siglas en inglés. Las sanciones unilaterales de Estados Unidos prohibirán el comercio con Irán de aviones comerciales, automóviles, metales preciosos, carbón, aluminio y acero, así como las exportaciones iraníes de alfombras y pistachos.
Washington amenaza con sancionar a cualquier corporación internacional que incumpla las prohibiciones al bloquearla del sistema financiero estadounidense. En noviembre entrará en vigor una segunda ronda de sanciones estadounidenses que afectará todas las transacciones extranjeras del banco central iraní y sus exportaciones petroleras, que comprenden la mayor parte de los ingresos de exportación del país y apuntalan las finanzas del gobierno.
En un tweet ayer, Trump declaró, "estas son las sanciones más mordaces jamás impuestas", justificando su postura al declarar absurdamente, "¡Estoy pidiendo PAZ MUNDIAL, nada menos!" Bajo el lema de "paz", la Administración de Trump se prepara para una guerra comercial y la guerra, no solo contra Irán, sino contra todos los posibles rivales de EUA, incluyendo a sus aliados europeos y asiáticos.
Ayer, también entró en vigencia el "estatuto de bloqueo" de la Unión Europea (UE), en virtud del cual las empresas europeas recibieron instrucciones de no cumplir con las exigencias de Estados Unidos de cesar sus actividades comerciales con Irán. Aquellos que decidan retirarse debido a las sanciones de los Estados Unidos requerirán la autorización de la UE, y sin ella podrían enfrentar acciones legales de los Estados miembros.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Alistair Burt, dijo a la BBC que "los estadounidenses realmente no tienen este derecho". Si bien las empresas decidieron permanecer en Irán, dijo que Gran Bretaña creía que el acuerdo nuclear de 2015 era importante "no solo para la seguridad de la región, sino para la seguridad mundial". Nathalie Tocci, asesora del jefe de política exterior de la UE, Federica Mogherini, advirtió en la radio de la BBC el lunes por la noche: "Si las empresas de la UE cumplen con las sanciones secundarias de los Estados Unidos, éstas serán sancionadas por la UE". Dijo que las medidas eran "Necesarias para señalar, diplomáticamente, a los iraníes que los europeos son serios" sobre tratar de mantener el acuerdo nuclear de Irán.
Las empresas europeas ya han votado con los pies, sin embargo. La automotriz alemana Daimler, fabricante de automóviles Mercedes-Benz, confirmó el martes que suspendió sus actividades en Irán. Otras corporaciones como Boeing, Airbus, Total y Siemens ya han manifestado su intención de hacer lo mismo.
Al romper el acuerdo nuclear de 2015, Estados Unidos también está amenazando a sus rivales europeos, particularmente a Alemania. Las empresas alemanas, que tienen estrechos vínculos con Irán, se movieron rápidamente para aprovechar las oportunidades de inversión. El año pasado, las exportaciones alemanas a Irán aumentaron un 16 por ciento a casi 3.000 millones de euros, pero se han desplomado por 4 por ciento en los primeros cinco meses de 2018 cuando Trump decidió imponer sanciones.
Un funcionario estadounidense no identificado declaró el lunes que el estatuto de bloqueo de la UE "no es algo que nos preocupe particularmente". Otro funcionario afirmó que "casi 100 firmas internacionales han anunciado su intención de abandonar el mercado iraní". Queda por ver si la UE y sus Estados miembros intentarán hacer cumplir el estatuto mediante acciones legales contra empresas europeas.
Si bien las sanciones estadounidenses contra el petróleo iraní no entran en vigor hasta noviembre, China ya rechazó los pedidos de Estados Unidos para que ponga fin a sus importaciones de petróleo iraní. Los funcionarios estadounidenses que visitaron Beijing la semana pasada dijeron a los medios que China solo había acordado a no aumentar sus compras. China es el principal comprador de petróleo crudo iraní.
La cancillería rusa emitió ayer una declaración calificando las sanciones como "un claro ejemplo" de la violación de Washington de las resoluciones de la ONU y su "pisoteo del derecho internacional". Instó a otros países a no permitir que el acuerdo con Irán sea "sacrificado por los intentos estadounidenses de desquitarse con Irán por cuestiones no relacionadas con el JCPOA".
La Administración de Trump derogó el acuerdo de 2015 a pesar de que la Agencia Internacional de Energía Atómica verificó repetidamente el cumplimiento de Irán de sus términos. Según el acuerdo, Irán acordó limitar severamente sus programas nucleares a cambio de un final gradual de sanciones internacionales.
La Administración de Trump, sin embargo, ha denunciado repetidamente el acuerdo, insistiendo en que Irán cierre completamente sus programas nucleares y de misiles, se someta a inspecciones cada vez más intrusivas y termine su supuesto "apoyo al terrorismo". La última demanda significa la sumisión completa de Irán al dominio de los EUA en el Medio Oriente, incluyendo retirar las fuerzas iraníes de Siria y el fin del apoyo a grupos como Hezbollah en Líbano y las fuerzas hutíes en Yemen.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, afirmó el lunes que la política de Washington no era un cambio de régimen en Teherán, sino "ejercer una presión sin precedentes sobre el gobierno iraní para cambiar su comportamiento". Tales declaraciones simplemente no son creíbles. El mismo Bolton es conocido por sus declaraciones militaristas que enfatizan la ambición estadounidense por varias décadas de instalar un régimen maleable en Teherán.
Las sanciones de la Administración de Trump están claramente dirigidas a provocar una severa crisis económica y social en Irán. La decisión de Estados Unidos en mayo de retirarse del acuerdo nuclear ya ha tenido un gran impacto en la economía iraní. Su moneda se ha reducido a la mitad en valor frente al dólar estadounidense este año en el mercado no oficial, lo que ha obligado a subir el precio de los alimentos y otros productos básicos.
La Administración de Trump claramente espera explotar las protestas antigubernamentales que han surgido en los últimos meses. Las manifestaciones, sin embargo, han incluido capas muy dispares, incluyendo a trabajadores desempleados, maestros que exigen un mejor salario, así como capas acomodadas enojadas por los controles de divisas del gobierno.
En medio de las crecientes huelgas y disturbios de la clase trabajadora a nivel internacional, existe la posibilidad de un movimiento no solo dirigido contra el régimen represivo iraní, sino también contra las acciones depredadoras del imperialismo estadounidense.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de agosto de 2018)